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REAL MAESTRANZA DE SEVILLA

Jueves, 15 de junio de 2017

Corrida de novillos nocturna

FICHA TÉCNICA DEL FESTEJO

Ganadería: novillos de El Parralejo el cuarto lidiado como 4º bis, bien presentados de diferente juego, flojos, mejores el (1º) y (4º).

Novilleros:

Pablo Aguado: de verde botella y oro. Silencio, vuelta tras petición y ovación.

Rafael Serna: de fucsia y oro. Silencio, silencio y ovación.

Incidencias: al entrar a matar Pablo Aguado sufre una contusión y herida incisa en parpado superior que no le impide continuar con la lidia.

Banderilleros que saludaron: Juan Carlos de Alba, Antonio Ronquillo, Rafael Amigo y Azuquita.

Presidente: Fernando Fernández-Figueroa

Tiempo: caluroso

Entrada: Casi tres cuartos de plaza

Galería: https://plazadetorosdelamaestranza.com/pablo-aguado-da-una-vuelta-al-ruedo-mano-mano/

Video: https://vimeo.com/221857988

Crónicas de la prensa:

Cambio de tercio

Por Antonio de los Reyes Aguado destaca en el mano a mano con la única vuelta al ruedo

La buena entrada se intuía en el día del corpus, un mano a mano apetecible entre dos sevillanos que se despedían de novilleros en la Real Maestranza. Los novillos de El Parralejo bien presentados no llegaron a romper del todo. Pablo Aguado estuvo a punto de arrancarle una oreja tras una fuerte petición al cuarto bis de nombre Taconero después de dejar una estocada efectiva al segundo intento, quites por chicuelinas de ambos animaron la noche, el animal se dejó templar en la muleta después de varios sustos en los que no se lo llevó por delante de milagro, tiró de raza y valor hasta el final de faena, fue lo más destacable de la noche. Sus otros dos oponentes el primero con el que se fue a portagayola noble, se apagó demasiado pronto y Aguado terminó herido extrañamente del párpado después de entrar a matar. Con el sexto hubo detalles sueltos, toreo bueno con el capote y un cambio de mano exquisito con la muleta, el novillo que tuvo algo de clase acabó rajándose y pegado a tablas. Rafael Serna tuvo menos suerte con su parado y aburrido primero con el que estuvo por encima, mató el tercero al estar su compañero en la enfermería, un soso utrero al que le alargó demasiado la faena. Con el quinto se fue a la puerta de chiqueros y dejó una faena bien construida por el pitón derecho sin llegar mucho a los de arriba, le faltó transmisión y raza a su oponente.

El Correo de Andalucía

Por Álvaro Rodríguez del Moral. Tibio mano a mano en el Corpus sevillano

La quinta novillada de abono en la plaza de la Maestranza tenía el aliciente de enfrentar mano a mano a los dos aspirantes más destacados de la cantera sevillana pero al festejo, de interminable e irremediable duración, le faltó algo de rivalidad en los dos futuros matadores aunque la suerte –ésa es la verdad- se repartió de forma muy desigual. Hay que recordar que ambos se despedían de la afición hispalense como novilleros antes de volver a Sevilla a tomar la alternativa en San Miguel. El festejo de ayer les habría servido de trampolín para apuntalar el último tramo de su carrera como novilleros pero, entre unas cosas y otras, no llegó.

Aguado no se calentó con su primer enemigo. La verdad es que no terminó de aprovechar por completo la nobleza enclasada y rebosante de ese novillo, el mejor de un envío en el que hubo de todo y que reunió el mejor lote para uno de los contendientes: el propio Pablo Aguado. En esa faena, de trazo compuesto pero declinante, hubo buenos momentos al natural y excelentes pases de pecho pero le faltó redondez para calar en el tendido. Al entrar a matar sufrió un fuerte golpe en el rostro con la espada y pasó a la enfermería.

