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Real Maestranza de Sevilla

Domingo, 23 de abril de 2017

Corrida de toros

FICHA TÉCNICA DEL FESTEJO

Ganadería: Toros de Fuente Ymbro el 3º como sobrero, bien presentados, les faltó raza y emoción.

Diestros:

Diego Urdiales: de tabaco y oro. Silencio tras aviso y silencio

El Cid: de azul noche y azabache. Silencio y oreja.

Joselito Adame: de grana y oro. Oreja y palmas.

Banderillero que saludó: se desmonteró Lipi tras parear al segundo, Jarocho y Fernando Sánchez tras parear al tercero bis y el sexto.

Presidenta: Ana Isabel Moreno

Tiempo: soleado, agradable.

Entrada: media entrada

Video: https://vimeo.com/214409531

Crónicas de la prensa

Puerta de Arrastre

Por Santiago Sánchez Traver

Los de Fuente Ymbro no se llevarán ningún premio tampoco este año. Encierro flojo, sin maices que valgan de excusa esta vez, descastado, mansón, y sin más peligro que el que provoca la falta de fuerza. Con este material salieron dos toros bobos que medio se dejaron sin que propiciaran faenas cargadas de estética y ligazón. Urdiales, al que vino a ver Curro, no tuvo suerte y tuvo que bailar con la más fea, un lote sin solución. El Cid se encontró a un quinto potable al que realizó irregular faena, incomprensiblemente amenizada por la música y jaleada por un público muy fácil que pidió y consiguió una orejita a pesar de la defectuosa estocada de rápido efecto. Otro tanto pasó con el tercero, al que Adame jugando con todas las ventajas que utiliza en su toreo, despegado y hacia fuera, realizó faena a modo, también musicalizada sin mucho motivo para conseguir oreja, eso sí, con una gran estocada. Lo más torero tal vez fue el andar en banderillas de ese buen tercero que es Fernando Sánchez. La tarde con parte de un público triunfalista que jaleaba mantazos, una banda de música de fácil batuta y una presidenta también de fácil pañuelo puede parecer mucho más de lo que vimos y vivimos en la plaza.

El País

Por Antonio Lorca. Un estoconazo de premio

Joselito Adame se perfiló a corta distancia y sin muchas probaturas, la mirada fija en el morrillo y la mano derecha en el corazón, dejó una estocada de esas que se pueden calificar como estoconazo por el acierto y la precisión. No había que estar encima para colegir que había enterrado la espada por el hoyo de las agujas. Y si alguien albergaba alguna duda, el semblante del toro la despejó. Reculó unos pasos hacia las tablas, se bamboleó levemente y se derrumbó sin puntilla en el albero. La estocada había rozado la perfección.

Adame paseó una oreja con todo merecimiento porque realizar de ese modo la suerte suprema debe ser motivo justificado de premio. Y, además, fue lo mejor de su labor, a pesar de que los aplausos y las notas del pasodoble hicieran creer lo contrario.

Está la fiesta tan necesitada de alegría que en cuanto un torero liga tres pases escucha los olés como si le hubiera llegado la inspiración divina. Muleteó con soltura el torero mexicano, pero su labor fue mediocre y superficial, de esas que hace poco recibían la respetuosa reprimenda del silencio en esta plaza. Pero las cosas cambian, y hasta la otrora exigente banda de Tejera rompió a tocar como si tal cosa.

El listón ha bajado tanto que los subalternos Jarocho y Fernando Sánchez, en ese toro, y Lipi en el segundo, saludaron por pares de banderillas aceptables, pero que, en modo alguno, merecían que mostraran al público la montera.

Peor fue el caso de Urdiales, que agotó su paso por la feria sin una ovación para el recuerdo. No tuvo toros, esa es la verdad. El primero dobló seis veces las manos y se desplomó otras dos, y ya está dicho todo. Inválido y tullido durante toda la lidia. Y el cuarto también se arrodilló un par de veces y carecía de fuerzas y sangre brava.

Pero el torero tampoco estuvo muy allá. Tristón, apagado, con poca seguridad y menos prestancia de la que se le reconoce. El primero de la tarde acudió de salida una decena de veces al capote, y solo al final acertó Urdiales a dibujar una verónica y una media. Escaso bagaje. No hubo faena de muleta porque el estado comatoso del animal lo impidió; pero la actitud el torero contribuyó al aburrimiento. El mismo tono tuvo su labor ante el cuarto, otro toro blando y premioso, y Urdiales acabó su compromiso en Sevilla sin un detalle de la torería que se le supone. Hasta el maestro Curro Romero se escondió en una grada para verlo y se marchó como vino.

