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FERIA DE MÁLAGA

Viernes, 10 de agosto de 2012

Corrida de novillos

FICHA TÉCNICA DEL FESTEJO

Ganadería: Novillos de Guadaira, (bien presentados, descastados en general pero manejables salvo el parado tercero).

Diestros:

Gómez del Pilar, (silencio y ovación).

Tomás Campos, (oreja y ovación).

Fernando Rey, debutaba con picadores, (ovación y oreja).

Crónicas de la prensa:

El País

Por Antonio Lorca. Vamos a contar mentiras…

Son muchos lo que mantienen que el mejor favor que hoy se le puede hacer a la fiesta es esconder sus defectos y ocultar a la luz sus pecados y carencias. Son legión los amantes de lo políticamente correcto y enemigos furibundos de los alrededores de la verdad. Prefieren las mentiras piadosas como si fueran un bálsamo de fierabrás contra la depresión imperante. Así, mientras se solazan en su tibieza, y hacen un impagable favor a los taurinos, la fiesta de los toros se derrumba entre un océano de vulgaridad.

Contemos mentiras, pues, a ver qué pasa.

Ayer comenzó la Feria de Málaga con una novillada de tres chavales punteros en quienes se tienen depositadas muchas esperanzas: Gómez del Pilar, un madrileño que sorprendió muy gratamente en San Isidro; Tomás Campos, un extremeño valeroso; y Fernando Rey, un malagueño que ayer debutaba con picadores, triunfador del programa televisivo Quiero ser torero. Hasta ahora, todo verdad.

La plaza registró una aceptable entrada para los tiempos que corren (mentira); los novillos de Guadaira fueron manejables (otra mentira); los jóvenes demostraron decisión, buenas maneras y entrega (tampoco es verdad); y el festejo resultó agradable, de modo que si no hubo triunfos sonados fue por la mala suerte de los novilleros (mentira también).

Si alguien quiere tranquilizar su conciencia con las medias verdades, allá cada cual con su sentido de la ecuanimidad.

Véase el asunto desde otra perspectiva.

Los tendidos de la plaza presentaban un aspecto muy preocupante. No más allá de un cuarto de entrada para contemplar los afanes de tres ases de la torería moderna. Preocupante, al menos, que debuten un triunfador de la feria madrileña y un malagueño y no conciten más atención que la de cuatro familiares y vecinos. Y el madrileño, ni eso.

Los novillos de Guadaira solo lucieron una bonita estampa, sin alarde alguno, y comodones de hechuras y pitones. Animalitos todos ellos modernos y rockeros: inválidos, mansos, descastados y nobles hasta el almíbar. A todos les faltó la sal de la casta y el picante de la bravura. Bonancibles, sí, santísimos algunos de ellos, pero insulsos por su gélido corazón. Solo el último se salvó de la quema.

Y quedan los tres fenómenos de la torería andante. Si lo que ayer demostraron es el preludio de su futura trayectoria en la fiesta, vámonos y que el último apague la luz. Si ellos son los mejores cimientos del porvenir, poca historia le queda a este espectáculo.

Los tres poseen condiciones; al menos, eso parece, pero les puede la frialdad de quien busca la elegancia artística como único fin alcanzable. Parece como si a toda costa quisieran parecerse a Morante y Manzanares, y se pierden en un mar de posturas, de frialdad, de quiero y no puedo, de entrega sin pasión, de acompañamiento más que de mando y de aburrimiento más que de emoción. Un dolor amargo, además, a la hora de matar, aunque eso se aprende —dicen—, y los tres deben aplicarse en el carretón.

No dijo nada Gómez del Pilar. Tiene maneras, y planta y buen gusto, pero también sentido del conformismo y la vulgaridad. Un par de tandas cortas de hondos naturales en el cuarto fue lo único, muy poco, destacable. Le faltó arrebato, pasión y ese sentido de la entrega que caracteriza a los triunfadores. Decepcionó ayer este joven que alumbró maneras toreras en Madrid, y se perdió en un oleaje de dudas incomprensibles en quien debe salir cada tarde a morir.