Después de correrse el turno pudo salir a estoquear al cuarto sin acusar el percance. El novillo titular tuvo que ser devuelto por lesionarse una mano y fue sustituido por un sobrero del mismo hierro que sorprendió por sus excelentes hechuras y esperanzador galope. Pero el animal, mal administrado por el novillero en el inicio de su faena, acabó planteando dificultades en la muleta. Esos contratiempos terminaron por despertar la raza de Pablo Aguado que, ahora sí, se entregó con sinceridad. Antes había gustado su quite por aladas chicuelinas, respondido con menos fortuna por Serna sin salir del mismo palo. La faena de Pablo, irregular y accidentada, sí tuvo la virtud de calar en el tendido. Las cortas y complejas embestidas del animal pusieron a prueba al novillero que agarró una estocada fulminante al segundo encuentro. La oreja era de cajón pero el presidente no atendió la petición mayoritaria del trofeo.

Con el sexto, otro ejemplar que galopó en los primeros tercios, volvió a entregarse con capote y muleta de forma desordenada. En la faena faltó algo de calma para tocar todas las teclas que le ofrecía el animal. Más centrado en el final de su labor, llegó a cuajarle un puñado de buenos muletazos hasta que se rajó sin remedio escamoteando el premio. Eso sí, se había llevado el lote de la noche.

Rafa Serna tuvo en contra el peor lote del encierro embarcado por Pepe Moya y Rafael Molina. El novillero de la Costanilla sorteó en primer lugar un utrero engañoso de puro bravucón al que toreó mejor de capa que de muleta. El novillo se dejó algo más por el lado izquierdo pero, como la propia faena, se acabó desdibujando sin que aquello terminara de trascender. Se corrió el turno por el percance de Aguado y, sin solución de continuidad, mató también al soso tercero sin que su labor, mejor dicha al natural, terminara de tomar rumbo. Al animal le había faltado mucha alma. Se entregó más y mejor con el remiso quinto, al que toreó reunido, un punto encimista, hasta exprimirlo por completo. La faena se pasó de metraje y acabó escuchando un aviso. Serna dio la impresión de estar pasado con los novillos. El siguiente paso, sólo le quedan tres meses, es el toro.

El Mundo

Por Carlos Crivell. Aguado gana a los puntos

No fue posible una victoria rotunda de ninguno de los dos sevillanos. A los puntos ganó Pablo Aguado, que se llevó el mejor lote de la decepcionante novillada de El Parralejo, protagonizó los momentos de mayor inspiración y, todo hay que decirlo, tenía más partidarios en los tendidos.

No remataron los utreros de El Parralejo, bien presentados, pero muy justos de raza y de calidad mediana. El que abrió plaza fue de los que salvó el honor de la divisa, más por clase que por casta. Aguado presentó credenciales en la portagayola y se encontró con un novillo blando pero con humillación. Cinco tandas, tres con la diestra y dos con la zurda, en una labor con muchas intermitencias. Se relajó con la derecha, no le cogió el aire a la izquierda y bordó algunos de pecho de pitón a rabo. Con la espada se hirió dos veces en el párpado. Las palmas se las llevó el novillo.

Se metió Aguado en la enfermería y ya no volvió hasta el cuarto. El titular se lastimó una mano y salió el sobrero, que lo habrían dejado en los corrales por muy bonito de abrochado que tenía los pitones. Se animó la noche en los quites con la interpretación por chicuelinas tanto de Aguado como serna en su respuesta. Agudo hizo la estatua en el inicio, para seguir con la derecha sin darle la distancia ni bajarle la mano al animal. Al final, cuando la bajó surgieron derechazos de calidad. Todo acabó por bernadinas. Sus seguidores le forzaron a darla vuelta al ruedo.

Mató el sexto y ahora brilló el buen toreo de capa del sevillano. Serna respondió con unas insípidas tafalleras. Este sexto pedía temple y sitio. Aguado se embarulló de rodillas, ligó una buena con la derecha y después ya todo fue distinto. El de El Parralejo acabó rajado pegado a las tablas. Allí marró con la espada.

Rafael Serna no encontró el temple con el primero de su lote. El utrero le tocó mucho los engaños en una faena sin relieve. Acabó parado y Serna casi aburrido. Mató el tercero porque estaba su compañero en la enfermería. Llegó a brindarle el novillo en un gesto amistoso. En su mala suerte con los lotes, Serna luchó contra la sosería y la falta de casta de un novillo que acabó como un toro de Guisando. Serna alargó la faena de forma innecesaria.

Se fue a portagayola con el quinto. Se pudo lucir en lances con buena traza. Aguado respondió por cordobinas. Con este novillo logró Serna los mejores momentos de su noche en una faena mejor por la derecha, aunque de nuevo reñido con el temple con la izquierda. No le dio la distancia adecuada y tampoco se cruzó. Dejó algunos de pecho muy solemnes y un kikirikí monumental.

