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Real Maestranza de Sevilla

Domingo, 22 de mayo de 2016

Corrida de novillos

FICHA TÉCNICA DEL FESTEJO

Ganadería: novillos de Rocio de la Camara (bien presentados, con diferente juego; buenos los tres últimos).

Diestros:

José Ruiz: de pizarra y oro. Pinchazo, media estocada, descabello, aviso (silencio).

Joaquín Galdos: de berenjena y oro. Pinchazo, estocada atravesada (silencio); estocada (oreja); estocada tasera (oreja con petición).

Jesús Álvarez: de verde manzana y oro. Estocada casi entera (saludos desde el tercio); pinchazo, estocada (silencio).

Incidencias: el diestro José Ruiz resulta herido antes de entrar a matar a su primero y posteriormente atendido en la enfermería por “herida por asta de toro en cara interna de muslo izquierdo, tercio superior, en una trayectoria de unos 15 centímetros en sentido caudal. Afecta planos superficiales lesionando aponeurosis muscular. Pronóstico menos grave”..

Presidente: Fernando Fernández-Figueroa.

Tiempo: soleado, agradable.

Entrada: media plaza.

Galería imágenes: http://www.plazadetorosdelamaestranza.com/index.php/galerias

Video: https://vimeo.com/167662200

Crónicas de la prensa:

Lo mejor, lo peor

Por Sandra Carbonero

Lo mejor: Perú. Perú está de enhorabuena. Cuando aún los peruanos no se han repuesto de la emoción de tener a Roca Rey como embajador del toreo de su país, Joaquín Galdós, a pocos días de tomar la alternativa, se postula como un torero prometedor. Galdós ha acariciado la Puerta del Príncipe. Un premio ganado a ley, que el público pidió con fuerza, pero esta vez, el palco no sacó el tercer pañuelo que le habría dado la llave para salir a hombros por el Paseo de Colón. Galdós estuvo por encima del segundo de la tarde. Un novillo de Cortijo de la Sierra noble pero sin fondo, que terminó muy parado. Se corrió turno y salió en cuarto el animal de Rocío de la Cámara reseñado en quinto lugar. Joaquín le brindó la lidia a su paisano Roca Rey que estaba en el callejón. El peruano aprovechó el buen pitón derecho para dibujar muletazos con mucha suavidad. Por el izquierdo se dejó menos y bajó un poco la intensidad de la faena. Remató su labor con unos trincherazos y una estocada que fueron suficientes para pasear la oreja. Otra cortó del que cerraba plaza, aunque mereció que fueran dos. Galdós salió a por todas y se fue a recibirlo a portagayola. Se mostró muy asentado y relajado, llegando a plasmar instante de muchísima calidad. Comenzó en los medios con pases cambiados por la espalda. Toreó como mucha templanza con la diestra y al natural extrajo muletazos profundos y con mucha despaciosidad. Culminó con un estoconazo. Jesús Álvarez se presentó hoy en la Maestranza con un inválido tercero que no le dio ninguna opción. El quinto tuvo clase y transmisión, pero el sevillano no pasó de estar voluntarioso con él.

Lo peor: Tinta y sangre. La peor parte se la llevó José Ruiz Muñoz, que recibió una cornada de 15 centímetros. El sobrino nieto de Curro Romero sólo pudo estoquear este animal, con el que no terminó de acoplarse. La otra nota negra del día es el fallecimiento de Pepe Doblas, que ayer nos dejó.

El Mundo

Por Carlos Crivell. Triunfo de Galdós; Ruiz Muñoz, herido

Estamos en tiempos de peruanos. Si Roca Rey parece una realidad evidente, en el horizonte aparece Joaquín Galdós, que no quiere ser menos. Presente en la plaza Roca, Galdós le brindó el cuarto, novillo de calidad en su embestida. Debía estar en el ruedo José Ruiz Muñoz, pereo se encontraba en manos de los médicos en la enfermería.

Galdós se hizo presente en un buen quite por chicuelinas al primero. El primero de su lote fue un marmolillo con las fuerzas bajo mínimos. El peruano se puso en el sitio en varias tandas con la derecha, logradas con gran esfuerzo ante la inmovilidad del novillo.

