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Plaza de Toros de Las Ventas

Domingo, 26 de mayo de 2019

Corrida de rejones

FICHA TÉCNICA DEL FESTEJO

Ganadería: Toros de Los Espartales, grandones, con kilos, desiguales de caras y mansos en general. Destacó el 3º. El 1º, por su parte, fue el más deslucido.

Caballeros rejoneadores:

Roberto Armendáriz: Seis pinchazos y dos descabellos (ovación tras dos avisos).

Mario Pérez Langa: Rejón muy trasero y atravesado (aviso y vuelta por su cuenta tras leve petición)

Raúl Martín Burgos: Pinchazo, rejón bajo y contrario (oreja).

Rui Fernandes: Pinchazo, rejón trasero y dos descabellos (ovación).

Joao Moura hijo: Bajonazo (oreja).

Joao Ribeiro Telles: Pinchazo, rejón y descabello (oreja).

Entrada: 12724 espectadores

Imágenes: https://www.las-ventas.com/la-tarde-tras-el-objetivo/las-ventas-26-de-mayo-de-2019

Video: https://twitter.com/i/status/1132765478378790913

Crónicas de la prensa

Las Ventas

Martín Burgos, Joao Moura Jr. y Joao Telles cortan oreja en la segunda de rejones

Décimo tercera de San Isidro con seis rejoneadores y las confirmaciones de Roberto Armendáriz y Pérez Langa.

Tras la ceremonia de confirmación, Armendáriz puso un rejón de castigo a un astado muy pegado a tablas y que amagó con saltar en varias ocasiones. A lomos de Capea puso dos largas pero salía desentendido de las mismas y de los cites del navarro. Mérito para sacar al toro de tablas y controlar los arreones de manso con Farruco con el que colocó dos largas al quiebro. Esfuerzo y ajuste en las tres cortas con Cristal con el que pinchó en numerosas ocasiones y que necesitó de dos descabellos. Saludó ovación tras dos avisos .

El zaragozano Pérez Langa confirmó ante Cantinero. Dos rejones de castigo ante un astado que tenía mayor movilidad pero que no acaba de emplearse de salida. Dos largas a lomos de Garibaldi y otras dos con Fandiño tras varios intentos fallidos. Una corta ya que falló la otra pero se desquitó con dos a la par como cierre a lomos de Algemesí. No se lo puso fácil a la hora del rejón de muerte, dejó uno entero trasero y tardó en doblar. Vuelta al ruedo tras aviso.

Tras barbear tablas un buen rato, recogió Martín Burgos al tercero toreando en redondo en los medios antes de un rejón de castigo. A lomos de Chambao pronto levantó los ánimos saliendo muy de cerca con piruetas en la cara del toro arriesgando mucho y colocando la primera de las largas al violín. Faena a más y otras dos largas a lomos de Mangüara ante el que destacó la doma. Cerró con Añañá para poner dos largas a la par, dos cortas y tras pinchar dejó más de medio rejón efectivo. Oreja

Dos rejones de castigo de Rui Fernándes al cuarto de la tarde. Lo movió a dos pistas a lomos de El Dorado con el que puso dos largas. Con H-Quiebro mantuvo la intensidad en dos largas de poder, de tú a tú y el cierre con tres cortas vino a lomos de Izai. El rejón de muerte cayó caído y necesitó de dos descabellos. Saludó ovación.

Tras un rejón de castigo, Joao Moura Jr sacó a Chequemate para realizar un toreo ceñido y de cercanías llevando al tercero pegado a la grupa y moviéndolo con brío. Dos largas puso antes de montar a lomos de Hostil y poner dos largas con gran espectacularidad citándolo marcha atrás y cambiando el viaje en el último momento. Cerró con Dallas para poner dos cortas y mantener arriba una gran faena. El rejón cayó bajo y dobló de inmediato. Oreja

Cerró la tarde Joao Telles que colocó dos rejones de castigo. Con Gallato puso tres largas ante un astado que no se empleaba pero que acudía a los cites del portugués cuando acercaba distancias. Ceñido con Ilusionista para colocar otras dos largas viniéndose de lejos. Con Histórico una última larga al violín y dos rosas antes de pinchar y dejar entero el rejón de muerte. Oreja

ABC

Por Andrés Amorós. Seis caballeros y tres baratos trofeos en San Isidro

Muchas voces pronosticaron que esta Feria iba a ser un rollazo inaguantable. Muchos profetas se equivocan. Me comentan amigos sevillanos: «Este año, en San Isidro, no paran de pasar cosas». Es verdad: cosas importantes, hermosas, emocionantes, polémicas… Por muchas críticas que haya suscitado, la apuesta de Simón Casas por un bombo moderado está funcionando.