El Cid -esta sola corrida en la feria- tampoco recordó sus tiempos de gracia. A pesar de ello sonó la música en su honor y cortó una oreja del quinto, noble tonto, por una irregular faena, culminada con una estocada baja, en la que no se vio al torero artista y seguro de antaño. Ante el segundo, dubitativo e inseguro, no estuvo a gusto y se le notó en demasía.

Quedaba el sexto. Fernando Sánchez colocó un par de banderillas de categoría y saludó con todo merecimiento. Adame se empeñó en torear junto a las tablas y se equivocó. El toro se paró pronto y se acabó la presente historia.

La Razón

Por Francisco Moreno. Importante Adame, prodigioso el Cid

Joselito Adame refrendó con torería su pedestal de torero importante de México en la Maestranza y El Cid volvió a tomar la confianza de su parroquia en esta plaza. Ambos destacaron en esta corrida a las puertas del comienzo ferial.

Joselito Adame cortó la primera oreja de la tarde después de una labor animosa, entonada y de buen corte. Manejó con soltura el capote y levantó una faena inteligente, dando reposo al toro, que mostraba nobleza y poquita raza. Buena tanda sobre la derecha y mejores sobre la zurda, que tuvo además un cierre certero con la espada. Jarocho y Fernando Sánchez lucieron también en banderillas. Quiso ratificar un triunfo mayor ante el sexto, comenzando la faena con unos soberbios doblones a dos manos y una tanda sobre la derecha muy relajado. Siempre dispuesto aunque en esta ocasión el animal se fue parando y buscando terrenos de tablas. Excelente impresión una vez más de Adame en Sevilla.

Manuel Jesús «El Cid» salió pronto a recibir con el capote al segundo de la tarde, que ya mostró complicaciones en su embestida por el pitón derecho. Poco castigo en varas y saludos del Litri en banderillas. Susto para el de Salteras al iniciar la faena sobre la diestra y naturales más animosos que lucidos sobre la zurda. La mano poderosa del diestro no pudo lucirse ante las bruscas embestidas de su oponente, que pronto miró a tablas. Al asomar de nuevo la derecha nuevamente se puso en apuros el torero, que apunto estuvo de ser cogido. No pudo por tanto levantar la faena. Cambió la moneda ante el quinto, un toro descompuesto de salida y al que vio muy bien Adame en el tercio de quites, de frente y por detrás. Tuvo buen son el animal en la muleta y el torero profundidad y poder en las series que le sacó. Se reencontró con su público y las tandas sobre la zurda llevaron el sello del de Salteras, esta vez acertó con la espada.

Diego Urdiales sólo pudo mostrar sus avales de torero estilista en el manejo del capote, llevando con suavidad y temple la blanda acometida de su primer astado. Después poco pudo hacer ante la sosería de embestidas que tuvo este astado y el cuarto de la tarde.

El Correo de Andalucía

Por Álvaro Rodríguez del Moral. Dicen que no hay quinto malo

Pensar que habría sido de la rajada, floja y posible corrida de Ricardo Gallardo en otras manos es pisar un terreno azaroso. Pero a veces cabe imaginar que la lectura del resultado final, pese a esas dos orejas que se cortaron en la yema de una tarde interminable, habría sido muy distinta. Una de esos trofeos los cortó El Cid al que fue, con mucho, el mejor toro del envío de Fuente Ymbro. Hablamos de un quinto de excelente clase y calidad en la muleta al que toreó queriendo siempre y pudiendo a veces. El Cid de los mejores tiempos lo habría cuajado por todo lo alto pero el toreo -y la vida- es así. El animal brindó embestidas de alta nota, especialmente por el pitón izquierdo y el diestro de Salteras, arreadito, se empleó en una faena de distancias cortas y cites en diagonal que contó con el cariño del público. El espadazo, tan feo como fulminante, puso en sus manos una oreja que le debe saber a gloria después de siete años sin tocar pelo en Sevilla. El Cid también ya había sembrado algunas dudas con un segundo de emotivo pitón izquierdo que acabó muy rajado. El animal tenía un punto de agresividad que habrá merecido la apuesta. Nos quedamos sin verlo. Aquí se acaba su feria este año.

