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REAL MAESTRANZA DE SEVILLA

Jueves, 31 de mayo de 2018

Corrida de novillos

FICHA TÉCNICA DEL FESTEJO

Ganadería: novillos de El Parralejo (con diferente presentanción y juego desigual; nobles aunque blandos y faltos de casta en general. Excelente el 1º y buenos 4º, 5º y 6º).

Diestros:

Ángel Jiménez. Media estocada (vuelta al ruedo); pinchazo hondo, estocada casi entera (oreja).

Emilio Silvera. Dos pinchazos, media estocada, aviso (silencio); estocada (oreja).

Alfonso Cadaval. Dos pinchazos, estocada contraria (silencio); estocada tendida, descabello (ovación).

Presidente: José Luque Teruel

Tiempo: soleado y temperatura agradable.

Entrada: casi tres cuartos de plaza.

Galería de imágenes: https://t.co/8U7AqSnhZ4

Video: https://vimeo.com/272845794

Crónicas de la prensa:

Lo mejor, lo peor

Por Antonio de los Reyes

Lo mejor: Raza de Ángel Jiménez con un buen cuarto de El Parralejo. El joven novillero tiró la moneda al aire desde el principio y se salió con la suya. Se fue a la puerta de chiqueros resolviendo bien, desde el tercio y de rodillas pegó dos buenas largas cambiadas, calentó los tendidos con verónicas de manos muy bajas e hizo el toreo de capa como nadie, templó las embestidas de su oponente en la faena de muleta y se jugó la vida al entrar a matar a cuerpo limpio, el animal lo enganchó de mala manera y milagrosamente no lo hirió. La oreja fue concebida por su entrega total en Sevilla.

Lo peor: Los novillos estaban para llevarlos con suavidad y no exigirles demasiado, cosa que se echó en falta por parte de la terna, algunos blandos muy justos de casta pero en líneas generales el ganado superó la prueba.

El Correo de Andalucía

Por Álvaro Rodríguez del Moral. Una novillada (por fin) divertida

Jiménez puso el argumento de mayor peso en un festejo entretenido y dinámico. Ya sabíamos que el novillero ecijano, rescatado para la profesión por Enrique Peña y José Luis Moreno, sabe torear. Lo mostró el año pasado, brillando a buen nivel con el único pablorromero que se dejó dentro del decepcionante envío del campo manriqueño. Pero ese buen tono se iba a ver acompañado este año con una indeclinable disposición que le permitió cambiar el signo de la tarde con estrategia y raza de novillero antiguo. Pero conviene ir por partes: Jiménez había cuajado de verdad al primero, un novillo de excelente clase al que enjaretó una faena rítmica, bien planteada, perfectamente estructurada a la que, eso sí, le sobró el epílogo. El toreo de Jiménez está adornado por una virtud infrecuente: el sabor. Pero es que los muletazos del torereo de la Sartén, ligados en el sitio de torear, están dichos con la cintura, expresados con todo el cuerpo y no caen en el vicio de la sobreactuación. Tenía la oreja en la mano pero hay que trabajar el sentido de la medida…

El caso es que la tarde estaba para él. Ángel Jiménez había salido sincera y resueltamente a triunfar y se jugó el tipo a portagayola antes de enjaretar dos largas de rodillas en el tercio. Fue en el cuarto de la tarde. Después llegó un puñado de verónicas arrebatadas y hasta una media de cine que marcó muchas diferencias. El chaval volvió a enseñar ese sentido rítmico del toreo en una faena entregada y reunida en la que sí falló el definitivo fondo del utrero. Jiménez sabía que había que amarrar aquello como fuera y tiró de raza antigua. La estocada sin muleta terminó de inclinar la balanza. La oreja, premio global a su excelente tarde, la paseó encantado de la vida. Puede y debe volver en la previa de San Miguel. Se le esperará con mucho agrado.

El segundo de la terna era Emilio Silvera. En Huelva dicen que es choquero y en Sevilla, que de aquí. Qué más da… Había ganas de comprobar los progresos de un chaval que ha logrado interesar a los profesionales a pesar de lo poco que se ha prodigado. Silvera, hijo del diestro onubense del mismo nombre, pudo mostrar su buen concepto del toreo con el segundo pupilo de Pepe Moya. Pero al novillo, sin ser malo, le faltaron bríos en el tercio final dejando la faena en apuntes y esbozos de la actitud del chaval, que iba a encontrar en la contundencia de su espada la llave de la oreja que le cortó al quinto, otro ejemplar de fuerza declinante que sí se empleó con importancia en los primeros muletazos. A Silvera le faltó mayor apuesta y compromiso en esa primera fase del trasteo pero, como Jiménez, supo volver las tornas.

