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REAL MAESTRANZA DE SEVILLA

Domingo, 21 de mayo de 2017

Corrida de novillos

FICHA TÉCNICA DEL FESTEJO

Ganadería: novillos de El Freixo (desigualmente presentados, con buen juego y encastados). Aplaudidos los tres primeros; 5º complicado, manso el 6º)

Diestros:

Andy Younes: estocada contraria, cuatro descabellos, aviso (saludos desde el tercio); pinchazo, municipal, pinchazo, aviso, dos pinchazos, media estocada (silencio).

Alfonso Cadaval: pinchazo, estocada tendida aviso (palmas); estocada (saludos).

Carlos Ochoa: estocada desprendida, aviso (vuelta tras petición); estocada casi entera caída, dos desscabellos (saludos).

Presidente: José Luque Teruel.

Tiempo: temperatura agradable.

Entrada: media plaza.

Galería: https://plazadetorosdelamaestranza.com/carlos-ochoa-da-la-unica-vuelta-al-ruedo-la-tarde/

Video: https://vimeo.com/218378543

Crónicas de la prensa:

ABC

Por Lorena Muñoz. El Juli debuta como ganadero en Sevilla con una magnífica novillada del Freixo

Era el debut como ganadero de El Juli en la Maestranza que vio la novillada en la última fila del tendido alto del 3. El torero aprobó con nota el examen y trajo a Sevilla un extraordinario encierro que no fue aprovechado por la terna de novilleros. Cada uno con sus circunstancias. Solo Carlos Ochoa dio una vuelta al ruedo tras fallar con la espada al igual que el francés Andy Younes. Cadaval, con el lote menos claro, estuvo discreto.

Younes se presentó en Sevilla con un lote de Puerta del Príncipe y a pesar de estar placeado se fue de vacío. Variado con el capote, en el primero respondió al quite a la verónica de Cadaval por tafalleras quite que repitió en el tercero. Con la montera en la mano fue la primera serie por estatuarios cuando el novillo lo sorprendió camino del brindis al público. En la primera tanda con la diestra arrancó la música, con el novillo repitiendo en la muleta. Era el pitón del novillo, noble, que salía distraído. Hubo otra al natural pero la faena medida y con la diestra, se alargó con el descabello.

En el cuarto, que se puso complicado para banderillear, el presidente cambió con cuatro palos. El francés, con oficio, inició con el pase cambiado por la espalda en los medios y caldeó el ambiente con otro más. El novillo fue a más en la muleta, con la diestra y después al natural, con transmisión. Younes aprovechó las embestidas pero lo que hizo no llegó al tendido. Luego lo pasó mal con la espada y el novillo se llevó una gran ovación.

Consciente de la responsabilidad de estar anunciado dos tardes, Alfonso Cadaval se fue a la puerta de chiqueros en el segundo, un torito con 500 kilos que salió suelto de la larga cambiada de rodillas al igual que del saludo a la verónica. La lidia fue un tanto desordenada pero el del Freixo se desplazó en los capotes. Así lo hizo en los primeros compases de la faena pero era de los que pedía el carnet. Lo intentó el novillero, dispuesto, con la diestra y le enganchó la muleta, después con la zurda, pero no terminó de encontrar las distancias.

En el quinto no pasó nada con el capote así que todo quedó para el tercio final. Brindó a Ricardo Gallardo para comenzar una labor de largo metraje en la que no llegó a centrarse. Lo mejor fue la estocada.

Carlos Ochoa era el otro debutante. Con menos festejos que sus compañeros estuvo animoso en los quites, con el capote a la espalda y por caleserinas y recibió con un farol de rodillas al tercero. «Belicoso» llegó al tercio final con mucho empuje y repitiendo, pidió distancia y faena en los medios, humilló y tomó la muleta por ambos pitones. Un novillo importante, de triunfo, que Ochoa brindó al ganadero con el que se entregó, estuvo templado al natural, en algunos momentos con profundidad, y muy dispuesto a hacer las cosas bien. El novillo vendió cara su muerte y se resistió a doblar sin buscar las tablas. Así que sonó el aviso y no hubo suficientes pañuelos para la oreja, pedida, eso sí, con pitos al palco. Va a llevar razón Ramón Vila y hay que regalar pañuelos a la puerta de la plaza.

El sexto, que recibió tres puyazos el último cuando se iba el picador, salía suelto del muletazo pero el novillero estuvo dispuesto para aprovechar y entender las embestidas con transmisión e importancia. Saludó tras fallar con la espada.

