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PLAZA DE TOROS DE ALICANTE

Lunes 25 de junio de 2012

Corrida de toros

FICHA TÉCNICA DEL FESTEJO

Ganadería: toros de Albarreal y Hermanos Sampedro (desigualmente presentados, blandos y varios con comportamientos extraños. Los mejores, 2 y 4, con vibración y nobleza).

El Cordobés. Ovación y oreja.

Francisco Rivera Ordóñez. Silencio.

Francisco José Palazón. Oreja y ovación.

Entrada: un cuarto.

Crónicas de la prensa:

EFE

Por José Ignacio González. El palco niega la puerta grande a El Cordobés en Alicante

Rompió plaza un toro de Hermanos Sampedro que remendaba el encierro titular de Albarreal. Inexplicablemente, echó la persiana en la muleta tras protagonizar un tercio de varas muy aceptable derribando incluso a montura y piquero. Inédito quedó Manuel Díaz “El Cordobés” sin materia prima con la que porfiar.

Con el cuarto, el torero de Arganda, que toreó muy bien en las primeras tandas, estuvo inconmensurable en lo suyo de mitad de faena en adelante. Y su parroquia encantada con el alboroto, salto de la rana incluido. Tremenda la bronca al palco por no conceder la segunda oreja tras la estocada. Loable la actitud de El Cordobés apaciguando los ánimos siempre con una sonrisa en la cara.

El segundo, de Albarreal, se fracturó una mano en los lances de recibo y hubo de ser apuntillado. Corrió turno Paquirri, que lanceó con soltura y banderilleó con facilidad levantando los ánimos de sus partidarios. Con la muleta, la labor careció de ajuste ante un toro noble pero sin entrega alguna. Leve la petición de oreja y ovación para el mayor de los Rivera Ordóñez.

El quinto, un sobrero de Hermanos Sampedro, comenzó a convulsionar tras la primera tanda de muleta de Paquirri y murió acto seguido. Antes, lo había banderilleado con brillantez y escuchó palmas mientras se encaminaba resignado al callejón.

La flojedad de remos de la corrida también se hizo presente en el tercero, devuelto tras rodar por la arena en el segundo encuentro con el picador.

Francisco José Palazón corrió turno y lanceó con gusto por delantales y, tras el testimonial paso por el caballo, le endilgó un quite por chicuelinas que tuvo personalidad.

Brindó a sus paisanos y compuso una templada faena en la que acertó a llevar la embestida del de Albarreal a su altura, sin apretarlo. Dos tandas de derechazos y una de naturales tuvieron cierto ritmo y compás. Mató de una estocada y cayó la oreja.

Con el sexto, también sobrero de Sampedro, que resultó desclasado y muy deslucido, Palazón dejó lo mejor en los buenos lances de recibo y en el inicio de faena por abajo. Puso empeño por ambos pitones pero no pudo sacar nada en claro.

El Mundo

Por Salva Ferrer. El Cordobés y Palazón cortan una oreja

Una cosa es estar en las ferias por méritos contraídos ante el toro en el ruedo y otra estar en la ferias como están los coches de tope, las verbenas y los puestos de palomitas y refrescos en las calles. Cierto que Manuel Díaz y Francisco Rivera tienen su público y también se anunciaron en la pomposamente llamada Feria del Arte y la Cultura en Las Ventas. Tela. No sólamente actúan en pueblos y gaches. Desconozco la Cultura o la formación humanística de Manuel, Francisco y Francisco José, pero tengo claro que, visto lo visto y según lo previsto, Palazón tiene mejor expresión y concepto que sus compañeros de terna. Da igual lo que hicieron Díaz y Rivera ayer. Estarán en 2013 a no ser que el toreo sea tomado como los franceses tomaron La Bastilla y se proclame un Nuevo Régimen. Urge la Revolución taurina y, tal vez, la social también.

