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Artículos taurinos de opinión

San Isidro 2019 o la recuperación del sector

Ocho puertas grandes, 36 orejas cortadas y más de 640.000 espectadores en una feria que ha contado con 34 días ininterrumpidos de actividad taurina. Datos que ponen de manifiesto el próspero estado de salud de la feria más importante del mundo

Por Alberto Bautista

Concluyó la feria de San Isidro 2019. El mundial del toreo ya es historia. La feria del bombo, rebautizada in extremis meses antes de su andadura puede decirse que goza de una gran salud. Lo dicen las cifras presentadas por Plaza 1: “San Isidro 2019 ha crecido en número de espectadores. Un total de 641.429 personas han sumado los treinta y cuatro festejos celebrados, 21.850 más respecto a 2018. Un total de ocho tardes agotaron todas las localidades, una más que en 2018; y solo nueve estuvieron por debajo del 70% de ocupación, seis tardes menos que en el anterior serial”.

En cuanto al nivel artístico, se han cortado 36 orejas, y se ha abierto la puerta grande en ocho ocasiones (cinco de ellas por toreros a pie), todos ellos lo hicieron desorejando a un toro. Por orden cronológico fueron: Miguel Ángel Perera, Roca Rey, David de Miranda, Antonio Ferrera y Paco Ureña, que ha sido el triunfador (numérico) de la feria, según Plaza 1.

Analizando las salidas a hombros, el bagaje es claramente desproporcionado. Perera salió a hombros el 14 de mayo, recogiendo en mi crónica lo siguiente: “Benevolente, de poco peso, barata, regalada… sobran los calificativos para definir la puerta grande de Miguel Ángel Perera en el día del patrón. San Isidro Labrador. El público triunfalista en la primera cita de “no hay billetes” auparon hasta la extenuación una salida a hombros indómita y prácticamente testimonial. Y la culpa… del de siempre. El Presidente Gonzalo de Villa Prado, se inventó una segunda oreja en una faena que mereció un solo apéndice. Eso sí, de Ley. Porque la faena de Perera, tuvo fuste, peso y bagaje al buen toro de Fuente Ymbro corrido en tercer lugar”.

Un mundo separó ese triunfo con el conseguido por los demás. La antología del toreo reposado y armónico de Ferrera, tras firmar una obra suprema al cuarto Zalduendo la tarde del 1 de junio quedará para los anales. Roca Rey, tampoco se quedó atrás, tras firmar una apoteosis en el ruedo y en la taquilla. Dio la cara, y sufrió una cornada en su primera tarde que a la postre, consiguió su tercera salida a hombros en su incipiente carrera.

Un desconocido David de Miranda aupado a los altares en la tarde de su conformación, cayó de cara. La vida le tenía preparado una alegría después de tanto sufrimiento “la faena de su vida en el día y la hora. David de Miranda tocó el cielo con las manos, estuvo en torero toda la tarde y se llevó la alegría de su vida en el sexto. Faenón, dos orejas y puerta grande. Del infierno al cielo, y todo en el día de su confirmación del doctorado”, glosé. El premio al torero de revelación fue una hazaña de Ley. De locura fue la puerta grande al torero triunfador de San Isidro, Paco Ureña tocó el cielo de Madrid la tarde del 15 de junio en la corrida de la Cultura. El público estaba con él, dos orejas incontestables al sexto tras sufrir una dolorosa voltereta con varias costillas rotas, no hubo discusión ante un torero un tanto sugestionado por el benevolente público.

Poso y cartel dejaron otros toreros como Pablo Aguado, que sin necesidad de cortar orejas mantuvieron la atención en los tendidos. La despaciosidad, el sentido del temple y las formas fueron las notas predominantes de sendas actuaciones tras dejar su impronta en Sevilla, con puerta del Príncipe incluida. Román es otro diestro, que debe contar para el aficionado. Su raza y valentía no debe caer en saco roto. Un severo cornalón la tarde del 9 de junio en la corrida de Baltasar Ibán sustituyendo a Emilio de Justo, impuso el dramatismo. Felizmente fue de peligro, y a la espera de una pronta recuperación, el valenciano ha dejado huella en la feria más importante del mundo. Como Román, hasta 15 actuantes (el subalterno “Pirri” entre ellos), han caído heridos de gravedad sufriendo la cara más dolorosa de la Fiesta.