En definitiva, una novillada con buena entrada que fue larga y soporífera. Ahora los picadores se retiran por la puerta de arrastre, pero ello no ha logrado reducir el largo metraje de los festejos. Ni los novillos de El Parralejo, parados y con embestidas desordenadas, ni los novilleros, nerviosos o embotados, acabaron de dar el do de pecho. A los puntos ganó Aguado. En partidarios, también ganó.

Diario de Sevilla

Por Luis Nieto. Mano a mano a medio gas

Con más ambiente que en anteriores novilladas picadas de este abono en horario nocturno, el balance del festejo de anoche se quedó a medio gas, con una única vuelta al ruedo, a cargo de Pablo Aguado, quien contó con el mejor lote en su mano a mano con Rafael Serna, que llegó a escuchar una ovación.

La novillada de El Parralejo, de desiguales hechuras -la mayoría de novillos en el tipo de la casa: bajos, cornidelanteros y bien armados-, dio un juego dispar.

Pablo Aguado, con actitud y ambición, estuvo a punto de conseguir premio en el cuarto bis, un sobrero del hierro titular, que sustituyó al cuarto, que se partió la mano derecha tras el tercio de varas.

Este cuarto bis, que echó las manos por delante de salida, algo tardo, embistió con transmisión. Aguado, quien se lució con el capote en varios pasajes del festejo, logró lo mejor de la noche con la capa en un quite por chicuelinas muy ceñidas, que abrochó con una media verónica honda. Comenzó la faena con estatuarios escalofriantes. En las afueras, con la derecha, tras una tanda con fibra y otra en la que pasó apuros, cuajó una serie notable, bajando la mano. Se arrancó la música. El novillo le levantó los pies del suelo en un muletazo, sin más consecuencias. El torero volvió sobre la derecha y remató con bernadinas. El público estaba entregado. Se mascaba el premio. Pero Aguado mató tras un pinchazo de estocada delantera. Hubo fuerte petición de oreja, que el presidente no concedió y dio una merecida vuelta al ruedo.

Con el primero, justo de fuerzas, pero muy noble y repetidor, al que recibió con una larga cambiada de rodillas y lanceó bien a la verónica, logró un par de tandas con la diestra cimentadas en el temple. También dibujó buenos naturales. La faena fue a menos, como el novillo. Se tiró a matar a ley y se golpeó con la empuñadura de la espada en la cara. Tras pinchazo, estocada y dos descabellos, pasó a la enfermería y se corrió turno.

Aguado contó con otro ejemplar con calidad en el sexto, si bien se rajó y hasta entableró. Lo recibió con un manojo de verónicas y una media de rodillas. Algunos espectadores pidieron a gritos que dejaran hacer un quite al sobresaliente, Fernando del Toro, a quien no le dieron oportunidad sus compañeros. Comenzó la faena con la derecha, de rodillas, jugándose el tipo. Luego hubo una serie con mucho temple. Se arrancó la Banda de Tejera. Y con la derecha, en las afueras, llevó embebido al novillo, con una fuerte ovación del respetable. Todo iba sobre ruedas… pero el novillo manseó y acabó junto a tablas. De nuevo, no hubo acierto con la espada y fue premiado con una ovación.

Rafael Serna contó con el peor lote. Con el segundo -¡menudo segundo puyazo metiendo los riñones!- se mostró porfión ante un ejemplar que cabeceaba y se defendía. No estuvo acertado con la espada.

Con el tercero -saltó el previsto en cuarto lugar, al correr turno por encontarse en la enfermería Aguado-, Serna estuvo pundonoroso, con un animal manejable, de escaso recorrido y que se frenaba. Acertó al primer envite en la suerte suprema.

Con el melocotón quinto, Vejado, un novillo con trapío de toro que cumplió bien en varas, y que metía bien la cara, aunque se quedaba corto, Serna logró lo mejor en una serie diestra y en algunos naturales de buen trazo y mató de estocada desprendida y descabello para ser ovacionado.

Con dos toreros a las puertas de sus respectivas alternativas, en la Feria de San Miguel, Aguado, que contó con el mejor lote, descolló por actitud y entrega y estuvo a punto de conseguir un trofeo en un espectáculo que se quedó a medio gas.