Para condimentar el cartel, los toros se cargaron las ganas de pasarlo bien que traian las gentes, festivas y de fiesta. Y aún así, se pusieron en pié, aplaudieron, pidieron orejas, le gritaron ¡torero, torero! a El Cordobés… Manuel Díaz quedó inédito con su primero, que se moría vivo, y le pegó muchos pases al buen cuarto. Uno ya no se acuerda de nada. Algún pase de pecho. Y el croac del salto de la rana. La solanera se volvía loca, gentes de sombra también. Poder de comunicación.

Rivera anduvo con templanza y desajuste ante el segundo, con buen son y buen aire, y nada pudo hacer con el quinto, que murió de repente. ¿Un infarto?

Francisco José Palazón firmó la mejor faena del año pasado en esta feria. Por ello le dieron una placa en el prólogo. No tuvo material para reeditar triunfo pero firmó los mejores lances con la capa, con sabor, y dejó ver su expresión con la muleta ante el tercero. Con su punto de gusto, sentidos algunos muletazos sueltos. El sexto se puso muy violento y pareció tener problemas en la vista. La feria ha tenido su guasita simpática con las gafas, lentillas, los problemas de visión, gafas y oftalmólogos. Ha dado juego la anécdota óptica morantina. Tornillazos a diestro y siniestro el toro, tesón el torero, sin brillantez la faena.

Dicen que el tiempo lo cura y lo borra todo y se dice, también, que el fuego, tan arraigado en el Levante, lo purifica. Falso. El toreo de Morante es imborrable. Duele verlo y evocar lo del jueves. Que no se penalice a un torero cumbre por el gesto anecdótico y simbólico de las gafas. La pena y la penalización será si no vuelve el año que viene. Las Hogueras 2012 son ceniza y las del 2013 ilusión.

La Razón

Por Paco Delgado. Un gafe cerró Hogueras

El festejo que cerró la feria de Hogueras -en el que también falló el público, viéndose demasiado cemento en los tendidos- resultó desastroso, caótico, accidentado y desagradable. El primer toro se derrumbó nada más comenzar El Cordobés su faena de muleta y no pudo darle ni un muletazo. El segundo se desplomó instantes después de salir a la arena y tuvo que ser descabellado en medio de espasmos y temblores. Se corrió turno y el toro que le sustituyó se sujetaba con alfileres, siendo la labor de Paquirri meramente cuidadora, aunque tras acabar con él de un espadazo trasero y muy caído hubo quien le pidió la oreja, siendo silenciado después de esa petición. El tercero se arrancó con ganas una vez a cada caballo, doblando después de ese primer tercio y el señor presidente, sin esperar a ver cómo reaccionaba, le echó para atrás. Se volvio a correr turno y el astado que hizo tercero, sin especial relieve y también muy poca fuerza, permitió, por fin, que Francisco José Palazón dejase ver sus excelentes maneras en una faena templada, limpia, muy suave mientras el toro tuvo fuelle.

Parecía que tras la merienda iba a variar el panorama. El cuarto, a trancas y barrancas, medio aguantó en pie y dejó que El Cordobés pusiese en práctica su particular tauromaquia, combinando fases de toreo templado y ortodoxo, luciendo su toreo en redondo, con cabezazos, flequillazos y, cómo no, varios saltos de la rana que acabaron por enloquecer a un público facilón y lego en materia taurina.

Pero el quinto, sobrero de Hermanos Sampedro, tras el tercio de banderillas comenzó a tambalearse y se murió solo, sin que Paquirri pudiese dar comienzo a su faena de muleta, abroncando la gente al pobre presidente por no conceder la lidia de otro sobrero.

Y, para rematar el petardo, el sexto, otro sobrero de Hnos. Sampedro, se paró enseguida y se puso a la defensiva, sin dejar a Palazón otra opción que tirar de ganas y voluntad en un trasteo embarullado y sucio.

Menos mal que no hubo que lamentar ningún percance. Y que se acabó la feria.

©Imagen: El Cordobés, en Alicante. | EFE

Alicante Temporada 2012.

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