Herramientas de usuario

Herramientas del sitio


26_septiembre_21_sevilla

REAL MAESTRANZA DE SEVILLA

Feria Extraordinaria de San Miguel

Domingo 26 de septiembre

Corrida de rejones

Ficha técnica del festejo

Ganadería: Toros reglamentariamente despuntados de San Pelayo (correctamente presentados, con juego y movilidad).

Rejoneadores:

Andrés Romero: Pinchazo, rejón de muerte bajo que hace un municipal (saludos); media estocada caída, descabello (vuelta al ruedo tras petición).

Lea Vicens: Medio rejón de muerte bajo, dos descabellos (saludos); dos pinchazos, rejón de muerte, descabello (saludos).

Guillermo Hermoso de Mendoza: Rejón de muerte en su sitio, rueda sin puntillas (dos orejas); pinchazo, rejón de muerte (oreja). Sale por la Puerta del Prícipe.

Incidencias: el caballo lusitano “Máximo”, de capa albina y adornos con lazo blanco y amarillo, que salió en primer lugar, recibió una cornada al resbalar ocasionándole una eventración del instentino delgado, falleciéndo posteriormente en en hospital clínico veterinario de Aznalcóllar.

Presidente: Joaquín José Herrera.

Tiempo: soleado, caluroso al principio.

Entrada: media plaza.

Imágenes

Video resumen AQUí

Crónicas de la prensa

Por Jesús Bayort. ABC. El príncipe Guillermo Hermoso de Mendoza

Se anuncian como toros de San Pelayo, pertenecen a Pedro Gutiérrez Moya ‘El Niño de la Capea’ y se crían en casa de Miguel Ángel Perera. Tienen la clase de los Murube-Urquijo, la raza del salmantino y el fondo del extremeño. Los maestros (emparentados como suegro y yerno) lidiaron ayer uno de los encierros de rejones más completos que se recuerdan en esta plaza: bravos, rítmicos, entregados, duraderos y enclasados. Y por si fuera poco, entipados, según el encaste y según merece Sevilla.

Tan importante fue el encierro que permitió que la Puerta del Príncipe se abriera por primera vez en lo que llevamos de temporada. A las 20.30 horas paseaba a hombros por el Paseo de Colón Guillermo Hermoso de Mendoza. Los viandantes profanos imaginarían que se trataba del triunfador de la exhibición de enganches que se había celebrado durante la mañana en el coso maestrante. Porque todo hay que decirlo, Guillermo, según vestía, parecía de todo menos un torero. Mejor no compararemos su indumentaria con la de Javier Buendía. Por ejemplo, ¿cómo va a ser igual un sombrero de ala ancha que un calañés? Si es que eso parece un pastel de ‘Belém'.

Ésta es la única falta que podríamos ponerle al primogénito del maestro, en la tarde en la que se proclamó príncipe, eventual, del toreo. El talento del nuevo Hermoso de Mendoza resulta casi insultante, por el manejo que tiene de la cuadra, la inteligencia con la que vislumbra las condiciones de los toros y la capacidad que desarrolla delante de ellos.

Cortó tres orejas. Y pudieron ser cuatro, si llega a acertar antes con el rejón de muerte al sexto de la corrida. Su tauromaquia se cimienta principalmente en el toreo a dos pistas. Lo empleó repetidamente en ambas lidias. Al tercero, un animal que careció de la raza de los predecesores, lo entendió al milímetro. Derrochó frescura y comprendió qué terrenos emplear en cada fase de la faena. Sin acelerarse, consiguió momentos meritoriamente templados, culminados con un extraordinario par a dos manos. Cabe destacar que el total de sus banderillas quedaron clavadas conjuntamente, evitando que aquello pareciera un árbol de navidad, como ocurrió con otros toros.

Con las dos orejas en el esportón, y mirando de reojo a la puerta más gloriosa del toreo, fue recibido con una sonora ovación antes de salir el 'cierraplaza'. Con éste no se salió en toda la faena de la zona de tablas. Quiso aprovecharlo en esos terrenos, pese a que el toro no dio muestras de querencias. Su labor estuvo cargada de dinamismo, sin alargar su duración y empleando únicamente tres caballos. Esto es importante para evitar los tiempos muertos. Otro ajustadísimo par a dos manos, casi rozando el burladero, puso al tendido en pie. Mató al segundo intento, pero le valió el tan ansiado trofeo.

