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REAL MAESTRANZA DE SEVILLA

Feria Extraordinaria de San Miguel

Martes, 12 de octubre

Fin de temporada. Novillada sin picadores a beneficio de la bolsa de caridad de las hermandades de penitencia de Triana.

Ficha técnica del festejo

Ganadería: Novillos de Toros de Fermín Bohórquez (descastados, justos de fuerza) y de Juan Pedro Domecq (bravos, con nobleza, sobre todo el 5º).

Diestros:

Alfonso Alonso: de marino y oro, ovación tras aviso.

Manuel Olivero: de verde inglés y oro, ovación tras aviso.

Javier Peregrino: de lirio y plata, vuelta al ruedo tras aviso.

Ignacio Candelas: de azul de Prusia y oro, oreja.

Joselito Sánchez: de blanco y plata, dos orejas.

Marcos Linares: de blanco y oro con remates negros, vuelta al ruedo tras petición.

Presidenta: Macarena de Pablo-Romero Raynaud.

Entrada: un tercio de plaza.

Tiempo: soleado, con temperatura agradable.

Imágenes

Video resumen AQUí

Crónicas de la prensa

Por Jesús Bayort. ABC. La tarde soñada de Joselito Sánchez

Se anuncia como Joselito Sánchez, es de Morón de la Frontera e hijo del picador retirado Manolo Sánchez. El año pasado debutó como novillero sin picadores en el certamen andaluz de escuelas taurinas, causando una grata impresión pese a su escaso bagaje. La afición lo esperaba nuevamente este año para comprobar si la evolución había sido acorde a las expectativas. Desgraciadamente, el pasado mes de julio, a dos días de comenzar el nuevo ciclo en Constantina, dio positivo en Covid-19. La organización decidió no recolocarlo en alguna de las siguientes novilladas clasificatorias porque «no estamos de acuerdo con que se hagan modificaciones en el número de reses o participantes en el ciclo».

La resolución parecía apuntillar su temporada 2021, dejándolo sin la proyección que supone el certamen, y en una temporada en la que no habría novilladas de promoción en la Maestranza. Pero el caprichoso destino le tenía reservado su momento de gloria, gracias a la persistencia de un grupo de aficionados que persuadieron a Ramón Valencia para que cerrara la temporada taurina de Sevilla con una novillada benéfica que iluminara a los nuevos valores de la torería.

Y después de tantos sinsabores, Juan Pedro Domecq decidió donar para la ocasión, junto a otros dos más, al superclase ‘Ichuelo’, un manantial de bravura que llegó desde Lo Álvaro para al fin catapultar al desdichado novillero.

Joselito Sánchez desprende aroma de novillero antiguo. Traía un capote más que batalleado que manejó con soltura a la verónica. Perdiendo pocos pasos y echando la pata ‘palante’. En su labor hubo imperfección, y eso lo hacía aún más gratificante. No está cuajado, pero se le atisban buenas maneras. Como las que desarrolló en sus dos primeras series al natural, corriendo el brazo y componiendo la figura. O en el cierre de faena con remates por abajo. Aunque su mejor versión seguro que aún está por llegar, Joselito Sánchez hoy no se cambia por nadie.

Y tras él salió Marcos Linares, que es un monicaco que raya en lo insultante por el talento y las condiciones que atesora para ser torero. Como era de esperar, no le tocó un novillo especialmente fácil, pero maravilló con unas verónicas con el compás muy cerradito y dándole el frente, tanto a su novillo como al que le tocó quitar. Se parte la cintura con el percal y se desmaya a la más mínima ocasión que encuentra con la franela. Su cara aniñada contrasta con la madurez, la solvencia y el oficio con que se impone a las complicaciones de los novillos.

También cortó una oreja el jerezano Ignacio Candelas, que recibió con tres largas cambiadas al novillo más esaborío de los enviados por Fermín Bohórquez, con el que se mostró firme y solvente en una faena que ganó en decibelios tras un inoportuno fandango. Entre pitos y palmas al espontáneo, captó la atención a través de sus ajustadas bernardinas.

