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PLAZA DE TOROS DE LAS VENTAS

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Domingo 10 de junio de 2012

Corrida de toros para rejones

FICHA TÉCNICA DEL FESTEJO

Ganadería: cinco toros de José Manuel Sánchez y uno (5º) de Castillejo de Huebra (despuntados reglamentariamente y de juego manejable en conjunto).

Sergio Vegas. Palmas y silencio.

Rui Fernandes. Oreja y saludos tras aviso.

Moura Caetano. Silencio y vuelta.

Entrada: media entrada.

Crónicas de la prensa: Marca, El País, EFE y Sur.

Marca

Por Carlos Ilián. Un final a tono con el fracaso general

La última corrida del ciclo San Isidro / Arte y Cultura coincidió con el primer partido de España en la Eurocopa. La hora del festejo en Madrid permitió a la gente seguir el primer tiempo en las pantallas instaladas dentro de la plaza y los transistores cumplieron con su funcion en la segunda parte, cuando ya había comenzado la corrida.

El gol de Fábregas produjo un clamor. Era pues tarde de transistores y de caballazos, los muchos que los tres rejoneadores nos ofrecieron en una tarde de toreo a caballo, pero que de tal tuvo muy poco. El vallisoletano Sergio Vegas, con una cuadra muy pobre, se llevó un manso solemne al que sacó como pudo de la querencia y en el otro cumplió sin alardes, como un trámite. El lusitano Fernandes, con el mejor lote, cortó una oreja por sus aciertos en la suerte al quiebro y casi corta otra en el quinto, que habría sido excesiva. Moura Caetano se pasó su actuacion pidiendo palmas, olvidándose de torear a caballo.

Con tan pobre espectáculo finaliza este ciclo de ¡31 festejos! que dejan un pésima impresión por la bajísima calidad de lo que hemos visto. La asistencia de público, de forma masiva, ha sido sin duda lo único importante. Mucho habrá que comentar sobre el balance de tan largo ciclo y mucho tendrán que pensárselo los responsables de Taurodelta para que cambie radicalmente la negativa tendencia que lleva la fiesta en la plaza de referencia para el mundo entero.

De momento la empresas debe sustituir por completo el equipo de veedores. El fracaso, por demostrada ineptitiud de quienes deben elegir los toros para Madrid, tiene mucho que ver con el petardo que se ha producido este año. Quienes tengan dicho cometido deben ser los mejores de España. Madrid exige conocimientos y dedicación a la enésima potencia. Y nos da la impresión de que los actuales veedores componen un equipo de segunda división.

EFE

Por Juan Miguel Núñez. Fernandes, lo más completo pero sin ajuste

Fernandes hizo lo más completo. Certero al clavar y limpio en las reuniones. Pero le faltó ajuste. También tuvo el mejor toro, el segundo, de templadas embestidas, que fue de menos a más y colaboró mucho con el jinete y sus caballos. Aún así no hizo Fernandes todo lo que cabía esperar. Y si al final cortó una oreja fue más que nada por el ambiente amable que presidió la tarde.

Las principales lagunas de Fernandes en el toro del triunfo fueron los quiebros, marcados con tanta antelación que todos, y fueron muchos, le salieron demasiado abiertos. Cuando los cites fueron de frente, de poder a poder, terminó clavando a la grupa, lo que en el toreo de a pie se dice a toro pasado.

Tuvo, no obstante, detalles de buena monta y alta escuela, pero siempre en los preparativos o a la salida de las suertes, con el toro a prudente distancia. Eso sí, mató certero, de un rejonazo que tiró al toro sin puntilla.

Fernandes paseó la oreja de este toro segundo, y buscó afanosamente otro apéndice del quinto para haber salido a hombros. Pero ya su segunda actuación tuvo menos calado, a pesar de arrear mucho con los alardes y “efectos especiales”. Una faena superficial y con trucos, como el de apoyarse para clavar en los terrenos de dentro, pasando entre el toro y las tablas.

A Vegas le tocó el toro más complicado de la tarde, el primero, que se desentendía de los caballos y al que tuvo que atacar siempre por sorpresa. El cuarto colaboró más, sin embargo, Vegas anduvo con demasiadas prisas, en una faena con desigualdades.

El también portugués Moura Caetano abusó de las pasadas en falso frente al tercero, en una labor a menos al fallar con las cortas. Más centrado en el sexto, estuvo a punto de cortar una oreja por la contundencia del rejón final. Sin embargo, el presidente no consideró que fuera faena de triunfo.

