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PLAZA DE TOROS DE LAS VENTAS

Tarde del viernes, 22 de mayo de 2009

Corrida de toros

FICHA TÉCNICA DEL FESTEJO

Ganadería: Tres toros de Fraile Mazas, dos (4º y 6º) de Valdefresno y un (2º) sobrero de José Luis Marca (de distinta presentación , descastados y deslucidos en conjunto, salvo el noble 1º y el manejable 5º).

Diestros:

Juan Bautista: media baja y tendida (silencio); media tendida y un descabello (silencio).

Miguél Ángel Perera: estocada trasera -aviso- y cuatro descabellos (ovación); casi entera -aviso- y dos descabellos (silencio).

Alejandro Talavante: media tendida (silencio); estocada, cuatro descabellos -aviso- y el toro se echa (silencio).

Entrada: Lleno.

Nota: un toro saltó al burladero.

Crónicas de la prensa: Abc, El País y El Mundo

©Talavante/Las Ventas ©Salto/El País

Madrid Temporada 2009


ABC

Por Zavala de la Serna. Letargo nostálgico de Morante

Hay resacas no etílicas peores que las alcohólicas. La guayaba de Morante pesó en todas las cabezas pensantes durante la madrugada, la mañana, la tarde y la anochecida. En todos los foros no se hablaba de otra cosa que del hito a la verónica del genio de La Puebla del Río. En el homenaje a Curro, que cincuenta años de confirmación no son nada, en el almuerzo de Carlos Fernández Lerga en el Nuevo Club, en el previo del patio de arrastre con Julián Ávila, el sabio y discreto periodista conocedor como nadie de las entrañas del Real Madrid. Un letargo nostálgico volaba sobre la Monumental de las Ventas. Nunca había experimentado una sensación tan mayoritaria de haber asistido a un suceso histórico. Hitos con el capote se cuentan con los dedos de una mano. El Pasmo de Triana en 1913 le hace escribir a Don Modesto en El Liberal: «Ayer, Belmonte, que es con el capote en la mano el mayor fenómeno que ha pisado la arena del redondel, dio al cuarto toro cinco verónicas sin enmendarse, archimonumentales las cinco, pero tres de ellas, por el lado derecho, indescriptibles, inverosímiles». Manuel Martínez le escribe a Curro Puya: «Puro y clásico portento/en la Grecia de un verano…./Desmayo antiguo en la mano./Fidias del capote lento.» Pepe Ortiz concentra la tarde del 8 de mayo de 1932 de Victoriano de la Serna en Madrid: «Hay hitos en el toreo por verónicas, lances que perduran con fuerza de mito, contados literalmente: las cuatro que en Madrid consagraron a Victoriano de la Serna; cuatro que en cuanto al asombro que causaron tienen por parangón único, en la misma plaza, las cinco sin enmendarse de Belmonte en 1913». Salto a salto, con permiso de Manolo Escudero, Antonio Ordóñez, Romero, Paula, y de Rafael ha absorbido José Antonio mucho de su capote, lo de Morante de la Puebla el 21 de mayo de 2009 marca por extensión, desgarro y hondura, una fecha para la memoria de los siglos. Si a Pepe Dominguín se lo llevaron a hombros por la calle de Alcalá por un tercio de banderillas, si al tío abuelo del Boni le levantaron una estatua en la Monumental de México por una tarde en que se le durmieron los brazos en lances perezosos, yo le elevo a Morante sobre mi nuca un monumento a hombros de mis recuerdos. La corrida de Valdefresno, muy desigual, con un tercero y un quinto escuetos de cuerpo, astifina, mansona, no valió en general. Por encima de ella, y de un viejo, bajo y descarado sobrero de José Luis Marca, estuvo Perera. Y también con su segundo, al que le dio distancia para que al menos le durase dos series y media por su generoso trato. En ambas obras se pasó un tanto de metraje. Encastado fue el primero, que saltó al callejón. Pero en su problemática estaba la confusión del pronto y vivo arranque con el no viajar lejos en la muleta, frenado de manos en cada último tramo. De todas formas, Bautista no está para alistarse en la Legión extranjera. Y Talavante ni para la llamada de Millán Astray. Salen de mayo listos de papeles, eso sí. Con la blanca.


El País

Por Antonio Lorca. El arte de Morante, en el recuerdo

No se hablaba más que de Morante, de ese artistazo sevillano que conmovió el toreo con un capote de seda que ya se ha hecho eternidad. Y había quien se atrevía a imitar -vana ilusión- sus verónicas, sus recortes, su prestancia, su inspiración… Misión imposible. Las imitaciones, aun sin toro, carecen de alma.

Y la polémica continuará por mucho tiempo. ¿Debió salir Morante por la puerta grande a pesar de haber cortado una sola oreja? ¿Debieron concederle las dos? Es más, alguien, con el cuerpo todavía entusiasmado, aseguraba que la corrida debió finalizar tras la explosión artística del toreo de capa: señoras y señores, esto se ha acabado; todo el mundo a su casa a disfrutar de lo vivido.

