La Casta Vistahermosa constituye la base de la cabaña brava de nuestro país, donde gran parte de las ganaderías derivan de este origen. Es la más importante de las castas fundacionales, la que mayores y mejores resultados ha dado, y en ella tienen su origen el 95% de las ganaderías actuales.
La Casta de Vistahermosa tiene su origen en la segunda mitad del siglo XVIII, cuando el utrerano Pedro Luis de Ulloa, primer conde de Vistahermosa, en el año 1770 compra la ganadería de los hermanos Rivas, que tenían la finca en la vecina localidad de Dos Hermanas. Con estos animales de origen desconocidos, fruto de una selección muy rigurosa, sobre todo por parte de su hijo heredero Benito Ulloa, pronto se empezó a conseguir buenos resultados, alcanzando su máximo esplendor en los años cincuenta del siglo XX.
Morfológicamente eran de constitución robusta, cabeza generalmente pequeña y recogida, cola y extremidades finas. Talla mediana. Proporciones armónicas y de buen trapío. Predominaban las capas negras, cárdenas, coloraos, castaños. Los accidentales: chorreados, lombardos y listones.
Su preponderancia radica en que los ejemplares de este origen presentaban mejores aptitudes para la lidia que otras ganaderías de su época.
Esta casta da origen a importantísimo encastes, que han constituido y constituyen la base de la inmensa mayoría de las ganaderías bravas: Saltillo, Marqués de Albaserrada, Conde de la Corte, Murube, Parladé, Urcola, Villamarta. Y más cercanas en el tiempo, los Atanasio Fernández, los Domecq (Juan Pedro Domecq), los Núñez (Carlos Núñez) y Torrestrella.