Lo intentaron Alfonso Alonso y Manuel Olivero, que tuvieron en suerte dos novillos de Fermín faltos de presencia y raza, aunque con matices de clase. Una tanda le duró al primero, que toreó con suma despaciosidad; y sólo un quite con el capote agarrado casi por la esclavina pudo dejar con acierto el segundo. Y del jerezano Javier Peregrino cabe destacar un inicio flexionado, su disposición y sus remates con gracia.

Por Álvaro Rodríguez del Moral. El Correo de Andalucía. Tres novillos y tres novilleros

El larguísimo clarinazo que marcó el tercio de muerte en la lidia del sexto nos recordó, como un rejonazo conocido, que había terminado la temporada en la plaza de la MAestranza. Ha sido atípica, extraña; esperemos que irrepetible… El empeño de un grupo de aficionados, que no ha estado exento de vericuetos, se había materializado en la organización de este festejo benéfico que supo atraer a un público familiar que nutrió los tendidos maestrantes en un número más que aceptable. El festejo se resolvió en dos mitades. Hubo tres novillos potables; también tres novilleros con mayor sed de triunfo o con mejor fortuna en el sorteo, vaya usted a saber. El caso es que los tres pupilos de Juan Pedro Domecq se impusieron claramente sobre los que se trajo Fermín Bohórquez, derrengados, de fea presencia y juego deficiente.

De los ‘juampedros’ hubo un ejemplar que sobresalió claramente sobre el resto de los lidiados. Fue el quinto, un boyante novillo que acabaría embistiendo de cine en la muleta de Joselito Sánchez, un chico de Morón de la Frontera, al que le costó calentarse con esa embestida larga, franca y alegre que se rebosaba en su muleta. Pero con un novillo así no se puede fallar y Joselito acabaría acertando al cuajar una gran tanda al natural que abrió el mejor tramo de su notable faena. El chaval tuvo una gran virtud para exprimir al eral: el ritmo. Ese ritmo le permitió torear por la derecha tapando mucho la embestida y crear una inestimable conexión con el público que no dudó en pedir –y obtener- las dos orejas del gran novillo de Juan Pedro después de una estocada corta que cayó algo contraria. Eso sí: lo de quitarse la chaquetilla delante del bicho es de mala educación.

Macarena de Pablo Romero se había estrenado en el palco concediendo otra oreja del cuarto, otro ejemplar de Fermín Bohórquez de movilidad un punto molesta que tocó en suerte al rondeño Ignacio Candelas. Hay que destacar la voluntad indeclinable del chaval por apurar el escaso fondo del animal, que brindó una movilidad algo molesta con la que había que andar puesto y dispuesto. Candelas se mostró siempre resolutivo y animoso y le acabó buscando las vueltas hasta meterlo en la canasta. El trofeo fue un premio más que justo para esa entrega, para sus ganas de estar en la cara de un novillo que exprimió desde los firmes estatuarios hasta las ceñidas bernardinas. Pues sí, señor.

Al palco, quizá, le faltó algo de generosidad para premiar el excelente corte de torero de Marcos Linares que ya se había destapado –y de qué forma- quitando por excelentes y personalísimas verónicas al novillo de su compañero Candelas. Pero el sexto, otro ‘juampedro’, no tuvo esas virtudes. A pesar de todo el chaval enseñó su magnífico concepto del toreo y una personalidad diferenciada toreando al natural. Linares tiene sentido de la expresión, se reúne con los novillos e imprime un sello especial a todo lo que hace. Lástima que el bicho acabara tan a menos. Con o sin oreja, seguramente, fue el que más y mejor había toreado.

