Herramientas de usuario

Herramientas del sitio


madrid_040609

PLAZA DE TOROS DE LAS VENTAS

Tarde del jueves, 4 de junio de 2009

Corrida de toros

FICHA TÉCNICA DEL FESTEJO

Ganadería: Toros de El Pilar, de distinta presentación y juego desigual, destacando 1º, 2º y el 4º que fue ovacionado en el arrastre.

Diestros:

Uceda Leal: ovación y ovación.

Alejandro Talavante: algunos pitos y bronca.

Daniel Luque: silencio y ovación.

Tiempo: tarde ventosa.

Entrada: Lleno.

Incidencias: Daniel Luque fue volteado al entrar a matar al 6º. Parte facultativo: Daniel Luque Puntazo en la cara anterior del muslo derecho. Herida incisa en el cuarto dedo de la mano derecha. Contusiones y erosiones múltiples. Pronóstico leve salvo complicaciones.

Crónicas de la prensa: El País, El Mundo, ABC.

©Daniel Luque/Las Ventas/ABC.


ABC

Por Zabala de la Serna. Daniel Luque se juega la vida en silencio

La niebla que no obedece reglas ya me nubla. Tras 45 corridas consecutivas, o casi, entre Sevilla y Madrid, como el niño de «El sexto sentido», veo cuernos en lugar de muertos. Y a veces no sé lo que veo ya. Ayer vi a un tío que se llama Daniel Luque jugarse la vida con un altísimo sexto toro de El Pilar, que reponía con agilidad felina en cuerpo de caballo, y venía y no se iba, y se metía por dentro. Pero sólo lo debía de percibir yo a tenor de las reacciones del respetable. Cuando se perfiló en los medios con la espada, en el mismísimo platillo, le comenté a Alvarito Martínez, que es luquista antes que redactor jefe de Nacional de ABC: «Todas las ventajas son para el toro». ¡Jo, qué volteretón! Y lo peor no fue el talegazo, sino la saña en el suelo de la bestia que siente el aliento de la muerte y quiere morir matando. Un palizón como si lo hubiera cogido Óscar de la Hoya. La taleguilla, el chaleco, las cejas rotas.

A pesar de la suerte adversa, yo creo que Daniel Luque va a ser gente en esto. Por pulir le quedan un huevo de aristas. Pero sobre la base del valor se puede trabajar. La cuestión es elegir quien pula el diamante en bruto. Su silleto tercero tampoco sirvió para completar el peor lote de la muy señora y altísima corrida de El Pilar. A decir verdad, la lidia fue infame también. Luque anduvo por encima de los frenazos y los amagos del listón, flojeras relativamente, que en la cara fina llevaba la listeza astifina. Fraile envió a Madrid una tía. Diversa e inmensa. Toros así parece difícil que embistan, y algunos embistieron, y otros mintieron. A mitad de camino se quedó el cuarto de Uceda Leal. Pareció más de lo que fue. Dos series y media duró. Rozando la tercera. Y en ese tiempo a Uceda le volvió a fluir el toreo sobre la mano derecha. Por la izquierda el toro pilarista no tuvo ni uno, con la cara alta. Y no volvió a tener más. La estocada se hundió con el sello de la casa ucedista. Como en el primero, un casi cinqueño, larguísimo como mayo, alto como Gasol, castaño chorreado, que tomó dos puyazos corridos. En los capotes marcó una condición óptima a la hora de colocar la cara abajo. Y así repitió por el derecho en la muleta de José Ignacio Uceda Leal, sin unidad de terrenos. Uceda en momentos fue espejo del pasado ahora maduro y más forzado. Pero el ritmo del toreo se aja también con los años. Y no sé si he dicho que su espada fue tan cumbre como para saludar sendas ovaciones. Ovaciones compartidas.

Casi jirafa era el tercero, que correspondía a Talavante. Al menos no asustaba por su cara lavada en cuerpo enorme. Recordaba a ese gigante de «Mad Max 3» dirigido por un enano en la cabeza. Fue noblón. O noble. Pero por su complexión física le costaba humillar y por allí abajo nunca viajó cómodo, más protestón que otra cosa. Otra historia es que Talavante esté en su casa ya. Y más con el violento y trallero quinto, poco picado. Cuando a uno lo más positivo que le pueden decir es lo oportuno que estuvo en un quite a un peón….


El Mundo

Por Javier Villán. Elogio del 7, con reparos

Daniel Luque, en el último minuto de la tarde, se fue tras la espada y se colgó, literalmente, del pitón. Venía Luque a refrendar la buena impresión causada el otro día y se salió con un revolcón tremebundo. Es la vena selvática de este joven muchacho, ahormado en estilista, que sobrecogió al personal. Quedó entre las pezuñas del toro de El Pilar, mientras los derrotes cercaban su cara y su garganta.

Se levantó lleno de sangre y con la taleguilla rota pero, por fortuna, sólo con un puntazo leve en el muslo derecho. Pese a todo, los tendidos se turbaron. ¿Una plaza de toros tiene una identidad fija o es una voluntad cambiante, un espíritu sin definir con precisión? No me atrevería a afirmarlo. La Maestranza y Las Ventas del Espíritu Santo son las plazas que acusan una personalidad más definida. Y, sin embargo, muchos no se reconocen, o no nos reconocemos en ellas después de frecuentarlas hace casi 40 años.