Bien, lo que se dice bien, estuvo el mexicano Adame, que también cortó una oreja del tercero gracias a la actitud y la aptitud con la que afrontó la tarde. El manito toreó con suavidad, medida de los tiempos, paciencia en los cites… los muletazos surgieron uno a uno mostrando el buen aire del animal, que se abría en los embroques anunciando sus ganas de rajarse. Adame llegó a espatarrarse a sus anchas toreando al natural y después de apurarlo en las cercanías lo mató de cine. La verdad es que si el sexto le hubiera durado una docena de muletazos más estaríamos hablando de nuevos trofeos. Joselito, que recibió a ese toro por templados delantales y una serpenteante revolera le cuajó un sensacional inicio de faena que a la postre fue lo mejor de toda la tarde. La faena sólo se podía plantear de las rayas para dentro y en ese terreno le enjaretó una serie diestra, tocando mucho al toro para que no tomara la puerta. Hubo otra más, y hasta un trincherazo de alta nota pero el animal, loco por pirarse acabó descomponiendo el pasodoble. Adame llegó a pasarse de rosca y la espada terminó de frustrar su esfuerzo. Eso sí, su papel cotiza al alza. Enhorabuena.

Cerraba este cartel de circunstancias el riojano Urdiales que volvió a pasar con más pena que gloria por una plaza en la que no terminan de ver las maravillas que le cantan en otros lares. El diestro de Arnedo llegó a torear relajado y con trazo natural al noble primero, un toro pésimamente picado y de motor al mínimo que se puso pronto a la defensiva de puro flojo. Eso sí, se eternizó para echarlo abajo. Urdiales no llegó a meterse de verdad con el cuarto, un animal que le brindó un puñado de buenas embestidas por el izquierdo. Hubo compostura pero no llegó a fajarse.

Diario de Sevilla

Por Luis Nieto. Adame y El Cid, primeros trofeos de la Feria de Abril

Joselito Adame y Manuel Jesús 'El Cid' han cortado las primeras orejas de la temporada en la plaza de toros de Sevilla. El mexicano, a un sobrero que saltó como tercero bis y el sevillano al quinto, los dos mejores toros de un encierro de Fuente Ymbro, en conjunto aceptables de presentación y de juego dispar. Urdiales, con el peor lote, se marchó de vacío.

Con algo más de media entrada, se lidiaron toros de Fuente Ymbro, el tercero como sobrero tras devolverse por flojo el titular. Destacaron el tercero bis y el quinto bis. Diego Urdiales, silencio tras aviso y silencio; El Cid, silencio y oreja; Joselito Adame, oreja y palmas.

El Cid realizó una faena arrebatada al buen quinto por su entrega y desigual en la que brilló en una serie al natural, con ligazón y en la que sobraron varios enganchones. La estocada de efecro rápido fue decisiva para conseguir una oreja.

Con el segundo, El Cid estuvo voluntarioso y tapó muchos defectos de un toro distraído e incierto, con peligro por el pitón derecho.

Joselito Adame, ante el tercero bis, que llegó a derrumbarse por su flojedad, le sacó partido hasta que se rajó. Labor pulcra y desceñida con gotas de pinturería en la que ganó el premio por una estocada fulminante.

Con el manso sexto, Adame, que se rajó de inmediato, únicamente pudo lucirse en un precioso inicio genuflexo.

Urdiales vio frustrado su primer trasteo ante el tercero, un animal sin fuerzas ni clase, que se defendió en la muleta.

Con el cuarto consiguió algunos muletazos sueltos de calidad ante un ejemplar tardo, sin codicia y de escaso recorrido.

En cuadrillas saludaron tras banderillear Lipi, tras parear al segundo, y Jarocho y Fernando Sánchez tras prender los palos al tercero. Sánchez prendió el mejor par de la tarde al sexto, dándole ventajas.

El espectáculo, que resultó entretenido, deparó como noticia la concesión de esos dos primeros trofeos en esta Feria de Abril 2017.

ABC

Por Lorena Muñoz. Adame y El Cid rescatan a Fuente Ymbro en Sevilla

Tras el llenazo de Resurrección, la Maestranza volvió a su ser con algo más media entrada en los tendidos. Era una tarde ideal para torear en Sevilla, con tres toreros que se jugaban mucho. Los tres apostaban todo a una carta en un único paseíllo en el abono.