El citado cuarto fue un novillo de clase, pero el sexto, segundo del lote de Ruiz Muños y toreado por Galdós, fue completísimo. Con el hierro de Cortijo de la Sierra, Rocío de la Cámara puede estar satisfecha de su juego. Y, dicho ya de camino, hay que proclamar que su novillada exhibió una presentación irreprocable.

El cuartio, segundo de su lote, fue muy bueno y Galdós toreó a gusto en cuatro tandas de derechazos y solo una con la izquierda. El toreo del novillero limeño tiene empaque, el embroque es perfecto y las tandas fueron templadas. No se lució con la izquierda y volvió a la diestra para que el animal se rajara. La faena caló en la plaza. Galdós cuenta bien su toreo. La estocada tendida dio paso a una oreja con fuerza.

En sexto lugar salió el que estaba anunciado como cuarto, segundo de Ruiz Muñoz. Se fue a portagayola como gesto y anuncio de su voluntad. Inició la faena con pases cambiados por la espalda, subió el tono en una trincherilla y se explayó con la derecha. El novillo, de lujo. El peruano se durmió en los naturales, mezcla de dominio y regusto. Ligó los pases en un palmo y remató con los de pecho muy de verdad. Tras matarlo, solo le dieron una oreja. Bueno, se han dado las dos por menos en este mismo año.

Mala suerte para José Ruiz Muñoz. El que abrió plaza desarrolló movilidad encastada. Dejó algún capotazo con buen gusto y se durmió en las medias. La faena no tomó altura. El novillo, vistoso pero nada fácil, no dejó al chaval relajarse. Toreó mucho con la derecha y cuando se echó la muleta a la izquierda cayó al albero y fue herido. Mató al novillo y se marchó a la enfermería. En los corrales quedaba un novillo de calidad suprema que encumbró a Galdós.

Debutó en Sevilla con picadores el camero Jesús Álvarez. Puso sobre el tapete su voluntad y deseos de triunfos. No se le puede pedir más de lo que hizo en el tercero, un inválido que se tumbó sin ganas de seguir embistiendo. Álvarez cumplió sin brillo.

Mejoró en el quinto, se había cambiado el turno, para dibujar algunas tandas de toreo sobre la derecha de calidad estimable. Mientras el del Cortijo conservó fuelle, la faena parecía que podía tomar altura. No fue así, en parte porque el joven torero acusó nerviosismo, en parte porque el novillo frenó sus arrancadas.

Diario de Sevilla

Por Luis Nieto. Galdós firma una gran actuación

¡Tarde espléndida! Hace un par de semanas, en la anterior novillada celebrada en Sevilla, la lluvia, el frío y el viento desdibujaron el maravilloso escenario, la preciosa Maestranza, que ayer resplandecía bajo el sol, cielo azul y la ausencia de Eolo. Estos tres últimos fueron factores favorables para que saliese a flote un espectáculo muy interesante con un gran protagonista: el novillero limeño Joaquín Galdós, que cortó dos orejas a ley y cuya Puerta del Príncipe frenó la presidencia. Gran éxito del peruano dentro de un espectáculo en el que cayó herido José Ruiz Muñoz y quedó casi inédito Jesús Álvarez.

Abrió plaza un novillo de preciosas hechuras, con movilidad y que resultó manejable, especialmente por el pitón derecho. José Ruiz Muñoz, que ganó terreno a la verónica, no llegó a acoplarse y en las afueras, después de tres tandas cortas con la derecha y cuando buscaba la colocación para el cite con la izquierda fue arrollado y herido en el muslo izquierdo. El torero, tras despachar al animal, pasó a la enfermería donde fue operado.

Joaquín Galdós completó una actuación soberbia que ya comenzó en el primero de la tarde con un quite enmarcado por bellas chicuelinas. Se las vio en primer lugar con un astado bien presentado, mansote y que se rajó pronto. El peruano, con oficio, consiguió varias tandas meritorias, arriesgando y aguantando varios tornillazos por el pitón izquierdo.

