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Curro Romero, maestro del tiempo

  • Tráiler de la película, AQUí.

Nacionalidad: España.

Año: 2021 (presentación prevista el 13 de noviembre).

Director: Curro Sánchez Varela (Premio Goya por la película sobre su padre, el guitarrista Paco de Lucía).

Guión: Alberto García Reyes.

Sinopsis: “testamento filosófico en dos horas de Curro Romero, el Faraón de Camas, además de reivindicar la tauromaquia como una de las bellas artes” (Miquel Barceló, autor del cartel promocional del film). El film se interna también en la intimidad del diestro: el amor, el miedo, la soledad, su infancia, los recuerdos… Desde sus orígenes humildes en Sevilla hasta su retirada en la plaza de toros de La Algaba a punto de cumplir 67 años, esta película repasa cinco décadas de la trayectoria profesional y personal del diestro de Camas. Una inmersión en la vida y figura de Curro Romero con entrevistados de la época y de actualidad, fotografías, imágenes inéditas y ficciones, un compendio de ideas y testimonios de algunos de los personajes más relevantes de la tauromaquia y de figuras como Joaquín Sabina, Miquel Barceló, Andrés Calamaro, Miguel Poveda y Carlos Herrera, entre muchos otros. Todo un manual acerca de la filosofía currista, carta de despedida de uno de los toreros más ilustres de todos los tiempos.

Elenco: Miquel Barceló, Carmen Tello, Espartaco, Joaquín Sabina, Rafael Jiménez Castro “Chicuelo”, Sara Baras, Pablo Aguado, Miguel Poveda, Diego Urdiales, Antonio Burgos, Carlos Herrera, Andrés Calamaro, Rancapino, Pedro Piqueras, Pansequito, José María García, Aurora Vargas, sus hermanas María y Buendía, su hija Conchitín, su nieto Oliver, Farruquito, Jesús Soto de Paula (hijo de Rafael de Paula).

Narración: Juan Echanove.

Productora: Womack Estudio y Canal Sur TV/RTVA.

Duración: largometraje destinado a convertirse en una serie de 5 capítulos.

Género: Documental.

Otros datos: buena parte del rodaje se desarrolla en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, ante obras de Murillo y Velázquez, pintores en los que se inspiró el protagonista para realizar su toreo. Otros escenarios además de algunos espacios íntimos: la Real Maestranza de Sevilla, la ganadería de Gabriel Rojas en El Castillo de las Guardas

Curro Sánchez Varela: «Había que captar la esencia de Curro Romero». ABC, 14/11/2021. Por Jesús Morillo. No es fácil acercarse a un mito de la tauromaquia como Curro Romero para sintetizar en un documental su figura como uno de los grandes maestros de la historia. Pero si a eso se le une el deseo del realizador Curro Sánchez Varela de trascender el ámbito la Fiesta para mostrar la «dimensión humana» y «artística» del Faraón de Camas, la tarea se revela titánica, por poseer este diestro una personalidad muy introvertida frente a los desconocidos, por lo que para llevar al éxito la empresa había que lograr su complicidad con la cámara. «El valor de esta película es haber roto esa distancia y entrar en al intimidad de Curro Romero», explicaba Alberto García Reyes, adjunto al director de ABC de Sevilla.

El resultado de todo ese trabajo se llama ‘Curro Romero, el maestro del tiempo’ y se estrenó ayer en el Teatro Lope de Vega en la última jornada del Festival de Sevilla de cine europeo, del que ABC es digital partner, siendo uno de los títulos más esperados de la programación. A la presentación del documental acudieron ayer su director y guionista, Curro Sánchez Varela, ganador de un Goya por el documental sobre su padre ‘Paco de Lucía, la búsqueda’, el productor de Womack Estudio, José Carlos Conde, y Alberto García Reyes, productor ejecutivo y coguionista.

La película se interna en la dimensión artística de Curro Romero, con paradas en algunas de sus grandes tardes en la plaza y la reivindicación de la tauromaquia como una de las bellas artes, pero también de esa faceta humana, más desconocida, tanto en el trato con su familia, como en sus reflexiones sobre la pintura de Van Gogh.

Además, participan en la película, que cuenta con la narración de Juan Echanove, numerosas personalidades que ayudan a fijar la imagen de Curro Romero, como el pintor Miquel Barceló —autor también del cartel—, músicos como Joaquín Sabina y Andrés Calamaro; su biógrafo, Antonio Burgos; toreros, como Espartaco y Pablo Aguado, artistas del flamenco… A los que se suma la propia familia del Faraón de Camas.

Para armar todo este puzle de testimonios, entrevistas con el diestro e imágenes de archivo, el director pronto se dio cuenta de que no podía abordar la película como una recopilación de «grandes hitos históricos» del torero, sino que había «que captar la esencia de Curro Romero». Algo que tiene que ver con el arte del de Camas, cuyo estilo definió García Reyes al asegurar que el maestro no «torea lento, sino despacio. Torea con compás».