Cadaval se despedía como novillero ante sus paisanos. Las dudas de otras tardes se tradujeron ayer en un mayor compromiso y, sobre todo, en una positiva evolución que le permitó solventar la papeleta con otros argumentos. No le faltó firmeza ante el desinflado y tardo tercero y tampoco fue mala la actitud con el buen sexto, que fue –con el primero– el más potable de todo el envío.

ABC

Por Lorena Muñoz. Jiménez y Silvera piden paso en Sevilla con un interesante encierro de El Parralejo

La apuesta sevillana para el cartel del Corpus no defraudó. Se lidió un interesante encierro de El Parralejo al que Ángel Jiménez y Emilio Silvera cortaron una oreja cada uno y Alfonso Cadaval saludó en el que cerró plaza tras fallar con al descabello. Tres novilleros con distintas circunstancias que ofrecieron sus respectivas versiones. Ahora por partes.

Ángel Jiménez mostró que quiere ser torero. Activo con el capote en los quites, en el que abrió plaza dejó buenos detalles a la verónica y en un galleo que remató con una media abelmontada aunque fue en la muleta cuando rompió con el noble «Bandido». Tuvo fijeza y regaló buenas y largas embestidas por el pitón derecho aunque al final de faena buscó la salida para rajarse. El de Écija lo toreó con largura con la diestra, el pitón con más calidad y sobre todo se gustó en los pases de pecho, con mucha hondura. Jiménez demostró un buen concepto aunque al natural le enganchó el engaño. La media estocada hizo que tardara en doblar y aunque hubo pañuelos, dio una vuelta al ruedo.

A por todas salió en el cuarto al que recibió en la puerta de chiqueros, y otras dos largas de rodillas le dio en el tercio antes de torear a la verónica con mucho gusto y poner al público en pie con el remate de hinojos con una media y un farol. El astigitano echó el resto y toreó con mucha entrega y con la mano baja con la diestra. Dispuesto a ganarse más contratos abrochó por bernadinas y se tiró a matar o morir sin muleta en el segundo encuentro. «Solterón» lo enganchó de forma dramática por el costado y estuvo suspendido unos segundos. Tras pasear el merecido trofeo entró en la enfermería pero salió poco después.

Emilio Silvera se presentaba con picadores en Sevilla después de su paso en las novilladas de promoción y demostró un buen concepto a pesar de no tener el lote más claro. Cortó la oreja al quinto de la tarde que le ofrecía una oportunidad después de no poder brillar con el segundo. Comenzó por entonados estatuarios que arrancaron la música. Silvera demostró que tiene buen aire y quiere hacer las cosas despacio, así que pulseó la embestida hasta meterlo en el engaño. Tiene temple y estuvo voluntarioso. Después de las manoletinas finales, cobró una buena estocada y cortó una oreja que lanzó a un nutrido grupo de partidarios que lo animaron toda la tarde en el tendido 11.

El segundo salió muy distraído al ruedo maestrante y pasó casi desapercibido hasta llegar al tercio final con nobleza pero sin muchas fuerzas, mermado por dos costaladas que se pegó en los primeros tercios. Con este panorama, el sevillano lo intentó primero con la diestra y después al natural por donde consiguió una meritoria tanda en la que citó de frente y que fue muy jaleada pero no llegó a calar en el tendido ya que no pudo ligar los muletazos. Acertó a la tercera con la espada y fue silenciado.

Alfonso Cadaval, que se despedía de novillero de Sevilla antes de su anunciada alternativa en la Feria de San Miguel, sorteó un tercero muy justo de raza que se paró muy pronto. El novillero estuvo porfión y queriendo hacer faena pero no consiguió lucirse así que fue silenciado. El sexto fue un toro de hechuras al que recibió a la verónica muy templado y ganando siempre terreno hacia los medios. Brindó al público, se quedó en el centro del anillo y se puso de rodillas para comenzar a torear tras llamar al novillo que se arrancó de lejos. Fue un emocionante comienzo diestro en el que ligó bien los muletazos así que sonó el pasodoble. Con sus compañeros de cartel con un trofeo cada uno, el novillero no quiso quedarse atrás, pero una vez de pie la faena no llegó a ser compacta, más lucida en redondo y con menos acople por la zurda. Saludó la ovación tras fallar con los aceros. En septiembre tiene su gran cita en el doctorado.