ABC

Por Lorena Muñoz. Vuelta al ruedo para un valiente Aguado, que gana el mano a mano

El mano a mano del Corpus prometía rivalidad y emociones pero la primera mitad, que duró hora y media, fue de lo más accidentada. Con Aguado en la enfermería no hubo pique en los quites hasta el cuarto, un exigente sobrero que animó el hasta entonces deslucido encierro de El Parralejo. Al final fueron casi tres horas para un festejo que había despertado gran interés y en el que solo se dio una vuelta al ruedo.

Aguado, que cuajó una buena actuación con el capote, ganó el enfrentamiento. Dio una vuelta al ruedo pero pudo haber cortado oreja a los tres de su lote. Dejó clara su apuesta y se fue a chiqueros para recibir al que abrió plaza ante un silencio expectante. Lo cuidó en el caballo y estuvo dispuesto para llevarlo al peto y en el quite a la verónica que replicó Serna por garbosos delantales. Brindó al público y comenzó por doblones la faena de «Agitador» que pidió distancia en los medios. Allí se plantó el sevillano que aprovechó con la diestra las arrancadas. Con un molinete y tras empezar «Suspiros de España» cambió a la zurda. Citó de largo y estuvo variado en una labor entonada que no remató con la espada. Al entrar a matar se llevó un golpe en la cara con la empuñadura y, conmocionado, entró a la enfermería tras doblar el novillo.

Tras ser atendido de una herida en el párpado superior volvió al ruedo para lidiar el cuarto, que era el tercero en el sorteo, un novillo que se le coló un par de veces en el capote y fue devuelto tras lastimarse una mano finalizado ya el tercio de varas. La ovación de la noche fue para el cabestrero que metió al novillo en chiqueros. Salió «Taconero» al que Aguado templó a la verónica, se lució en las medias de remate y en un magnífico quite por chicuelinas que replicó Serna por el mismo palo. Los ajustados estatuarios dieron paso al toreo en redondo con el exigente novillo, buscando y revolviéndose pronto. Sonó la música cuando le plantó cara un Pablo Aguado, muy valiente y en novillero, que estuvo a punto de ser cogido. Abrochó con vibrantes bernadinas en las que casi es prendido y aunque le pidieron la oreja tras pinchar, el palco no la concedió y se conformó con la vuelta al ruedo.

En el sexto salió dispuesto a rematar la noche. Se lució otra vez con el capote y remató el recibo con una media de rodillas. Hubo tiempo para que Serna quitara por tafalleras antes de que Pablo se pusiera de nuevo de hinojos para iniciar. Ya de pie, se quitó las zapatillas y llevó con temple la alegre embestida de «Opresor», con la diestra y al natural, con cambios de mano de mucho gusto y torería y largos pases de pecho. Alargó la faena y el novillo se aculó en tablas. Saludó tras pinchar.

Rafael Serna no tuvo suerte con los dos primeros, que toreó seguidos al correrse turno, y se la jugó con el melocotón que hizo quinto a portagayola para saludar la ovación. El saludo fue vibrante con el remate mirando al tendido y en la muleta echó el resto. Con oficio, alargó la embestida cosida a la muleta, gustándose en los pases de pecho pero «Vejado» no trasmitió.

Antes había sido silenciado. Con el segundo, que se empleó en dos puyazos, se templó a la verónica y quitó con personales chicuelinas antes de brindar al público. Con doblones en el tercio inició la faena pero el astado se quedó pronto muy parado y aunque lo intentó, con disposición, no tuvo continuidad. Consiguió enjaretar un par de series de naturales estimables aunque se atascó con los aceros.

El tercero, que era el cuarto, fue un colorao que había gustado a los novilleros en el campo que tuvo hechuras de toro y apretó en los primeros tercios. Serna dejó la montera en la puerta de acceso a la enfermería dedicando la faena a su compañero pero de nuevo encontró un novillo que no le permitió lucirse. Estuvo dispuesto, lo intentó en redondo pero le enganchó el engaño. El mano a mano se lo había llevado Aguado. A los dos los veremos en la alternativa en San Miguel.

15_junio_17_sevilla.txt · Última modificación: 2020/03/26 12:14 (editor externo)