El País

Por Antonio Lorca. Rejoneo de poca monta

No decepcionó el espectáculo de rejoneo que cerraba el muy largo ciclo que comenzara allá por el lejano diez de mayo; y la plaza se cubrió más de medio aforo, una buena señal si se tiene en cuenta que el festejo competía con el fútbol, el tenis y hasta con el rescate bancario.

No decepcionó, pero, a ciencia cierta, tampoco fue una tarde brillante de toreo a caballo; y mira que los dos rejoneadores portugueses que integraban el cartel, Fernandes y Caetano, han mejorado sensiblemente respecto a sus comparecencias del año anterior, y que lo intentó de verdad el bullidor Sergio Vegas. El problema reside, quizá, en que su concepción del rejoneo -de los tres- se ha quedado anclada en el reciente pasado, mientras los líderes del escalafón han alcanzado una ventaja estratosférica.

Salvando, pues, las distancias, no fue una tarde aburrida, lo que ya es bastante, y en algunos pasajes brilló la espectacularidad, siempre por delante de la calidad, gracias a la colaboración de los manejables toros de origen murubeño.

Mucho sufrió Sergio Vegas con el que abrió plaza, uno de los toros más mansos que han salido a este ruedo; un cobarde declarado que huía de su propia sombra y que pasó de las cabalgaduras durante los veinte minutos de la lidia. Lo del caballero fue una persecución poco exitosa, y solo pudo resacirse en el cuarto, que le permitió mostrarse como un rejoneador bullidor y entregado, aunque no consiguió emocionar a los tendidos.

Una oreja cortó Fernandes en el segundo después de templar muy bien a dos bandas con su precioso Vivaldi, con el que se lució en el tercio de banderillas al quiebro. No es que sea un exquisito, pero, al matar de manera fulminante, paseó encantado un apéndice que se antojó excesivo. Quiso rematar la faena en el quinto, y a poco lo consigue si no falla con un par de banderillas a dos manos y con el rejón de muerte. Al final, dejó la buena sensación de que es un rejoneador más cuajado.

Ese fue también el caso de su paisano Moura Caetano, que se le nota muy cambiado en el dominio de las suertes. Es un rejoneador discreto, pero a fe que se entrega de principio a fin y consigue mantener el interés de los tendidos. Se le pidió la oreja en el sexto y la presidencia, con buen criterio, a no accedió a la petición.

En fin, que no hubo decepción, pero tampoco dejó el festejo nada para el recuerdo. Se acabó la feria con un broche de escaso relieve, y, una vez más, el público fue protagonista. Acudió a la plaza en mayor número de lo previsto, y se divirtió, a pesar de todo; al menos, eso se puede colegir de sus constantes muestras de satisfacción y peticiones de orejas aunque no vinieran a cuento.

Sur

Por Barquerito. Triunfo meritorio pero no redondo de Rui Fernandes

Barbeó tablas el primero y, como tantos toros de sangre Murube, hizo hasta amago de saltar la barrera. Desistió. Costó encelarlo. Se acabó rebotando. Era un bello toro, muy enmorrillado: diana segura para un rejoneador con más recursos que Sergio Vegas, que apenas pudo llegar a terrenos del toro. Transiciones lentísimas en los cambios de montura. Toro rajado, un rejón de muerte. Fue, sí, de sangre Murube, y de una de las ganaderías más refinadas de Salamanca. No salió ese toro lustroso y fino de cabos tan clásico de Castillejo de Huebra, pero dio la casualidad de que el único de los seis jugados con ese hierro salió bravo de verdad. El quinto de la tarde.

Rui Fernandes le hizo al toro honores, puso en liza a cuatro caballos estrella, se adornó en aires de alta escuela, no redondeó en tres o cuatro intentos de clavar a dos manos, no terminó de templarse con el toro y lo mató a la segunda. Para morir fue también bravo.

La corrida de José Manuel Sánchez, de desigual condición, dio, además del gran quinto de Castilleja, dos toros de buena nota: segundo y sexto. Rui Fernandes se prodigó en adornos. Mató de un primer intento y rodó sin puntilla, se pegó una interminable vuelta al ruedo. Fue el personaje estelar de la corrida. Académico, certero, pausado, riguroso en las reuniones, Moura Caetano anduvo muy centrado con el notable sexto. Y también con el complicado tercero, que se revolvía mucho por nervioso y acabó afligido de tan sangrado. El cuarto fue el toro bruto pero flojo imprescindible en la de rejones que sea y alcanzó monturas de Sergio Vegas varias veces. No hubo manera de acoplarse.

©Imagen: Rui Fernandes con la oreja conquistada este domingo en Las Ventas. | EFE

Madrid Temporada 2012.

madrid_100612.txt · Última modificación: 2020/03/26 12:25 (editor externo)