Alicante, el 2 de agosto de 1946
De espontánea: El 19 de noviembre de 1959 se tira de espontánea, apenas 13 años, en la plaza de Alicante durante un festival benéfico.
Temporada 1962: de prepara como rejoneadora en la finca de Muñoz Guerra, en Trebujena (Cádiz). Forma pareja como rejoneadora con Amalia Gabor y actúan con éxito en Sevilla, Marbella, Puerto de Santa María, Manzanares, Segovia, Andorra y algunas plazas de Francia.
Temporada 1965: ya es una reputada rejoneadora, pero tiene la espina clavada de no poder hacer lo que mas le gusta que es torear a pie. Por eso se va a Hispanoamérica donde el público se entusiasma con ella llamándola cariñosamente Angelita o Angelilla.
Temporada 1972: su cruzada en los tribunales la hizo de la mano del abogado José Briones (hermano de Carlos Briones, director entonces de El Ruedo), que la inició el 29 de febrero cuando presentó la petición de Ángela reclamando su derecho a torear a tres entidades: al presidente del Sindicato Nacional del Espectáculo, al Ministro de la Gobernación y un tercer escrito al Ministro de Trabajo.
Temporada 1973: el 3 de abril varios diarios, como La Voz de Asturias, publicaban la noticia de que Manuel Benítez “El Cordobés la apoderaba.
Temporada 1974: el 10 de agosto el Ministerio de la Gobernación, a la sazón dirigido por Carlos Arias Navarro, decretó la suspensión del artículo 49 párrafo C del Reglamento Taurino que prohibía torear a pie a las mujeres en España desde hacía 34 años.
Debutó como torero a pie en España: el 15 de septiembre de 1974, en un festival en Jerez de los Caballeros, con Antonio Lebrija, Pepe Cámara, Antonio Medina y José Cubero “Yiyo”, con novillos de Martín Berrocal y Prieto de la Cal (dos orejas).
Presentación en Córdoba: el 1 de junio de 1975, con novillos de Ana Romero. Alternando con Tomás Moreno “El Tempranillo” y Antonio Beneto “El Mesías”.
Alternativa: En 1979 la Plaza de la República Mexicana siendo su padrino Manolo Martínez.
Otros datos. Nombre completo: Maria de los Ángeles Hernández Gómez. Se crió en Algeciras donde su padre prestaba servicio como Guardia Civil. Quedó huérfana de padre y madre a los quince años. Menor de seis hermanos, trabajó duro en el campo, recogiendo tomates y vendiendo patatas, así como “parisién” en las playas algecireñas y repartiendo periódicos a domicilio. Así lo recuerda ella: “me crié en un cuartel. Mi padre me llevaba a la plaza de toros con el piquete. Allí conocí a Paquito Esplá, que me dio las primeras lecciones de toreo. También me han ayudado Enrique Beltrán y Manzanares, padre de José Mari”. Con 16 años se va a Madrid, allí consigue trabajar como extra en algunas películas: “fue por entonces cuando doble a Marisol”. Años más tarde hizo de Claudia Cardinale en “Las Petroleras” doblando a la actriz italiana en las escenas mas arriesgadas y también en el rodaje de “Las Amazonas” película protagonizada por el hijo de Robert Mitchum. Tuvo varios percances graves en los ruedos a lo largo de su carrera, como los ocurridos en Elche y Jerez. También tuvo un grave accidente de coche. Pero el percance más grave fue el ocurrido en Huesca el 14 de agosto de 1975: una fisura en la quinta vértebra lumbar le causó una parálisis en las piernas. Operada con éxito tardó tres años en recuperarse tras pasar un año atada a una silla de ruedas. Toreó por última vez en España el 19 de junio de 1977 en San Sebastián de los Reyes (Madrid). En total toreó 300 corridas. Tuvo 17 percances. Fue la primera mujer en España que toreó con picadores. Posteriormente siguió ligada al mundo del toro, pues es la mayoral de la ganadería de reses bravas de Maria Palma, en El Garrobo (Sevilla). En el 2008 tuvo un grave percance cardiovascular del que logró salir. Fallece en Madrid la noche del miércoles, 1º de marzo de 2017.
Por Antonio Lorca. Una torera luchadora, feminista y reivindicativa
María de los Ángeles Hernández Gómez, Ángela en el mundo de los toros (Alicante, 1946) no pasará a la historia de la tauromaquia por sus triunfos en las plazas de postín, pero sí debería ser recordada como una mujer de bandera y una torera comprometida con el derecho de todas las mujeres a torear a pie, actividad que estuvo prohibida en España hasta el año 1974 cuando el Ministerio del Interior anuló el artículo 49 del Reglamento Taurino.