Diario de Sevilla

Por Luis Nieto. Buen debut ganadero de El Juli

Con poco ambiente, el espectáculo de ayer en la Maestranza deparó un buen estreno como ganadero en Sevilla de Julián López El Juli, cuya ganadería, El Freixo, ya ha cosechado buenos resultados en otras plazas. El diestro madrileño parece que se lo toma en serio. Soltaron varios novillos que por su presentación se podían haber lidiado como toros en cualquier plaza de segunda e incluso de primera. Vamos, que muchas de las figuras, incluido El Juli, despachan habitualmente toros de trapío similar al de esta novillada. Además, la casta fue el denominador común. Con estos mimbres, la cosa podría haber resultado excelente, pero la terna -Andy Younes, Alfonso Cadaval y Carlos Ochoa- no dio con las teclas de sus oponentes o bien, como les sucedió a Younes y Ochoa, la suerte suprema les pudo restar algún premio.

Younes, que debutaba en esta plaza, se las vio en primer lugar con el ejemplar más noble del encierro. Un animal bravo, con recorrido, repetidor. El francés, variado en el capote, realizó una faena bien estructurada, aunque faltó reposo. Ya cuando iba a brindar, el novillo se arrancó con muchos pies y el torero resolvió con estatuarios y buenos remates. En los medios, de largo, alternó con la diestra pases por la espalda. Los muletazos resultaron algo rápidos. Cerró con manoletinas. Y no estuvo acertado con los aceros. El público le tributó una ovación, tras aplaudir al toro.

Con el castaño cuarto, en los medios, Younes alternó muletazos por la espalda con derechazos. En las afueras hubo ligazón en una tanda diestra. Con la izquierda no hubo acople. El trasteo acabó en un arrimón, con circulares. Erró nuevamente en la suerte suprema. Fue silenciado y el novillo ovacionado.

Alfonso Cadaval, único novillero que en la temporada 2017 hará doblete en Sevilla, recibió al segundo astado con una larga de rodillas frente a toriles. La faena, ante un novillo serio en trapío y comportamiento, con dificultades para limar, careció de brillo y fue silenciada.

Con el manejable quinto, Cadaval, tras una tanda con la izquierda, sufrió un desarme. Logró una tanda con ligazón con la diestra, que supuso lo mejor de su esforzada labor. Tras una estocada saludó tras una ovación.

Carlos Ochoa brilló especialmente al natural ante el buen tercero, al que recibió con un farol de rodillas junto a tablas. Con la izquierda logró algunos naturales largos y mandones. Fue cogido, sin consecuencias, en uno de los cites por ese pitón. Toreando con la diestra lo más lucido llegó en una tanda en el epílogo de la faena, que aderezó con una arrucina. Se intuía premio. Pero tras una estocada casi entera delantera, el encastado astado se resistió a morir. El torero no quiso descabellar y la escena del desenlace final se hizo eterna, lo que enfrió al público. Dio una vuelta al ruedo.

El garbanzo negro del encierro fue el sexto, un novillo alto, enmorrillado, que resultó manso, corretón y huidizo. Ochoa, el menos placeado de la terna, consiguió recogerlo en una tanda diestra con ligazón, muy ovacionada. El torero intentó el lucimiento con un animal que acabó en tablas y ante el que se mostró desacertado con los aceros.

La novillada con el hierro de El Freixo, propiedad de El Juli fue un plato fuerte, en todos los aspectos, para una terna que todavía tiene mucho por mejorar.

El Correo de Andalucía

Por Álvaro Rodríguez del Moral. Cuando los novillos no tienen suerte

La suerte, siempre la suerte… es la compañera inseparable de todos los que se visten de luces. Puede ser esquiva en esos momentos de ser o no ser, de coger el tren o perderlo para siempre. Pero la suerte, tan manoseada, también se reparte a tantas y tantas reses que merecieron mejor ídem cuando se jugaron el prestigio de su criador en los veinte minutos largos que dura la lidia. Ya hablamos largo y tendido de todos los toros que se fueron con las orejas puestas en la feria que se fue. Pero la tónica, ay, está continuando en estas novilladas de abono en las que ya se han lidiado seis o siete novillos para ponerse a circular de verdad.

Ayer no fue una excepción. El Juli, en su faceta de ganadero, envió a los corrales de la plaza de la Maestranza un completo y variado encierro que se fue con todas las orejas para el desolladero. Hubo un lote completísimo –primero y cuarto–, un animal de excelencias –el tercero– y hasta un bravucón locuno que le habría servido a otros. Pero entre unas cosas y otras la terna no fue capaz de aprovechar la oportunidad que, como esos primeros y más sufridos amores, nunca volverá.

Ese lote compacto fue para el francés Andy Younes, debutante en Sevilla y dueño de cierta familla. El chaval tiene cositas buenas y hasta buen aire con el capote pero está tan pendiente de su propia compostura, de seguir el guion que marca una coreografía premeditada que no se ocupa de acoplarse a los novillos, de admimistrar sus virtudes y pulir sus defectos. La verdad es que el chaval no logró sintonizar con ese buen primero con su gotita de mansedumbre que le hacía rebosarse con importancia en los engaños. El trasteo fue más compuesto que resolutivo; más decorativo que profundo y el novillo, al final de su lidia, acabó distraído por completo. Se había ido sin cuajar.