En cuanto al apartado ganadero, la empresa anuncia en su informe que: “212 reses salieron por los chiqueros. Y en este apartado, más datos positivos: un total de 78 reses fueron aplaudidas u ovacionadas en el arrastre, pasándose así del 31% del pasado curso al actual 36%”. Los premios al mejor toro de la feria, han recaído en Despreciado de Juan Pedro Domecq lidiado por David de Miranda la tarde de su confirmación, “No fue fácil torear con el vendaval de viento que acechó durante toda la corrida. Con ese aire, De Miranda se quedó muy quieto, se los pasó muy cerca y ligó muy bien los muletazos tanto al primero como al sexto. Máxime, teniendo en cuenta lo poco placeado que está. La plenitud emergió en el sexto, un encomiable Despreciado en una labor de sabor, torería y dominio. Sensacional. Por ambos pitones. Al natural. Estoconazo. Dos orejas de Madrid”,señalé aquel día.

La feria de San Isidro ha supuesto una revolución de toreo y de afición, y es que ni los más viejos del lugar se atrevieron a aventurar al conocer los carteles en la gala del pasado mes de marzo la envergadura de dichos datos. 14 tardes por encima del 80% de aforo, 8 carteles de llenazo y una asistencia media de más de 18.000 espectadores, han sido síntomas más que evidentes de la recuperación que afronta en los últimos años la Tauromaquia.

La tauromaquia, un espectáculo degradado con un incipiente final

La tauromaquia necesita de un revulsivo generacional, de la necesidad del regreso de un espectáculo íntegro que empiece en el toro, y de la apertura de los carteles de un espectáculo en claro retroceso y decadencia.

(Alberto Bautista)

La actual decadencia que vive la tauromaquia no es ajena a la realidad social, la degradación de la fiesta y la politización de una cultura milenaria acecha la progresión de un espectáculo con múltiples valores pero con demasiadas sombras. La fiesta de los toros, está huérfana de emoción y que a excepción de algunos reductos a duras penas se lidia el toro fiero y con casta. Pero no sólo el problema de la fiesta de los toros es en la actualidad la ausencia del toro, el sentimiento de la emoción ha desaparecido por completo de las plazas, y cada temporada asistimos estupefactos a ferias sin ningún tipo de aliciente, comandadas de una u otra manera por el mono encaste Domecq donde la suerte de varas emerge no ya a un segundo plano, sino directamente es considerada como inexistente, y el planteamiento se transmite a si esa reducción del espectáculo merecería una rebaja de los precios de las entradas, toda vez que al aficionado se le priva de uno de los tercios más necesarios e importantes del espectáculo.

En cuanto a los carteles que se anuncian en las ferias, éstos continúan siendo los mismos año tras año. Tan sólo la peculiaridad radica en ver quién es el torero mas tramposo lidiando el toro más pequeño, a poder ser con las astas mutiladas y de comportamiento pueril e indefenso como si de un peluche se tratara sin ningún tipo de historia, y con el objetivo económico como principal atracción. El toro como tótem del espectáculo ha pasado a un segundo plano, reivindicándose por parte del empresariado taurino la figura torerista antes que la torista, lidiándose animales que dan más pena que miedo. Incomprensible.

En cuanto al capítulo de la incursión de los toreros en ferias como Málaga, Ciudad Real, Salamanca, Palencia, Almería, Huesca o Castellón, no cuentan con un cambio generacional Enrique Ponce, Julián López “El Juli”, José María Manzanares o “El Fandi” continúan completando carteles en las mismas plazas que hace quince años, alternando con diez ganaderías donde el encaste Domecq se eterniza. Una muestra mas del escaso aperturismo a los jóvenes, aunque a duras penas el huracán peruano de Roca Rey - convirtiéndose en el principal reclamo empresarial - o la alternancia de Ginés Marín, abren paso a la alternancia. Todo eso unido a los altos precios hacen que festejos con las máximas figuras del escalafón no reflejen llenos en los tendidos, teniendo que conformarse con cubrir gastos, siendo el económico otro de los grandes galimatías de festejos que cuentan con múltiples trabas administrativas y excesivos costes que imposibilitan la realización del espectáculo, sobre todo para municipios donde la reducción de festejos de un tiempo a esta parte se ha acrecentado.

