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PLAZA DE TOROS DE ALICANTE

Domingo 24 de junio de 2012

Corrida de toros

FICHA TÉCNICA DEL FESTEJO

Ganadería: toros de Cebada Gago (bien presentados y de juego desigual. Mejores los tres primeros).

Rafaelillo. Oreja y división.

David Mora. Oreja y saludos.

Rubén Pinar. Oreja en ambos.

Entrada: un cuarto.

Crónicas de la prensa:

EFE

Por José Ignacio González. Puerta grande al temple y la solvencia de Rubén Pinar

El albaceteño Rubén Pinar, con las armas del temple, la solvencia y la inteligencia, abrió la puerta grande del coso de la Plaza de España en un día del patrón en la que peor noticia fue la muy pobre entrada que presentó la plaza de esta Feria de las Hogueras.

Rafaelillo y David Mora no se fueron de vacío y lograron cortar una oreja ante una corrida de Cebada Gago con cuatro toros con opciones.

El escaso público que acudió a la plaza (ni los más viejos del lugar recordaban un día del patrón con tan poca gente en los tendidos) disfrutó sin embargo del espectáculo que la terna ofreció ante la variada y bien presentada corrida de Cebada Gago. De los tres, se llevó el gato al agua un Rubén Pinar muy solvente y maduro, que logró abrir la puerta grande.

Rafael Rubio “Rafaelillo” recibió con largas cambiadas a su primero, para ya de pie torear con arrestos a la verónica. El de Cebada se fue templando en su embestida en el último tercio, con un buen pitón izquierdo que supo ver el diestro murciano, bajando en ese momento la intensidad pero no la calidad de su labor, que fue especialmente notable en el toreo al natural. Cayó la oreja.

Con el cuarto, que desarrolló mucho peligro en el último tercio, Rafaelillo lo intentó con algún que otro apuro para acabar doblándose con él y matarlo de una estocada.

David Mora se pasó muy cerca al segundo desde los mismos lances de recibo al segundo, que se dio una tremenda costalada y fue cuidado en varas.

La faena, fundamentada en la mano diestra, tuvo momentos de mucha belleza, con el innegable empaque y personalidad del diestro de Borox. Por el izquierdo, el toro no fue el mismo y el sensacional volapié con el que concluyó Mora su labor valió por sí mismo la oreja concedida.

Con el quinto, que manseó en exceso y buscó muy pronto los terrenos de tablas, Mora toreó bien con la capa por delantales para después mostrarse tesonero pero sin acabar de ligar faena. Saludó una ovación.

En un año complicado para él, Rubén Pinar se reivindicó en una plaza que siempre se la ha dado de maravilla. Animoso con la capa, la mayor virtud de su faena al noble pero escaso de fuerzas primero fue la templanza con la que administró sus embestidas. Llegó a torear al ralentí el manchego sobre la mano izquierda y de no mediar el pinchazo previo a la estocada, podría haber cortado dos orejas, quedando el premio en una.

Con el sexto, que no se empleó en los primeros tercios, Pinar supo de nuevo tocar las teclas precisas para que el de Cebada rompiera en la muleta. Faena inteligente y de nuevo muy templada, cimentada sobre el pitón diestro, el mejor del toro. Media estocada algo caída fue suficiente para lograr la oreja que le franqueaba la puerta grande.

La Razón

Por Paco Delgado. Rubén Pinar le echa una mano a San Juan

Se confirmó la pérdida de tirón de San Juan, ya sea con figuras, sin figuras, con corridas amables o encierros duros, el día grande de las fiestas de Alicante mantiene un preocupante tendencia a la baja. Un cuarto del aforo, siendo generosos y mirando con buenos ojos, se cubrió para presenciar la oferta torista del serial, servida por la ganadería de los Herederos de Cebada Gago, que lidió un encierro muy terciado, con toros en el límite del peso mínimo exigido, justos de fuerza pero que se movieron y dieron juego.

Abrió plaza un torillo como en miniatura que dobló ya nada más topar en el peto, aunque embistió con ganas. Rafaelillo cumplió una faena un tanto efectista y rápida sin tenerlas todas consigo. No se empleó en el caballo el cuarto, que se quedó mucho más corto y echaba la cara arriba. No se confió con él, en ningún momento, el torero murciano, que se limitó a una faena de aliña preparatoria para la estocada.

El segundo se quedó sin picar y su matador trató, en vano, de que el segundo tercio se tramitase con sólo dos pares de banderillas. La principal dificultad, a priori, para David Mora era mantener en pie a su oponente, si bien, una vez afianzado, el animal fue repetidor y mostró nobleza, sin que Mora pasase de estar voluntarioso. Empujó con ganas en varas el quinto, más largo y que tapò así, en parte, su aspecto anovillado. Le costó al diestro acoplarse a su ritmo, acompañando las embestidas más que obligándolas, y cuando por fin parecía centrado, el animal se rajó, siendo ya su lidia una especie de forcejeo sin sustancia.

También le costó seguir la muleta al tercero, entrando al engaño receloso y descompuesto. Rubén Pinar supo entenderlo, llevándolo con mucha suavidad y pulso, sin violencias que lo estropeasen más, buscando corregir los defectos que tuvo el de Cebada antes de adornarse en el tramo final de su muy larga y trabajada faena. El sobrero que cerró plaza salió distraído, mansón y a su aire y también renegó en el inicio del último tercio. Sin embargo, el de Albacete supo encarrilarlo enseguida y el toro se entregó, permitiendo otro quehacer templado y mandón, muy por encima de su oponente, que fue a menos, y que le valió la puerta grande.

©Imagen: Rubén Pinar, en Alicante. | EFE

Alicante Temporada 2012.

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