Dicho esto, debo añadir que el cartel de esta tarde me agrada poco: la fórmula de seis rejoneadores suele ser monótona y concede poca categoría a este arte (no concibo, en la Feria, un cartel de seis toreros a pie). En el día de las elecciones y sin televisión en directo, apunta a una fórmula para resolver compromisos…

Alternan tres diestros españoles y tres portugueses. Dos de los españoles confirman su alternativa, actúan delante. Los toros de Los Espartales mansean pero son manejables. En la parte española, sólo Martín Burgos corta un trofeo. Los caballeros portugueses demuestran mayor oficio y técnica. No es un tópico que este tipo de festejos atraiga a otro público. Ninguno de mis vecinos de tendido son los habituales. También se advierten zonas de fervientes partidarios, que han venido a aplaudir a su ídolo y lo jalean todo. El nivel de exigencia, para pedir trofeos (y concederlos), es mínimo: con bajonazos, se cortan orejas. Y algo más: los preliminares del espectáculo, con exhibiciones circenses y abrazos, ya se extienden a 15 minutos…

Al navarro Roberto Armendáriz lo hemos visto actuar en San Fermín. El primero intenta saltar al callejón. Con esfuerzo, Armendáriz clava un rejón y banderillas de muy desigual colocación. Mata muy mal, a la sexta. (Dos avisos).

Veo por primera vez al aragonés Pérez Langa, de Calatayud, discípulo de Pablo Hermoso. Ésta es su tercera temporada, desde la alternativa. (Antes de que salte al ruedo el segundo toro llevamos exactamente 45 minutos). El segundo sale con pies, le permite lucirse en las cabalgadas, más que clavando. Acierta en el par a dos manos. Mata muy trasero (aviso y vuelta con protestas).

Los demás caballeros ya han triunfado en Madrid. A Martín Burgos, de Leganés, admirador de Ginés Cartagena, se le advierte mayor experiencia. Encela bien al tercero, que barbea tablas. Se aplauden mucho sus alardes ecuestres y la seguridad, al clavar. Mata a la segunda, trasero: oreja.

Rui Fernandes se luce con el precioso tordo –de enigmático nombre– «H-quiebro», al ejecutar los ídem. Mata a la segunda y descabella.

Se anuncia con la fórmula inglesa, «Jr.», el hijo de aquel «niño Moura» que causó sensación en Las Ventas, con sus quiebros impecables. Hace unos días, triunfó en Lisboa, dando tres vueltas al ruedo. Se luce galopando a dos pistas y llevando prendido al toro. Sorprende con la «mourina», que inventó su padre: partir de espaldas al toro, girar y clavar, rápidamente. Una excelente faena, estropeada al matar muy caído: oreja. En el toreo a pie, eso hubiera sido impensable

También procede de ilustre dinastía de caballeros Joao Telles, hijo de Ribeiro Telles. En el sexto, quiebra espectacular y clava certero, jaleándose. Mata a la segunda: oreja.

Ganan los caballeros portugueses por dos trofeos a uno, en un festejo que ha durado más de dos horas y media: claramente, demasiado.

Postdata. Mientras actúan estos caballeros, debe estar iniciándose ya el recuento de votos de esta jornada electoral, en la que tanto nos jugamos. Si los aficionados a los toros se unieran, con los profesionales, para defender la Fiesta, su peso político sería grande. No lo hacen, por supuesto. Dentro de las ideas de cada uno, deberían tener en cuenta qué partidos propugnan la prohibición de la Fiesta, cuáles se ponen de perfil, con calculada ambigüedad, en este tema… Me preocupan las consecuencias, para la Fiesta, de lo que salga de las urnas. Pero más me preocupan las consecuencias para otras cosas, mucho más importantes; por ejemplo, España.

La Razón

por Ismael del Prado Martín Burgos, Moura y Telles, orejas en el denso maratón

aúl Martín Burgos, Joao Moura hijo y Joao Telles pasearon un trofeo cada uno en el segundo festejo de rejones de este San Isidro. Un espectáculo de maratoniano rodaje, más interesante en su segunda mitad, y marcado por la mansurrona y soso condición de los astados de Los Espartales. El madrileño se había ganado con creces la repetición en este cartel de seis cortando una oreja el año anterior y volvió a gustar en Madrid. Barbeó de lo lindo el tercero, lleno y con volumen, pero lo enceló en los medios en un palmo de terreno con “Balancín”. Ahí salió del letargo de los dos primeros toros la tarde. Después, con “Chambao” estuvo sensacional tanto en las batidas como en las piruetas. Hubo una farpa al violín por los adentros, mayúscula. Tuvo mayor fijeza y codicia que sus hermanos el de Los Espartales, sin ser tampoco un derroche de casta, y eso permitió que Martín Burgos se luciera también con “Mangüara” y el bayo “Apache”, con este de nuevo al violín. Pinchó antes de hundir un rejón trasero entero y cortó una oreja de ley.

Joao Moura hijo también destacó hace un año en el mismo festejo. Se las vio con un quinto sosote que manseó lo suyo como todo el encierro. Pese a ello, logró darle celo y templar su embestida a lomos de “Chequemate”, que lo llevó cosido a la grupa toreando de costado. Después, impactó con “Hostil” ejecutando la “Mourina” -suerte rescatada hace una semana en Lisboa del repertorio de su padre- en dos farpas. La primera, milimetrica. Hubo además dos cortas más en una moneda. A pesar de que se le fue la mano muy abajo en la suerte suprema, paseó su oreja.

