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Plaza de toros de Valencia

16 de Marzo de 2018

Corrida de toros

FICHA TÉCNICA DEL FESTEJO

Ganadería: Toros de Núñez del Cuvillo incluido el sobrero, 6º con movilidad y casta; muy manejables, justos de fuerzas; excelente el 3º (se devolvió el titular y se corrió turno), buenos 2º y 4º.

Diestros:

Sebastián Castella: de celeste y oro. Pinchazo y estocada trasera (silencio). En el cuarto, estocada (saludos tras petición de oreja).

José Maria Manzanares: de grana y oro. Estocada (oreja). En el quinto, pinchazo y estocada. Aviso (saludos).

Roca Rey: de verde y oro. Estocada desprendida (dos orejas). En el sexto, pinchazo y estocada (silencio). Sale a hombros por la puerta grande.

Tiempo: bueno

Entrada: Lleno de «No hay billetes»

Vídeo resumen:

Crónicas de la prensa:

ABC

Por Andrés Amorós. Triunfal mascletà de Roca Rey en la Feria de Fallas

Con la «plantá» de las Fallas alcanza su cumbre la Fiesta. Luce el sol y se llena la Plaza. Los toros de Núñez del Cuvillo tienen movilidad, son muy manejables pero, como tantas tardes, justos de fuerzas: buenos, segundo y cuarto; excelente, el tercero. Roca Rey vuelve a arrollar: corta dos orejas en su primer enemigo, se lleva de calle la tarde, entre el fervor del público. Manzanares está sólo a medias, con un trofeo.

Sebastián Castella lleva dieciocho años de matador (antes, las carreras eran más cortas); muchos de ellos, ya como figura. No es extraño que domine el oficio pero ha caído en un toreo mecánico, repetitivo. En del primero, como tantas veces, comienza por alto: no parece lo más adecuado, con un toro que humilla poco. El trasteo es voluntarioso, insistente. Después de muchos muletazos, comienzan a escucharse pitos: ¡con este público, que no es el colmo de la exigencia! Mata a la segunda. He recordado cuando el maestro Cañabate decía que algunos diestros parecen funcionarios, que acuden a la oficina… El cuarto renquea un poco pero va largo, humilla. El diestro corre la mano con suavidad pero falta intensidad, en la faena. Las prisas son malas pero las pausas excesivas, también. Mata con decisión.

En Valencia, José María Manzanares es un ídolo, como lo fue su padre. Su tarde no ha sido mala pero tampoco muy buena. Va largo y codicioso el segundo, un espectacular jabonero que se llama «Agua clara» (la misma expresión que usaba Pemán para la lengua catalana). El diestro tarda en cogerle el aire. Sólo al final de la faena brilla su estética majestuosa. Entrando de lejísimos, a la carrera, como ahora hace, logra una estocada de rápido efecto: oreja. Creo que todavía no ha recuperado totalmente el sitio, después de su lesión y el parón de varios meses. En otro momento, con este toro, hubiera puesto la Plaza boca abajo. Se comprueba en el quinto, al que mide el castigo Paco María. La gente tarda mucho en entrar en la larga faena; sólo al final logra algunos olés rotundos. Mata a la segunda.

El peruano Roca Rey sigue cumpliendo su papel de joven arrollador, que logra triunfos rotundos. Aunque no todos lo adviertan, su principal virtud es lo bien que le funciona la cabeza: torea clásico y sabe bien cuándo debe recurrir a los efectismos, para encandilar al público. A su entrega se unen su ambición y su capacidad. Devuelto por flojo el tercero, corre turno y «Rosito», lucero, resulta excelente. Andrés muestra su actitud replicando al quite de Castella. El comienzo de faena es tan explosivo y tan bien calculado como una mascletà. No se trata de hacer ruido como sea, sino de transmitir emoción con ritmo, con estructura: de rodillas, enlaza dos muletazos cambiados con un natural interminable. Decía el maestro Pepe Luis que la sorpresa es uno de los componentes necesarios del toreo. Roca Rey improvisa y, por ello, sorprende. Liga tandas de naturales clásicos, con el público ya entregado. Convierte uno de pecho en un circular, levantando un clamor. Con impávidas bernadinas, concluye la larga (suena un aviso) pero bien pensada faena. Mata con decisión, algo desprendido: dos orejas. La tarde ya es suya. No logra rematarla en el último, un derrengado sobrero, que levanta una bronca, pero ya ha incendiado las Fallas. Con esta actitud y capacidad, no va a ser fácil competir con él.

Postdata. Se ha cumplido el 50 aniversario de la muerte de Pepote Bienvenida: ya retirado, en la Plaza de Lima, en un festival, sufrió un infarto, No había tenido ninguna cornada grave. Era un gran técnico pero no favorecía la estética su robusta complexión. Me contaba Ángel Luis que, en el campo, si salía una vaca difícil, el Papa Negro elegía a Pepote, extraordinario lidiador y banderillero.