Además la excesiva politización de la fiesta de los toros, se ha convertido en arma arrojadiza contra todos los aficionados por Ayuntamientos que han arremetido contra la tradición y la cultura de un espectáculo tan legal como cualquier otro, y es que la fiesta de los toros no es ni de derechas ni de izquierdas, sino del pueblo. La desnaturalización de la vida, la búsqueda de un espectáculo que los enemigos catalogan de “dantesco y aberrante”, trastoca la libertad de los aficionados sin ánimo de venganza y con poca disposición a defenderse de los ataques, aunque con la aparición de la Fundación del Toro de Lidia para preservar a la fiesta de los contubernios del exterior ha conseguido dotar de argumentos jurídicos a situaciones de incertidumbre total, y aunque el camino recorrido ha sido largo y sinuoso aún queda mucho por hacer.

Capítulo aparte merece la situación de los novilleros quienes sufren las injusticias y los pesares del sistema. Cada vez se organizan menos y las ferias de provincia carecen muchas de ellas de festejos menores, lo produce un perjuicio claro y evidente a la hora de promocionarse y auparse al escalafón superior y es que las novilladas cuando las hay, se copan de los mismos nombres durante la temporada. Otra grave lacra, abunda en los empresarios que organizan este tipo de espectáculos, al solicitar a los novilleros unas prebendas económicas con el fin de que ocupen los carteles. Una maniobra absolutamente lamentable, y tímidamente denunciada por el escalafón por miedo a represalias.

Execrable es también durante esta temporada que Alejandro Talavante una de las máximas figuras del escalafón actual y con la vitola de ser el gran triunfador de la feria de San Isidro, a duras penas está entrando en los carteles de las principales ferias tras haber roto con la Casa Matilla el pasado 30 de junio. El premio a la ruptura es dejarle fuera de los circuitos al torero extremeño que cuenta con una mano izquierda privilegiada. Otra sinrazón mas de la lacra que rodea al mundo de los toros. Tampoco se debe ser ajeno al sonado caso de Diego Ventura apoderado por los Lozano que apenas si su nombre se ve en todas aquellas plazas “gobernadas” por los Chopera, apoderados a la postre del gran rival del sevillano: Pablo Hermoso de Mendoza, quién desde hace años desecha la opción de medirse a la máxima figura actual del rejoneo sencillamente por miedo, ganando el navarro por goleada en los despachos con sus maniobras torticeras y de manipulación, sucumbiendo a enfrentarse a la apisonadora de La Puebla del río. Otra deficiencia más del anacrónico sistema.

El caso de Toño Matilla, cuyo nombre comanda la gestión de plazas como Castellón, Valladolid, El Puerto de Santa María y figura en las principales ferias como Madrid, Valencia, o Sevilla, con su participación y sus influencias empresariales amén de contar con el apoderamiento de Juan José Padilla, David Fandila “El Fandi” y de José María Manzanares, además sus tres hierros - Hermanos García Jiménez, Olga Jiménez y Peña de Francia -, le hacen ser objeto de trueque y piedra angular de más del 90% de los carteles a tenor de sus facetas empresariales perjudicando seriamente al espectáculo.

Lo que es evidente es que la tauromaquia necesita de un revulsivo generacional, pero por encima de todo la necesidad del regreso de un espectáculo íntegro que empiece en el toro, y de la apertura de los carteles en la búsqueda del rigor, la defensa y la promoción de un espectáculo en claro retroceso y decadencia. La exigua figura de José Tomás se apaga lentamente, haciendo flaco favor a una fiesta necesitada de este tipo de toreros que con su sola presencia garantiza la venta absoluta de los abonos de una feria. Pero el de Galapagar, no está por la labor de ayudar a una fiesta enferma y decadente, cuyos estamentos están mas preocupados en su interés personal que en el general. Recetas todas ellas plagadas de ingredientes que pueden ser la solución de cara a la galería, pero que la realidad dicta que la fiesta de los toros puede ser historia…


opinion.txt · Última modificación: 2020/03/26 12:23 (editor externo)