La corrida comenzó con mala pata, literalmente: el caballo 'Máximo' de Andrés Romero resbaló en el inicio y el toro lo hirió. Pese a que fue trasladado a un hospital de Aznalcóllar, los servicios veterinarios nada pudieron hacer por salvar su vida. Esa tragedia condicionó la tarde del caballero onubense, que intentó reponerse con entrega y torería. Fue creciendo su intensidad, poniendo a la plaza en pie tras una arriesgadísima batida al cuarto.

Lea Vicens tuvo en suerte el animal más bravo de la corrida. ‘Canastito’, lidiado en segundo lugar, dio varias vueltas al ruedo tras la grupa de la rejoneadora, que se lució a lomos de ‘Bético’ y mantuvo un alto nivel en sus dos faenas.

Por Álvaro Ochoa. Diario de Sevilla. Un triunfo muy Hermoso

Histórica tarde en Sevilla. El joven rejoneador Guillermo Hermoso de Mendoza abrió con fuerza la Puerta del Príncipe tras cortar tres orejas a los excelentes toros de San Pelayo. Andrés Romero y Lea Vicens fueron privados de trofeos por los metales. La otra noticia que deja el festejo de ayer es la muerte de Máximo, caballo lusitano de la cuadra de Andrés Romero. El animal resbaló en el primer tercio y fue corneado en el vientrepor el primer astado de la tarde. Mientras estaba siendo intervenido en el Hospital Equino de Aznalcóllar falleció. Las redes sociales del onubense lo despidieron con un sentido mensaje: “Nuestro cariño y recuerdo a un animal ejemplar”.

Esta luctuosa información llegó a los tendidos mientras Guillermo Hermoso de Mendoza lidiaba con éxito a su segundo toro, último de arrebatadora tarde en la que le salió casi todo. Arrancó recortando bien, encelando con la bandera tras el rejón de castigo y cambiando la grupa con éxito. Movimientos que encendieron a los tendidos y los preparó para las banderillas cortas a dos manos y un rejonazo de muerte que levantó al público y lo puso a agitar a pañuelos. Todo ello montado sobre Disparate, el mejor equino de los que galoparon por el cuestionado albero de El Arenal. En su segundo, que cerró plaza, repitió la fórmula con éxito y le añadió emocionantes rosas. En cambio, en la suerte suprema pinchó y clavó atravesado a la segunda. Algo que le privó de dos nuevos apéndices, pero no de encaminarse a hombros al Paseo de Cristóbal Colón.

Un lugar del que anduvieron lejos sus acompañantes de cartel. Andrés Romero abrió plaza con el percance de Máximo, que encogió a los espectadores. Sin embargo, se repuso junto a Distinto, con el que clavó sus primeros rejones de castigo. Y continuó en línea ascendente en banderillas, dibujando un quiebro de quilates. Un pinchazo, un rejón de muerte y tres descabellos le hicieron imposible lucir trofeos. Una sensación se le quedó en el quinto, aunque a este le diera la bienvenida al ruedo con una chaqueta campera de tipo marsellés. A ello le sumó celebrados giros de 360 grados en la cara del morlaco. Pero un rejón trasero sin partir y requerir del descabello sólo le permitió ver algunos pañuelos a su favor y dar la vuelta al ruedo.

La francesa Lea Vicens tampoco tuvo su comparecencia más acertada. En su primero, sí desplegó un buen galope y llevó al toro junto a su grupa. Tras correctas banderillas cortas, necesitó de medio rejón atravesado y tres descabellos para hacer caer a la res. Al quinto salió con más brío y puso un rejón de castigo en el sitio. Suspiros de España animó su tercio de banderillas, cuando llevó cosido al estribo al toro. Unos fantásticos palos cortos acercaron la posibilidad de oreja, pero dos pinchazos y rejón levemente cruzado fueron insuficientes para dar muerte. Después de seis descabellos, puso fin a su actuación. Después de seis descabellos, puso fin a su actuación y a la única corrida de rejones que tiene esta Feria de San Miguel, que sobrepasa su ecuador y que hoy descansará para regresar mañana con una novillada.