La Razón

Por Patricia Navarro. Feria de Fallas: Roca Rey corta dos orejas a un buen toro de Cuvillo

Le bailaron los corrales a Ricardo Gallardo el día anterior con la corrida de Fuente Ymbro. El valor de los valores dura apenas 24 horas. Las que pasaron para que diera comienzo la sexta de abono con un lleno espectacular en el que se colgó el cartel de “No hay billetes”. Ramplón fue el toro que abrió plaza. El hijo de los lidiados el día anterior. En la misma plaza. Un cosa. O la contraria. Una línea a seguir. Esa que buscó un poco después José María Manzanares con un segundo, precioso de capa, jabonero, y pobretón de pitones. No tenía plaza el toro, se lo comía la propia entidad del coso de la calle Játiva. El animal de Núñez del Cuvillo con el que se hizo José María Manzanares tenía largura en el viaje pero muy irregular en el ritmo. De ahí que la faena fuera de búsqueda y belleza cuando ambos se encontraron en la misma dirección, y más con el empaque intrínseco del torero. La contundencia de la estocada fue espectacular. No falla.

Tampoco Roca Rey. Replicó el quite de Castella y se puso a torear de rodillas al tercero. Incendió la plaza nada más empezar por esa capacidad de sorprender, de pellizcar que tienen las arrucinas, y más si las hacen, como fue el caso, de rodillas. Dos, a falta de una, seguiditas. Mucha tela para el corazón de los valencianos. Toreó después, porque el toro fue de categoría. Noble, repetidor y entregado. Hubo, en ese toreo compacto, varios momentos cumbres, los más desgarradores, quizá cuando se cambió la muleta de mano para rematar con el de pecho y nos encontramos con un pase eterno que acabó en desmayado. Tremendo. Al natural y con la diestra se entretuvo en conquistar Valencia para rematar con unas manoletinas sin espada y tirarse a matar de veras. En esa verdad entró la espada. Y paseó el doble premio. Qué toro bueno. Qué estallido en el ruedo.

De rodillas y a la verónica recibió al sexto, sobrero. Había caído la noche ya, y casi a la vez se desplomó el toro. No se tenía en pie el animal de atrás. Le aguantó el presidente y después de los estatuarios iniciales, el toro hizo un cuerpo a tierra y poco quedó más que coger la espada y disfrutar del triunfo cosechado. A hombros se iría después. Rey también el peruano de la plaza de Valencia.

Movilidad y repetición tuvo el quinto, aunque le faltó entrega. Manzanares vistió mejor la faena por fuera que por dentro. A la vistosidad de su toreo, le faltó autenticidad en la base, ajuste en el embroque… De ahí que la faena fuera complaciente pero no llegara a crujir salvo en un par de muletazos, con los vuelos y una trinchera, con otra hondura. El toro se movía pero soltaba la cara con ligereza.

Sebastián Castella pasó con discreción con un primero desrazado y soso que tenía poco que decir. Y no dijo. El cuarto fue todo bondad. Con el poder bajo mínimos y a un paso de rajarse, que fue lo que hizo después. Castella anduvo perfecto en las tres primeras tandas, con los vuelos y medido. Se alargó después cuando el animal hacía tiempo que le había entregado todo. Y quizá se había acabado ahí.

El Mundo

Por Vicente Zabala de la Serna. La descarada izquierda de José Garrido contra el destino

Si a Alcurrucén le bailaron la corrida en los corrales, los veterinarios también cribaron este jueves los toros de Fuente Ymbro. Los escogidos por Ricardo Gallardo, que recompuso un nuevo sexteto. Veremos la rigurosidad de criterios en los próximos días cargados de figuras.

“Tremendo” lo era por nombre y por cuajo. El toro de apertura por encima del trapío de Valencia. Casi 600 kilos. Castaño y hondo. Culata de Rubens. Bizco y de desafiante pitón derecho. Que fue la mano. Pronto siempre pero con un punto suelto en su empleo al finalizar el amable viaje. Juan Bautista anduvo fácil e inteligente en el manejo de la media distancia. Resuelto en los remates de pases del desprecio y adornos varios. Más intenso tras una solitaria serie de naturales -el fuenteymbro se frenaba- para romper la frialdad en el ecuador de la faena. Doble cierre de fruslerías, ya cerca de tablas. Un extra en la extensión. Prórroga en el pasodoble. El aviso cayó en la demora de la espada. Nada grave.

El caro capote de Daniel Luque quedó inédito por los movimientos desacompasados del toro. Que se venía por dentro, cruzado o vencido. Embestía muy recto con su flexible anatomía. Cornidelantera y seria la cara. Exigió a Luque fibra y actitud. Como para no dormirse en el toque. No se durmió el torero de Gerena. Que se impuso con notable expresión. En un cambio de mano el fuenteymbro le avisó: ni uno zurdo. Faena de mérito sordo. La estocada se le fue muy atrás. Necesitó del descabello. Un solo golpe. Justísima la ovación.

Se montaba por delante el tercero. Estrecho de sienes y alto de cruz. José Garrido libró un farol y dos largas cambiadas de rodillas como carta de presentación. El fuenteymbro se movió mucho y muy desigual. Una repetición incansable y correosa la suya. Por pegajosa y andarina. Cuando Garrido le bajó la mano, tan encajado, en el prólogo de faena parecía que el toro se reduciría. Pero no. Siguió siempre acometiendo, ora así, ora “asá”, sin terminar de irse. JG mantuvo los arrestos del lejano saludo. Tocó todas las teclas sin que fuera ninguna. La faena se trabó hasta las manoletinas de broche. Un aviso entre el pinchazo hondo y el espadazo.