Diario de Sevilla

Por Luis Nieto. Ángel Jiménez, que brilla, corta una oreja y da una vuelta al ruedo

El espectáculo en la festividad del Corpus, en este caso una novillada, contó con un cartel con acento sevillano: Ángel Jiménez, Emilio Silvera y Alfonso Cadaval, quienes lidiaron un encierro de El Parralejo, ganadería que pasta en tierras onubenses, pero cuyo propietario es también sevillano: el empresario José Moya. Con esos mimbres, en tarde soleada, en la que todavía quedaba la reminiscencia del olor a juncia y romero matinal, se registró en La Maestranza más de media entrada en tarde soleada.

La novillada de El Parralejo, de desiguales hechuras y comportamiento estuvo en conjunto bien presentada y dio opciones de triunfo a la terna, destacando el ecijano Ángel Jiménez, quien concretó la actuación más completa.

Jiménez, que el año pasado dejó buena nota tanto en La Maestranza como en Las Ventas, se alzó como triunfador de la tarde por su garra novilleril, su valor y su buen toreo. Cuajó una gran faena al cuarto, un novillo bien presentado, que destacó por sus buenas embestidas por el pitón derecho. Jiménez lo recibió con hasta tres largas cambiadas de rodillas, la primera a portagayola. Y toreó muy bien a la verónica, rematando con una media de rodillas y un afalorado. La apertura de faena de hinojos, con la diestra, para continuar con muletazos suaves, fue a la vez explosiva y bella. Tiró muy bien del astado, cuando se vino a menos con muletazos templados y cerró con unas bernadinas ajustadísimas. Tras un pinchazo entró a matar sin muleta, colgándose de los pitones y recibiendo un pitonazo en la ingle -afortunadamente sin mayores consecuencias- a cambio de media estocada. Fue premiado con una merecidísima oreja.

Con el mansote y noblón primero, que embistió bien por el derecho, Ángel Jiménez también manejó con buen aire el capote, tanto ganando terreno a la verónica como en unas preciosas chicuelinas al paso para colocar al novillo frente al caballo. Con la muleta, se lució con la diestra en series con ligazón y muletazos largos; una de ellas con un pase de pecho circular interminable y con la zurda también destacó en una tanda con naturales muy ajustados. Mató de pinchazo hondo en la yema y dio una más que merecida vuelta al ruedo.

Emilio Silvera, hijo del matador de toros onubense del mismo nombre, fue premiado con un trofeo en su segundo novillo, un ejemplar de buena condición, pero que fue a menos. Comenzó su labor, voluntariosa y entonada, con unos estaturarios y fue bajando la intensidad a medida que el novillo se apagaba. Hubo una nutrida petición de oreja -el diestro contó con multitud de partidarios-, que fue concedida.

Su primero, segundo de la tarde, un astado con menos volumen, resultó noble, destacando su buen pitón izquierdo; aunque al animal, que sufrió un par de volatines tras el capote, le faltó brío. Posiblemente acusara una costalada brutal cuando perseguía el capote. Silvera logró lo más brillante con la zurda, tanto en una serie de naturales despaciosos y engarzados, como en otros sueltos a pies juntos. En esta ocasión falló con la espada.

Alfonso Cadaval, quien cortó el año pasado una oreja en esta plaza y está a un paso de la alternativa, que tomará el 30 de septiembre en el coso del Baratillo, de manos de Morante, anduvo voluntarioso con su primero, un ejemplar tardo y que se apagó pronto. Recibió al novillo con unas verónicas ganando terreno y con la franela lo más reseñable fue una tanda con la diestra. No estuvo acertado con la tizona.

El sexto, un astado serio, colorao, chorreao, de buenas condiciones, fue el más completo del encierro. Cadaval ganó terreno a la verónica y Ángel Jiménez, que había pasado por la enfermería tras su cogida en la suerte suprema por el cuarto, se marcó un precioso quite como fin de fiesta de su completa actuación.

Cadaval comenzó de manera explosiva, en los medios y de rodillas, toreando con la diestra. Luego, la faena resultó desigual, con algunos naturales y derechazos con prestancia, y no acertó en la rúbrica.

En conjunto, festejo entretenido en el que destacó sobremanera el ecijano Ángel Jiménez por su valor y su buen toreo en una novillada de El Parralejo, que ofreció opciones de triunfo.

31_mayo_18_sevilla.txt · Última modificación: 2020/03/26 12:12 (editor externo)