Por Álvaro Rodríguez del Moral. El Correo de Andalucía. Guillermo Hermoso de Mendoza, por la Puerta del Príncipe

La atípica Feria de San Miguel ha sobrepasado su ecuador con un festejo de rejones que, de alguna manera, ha servido de nexo con las dos mitades de este atípico ciclo trasplantado de primavera al otoño. El cartel, de medio tono, no animó la taquilla pero sobre todo hacía brillar otras ausencias que se hicieron especialmente evidentes a lo largo del desarrollo del ‘meeting’ ecuestre. No hace falta ni citar nombres. La verdad es que el más joven de la terna, Guillermo Hermoso de Mendoza, marcó una diferencia abismal con sus compañeros. La altura de su monta, su sentido del espectáculo y la capacidad lidiadora están en otro nivel. El jinete navarro abrió la Puerta del Príncipe con todo merecimiento abriendo un ancho abismo que, una vez más, exige verlo con oponentes de su altura dejando atrás mezquindades de la política taurina.

¿Qué hizo Guillermo para abrir el ansiado arco de piedra de la Maestranza? Hubo una premisa fundamental que presidió siempre su labor: el hijo de Pablo Hermoso de Mendoza –que ya puede volar solo sin la tutela ni los prejuicios paternos- encuentra siempre toro y torea a caballo. Pero lo hace reunido con el animal que siempre lleva cosidos a la grupa, metidos en los costados o consentidos en los pechos. El peculiar público que puebla este tipo de festejos en Sevilla –los abonados habituales suelen ceder sus entradas en esta fecha- se dio cuenta de que aquello era otra historia a la salida del tercero, al que paró a la grupa en un palmo de terreno. Había otra intensidad, otro nivel. Hermoso se encuentra a gusto por los adentros y saber jugar con las distancias.

El jinete de Estella encela a los toros tocándolos de pitón a pitón con la grupa de su caballo. Es un hallazgo técnico que encela al animal y a los públicos. Fue una labor, en definitiva, en la que hubo poco respiro y que culminó colocando las cortas a dos manos. El rejonazo fue fulminante y las dos orejas le entreabrieron la Puerta del Príncipe. Iba a terminar de amarrarla volviendo a ponerlo todo con el sexto en una faena de factura similar que volvió a tener la misma virtud: llevar siempre toreado a su enemigo. Los alardes a la grupa, la precisión al clavar, la intensidad que le faltaba al toro… fueron claves en una faena que se pudo pasar de rosca en las rosas y el par a dos manos, colocando muy por dentro. Tenía la oreja en la mano pero estuvo a punto de perderla por culpa del acero, que cayó muy trasero después de un pinchazo. No fue óbice para que el público insistiera en la petición hasta que el palco, no sin reticencias, concedió ese tercer trofeo que le franqueaba la puerta de la gloria según Sevilla.

Hay que redundar en la idea. Las faenas de Andrés Romero y Lea Vicens estuvieron en otro escalón. El onubense, además, tuvo que lamentar la grave cornada sufrida por su caballo ‘Máximo’ al caer en la cara del primero en un resbalón. Se le salían las tripas por el vientre pero pronto se supo que el animal iba a ser trasladado a una clínica de Aznalcóllar en la que, lamentablemente, no se pudo hacer nada por salvar su vida. Romero busca la conexión del público y usa y abusa de los alardes, no siempre en la cara del toro. Imprime cierta vibración a sus faenas que, con mejor manejo del acero, le habrían podido servir para cortar algún trofeo. Lea Vicens, por su parte, se mostró correcta y entonada en sus dos actuaciones, de menos a más, pero el mal manejo de los aceros entibió su labor, que no pasó de ovaciones.

Por Antonio Lorca. El País. Puerta del Príncipe para Guillermo Hermoso

Comenzó mal y tarde el festejo, —los clarines tocaron por vez primera 15 minutos después del inicio del espectáculo gracias a la pachorra de un presidente al servicio de la rejoneadores, que pasean y pasean hasta la extenuación e indican al palco el cambio de tercio—, y acabó bien, pues Guillermo Hermoso de Mendoza salió a hombros por la Puerta del Príncipe tras cortar tres orejas.

No fue una actuación para tal premio, pero se le debe reconocer que es un rejoneador en franca y positiva progresión, que transmite seguridad y conocimiento, y trata de hacer un toreo elegante y clásico.

