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FERIA DE MÁLAGA

Domingo, 12 de agosto de 2012

Corrida de toros

FICHA TÉCNICA DEL FESTEJO

Ganadería: Toros de El Torero.

Diestros:

Juan José Padilla, (ovación y oreja).

Francisco Rivera Ordóñez, (silencio y ovación).

El Fandi, (silencio en su lote).

Crónicas de la prensa:

El Mundo

Padilla pasea una oreja

El torero Juan José Padilla ha sido el triunfador en la corrida celebrada este domingo en la plaza de toros de la Malagueta al cortar la única oreja de la tarde.

Juan José Padilla se ha alzado triunfador de la corrida de toros celebrada en la Plaza de Toros de La Malagueta, en la que cortó una oreja al segundo de su lote, con el que estuvo vistoso con el capote y mostró una dimensión importante en banderillas; sobre todo en un tercer par en el que tuvo mucha exposición y tuvo que tragar mucho para clavar en todo lo alto por los adentros.

La faena comenzó en los medios de rodillas, tras lo que el astado de El Torero, inválido como toda la corrida, quedó muy parado. El Ciclón de Jerez realizó una faena animosa con abundancia de desplantes que fue recibida por júbilo por parte del público.

Menos suerte tuvo en su primero, con el que brilló con el capote de salida, pero ante el que no pudo mantener el mismo nivel con la muleta. Ante las pocas posibilidades que ofrecía, optó por abreviar.

El País

Por Antonio Lorca. ¿Rivera sigue en activo?

“¿Pero este chico, Rivera, sigue en activo?”, pregunta con cara de asombrada sorpresa un anciano aficionado, vecino de localidad. “Pero si yo creía que hacía tiempo que… Madre mía, cómo está esto…”

Mientras el interlocutor se devanaba los sesos ante su descubrimiento, el nuevo Paquirri capoteaba con vulgaridad a su primero, bonito de hechuras, como toda la corrida, y moribundo, también, como toda ella. Y la pregunta sigue ahí: ¿continua en activo Rivera? Que nadie pretenda colegir una inquina personal contra el torero. Respeto siempre y profunda admiración para quien tiene la osadía de vestir el traje de luces. No se trata más que de buscar la verdad y, sobre todo, de defender con la necesaria pasión la injusta situación de quienes demuestran condiciones e ilusiones y se encuentran, incomprensiblemente, con las puertas cerradas de los contratos, mientras otros, este es el caso de Rivera Ordóñez, torean tarde tras tarde sin justificación alguna.

Misterios del taurinismo andante; merengues sabrosos para quien no los merece y el silencio más duro para quienes esperan con desesperación una nueva corrida que les abra las puertas de la gloria.

Inválida, mansa y descastada corrida de la ganadería de El Torero

Rivera es un privilegiado en el mundo de los toros; hijo de sus circunstancias personales, como todos, que llegó a los ruedos con la impronta de los grandes, y pronto se desinfló para vivir de las rentas de la popularidad. Y ahí sigue, temporada tras temporada, entre los primeros del escalafón, sin motivo aparente que lo justifique.

El domingo, un día más, volvió a demostrar que es quien es por méritos propios. Su lote no valió nada, manso, descastado y moribundo, como todos los toros que saltaron al ruedo, pero el torero fue una sombra de aquel que hace años deslumbró en la fiesta. Puso banderillas con más voluntad que acierto y calidad; capoteó de manera insulsa, y con la muleta en las manos dio pases ayunos de mando, prestancia y temple. Ni siquiera se justificó con decoro en el quinto, que aguantó algunas embestidas en el tercio final. En fin, que no; que tiene razón el vecino, que parece que está retirado. Y lo que es peor: que no se le espera.

Padilla cortó una benévola oreja fruto del cariño del público

Padilla y El Fandi son otra historia. No son exquisitos, claro está, pero nadie duda de que están en activo. Este domingo, sin embargo, y a pesar de la gentileza del muy generosos público malagueño, no aportaron un grano de grandeza a su carrera. Una vez más, y van ya demasiadas, a causa de un encierro impropio de una fiesta llamada del toro. Moribundos los seis, lastimosamente inválidos, amuermados y tullidos, enfermos o enfermados, que todo podría ser, y, además, mansos de solemnidad y muy descastados. Es decir, un fraude en toda regla, pues se anunciaron seis toros y salieron seis birrias imposibles.