Lo cierto y verdad es que en el toreo existen unas normas reflejadas en un reglamento que determina los tercios y las exigencias para los trofeos. Pero eso es para los toreros; incluso, para las figuras. Pero cuando una de ellas traspasa la raya de lo humano, se adentra en la genialidad y hace del toreo un arte verdadero, qué sentido tiene la norma y, en consecuencia, qué valor hay que concederle a la colocación de la espada cuando el torero ha sido capaz de transportar al mismo cielo a los testigos de su obra.

Así, algunos aficionados mantenían que, a pesar de la conmoción vivida, a Madrid le faltó sensibilidad para reconocer que Morante no fue un torero, sino un genio en estado de gracia que se hizo acreedor de todos los honores; y todos estaban de acuerdo, de forma unánime, en que su obra permanecerá para siempre en el imaginario popular.

Honor y gloria, pues, para tan gran artista, un verdadero capricho de la naturaleza, nacido para hacer realidad la armonía.

¿Armonía…? Mientras continuaba la apasionada tertulia, se estaba celebrando en Las Ventas una caricatura más, un simulacro más, de corrida de toros. En esta ocasión la ganadería era la de Valdefresno y Hermanos Fraile -qué más da la filiación- y se pudo comprobar, otra vez, que la epidemia de invalidez, la mansedumbre, la falta de casta y de clase se ha extendido por todo el campo español. Otra birria de corrida, otros toros podridos, enfermos, borrachos o vaya usted a saber qué… Otro bochorno, otra tarde para el olvido, y van ya…

¿Y los toreros? Digamos que el peso del cartel recaía sobre Perera, que ya es una figura consagrada porque lidia toda la escoria que exigen los de su clase. ¿Acaso no saben Perera y su apoderado, Fernando Cepeda, cómo es lo de Valdefresno? ¿Por qué se anuncian en Madrid con estos toros? Ah, ya, por si… Por si uno mete la cara y le forma un lío. El lío del señor Perera, ayer, fue el ridículo de ser uno más entre las acomodadas figuras, y no un torero de los pies a la cabeza, como ha demostrado en esta misma plaza. Estuvo valiente y entregado toda la tarde, faltaría más; ventajista, también; y tan firme como pesado y superficial con los bodrios que tuvo que lidiar. ¿Acaso cree alguien que aprenderá la lección? Se hacen apuestas: el próximo año vuelve con Valdefresno porque le convencerán a él y a su apoderado de que ha echado una buena corrida en un pueblo perdido.

Un poco perdido se mostró Juan Bautista. Tampoco tuvo toros, pero se le vio desdibujado, precavido en exceso, encorsetado, indeciso, mal colocado siempre y sin plantar cara en ningún momento. Mala cosa. Y Talavante, con los mismos oponentes, parece que quiso, pero nunca pudo traspasar la línea del aburrimiento.

Menos mal que estaba Morante en el recuerdo; menos mal que siguen existiendo los sueños. Menos mal que hoy se celebra una corrida de rejoneo, y acudirá un público alegre con varios pollos bajo el brazo para regalárselos a Hermoso de Mendoza.


El Mundo

Por Lucas Pérez. Soporífera tarde de toros

El magisterio del toreo de capa de Morante de la Puebla pesó mucho el jueves en los aficionados que llenaron la plaza de toros de Las Ventas. Pese al atractivo del cartel -Bautista, Perera y Talavante-, el público se mostró frío desde un principio con la terna, como resacoso de la sinfonía de toreo que el día anterior había ofrecido el diestro de La Puebla del Río.

Para colmo, la corrida de toros de Valdefresno y Fraile Mazas no colaboró, ni mucho menos, con el espectáculo y sólo pequeños detalles de Miguel Ángel Perera salvaron una tarde que no será recordada en las páginas de oro de la Tauromaquia.

Abrió terna el francés Juan Bautista, a años luz del diestro que no hace mucho cautivó a los tendidos de Las Ventas y que salió a hombros por la Puerta Grande. Desconfiado y falto de motivación, el torero galo no apostó con su en lote con nobleza aunque falto de emoción. Ausente, Bautista pasa de puntillas por la Feria de San Isidro y ve peligrar su futuro cara a las grandes ferias.

Lo mejor de la tarde llegó a cargo de Miguel Ángel Perera. El extremeño sorteó un lote de características similares. Su primero del hierro titular se fue a los corrales y el sobrero, de José Luis Marca, tuvo tanta nobleza como sosería. Lo intentó cuidar el extremeño y hasta logró sacar alguna tanda estimable en redondo, pero la falta de emoción, unida a su fallo con los aceros, dejó todo en una ovación dentro de una faena poco valorada en los tendidos.

El quinto, con fondo y calidad en su embestida, se vino de largo a la muleta del extremeño, que vio cómo en las cercanías el astado se apagaba y con él una faena que tampoco llegó a los tendidos. Pese a todo, Perera no perdió crédito en la tarde de ayer en Las Ventas.

Completó el cartel Alejandro Talavante, que no tuvo opción frente aun lote infame. Al tercero lo toreó con gusto al natural pero la falta de chispa del animal dejaron todo en nada mientras que con el sexto, con el que intentó hacer bien las cosas muy cruzado, se mostró voluntarioso pero sin poder llegar a los tendidos.

Madrid Temporada 2009

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