Por Luis Nieto. ¿El sistema contra los novilleros?
Hasta el comienzo de la última crisis económica numerosas administraciones locales organizaban novilladas picadas que, excepto en algunas localidades, han desaparecido debido al fuerte movimiento antitaurino y a grupos políticos que desprecian la Fiesta y que han logrado que no se hayan restablecido los espectáculos en multitud de poblaciones españolas que tienen una gran tradición taurina.
Es hora de que el sector –que se ha quejado en numerosas ocasiones de la intervención administrativa– tome cartas en el asunto, ya sea a través de las patronales empresariales, de la Fundación del Toro de Lidia o de otras asociaciones. Deberían organizar liguillas de novilladas picadas para que los toreros lleguen a las plazas de Madrid y Sevilla bien preparados. Se deberían fomentar en varias comunidades, a nivel nacional y con un número alto de festejos. De lo contrario, sucederá como con ese segundo circuito de matadores de toros que no están en la cima y que prácticamente ha desaparecido; estando estos toreros obligados a emigrar a países americanos para forjarse.
Pese a esta circunstancia desfavorable, en la media docena de novilladas celebradas desde el 6 de mayo al 22 de junio, en la que se han cortando cinco orejas, algunos novilleros han salvado esta difícil papeleta con la que lidian e incluso han destacado. David Salvador, Ángel Jiménez, Emilio Silvera, García Navarrete y Kevin de Luis consiguieron un trofeo cada uno.
El primer festejo fue un espectáculo a medio gas, con una interesante novillada de Rocío de la Cámara, bien presentada, en la que el salmantino David Salvador, como triunfador, consiguió el único trofeo de la tarde y dio una vuelta al ruedo; entre tanto Toñete fue ovacionado y El Adoureño, silenciado.
En el segundo, el madrileño Ángel Téllez, quien apuntó buenas maneras, perdió un trofeo por el fallo con los aceros y dio una vuelta al ruedo en el otro tras una faena con firmeza y entonada; entre tanto Ángel Sánchez y Diego Carretero se marcharon de vacío.
El ecijano Ángel Jiménez brilló en la tercera noche en una actuación en la que fue a por todas –incluido el tirarse a matar sin muleta–, cortando una oreja y dando una vuelta al ruedo, evidenciando además del valor un buen toreo. Emilio Silvera, voluntarioso, fue premiado con otro trofeo y Alfonso Cadaval se marchó de vacío ante una novillada interesante de El Parralejo.
El cuarto festejo resultó un espectáculo desangelado en una noche de frío casi invernal, en la que Miguel Ángel Pacheco, Jesús Muñoz y Calerito, que se estrenaba con picadores en esta plaza y con un pésimo lote, se marcharon de vacío tras lidiar una novillada de Dolores Rufino, correctamente presentada y de juego variado.
El jiennense Daniel García Navarrete fue otro de los toreros que brilló, logrando el único trofeo del quinto festejo por una faena con pasajes importantes con la izquierda; Daniel de la Fuente dio una vuelta al ruedo y Carlos Ochoa se marchó de vacío en una novillada de López Gibaja, de desiguales hechuras y comportamiento.
Y en el pasado jueves, el bollullero Kevin de Luis, quien consiguió el único trofeo, dejó una buena imagen, entre tanto el utrerano Curro Durán estuvo por encima del peor lote y Aquilino Girón, todavía verde, se fue de vacío en una novillada de Partido de Resina de escasa casta.
Además de estos apuntes que refrescan lo sucedido en este tramo de novilladas picadas, la reflexión inicial no es para justificar las carencias técnicas que puedan traer los novilleros a plazas de primera, sino para destacar que el sector taurino debe cuidar la cantera ¿O es que el sistema está contra los novilleros?
Por Álvaro Rodríguez del Moral. El ganado dejó mejores recuerdos que la tropa de novilleros
Las seis novilladas picadas que han llenado las tardes de los domingos de mayo y las noches de los jueves de junio han echado el candado –en espera del séptimo festejo que llegará en víspera de San Miguel– dejando un sabor más agrio que dulce. Conviene poner a funcionar la moviola, festejo a festejo, para poner en pie el balance general de este ciclo que no deja de ser fiel reflejo del complicado momento que atraviesa el escalafón menor. La primera en golpear –y acaparar titulares– fue la ganadera sevillana Rocío de la Cámara que lidió un estupendo encierro que sumó excelente presentación y buen juego que puso en evidencia a la terna que lo estoqueó. En el envío del Cortijo de la Sierra hubo tres o cuatro ejemplares para salir lanzado de Sevilla pero la oportunidad, como los brumosos amores inolvidables, se fue para no volver. Hay que tirar de notas para recordar que David Salvador cortó una oreja y, a su manera, salvó los muebles en medio del suspenso general.
La misma canción se iba a repetir el domingo 28 de mayo. La novillada se había anunciado de Guadaíra pero acabó siendo remendada y borrada del mapa por los tres novillos –dos remiendos y un sobrero– que lidió Fuente Ymbro. Hubo uno excelente, otro de auténtica revolución y un tercer ejemplar potable que dejaron cacareando y sin plumas a Ángel Sánchez, Carretero y Téllez.
Las tornas cambiaron, para bien, el día del Corpus. Era, sobre el papel, el cartelito de mayor alcurnia pero el pobre acabó echando la pata a los ricos. Hablamos del ecijano Ángel Jiménez, felizmente renacido a la profesión, que supo enhebrar la calidad expresiva de su toreo a una renovada raza de novillero antiguo. Se llevo una oreja de peso y marcó el nivel más alto de este ciclo de novilladas picadas. Silvera se curró ese día otro trofeo, apoyado en la contudencia de su espada. Cadaval, que volverá a Sevilla para hacerse matador, mostró mejor y mayor disposición que otras tardes. Ah, los novillos del Parralejo sirvieron…
En el cuarto festejo llegaba la nocturnidad, también un frío inesperado. Hay que anotar la entrega y las ganas de hacer las cosas bien de Calerito que ya no es ese niño que jugaga a ser torero. La novillada de Dolores Rufino fue un áspero bocado que dejó al descubierto la escasa preparación de Jesús Muñoz. Pacheco, que completaba la terna, mostró oficio pero no dejó huella. Mucho más entretenido fue el quinto festejo: Gustó la solvencia de García Navarrete, agradaron las formas de Carlos Ochoa y cayó de pie Daniel de la Fuente, muy jaleado por los suyos, en su debut con caballos. Quedaba la sexta novillada: os novillos de Partido de Resina dieron poco juego y sorprendió la personalidad de Aquilino Girón.
Domingo, 6 de mayo.
Domingo, 27 de mayo.
Jueves, 31 de mayo. Corpus.
Jueves, 7 de junio.
Jueves, 14 de junio.
Jueves, 21 de junio.