Por ello, añadió Sanchez Varela, «si queríamos ser fieles al espíritu de Curro Romero el documental no podía ir a ritmo rápido. Así que no había prisa a la hora de pasar de su infancia a cuando debuta de novillero. Podíamos arrancar desde donde nos apeteciera y pasar de su infancia a Curro filosofando sobre la pintura y el arte, hablando de Van Gogh y Velázquez». De esa forma, añadió, consiguieron imprimir al documental «la libertad que tuvo Curro en su carrera. Ahí captamos su esencia, lo dejamos respirar y fue como su espíritu poseyera el proyecto y se editara solo».

Durante el metraje de este documental emerge, por tanto, «una personalidad única», tal como destacó el productor José Carlos Conde. «Lo que nos ha llevado, sobre todo, a hacer este proyecto es presentar una persona con una dimensión desconocida, que no hay que ser taurino para apreciarla, porque es un filósofo de la vida, del pensamiento y la palabra. Una persona que tiene el arte dentro de sí misma».

ABC, 3/12/2021. Por Antonio Burgos. El niño que veía “Currito de la Cruz”.

En el cine de verano de Camas hubo un niño, el hijo de Andrea, que fue a ver qué sé yo cuántas noches, embobado, “Currito de la Cruz” de Luis Lucia, producida por Cifesa, de la que era protagonista, con empaque de un galán de Hollywood, el torero sevillano Pepín Martín Vázquez, entonces en 1949 en la cumbre de su fama, síntesis tras Pepe Luis Vázquez y antes de Manolo González, de los gustos de la afición de Sevilla. Aquel niño empezó a soñar con ser torero viendo “Currito de la Cruz” tantas noches de salamanquesas en la blanca tapia que hacía de pantalla. Aquel niño, luego, cuando se puso a trabajar de pastor de cochinos en la cercana finca “Gambogaz” de Queipo de Llano, oía cuando el viento soplaba desde Sevilla los “óles” de la plaza de los toros. Quizá fueran a aquel mismo Pepín de la tierra de Pepe Luis que vio tantas noches en la película del cine de verano. Y siguió soñando ser torero. Para salir del barro de la carestía, para quitar de trabajar a sus padres. Y conoció a Salomón Vargas, que era como una estatua gitana de Montañés de unas muñecas de arte cogiendo el capote y cargando la suerte, y con otros chavales con los mismos sueños se iba todas las tardes a torear de salón al campo de fútbol.

El resto de la historia ya es conocido. Aquel niño que vio “Currito de la Cruz”, ya muchacho, toreó en la plaza de La Pañoleta y triunfó. Y luego debutó en Sevilla una tarde de lluvia y de albero embarrado, y le cortó las orejas a “Radiador”, un novillo de Benítez Cubero que cambió su vida y que empezó a hacer realidad aquellos sueños del cine de verano. Aquel niño se llama Francisco Romero López y en los carteles empezaron a llamarle como todo el mundo le decía en Camas: Curro. Andando el tiempo, Curro, pasando fatigas y alegrías, gozos y sombras, llegó a convertirse no sólo en torero, como soñaba viendo la película de Pepín, sino en mito de Sevilla, en leyenda de sí mismo, inventando una tauromaquia personal, una filosofía de vida, y creando una legión de partidarios para los que fue el ídolo de su fe en la belleza, en la verdad, en la bondad, en la excelencia, a la que hemos dado en llamar currismo.

La otra noche, al otro lado del río, cerca de “Gambogaz”, aquel niño que veía “Currito de la Cruz” contempló una película que ha hecho ahora sobre él el hijo de Paco de Lucía y un equipo de animosos biógrafos de imágenes. El arte llama al arte. Cerca de donde Curro soñaba ser torero viendo el cine, contempló una película que resumía su vida entera, despacio, siempre despacio, sin engañar a nadie, con la verdad por delante. Haciendo un arte del silencio y una campanada gorda de la “San Cristóbal” de la Giralda con cada frase sobre la vida, sobre el toreo, sobre el tiempo, sobre la muerte, como un filósofo que es, como el creador de una escuela de sentimientos y armonías. Otros, como don Luis Fuentes Bejarano, al cumplir 70 años, mataron un toro a puerta cerrada. Aquel niño de “Currito de la Cruz” en el cine de verano de Camas, al cumplir 88 años, vio otra película. La de su vida. La de su verdad. La de su belleza. Vencedor del tiempo con el pelo blanco, tan genial e irrepetible como cuando con su capotito paraba los relojes.

  • Tráiler de la película, AQUí.

Más cine.

curro_romero_maestro_del_tiempo.txt · Última modificación: 2021/12/03 08:40 por paco