No resulta difícil adivinar lo que ocurrió. Padilla fue recibido con cariño, como le ocurre por cada plaza que pisa, y devolvió afán y deseos de triunfo. También banderilleó a su lote y lo hizo bien, con soltura e interés por hacer la suerte como se debe. Capoteó con buen aire por verónicas y chicuelinas, y se esforzó con la muleta, aunque le pudieran las precauciones ante su primero, siempre al hilo del pitón, y, entre desplantes y simpatía, le cortó una benévola oreja al cuarto, que llegó a desplomarse en la arena durante la faena. Entre gritos de “torero, torero”, el presidente sacó el pañuelo y el hombre dio la vuelta al ruedo entre el clamor de los malagueños. Anda que si llega a torear…

Y no triunfó El Fandi, lo que es noticia importante, con lo facilón que estaba el tribunal de los tendidos. Lo aclamaron con las banderillas, aunque sigue clavando a toro pasado, asunto que a la gente le da igual. Y no encontró oponente para sus formas toreras: el primero era un muerto en vida, tocado y hundido desde que salió por chiqueros, y el sobrero sexto, que fue el único que se mantuvo en pie, le planteó dificultades y el torero no se confió en ningún momento. Es difícil dar un pase si el torero se quita con descaro después de cada cite. Además, mató mal, y toda la euforia de las banderillas se diluyó.

El vecino se despide con un gesto explícito: se lleva las manos a la cabeza, y su mirada lo dice todo: “Madre mía, cómo está esto…”

La opinión de Málaga

El milagro de Juan Joañse Padilla

Con los toreros más mediáticos llegó el ambiente. Más de medio aforo en La Malagueta para la primera corrida de toros del abono después de la novillada y el espectáculo de rejones de anteayer.

Juan José Padilla volvía a Málaga con la etiqueta de héroe después de reponerse de la brutal cogida que sufrió en Zaragoza el pasado mes de octubre en la Feria del Pilar. El torero jerezano, de ladrillo y oro, toreó con un parche en el ojo izquierdo, recibió una ovación al salir a recibir al primero de su lote premiando su disposición. Diego Robles, el apoderado del Ciclón de Jerez, afirmó: «El torero no debe hablar de sacrificio, porque hace lo que le gusta».

Robles, además, habló de su torero: «No sé si los milagros existen o no, pero ni el mismo pensaba que iba a poder volver a torear tan pronto. Cuando quisimos volver a entrenar él estaba muy débil y no tenía fuerza. Su recuperación física y psicológica ha sido espectacular, se ha fortalecido y acabó el año con dos becerras y las toreó como si nada. Todos los días va por la mañana a Jerez a rehabilitación».

Francisco Rivera Ordóñez, de azul marino y oro, lucía un brazalete negro como señal de luto por el fallecimiento de su tía Belén Ordóñez y recibió los vítores del público de los tendidos de sol, entregados a su toreo de capote; al igual que con David Fandila El Fandi, de turquesa y oro, hizo las delicias del público con sus pares de banderillas que fueron aplaudidas a petición previa del propio torero.

Jorge González, director del hotel Málaga Palacio, no se perdió una tarde más lo que aconteció en La Malagueta. Muy cerca de él se encontraba el periodista taurino Paco Aguado, que durante estos días está desarrollando un ciclo de coloquios en dicho hotel a partir de la una de la tarde. Aguado moderará hoy una mesa redonda titulada La lidia del toro y la suerte de varas, que se celebrará en la antigua sede de la Diputación a partir de las once de la mañana. A la mesa redonda asistirán el varilarguero Pepillo de Málaga, el matador de toros Fernando Cámara y José Morente, de la Asociación de Aficionados Prácticos de Málaga.

El novillero Fernando Rey, que se presentó con picadores en la primera de abono, no faltó una tarde más a su cita como aficionado a los tendidos del coso del Paseo de Reding. El joven novillero, que se incorporó a la Escuela Taurina Provincial con solo diez años, fue ganador del programa Quiero ser torero hace unos meses y sigue buscando oportunidades para seguir creciendo como torero.

La Malagueta tuvo colores blanquiazules con la presencia del técnico chileno Manuel Pellegrini y Francisco Martín Aguilar, en el burladero de la Diputación, así como el árbitro Paradas Romero. El director de comunicación del Málaga C. F., Víctor Varela, se encontraba en la barrera del tendido 7. Además, Padilla brindó el segundo de su lote al centrocampista Joaquín Sánchez, sentado en el tendido 8.

El concejal de Movilidad, Raúl López, y Damián Caneda, titular de Cultura, no perdieron detalle, igual que el presidente de la Agrupación de Cofradías, Eduardo Pastor, que estuvo acompañado por su esposa, Amparo Bentabol, en el tendido uno.


Toros en Málaga

malaga120812.txt · Última modificación: 2020/03/26 12:26 (editor externo)