Un bendito era el primer novillo de Tomás Campos, y el novillero anduvo por allí un tanto cursilón, entre esteta e incoloro ante un oponente almibarado, sin picante y de nobleza insufrible. Faltaron en sus manos toreras buenas dosis de pasión.

El debutante Fernando Rey abandonó las milongas cursis que derrochó ante su primero, se envalentonó ante el encastado sexto y se entregó como de él se esperaba: con el corazón de quien quiere ser figura. Fue lo más interesante de la tarde.

A pesar de la calidad de ese novillo último, la entrega del chaval y la algarabía de sus paisanos, el festejo fue un tostonazo insoportable. Que perdonen los castos amantes de lo políticamente correcto: la verdad no tiene más que un camino, a pesar de que, nunca como ahora, tantos fueron tan amantes de la mentira.

Diario Sur

Los novilleros Tomás Campos y Fernando Rey cortan una oreja en Málaga

Los novilleros Tomás Campos y Fernando Rey han cortado una oreja cada uno esta tarde en La Malagueta en la primera del abono de la feria taurina de Málaga. Su compañero de cartel, Gómez del Pilar, se ha ido de vacio tras fallar con la espada sus dos faenas.

Con un cuarto de plaza se han lidiado seis toros de Guadaíra, el primero como sobrero de uno de la misma ganadería que fue devuelto, de buena presentación, manejables. El primero bis y el quinto, los mejores.

Gómez del Pilar vio silenciada su labor en el primero tras escuchar un aviso. El toledano realizó una faena en la que demostró oficio, pero dio un sainete con los aceros. En el cuarto, el trasteo tuvo más enjundia pero volvió a no estar acertado con el estoque, escuchó una ovación. La primera oreja de la feria la cortó Tomás Campos en el segundo, donde estuvo valeroso. En el quinto no terminó de aprovechar las buenas condiciones del burel. Escuchó una ovación que saludó desde el tercio.

Debutó con picadores el malagueño Fernando Rey. En su primero poco pudo hacer ante un novillo nada colaborador, además estuvo fatal con la espada. Se desquitó en el último de la noche, donde cuajó una buena faena rubricada con la una gran estocada. Oreja y fuerte petición de la segunda.

El ideal de Málaga

Tomás Campos y Fernando Rey cortan las primeras orejas de la Feria de Málaga

La plaza de toros de La Malagueta acogió hoy el primer festejo de la Feria de Agosto, una novillada en la que destacaron el pacense Tomás Campos y el malagueño Fernando Rey, que pasearon los dos primeros trofeos de un ciclo que se prolongará hasta el domingo día 19.

Campos recibió a su oponente a porta gayola, resultando arrollado; mientras que al inicio de la faena volvió a ser volteado sin consecuencias. Las mejores series con la muleta fueron por la derecha, hasta que el animal se vino abajo y no le quedó más opción que el arrimón. Caldeó el ambiente con dos circulares invertidos y cerró con una estocada fulminante recibiendo. En su segundo, el novillo más encastado, se mostró Campos algo irregular en los primeros compases de la faena.

Al torremolinense Fernando Rey le correspondió en primer lugar un novillo muy serio que manseó de inicio y terminó muy parado. Más suerte tuvo con el que cerraba plaza, encastado, ante el que estuvo firme y con el que ofreció las tandas más completas en redondo de toda la tarde. Certero al matar, se le pidieron dos orejas con fuerza, aunque el presidente concedió sólo una. Gómez del Pilar se fue dos veces a portagayola nada más que comenzó el festejo, al ser sustituido su primero por inválido. El sobrero tuvo calidad por el derecho, por lo que pudo brillar por la diestra. Cerró con manoletinas antes de estar muy desacertado al matar, perdiendo un posible trofeo.

Algo parecido le sucedió en su segundo, novillo manejable por ambos pitones pero al que le faltó emoción. Quiso torear con la mano muy baja y llevándoselo muy atrás, aunque su larga actuación no tuvo la trascendencia deseada. EFE


Toros en Málaga

malaga100812.txt · Última modificación: 2020/03/26 12:19 (editor externo)