¿Qué más le podemos contar? El chaval que rompió plaza, un sevillano de Santiponce llamado Alfonso Alonso quedó un punto inédito por culpa de la invalidez del primer ‘bohórquez’. Pero hay que anotar el excelente trazo de sus muletazos y la limpieza de su toreo con la mano izquierda. El segundo en liza, un sevillano llamado Manuel Olivero, torea con pulcritud y compostura pero un puntito despegado. Hay que enfadarse más; reunirse más con los novillos… El tercero, finalmente, fue el jerezano Javier Peregrino. Estuvo bien arropado de amigos, paisanos y deudos. Y tuvo un buen novillo para salir mejor parado. A sus cosas buenas hay que contraponer su falta de reposo y de colocación. Aún queda camino. Era la última novillada de una temporada que, por tantas cosas, no ha sido una más. Que la Virgen del Pilar nos dé salud y oportunidad de contarles la próxima.

Por Toromedia. Dos orejas para Joselito Sánchez y una para Ignacio Candelas en la novillada sin caballos

Alfonso Alonso, de Camas, se fue a portagayola a recibir al primero de la tarde y estuvo variado con el capote. Manuel Olivero hizo un quite toreando bien a la verónica. Alonso brindó al público y comenzó con muletazos por alto con temple y buen gusto. Siguió templando en el toreo en redondo, aprovechando la nobleza del novillo de Bohórquez hasta que este se derrumbó cortando el hilo de la faena. A partir de ahí el novillo fue a menos pero él insistió hasta apurar todas las embestidas con oficio. Mató de dos estocadas delanteras. Ovación tras aviso.

Manuel Olivero, de Sevilla, recibió al segundo con lances ganando terreno. Javier Peregrino hizo un quite por chicuelinas y Olivero respondió por verónicas. El novillo estuvo muy justo de fuerza y lo acusó nada más comenzar la faena. Olivero lo cuidó desde de ese momento, componiendo bien por el lado derecho. La falta de transmisión del novillo limitó su labor e impidió una mayor conexión con el tendido. No estuvo fino con el acero.

Javier Peregrino, de Jerez de la Frontera, brilló en el toreo a la verónica en el tercero. Ignacio Candelas hizo un quite por gaoneras y Peregrino respondió de nuevo a la verónica. Brindó al banderillero Álvaro Núñez y comenzó con un bonito toreo a dos manos y ligó con oficio dos tandas con la derecha. Mejoró el tono al natural y en los adornos de remate de serie. Hizo el cartucho de pescao y toreó de frente al natural como colofón a una labor entonada que terminó con bonitos muletazos de adorno. Mató de estocada que hizo guardia y descabellos. Vuelta al ruedo tras aviso.

Ignacio Candelas, de Jerez, recibió al cuarto con tres largas cambiadas. También hizo un quite por saltilleras muy apretado y un tanto atropellado. El novillo de Bohórquez fue noble aunque limitado de fuerza y el jerezano estuvo templado con la derecha. Al natural le costó más coger el ritmo, por eso volvió a la derecha y basó en ese de pitón el resto de la faena. Terminó en terreno de cercanía y remató con bernardinas. Mató de estocada y cortó una oreja.

Joselito Sánchez, de Morón de la Frontera, sobresalió en la medía del recibo al quinto. Hizo un buen quite Marcos Linares, toreando muy bien la verónica. Ya con la muleta, Joselito se fue a los medios y ahí planteó la faena directamente al natural, por donde embistió con enorme calidad y recorrido el novillo de Juan Pedro. Las series fueron ligadas y limpias por ese lado y cuando cambió a la derecha imprimió más intensidad a su toreo, llegando más al tendido. La faena fue a más y mató de media de rápido efecto, cortando las dos orejas que lo convirtieron en el triunfador del festejo.

Marcos Linares, de Linares (Jaén), mostró buen estilo a la verónica en el recibo al sexto y en el quite posterior. En la faena de muleta mostró soltura y buen corte a pesar de la mayor complicación del novillo, que protestaba por ambos pitones. Se le vio puesto, firme y por encima de su oponente. Mató de media y estocada. Hubo petición de oreja que la presidenta no concedió, dando la vuelta al ruedo.

12_octubre_21_sevilla.txt · Última modificación: 2021/10/14 00:39 por paco