Y lo hizo a instancias de Ángela, que dedicó más de tres años de su vida a una incesante reclamación del derecho de todas las mujeres a poder torear pie a tierra, como los hombres. Así, pudo mostrar con sumo orgullo el carné que la acreditaba como primera mujer que conseguía el permiso administrativo para hacer el paseíllo como cualquier torero.
Esa fue, sin duda, su gran aportación al mundo de los toros, al que dedicó toda su vida en diversas facetas, aunque los triunfos vestida de luces le sonrieron con más frecuencia en América, adonde se traslado para ejercer su vocación ante la prohibición española.
Ángela nació el 2 de agosto de 1946 en Alicante, y muy pronto despertó en ella la afición a los toros; así, a los 13 años -el 18 de noviembre de 1959- se tiró de espontánea en un festival benéfico en su localidad natal.
Seguidamente, la familia se trasladó a Algeciras, donde su padre, guardia civil de profesión, fue destinado. Allí, cimentó su vocación y conoció a experimentados taurinos de los que aprendió la técnica del toreo, como el novillero Francisco Esplá, padre de los matadores Luis Francisco y Juan Antonio Esplá, que fue su primer maestro, Enrique Beltrán y el padre del matador José Mari Manzanares, entre otros.
Pronto quedó huérfana de padre y madre y empezó a trabajar en el campo, hasta que, a los 16 años, decidió viajar a Madrid, donde hizo sus pinitos en el mundo del cine como doble de Marisol en algunas de sus películas.
Pero la pantalla no le hizo olvidar sus aspiraciones taurinas; y como la legislación le impedía medirse con sus compañeros, aprendió equitación y se hizo rejoneadora, una especialidad que compartió en numerosas plazas con la rejoneadora portuguesa Amelia Gabor, con la que formó pareja artística.
Ante la imposibilidad de torear con capote y muleta en España viajó a Hispanoamérica, donde toreó en México, Guatemala, Panamá y Venezuela, y alcanzó éxitos muy notables.
Regresó a España en 1970, y comenzó, entonces, su lucha por el derecho de las mujeres toreras. Con el carné en el bolsillo se presentó el 15 de septiembre de 1974 en un festival en Jerez de los Caballeros (Badajoz), y debutó con picadores al año siguiente en la plaza de Palma de Mallorca apoderada por Manuel Benítez El Cordobés y Paco Ruiz.
Durante 1977 continuó su actividad en las plazas españolas, pero las continuas lesiones le impidieron alcanzar el triunfo deseado; una grave cogida en Huesca, que le afectó la columna vertebral y de la que fue intervenida en varias ocasiones, acabó con sus ilusiones. Había tomado la alternativa en la localidad mexicana de Tuxtla con Manolo Martínez como padrino. Reapareció en América en 1986, y en España toreó en Elche en 1990.
Aunque se cortó la coleta, nunca se desligó del mundo taurino; fue representante de las ganaderías de María Palma y Aguadulce, y apoderada de los toreros Luis Rubias, Ignacio Ríos y Conchi Ríos.
Ángela falleció la noche del pasado miércoles en un centro hospitalario de Madrid, a los 71 años. Según cuenta el portal Aplausos, la torera se sometió a una operación en un hombro, pero al despertar de la anestesia se sintió mal, la situación se complicó, y, finalmente, falleció. /Foto de El País.
Por Carlos Abella. Mujer pionera en los toros
Este no es solo el obituario de un torero. Es el de una mujer digna de admiración, porque Ángela fue una luchadora de una causa auténtica, y la realizó contra un sistema totalitario, cuando la lucha podría entrañar privación de libertad. Ángela quería ser torero, simplemente eso. Es decir, utilizar un capote y una muleta para realizarse artísticamente y poner en riesgo su vida. Y eso desde el final de la guerra civil estuvo prohibido a la mujer, penalizando la igualdad de género -como se dice ahora- e impidiendo la realización personal de un ser humano.
Ha sido un contratiempo inesperado el que después de una nueva operación de su dañado hombro, la ha llevado este jueves 2 de marzo al paraíso de los artistas celestiales donde figuran ya otras luchadoras de su calibre como Juanita Cruz y Conchita Cintrón, con las que compondrá un mágico cartel de grandes toreros.