Y no lo fue, a pesar de sus muchos aciertos, porque los toros de San Pelayo, tan exigidos por las damas y caballeros a caballo, son tan nobles, generosos y blanditos, tan colaboradores los pobrecitos, que dan más lástima que respeto. Los rejoneadores no lidian a un animal fiero y encastado, aunque tenga los pitones cortados, sino a un borrego que anda por allí como un alma en pena pidiendo socorro.

A sus dos faenas, pues, les faltó la emoción del toro. Dicho lo cual, su actuación tuvo pasajes interesantes: paró a sus dos oponentes en un palmo de terreno, templó a la perfección a dos bandas, y se lució con las hermosinas y los pares de banderillas cortas que colocó en ambos toros. Mató de un rejón fulminante a su primero, y la plaza y el palco se le rindieron a un tiempo. Y hubiera paseado otras dos orejas del sexto si no falla en primera instancia con el rejón de muerte.

Por Toromedia. Guillermo Hermoso de Mendoza sale por la Puerta del Príncipe en la de rejones

El primero de la tarde alcanzó de salida al caballo Máximo, hiriéndolo y provocándole una evisceración de la que moriría más tarde al ser intervenido. Con este mal sabor de boca comenzó la tarde para Andrés Romero. A este toro le puso dos rejones de castigo y en banderillas comenzó con Kabul, con el que templó bien la embestida del toro y clavó tres banderillas batiendo muy bien. Siguió con Guajiro con buenos quiebros y concluyó con Chamán poniendo cortas. Pinchazo, rejón y dos descabellos. Ovación.

Andrés Romero recibió al cuarto con el marsellé clavando un rejón y sorteando algún que otro arreón del toro. En banderillas sacó a Caimán y puso dos buenos palos. Volvió a montar a Guajiro y se ajustó en las batidas y los embroques, llevando la emoción al tendido. Terminó con Chamán colocando cortas y mató de rejón trasero y descabello. Hubo petición de oreja, que no le fue concedida. Dio una vuelta al ruedo.

Lea Vicens templó bien de salida al segundo de la tarde, al que puso un solo rejón de castigo. Con Bético aprovechó la buena condición del toro en galopadas de costado. Clavó tres palos destacando el tercero, yendo de frente. Con Diluvio el toro esperó más y se mostró reservón, lo que también dificultó las cortas con Deseado. Mató de pinchazo hondo y tuvo que descabellar. Fue ovacionada.

En el quinto, Lea Vicens paró al toro con Guitarra, clavando dos rejones de castigo. En banderillas templó bien de costado con Bético, con el que puso tres buenas banderillas con la expresividad propia de este caballo. Con Diamante siguió subiendo el nivel de la faena con espectaculares batidas al pitón contrario. Cerró con dos rosas montando a Fermín y mató de tres pinchazos y varios descabellos, perdiendo el triunfo. Ovación tras aviso.

Guillermo Hermoso de Mendoza cuajó una excelente actuación en Sevilla. En su primero, enceló al toro de salida doblándose muy bien con él sobre Jíbaro. En banderillas sacó primero a Berlín, con el que templó de costado y se metió por los adentros sin apenas espacio. La pena es que el toro no lo siguiera más, pero Guillermo puso lo que le faltaba al del Capea, llegando a hacer la 'hermosina', esa suerte en zigzag con la grupa que inventara su padre. Continuó con Índico clavando dos banderillas de frente. Cerró la faena con Esencial con dos cortas y un par a dos manos que terminó de caldear al tendido. Mató de rejonazo sin puntilla y cortó dos orejas.

Al sexto lo recibió montando a Jíbaro, con el que volvió a doblarse muy bien y clavó un solo rejón. En banderillas, el joven Hermoso de Mendoza se lució con Disparate y sus galopadas de costado y en zigzag, aunque al de San Pelayo le faltó un poco de empuje. Puso rosas con Esencial y un par de cortas a dos manos que llegó mucho al tendido. Pinchó y dejó medio rejón que fue suficiente. Logró la oreja que le abría de par en par la Puerta del Príncipe.

Fotografías: Antonio de los Reyes/Arjona/Toromedia.

26_septiembre_21_sevilla.txt · Última modificación: 2021/09/27 13:48 por paco