En los chiqueros esperaba la corrida de Fuente Ymbro. Era la misma divisa que el año pasado propició la Puerta del Príncipe de Juan José Padilla el sábado de Feria. Pero en este solitario domingo de preferia de Abril a los toros de Ricardo Gallardo les faltó empuje, raza y casi todo para dar lo que se esperaba. Al encierro se le pegó poco en varas y aún así no hubo fuerzas para aguantar en la muleta. Dos toros salvaron el rumbo de una tarde que transitaba por el desierto y solo con el brillo de las cuadrillas.

Diego Urdiales abrió cartel. Su lote fue imposible, a pesar de que la disposición del torero de Arnedo se dejó ver pronto. En el primero tuvo que conformarse con una tanda y media, que es lo que aguantó el de Gallardo. La salida del cuarto no auguraba nada bueno. Sin fondo y con medias embestidas, el astado echó la cara arriba, pero el torero no quiso rendirse y le robó varios pases con los vuelos.

Siempre a más

Si cuatro paseíllos eran los de Urdiales, cuatro son las Puertas del Príncipe que tiene El Cid, este año en su única comparecencia maestrante después de ser base del abono muchas temporadas. Su primero no le permitió muchas concesiones. El quinto, que brindó a Joaquín Moeckel, fue siempre a más y acabó entregado al empuje del torero sevillano, que se templó con la zurda, le bajó la mano y se gustó en los pases de pecho. Sonó la música. Y se centró Manuel Jesús, que llegó más al tendido cuando le dio aire y distancia. Una oreja trabajada.

Otra, la primera de la temporada, se llevó el mexicano Joselito Adame con el tercero bis. Lo recibió templado a la verónica y anduvo inteligente en la faena. Templó con la diestra hasta que sonó la música. Se gustó al natural intentando que no terminara de rajarse, haciendo las cosas despacio, citando de frente y mirando al tendido. El remate fue una gran estocada que por sí misma valía el premio. El sexto, el menos rematado, fue otra historia…

El Mundo

Por Carlos Crivell. Joselito Adame y El Cid cortan una oreja en la primera de la feria

La corrida de Fuente Ymbro se despeñó por el camino de la mansedumbre y la falta de fuerzas. El batacazo no fue total porque las dos orejas cortadas por El Cid y Adame maquillan el festejo. Es decir, los diestros salvaron el encierro. Y lo hicieron con dos grandes estocadas en dos faenas correctas pero sin méritos para el triunfo.

Joselito Adame le cortó la oreja al tercero gracias a una soberbia estocada de la que el de Fuente Ymbro salió muerto sin puntilla. Fue un sobrero que se lidió por otro inválido y que, sin clase, al menos fue noble. El mexicano, que torea con una muleta gigantesca, lo entendió bien en tandas cortas a media altura sin posibilidades de ligazón. Faena correcta, de torero listo, que remató de un estoconazo. Se perfiló con la punta del estoque hacia arriba, hizo el arco, bajó la mano izquierda y la enterró en el hoyo. Una estocada, una oreja, como suele ocurrir en las plazas de categoría.

Manso en los primeros tercios fue el sexto. Adame se lució en lances a pies juntos con garbo. Fernando Sánchez colocó un soberbio par de banderillas y saludó en solitario, aunque es tercero en la cuadrilla. Adame comenzó muy torero por bajo, fue inteligente para torear en el tercio aprovechando las querencias por ambos pitones. El toro era muy poca cosa. Lo sacó al centro tarde y el animal volvió a su sitio natural, las tablas.

Diego Urdiales pasó de puntillas por la plaza. Alguna verónica de buen corte al primero, un toro gazapón mal lidiado, con el que no se encontró nunca a gusto. El cuarto, flojo y buscando las tablas, le permitió dejar algún natural de clase en una labor discreta.

El Cid tropezó con un manso en primer lugar que apretó mucho a tablas. Afanoso, el de Salteras le buscó las vueltas sin poder alcanzar ningún brillo. El quinto fue muy flojo aunque noble. Manuel Jesús se centró con la izquierda en una labor de menos a más. De nuevo surgieron los naturales largos y templados que han adornado su trayectoria. Faena corta con el toro rajado en tablas y el torero con ansias de triunfo. Lo mató bien y paseó la oreja.

Sevilla Temporada 2017

23_abril_17_sevilla.txt · Última modificación: 2020/03/26 12:09 (editor externo)