Cuando en julio de 2010, al poco de mi nombramiento como Director de Asuntos Taurinos, la Comunidad de Madrid organizó una exposición dedicada a la importante presencia de la mujer en el mundo de los toros quise conocerla y ofrecerle la visibilidad que merecía en este tiempo de tanta reivindicación femenina. Me invitó a visitarla en su casa de Torrejón de Velasco y allí me contó su tremenda odisea por ser torero y me enseñó sus recuerdos, las fotografías de sus actuaciones y todo el ingente papeleo legal de su reclamación jurídica para que se le reconociera el derecho a torear a pie en una plaza de toros.
Y es que en los primeros años setenta el artículo 49 del reglamento taurino seguía prohibiendo el toreo a pie de las mujeres. El franquismo languidecía y venían tiempos de cambio y al hilo de ellos, Ángela Hernández (Alicante, 1948) quiso disfrutar de los mismos derechos que cualquier hombre y torear a pie. Por ello, el 29 de febrero de 1972, su abogado José Briones presentó un escrito ante Sindicato Nacional del Espectáculo solicitando que a 'Ángela' se le expidiera el carné como aspirante a matador. La batalla duraría dos años largos, hasta que el 2 de abril de 1973 el Tribunal Central Sindical de Amparo emitió un informe en el “reconocía a Ángela el derecho que le asiste para ser incluida como profesional del toreo a pie, debiendo la Agrupación acceder a su solicitud”.
En su combate Ángela recibió la solidaridad de más de cien empresarios, ganaderos, subalternos, novilleros, rejoneadores, y matadores de toros, y entre éstos, figuras tan notables como Paco Camino, Diego Puerta, Jaime Ostos, Palomo Linares, Ruiz Miguel, Dámaso González, Curro Romero, Rafael de Paula, Niño de la Capea y José Mª Manzanares, o tan modestos como eran entonces Antonio Corbacho o el gitano Simón, que el 29 de mayo de 1974, firmaron un escrito en el que pedían expresamente que se le autorizara a torear a pie. Por fin, el sábado 10 de agosto de 1974, la Agencia Cifra ofrecía la noticia titulada: “Las mujeres podrán ser toreros”.
Efectivamente, el lunes 12 de agosto, el BOE publicaba la Orden 15.701 que en su único artículo decía: “Se suprime el párrafo segundo del apartado c del artículo 49 del Reglamento de Espectáculos Taurinos, de 15 de marzo de 1962”.
Ángela había ganado la batalla y pudo iniciar una carrera profesional en España, e incluso llegó a actuar como dobladora de algunas actrices en muchas películas, y en concreto de Claudia Cardinale en la película El Zorro. Su trayectoria se vio perturbada por un accidente de circulación padecido el 2 de diciembre y en el que sufrió varias fracturas. En marzo de 1975 rompió con el que había sido su apoderado, Paquito Ruiz, que también lo era de Manuel Benítez 'El Cordobés', quien en la sombra le había ayudado mucho en su batalla, y firmó una exclusiva con el apoderado Manolo Cano, quien consiguió que el 25 de mayo se presentara en el Coliseo de Palma de Mallorca, y después en las plaza de Córdoba, Jerez y Alcalá de Henares, debutando en la Monumental de Barcelona el 19 de julio de 1975.
El 14 de agosto toreando en Huesca, sufrió una fisura en la quinta vértebra, con hernia discal y parálisis de la pierna izquierda. Debió estar ingresada un mes en el Sanatorio de Toreros. Ahí se truncó su carrera profesional y la terna que su imaginativo apoderado Manolo Lozano, pretendía montar con la actriz Alicia Tomás y 'Rosarito de Colombia', también representadas por él. En los últimos años había apoyado la trayectoria taurina de los novilleros Miguel Ángel León, Conchi Ríos y Francisco de Manuel, ganador en 2016 del certamen “Camino hacia Las Ventas”.
Cuando la exposición “La mirada femenina del toreo” se inauguró en la misma Puerta del Sol, en la sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid, en mayo de 2011, fue Ángela la que dirigió unas palabras ante la Presidenta Esperanza Aguirre en representación de los cientos de mujeres ganaderas, toreras, rejoneadoras, periodistas, críticas taurinas, fotógrafas, pintoras, clarineras, sastras, modistas, etc. que viven el toreo y lo sienten como propio.
Pocos días después, unas 300 mujeres se manifestaron en la Puerta del Sol contra la exposición, al grito de “No con mis ojos”, que contó con la presencia de numerosos participantes del movimiento 15 M, que en aquellos días habían iniciado su acampada. Ignoraban quien había sido Ángela y cuál fue su reivindicación y su victoria! ¡Qué poco les importaba! Había nacido el 15M. Descanse en paz, Ángela./02/03/2017.