Ni los silencios de La Maestranza son los silencios terribles, ni la belicosidad del 7, por ejemplo, en Las Ventas, es lo que era. Todo cambia, los públicos y los tiempos; y las plazas de toros no son una excepción. La apatía de Talavante ayer, su absoluto desangelamiento, ocurre en otros momentos y en Madrid arde Troya. O por lo menos arde el 7. Los del 7, aunque algunos que se la cogen con papel de fumar se crean lo contrario, no son unos provocadores. A veces son un poco bocazas pero dado lo que sale por los chiqueros y lo que hacen muchos toreritos juncales, son unas hermanitas de la caridad. Si el 7 no existiera habría que inventarlo. Un 7 en cada plaza de Iberia resolvería muchos problemas.

Tienen sus filias y sus fobias, como cualquier aficionado o cualquier agente del taurinismo. Los del 7, algunos, pueden ser un poco voceras pero no son provocadores. De serlo, ayer les hubiesen pegado el cante a Talavante y acaso también a Daniel Luque, hasta el momento preciso del revolcón. Pero no. Fueron en cierta medida respetuosos con los heraldos negros que parecen cercar a Talavante en esta hora y con la voluntad, insuficiente ayer, de Daniel Luque.

Calibraron con exactitud de entendidos los muletazos de Uceda Leal a su primero, lo más brillante de la tarde. También estuvieron muy bien anteayer al reprocharle a Manzanares su estética superficial y a Perera su teletoreo: ni hubo faena bella ni fue una gran tarde.

Los provocadores son los que les hacen cortes de mangas y quisieran verlos amordazados. Lo malo de este país es que hay democracia pero no hay demócratas. La estrategia del taurinismo siempre ha sido igual; cuando los taurinos no consiguen someter unos tendidos o la crítica de algún medio insumiso, los infiltran. Tratan de establecer sus terminales aunque sea a niveles subalternos y de peonaje; siempre fracasan aunque nunca escarmientan. Se quedan a medio camino como la corrida de ayer de El Pilar que no fue mala, aunque tampoco buena; que se dejó, como se dice en la jerga.

Hubo un excelente pitón derecho, el del primero, por el que Uceda Leal sacó lo mejor de su torería. El segundo fue al caballo con fijeza y se fue apagando contagiado quizá de la indolencia de Talavante.

Lo de este torero yo no sé como llamarlo: indolencia, apatía, cansancio vital, ensimismamiento improductivo… O, sencillamente, desgana perniciosa que lo coloca en un plano distinto al del toro. Talavante flota como si fuera una abstracción de torero; pero, a la vez, su humana naturaleza tira de él hacia abajo. Y entonces, Talavante parece una pesadilla. Todo lo contrario de Uceda en los muletazos a su primero.

Uceda empezó denso e intenso a ras de tierra, se fundió con el animal y fue ascendiendo, perdiendo peso, a medida que su muleta le daba la dimensión de su aventura. Ése fue el momento de Uceda y el momento de la tarde, con la estocada al cuarto. El resto, fantasmagorías y algún que otro sobresalto como el sufrido por Luque.


El País

Por Antonio Lorca. Arriesgado Luque

Daniel Luque es un hombre arriesgado; o es que quiere ser figura y se juega la vida cuando las circunstancias así lo mandan. Ayer se la jugó, con la razón atropellada, quizá, pero con una decisión muy firme. No pudo lucirse ante el tullido tercero, y el sexto era un tío astifino, mansote, gazapón, de embestida descompuesta y sin clase. Luque se dio el arrimón -lo único posible-, y a punto estuvo de que lo enganchara cuando hacía el péndulo con la muleta. A la hora de matar, se fue al centro, donde más pesan los toros, y se perfiló con la gallardía de los toreros heroicos. En el momento del encuentro, lo empitonó por el muslo derecho, y, una vez en el suelo, se vivieron unos segundos angustiosos porque el pitón izquierdo rozó en varias ocasiones la cara del torero, que trataba de zafarse asiéndose al puñal que lo buscaba con saña. Arriesgado y valiente Daniel Luque, quien, otra tarde más, demostró que le sobra motivación para llegar a lo más alto. Valeroso y artista, pues dibujó dos quites garbosos por delantales y chicuelinas.

En ese último toro sucedió un hecho curioso. Raúl Caricol puso un buen primer par de banderillas, y quiso rematar con brillantez su actuación. Hizo la suerte con torería, se asomó al astifino balcón del toro, y éste lo derribó. Cuando lo tenía a su merced, apareció un capote milagroso y lo salvó del casi seguro percance. Era Alejandro Talavante, que se ganó una fuerte ovación por su gesto. La única, la verdad, porque su paso por las Ventas fue lastimoso, triste y desolador. Su primero, soso, y el quinto, deslucido; pero sin sitio el torero, con la imagen de la derrota en la cara, incapaz y ventajista. Al intentar derrumbar al quinto, saltó el descabello al callejón e hirió levemente en la mano derecha a un espectador.

Y otra curiosidad malsana. El sexto salió del caballo con el pitón izquierdo astillado. Y el precioso segundo se dejó la punta del derecho en el peto, y quedó como un muñón ensangrentado. Nadie protestó, pero ambas circunstancias hacen sospechar de una manipulación fraudulenta. Si esto ocurre en Madrid, que no ocurrirá en el resto de España…

El mejor lote fue para Uceda, que apareció con espíritu renovado. Tuvo momentos brillantes con la derecha en ambos toros, pero le faltó serenidad y confianza. Al final, sensación de desorden y un triunfo que se esfumó.

Madrid Temporada 2009

madrid_040609.txt · Última modificación: 2020/03/26 12:22 (editor externo)