También pivotaba sobre sus manos delanteras el armado cuarto. La tónica de la movilidad continuaba. De más ataque que entrega. Suelta la cara. Sin decir ni trasmitir nada éste. El oficio de Juan Bautista para navegar. Perdidos el ánimo y la fe a la hora de cruzar con el acero.

Una altura descompensada marcaba las feas hechuras del quinto. Fuera de tipo. Toro de veterinario a las 12 del mediodía. A caballazos de mulo sus arrancadas. Daniel Luque le dio buen trato en su derecha. A su altura. Aparentemente agradecido el de FY. Mentira. Por encima de las circunstancias Luque. Que se calentó por molinetes de rodillas. Antes de que el toro se desentendiese del todo en su izquierda. Aun sin frutos, una imagen renovada de DL.

Lavado y sin remate se presentó el último de Gallardo. Ni serio ni bonito. Muy largo. Como su cuello. Lo que en principio se hacía una falta de humillación absoluta, se transformó en descolgadas embestidas en la zocata de José Garrido. Y con generoso viaje. Tanto como el torero quiso. Reunido, acinturado, ligado, la muleta a rastras, vaciados los naturales por debajo de la pala del pitón. A últimas, la faena y el toro de la tarde. Descarado Garrido contra el viento, que sopló en sus dos turnos, y el destino. Un espadazo de ley. Como la oreja. Incluso se pidió la segunda. Vale.

COPE

Por Sixto Naranjo. Un explosivo Roca Rey adelanta la ‘cremá’ en Valencia

El primer lleno de las Fallas 2018 encendía la mecha de los ‘farolIillos’ valencianos, Nacho Lloret dixit. Pero la mecha tuvo un torero que la prendió para adelantar la traca fallera por anticipado. Andrés Roca Rey.

La tarde se desbocó cuando se devolvió el feble tercero. Andrés corrió turno para lidiar el animal que estaba destinado a cerrar el festejo. Negro con golpe de faca en el testud. Se picaron en quites Castella y Andrés. Por chicuelinas el francés y por saltilleras el peruano. A partir de ahí se desató el huracán Roca Rey. De rodillas el inicio de faena con varias arrucinas y un natural en el cargó la suerte aún estando de hinojos. Brutal la intensidad y los tendidos en pie ya. Después se vio la mejor versión de Andrés. Acinturado, templado, llevando largo al buen astado de Cuvillo. Y siempre imaginativo en los remates. Los circulares, los cambios de mano, las trincherillas. Brutal la apuesta y la puesta en escena del joven diestro. Como las asfixiantes bernadinas que pusieron broche al trasteo. La estocada, entera y mortal. Y el doble trofeo ganado a ley.

Con todo a favor para haber redondeado su tarde, el palco le hizo un flaco favor al mantener en el ruedo al inválido sexto pese a las protesta del público. Abrevió el torero, que nos dejó con las ganas de volver a verle en plan en el que estuvo hoy en Valencia.

Se dejó crudo Sebastián Castella al primero. Un ‘cuvillo’ de escaso poder y fondo que se dejó sus reservas de gasolina en un inicio de faena de Sebastián Castella por alto que quebrantó aún más su endeble condición. Con tan poco oponente, salió la cara más funcionaria y mecánica del torero francés. La suma de muletazos fue extensa. El recuerdo de ellos, muy pobre. Un pinchazo y una estocada hábil tumbaron al de Cuvillo.

Tras la exhibición de Roca Rey al tercero, volvimos al mundo terrenal con el cuarto que cayó en suerte de Castella. Un toro medio que se dejó sin maldad con el que el torero galo construyó un trasteo basado en la ligazón y la limpieza de las series. Todo muy correcto. Tan correcto como falto de alma. La espada viajó certera y paseó su trofeo. Otro tono, otros méritos.

El jabonero segundo fue otro animal de Cuvillo justito de todo. De presentación y de juego. José María Manzanares lo cuidó en todos los tercios. Medido el castigo en varas y sin terminar de apretarle en el inicio de faena. Cuando lo obligó más por abajo, el toro tendió a meterse por dentro a partir del tercer muletazo. Las líneas predominaron en un trasteo que solo el estoconazo final lo elevó al generoso premio de la oreja.

El quinto del hierro gaditano nunca terminó de definirse. Lo mismo te pegaba dos embestidas humilladas y rítmicas como que te venía más informal en su viaje. Casi todo el trasteo de Manzanares se movió en tierra de nadie. Ni el torero apretaba ni el toro se entregaba. Solo un par de tandas postreras más conjuntadas elevaron el tono de la faena. Pero un pinchazo previo a la estocada dejó sin premio final al alicantino.

Toros en Valencia. Temporada 2018

16m_marzo_18_valencia.txt · Última modificación: 2020/03/26 12:09 (editor externo)