El otro trofeo del festejo fue para Joao Telles que gustó un año después de su confirmación en este mismo escenario. Cinceló batidas ajustadas y buen toreo a dos pistas sobre “Ilusionista”. También destacaron varias banderillas al violín con “Histórico”. Pese al pinchazo y a que echó pie a tierra para un golpe de verduguillo le pidieron la oreja, que el palco otorgó.

“Europeo” fue el toro de la confirmación de Roberto Armendáriz. No fue el anhelado para la onomástica. Salió barbeando y buscó saltar al callejón varias veces, fiel al guión de Los Espartales. Se lo dejó crudo con un solo rejón. Muy desentendido, no salió jamás de la querencia y su lidia resultó bastante costosa. Reservón, apretó de lo lindo para dentro. Los instantes de mayor eco llegaron en dos banderillas al quiebro sobre “Farruco”, que no tuvieron continuidad. Pese al sainete con los aceros, saludó por su cuenta una ovación.

Mario Pérez Langa también confirmó y lo hizo con un segundo alto y zancudo, que salió con pies y terminó emplazándose. El jinete maño trató de dar fiesta sobre “Garibaldi” en las batidas, pero fue el par de banderillas cortas a dos manos con “Algemesí” el que calentó al tendido con un toro que tuvo movilidad, pero le faltó clase. El rejón, aunque trasero resultó suficiente. La vuelta al ruedo, como la ovación que forzó, por su cuenta.

Rui Fernandes sorteó un cuarto holgadamente por encima de los 600 kilos. Buscó siempre darle el pecho del caballo con “ElDorado” batiendo muy en corto. También citó a pocos metros en las farpas que colocó sobre “H-Quiebro” con el que templó con pureza toreando a dos pistas. Luego, tres ramos muy reunidos elevaron la intensidad de su obra. Pero marró con rejón y descabello por lo tan sólo saludó una ovación.

El País

Por Antonio Lorca. Ceremonioso rejoneo

Lo más emotivo de la tarde de los seis caballeros en plaza fueron las dos ceremonias de confirmación. Sale al ruedo el caballero más antiguo, Martín Burgos; a continuación, el confirmante, y detrás los cuatro rejoneadores restantes. El veterano espera al novato, al que hace entrega de un rejón de castigo, le suelta una parrafada y lo despide con un abrazo. Seguidamente, los demás, de uno en uno, protocolariamente, se acercan y dan la bienvenida al compañero con abrazo o apretón de manos según la confianza de cada cual. Y la gente se parte las manos a aplaudir. Y así, dos veces. Total, más ceremonia que toreo.

La verdad es que la corrida de Los Espartales fue mansa y deslucida en demasía, lo que unido a la inexperiencia de algunos caballeros, la falta de calidad y la pretendida espectacularidad de otros, provocó que el festejo solo se salvara por la generosidad de un público aplaudidor.

La primera oreja la paseó el maestro de las ceremonias descritas, Martín Burgos, quien deslumbró a la concurrencia con piruetas, carreras y un buen sentido del marketing. Vendió muy bien su producto. Acertó con las banderillas, se lució con un par a dos manos y mató mal.

Abrió plaza Armendáriz, quien no tuvo suerte con su primer toro en Las Ventas. Le salió el más manso de la dehesa, que buscó las tablas con desmedido afán e intentó saltar al callejón y se quedó a mitad de estas. Muy laboriosa resultó su infructuosa labor. Clavó con soltura, quebró bien en banderillas y pasó un auténtico quinario a la hora de matar.

Le siguió su compañero iniciático, Pérez Langa, inexperto en exceso y sobrado de picardía. Ante otro manso y tras una actuación deficiente en extremo —toreó muy poco, clavó muy despegado y abusó de las pasadas en falso— dio una vuelta al ruedo por su cuenta mientras parte de la plaza protestó airadamente la decisión impropia de un rejoneador con futuro. Su falta de respeto a su profesión y al prestigio de la plaza queda para los anales. La delegación portuguesa la encabezó el veterano Rui Fernandes, con 20 años de alternativa ya. Su labor fue muy aseada, más templada y torera que en actuaciones precedentes ante otro toro manso y descastado. Es un caballero sobrio y le cuesta llegar a los tendidos; como no mató con precisión se conformó con unos cariñosos aplausos.

Subió el nivel Joao Moura júnior, más placeado y torero que sus compañeros. Clavó a la grupa, como manda el rejoneo moderno, pero templó muy bien a dos bandas y se lució en banderillas a lomos de Hostil. Todo lo emborronó con un feo bajonazo, a pesar de lo cual paseó un trofeo.

Cerró la tarde-noche (normal, con tanto ceremonial) Joao Telles, sobrio, acertado en rejones de castigo y banderillas y muy por encima de su manso oponente.

Madrid Temporada 2019

madrid_260519.txt · Última modificación: 2020/03/26 12:15 (editor externo)