Como segundo cartucho -se corrió turno por el percance de Ruiz Muñoz- lidió el previsto como quinto, un novillo serio, colorao, que embestía con brío, con un buen pitón derecho. Galdós, con buen aire a la verónica, brindó su faena a su compatriota Andrés Roca Rey, en un burladero del callejón. Fue una faena marcada fundamentalmente por el temple, con ligazón en las series, que fueron coreadas con oles y acompañadas por la música. Le sobraron un par de tandas, con el animal ya a menos. Mató de estocada, en la que salió muy comprometido, perdiendo el engaño y fue premiado con un merecido trofeo.

Galdós salió a por todas en el sexto. Se clavó de rodillas frente a toriles para una larga cambiada y jugó bien los brazos a la verónica. El limeño toreó con gusto al novillo, que embestía con nobleza, el más franco del encierro. Tras un par de muletazos por la espalda, la faena estuvo bien estructurada en las afueras y en los tercios, acompañada por la música y fuertes ovaciones. Brilló especialmente en una serie diestra con preciosos muletazos y un pase del desprecio de cartel y otra con la izquierda en la que los naturales afloraron con hondura. Mató de estocada. El público solicitó dos orejas, que el presidente dejó en una, por lo que no pudo salir a hombros por la Puerta del Príncipe.

El sevillano Jesús Álvarez, que se presentaba como novillero con picadores en la Maestranza, contó con el peor lote. Su primero, muy astifino, se derrumbó al comienzo de la faena y no tuvo opción al lucimiento artístico. Con su segundo, un novillo que fue a menos, se entregó en un trasteo sin frutos.

Galdós impactó ayer en Sevilla por una prosa torera de altura, aderezada con oficio, valor, temple y gusto. El diestro, que ayer rozó la Puerta del Príncipe, está ya cuajado como novillero y listo para engrosar el escalafón superior.

El Correo de Andalucía

Por Álvaro Rodríguez del Moral. Galdós se queda a las puertas…

Galdós estuvo fresco, capaz y resolutivo pero le faltó pasar esa raya que habría disipado cualquier duda. El caso es que había enseñado su buen concepto del toreo con un segundo afligido y acobardado al que supo torear con trazo firme, acento personal y capacidad de resolución. La impresión no podía ser mejor pero el novillero peruano no llegó a exprimirse por completo a sí mismo con un cuarto –el que mató en lugar de José Ruiz Muñoz– al que se acopló en la primera mitad de una faena, brindada a su paisano Roca Rey, que adoleció de algo fundamental: una colocación más comprometida que habría calentado el agua de verdad.

Progresivamente rajado, el novillo también acabó de enfriar el panorama aunque la oreja, con toda justicia, iba a ir a su talega. Lo mejor, definitivamente, iba a llegar con el sexto, al que cuajó una faena acompasada, de cintura rota y medias alturas, siempre templada, que estuvo a punto de franquearle la ansiada puerta. Galdós se relajó de verdad y llegó a torear al animal –de muy buena condición– con sentido de la escena y valioso trazo al natural. La oreja estaba en la mano aunque, una vez más, había faltado ese puntito que marcara la diferencia y convirtiera el doble trofeo en indiscutible. Galdós puede y sabe. Si aprende a querer un poco más no habrá dudas.

El cartel lo había abierto el cada vez más veterano Ruiz Muñoz, sobrino nieto y clónico de Curro Romero que no ha conseguido evolucionar en las tres temporadas que lleva como novillero con picadores. Busca la composición, un toreo de acompañamiento en el que pesa demasiado el poderoso espejo en el que se mira pero para torear hay que dominar y Ruiz Muñoz no encontró nunca el acople que le brindaba ese noble primero. Sus dudas le acabaron jugando una mala pasada y después de ser alcanzado de mala manera sufrió una cornada imperceptible de la que tuvo que ser operado en la enfermería después de acabar con su enemigo. Cotiza a la baja.

El tercer espada de la tarde era un sevillano que se presentaba en la plaza de su tierra. Jesús Álvarez se ha forjado como torero lejos de la Giralda y maneja los trastos con sentido clásico, formas impecables y personalidad diferenciada. Estuvo muy por encima del distraído e inválido tercero, al que toreó mucho mejor de lo que merecía. Álvarez volvió a interesar con el desinflado quinto, al que trasteó con limpia naturalidad. Hay que volver a verlo.

22_mayo_16_sevilla.txt · Última modificación: 2020/03/26 12:19 (editor externo)