Como también se fue ese cuarto –un precioso castaño de irreprochable trapío– que dejó en evidencia a la cuadrilla con las telas y los palos. El animal se mostró codicioso y galopón en banderillas y anunció una clase que acabó ahogada en los ochos innecesarios que epilogaron su labor. No se le niega la entrega; no siquiera el valor. Pero debió estar mucho mejor con el material que tuvo delante.

En cualquier caso, el mejor novillo del encierro de El Freixo lo sorteó el debutante Carlos Ochoa que torea con una postura forzada, desplazando las embestidas muy lejos de su cuerpo. Hubo mejor sintonía por el pitón izquierdo pero tenía que haber salido con las dos orejas en la mano a lomos de la alegría, el galope y la fijeza de ese ejemplar que era de cante grande. Se dio una vuelta al ruedo que nadie había pedido. Con el sexto, un manso locuno que huía con aire de buey de rodeo, se justificó en una faena afanosa.

Entre uno y otro actuó César Cadaval, que dobla en el abono. Mostró demasiadas carencias profesionales con el brusco –pero potable– cuarto y anduvo algo más aseado con el mal quinto. Le vino muy larga la cosa.

EFE

Carlos Ochoa da una vuelta al ruedo con una buena corrida de El Freixo

La segunda novillada de abono celebrada hoy en la plaza de la Real Maestranza de Sevilla se ha saldado con la solitaria vuelta al ruedo para Carlos Ochoa a la muerte del tercero, un balance muy pobre teniendo en cuenta la calidad del encierro de El Freixo enviado por Julián López «El Juli».

El novillero francés Andy Younes sorteó en primer lugar un ejemplar de alegre galope, un punto rajado y algo distraído al final de su lidia con el que se mostró más compuesto que resolutivo. El aspirante galo iba a repetir idéntico guión con otro novillo, el cuarto, que se movió con clase aunque con motor un punto declinante.

A Alfonso Cadaval, que doblará en el abono, le vino muy largo el compromiso. No supo meterle mano al brusco segundo y se mostró más aseado con el quinto, un animal más deslucido -el peor del envío- que tampoco le sirvió para despejar dudas sobre su capacidad profesional.

El madrileño Carlos Ochoa tampoco lograr apurar, ni de lejos, la excelente condición del tercero, y, aunque logró algún natural de nota, no llegó nunca a cogerle el aire, la distancia ni la colocación que demandaba tan buen colaborador. Con el sexto, que huyó cómo un buey de rodeo, se justificó en una faena animosa y afanosa.

Cadena Ser

Por Paco García. Carlos Ochoa da la única vuelta al ruedo de la tarde

El novillero madrileño Carlos Ochoa ha dado la única vuelta al ruedo de la tarde en el festejo de abono celebrado este domingo en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, donde sus compañeros de cartel, el francés Andy Younes y el sevillano Alfonso Cadaval, se fueron finalmente de vacío.

Se presentaba en la Maestranza el francés de Arles Andy Younes, cuyo primer novillo tuvo tanto temple en la embestida como sosería. Lució a la verónica y en los ayudados por arriba y por bajo previos al brindis, pero al noble animal le faltó mucha vida y el novillero, además, se alargó con el descabello. También buen novillo y con más duración fue el cuarto, al que volvió a veroniquear con temple. Después con la muleta se sucedieron varias series por ambos pitones antes de acortar las distancias a un novillo que las pedía. De nuevo el fallo a espadas dejó la cosa en ovación para el burel y silencio para el novillero.

El local Alfonso Cadaval recibió a su primero a portagayola. Manseó el novillo, al que se le pegó fuerte en el caballo y llegó a la muleta bruto y descompuesto. Así las cosas, Cadaval alternó algún muletazo limpio con varios enganchones sin que terminara de acoplarse el conjunto. El quinto tampoco le dio opciones, pues se rajó ya desde banderillas, embistiendo en la muleta al paso y desentendido pese a la insistencia del sevillano.

El triunfador de la tarde fue el madrileño Carlos Ochoa, que se quedó muy cerca de tocar pelo en el novillo de su presentación en la Maestranza. Lo recibió con un farol de rodillas en el tercio y con la muleta cuajó varias series buenas por el pitón derecho y más que buenas al natural, por donde el trasteo alcanzó sus cotas más altas. La pena es que, tras una estocada atravesada, el novillo tardó en caer y enfrió algo la petición de oreja. El sexto fue un manso huidizo al que bastante hizo con amarrarlo en la muleta en un par de series.

Sevilla Temporada 2017

21_mayo_17_sevilla.txt · Última modificación: 2020/03/26 12:12 (editor externo)