En Barcelona se dan toros de forma oficial desde los siglos XV y XVI. Así se recoge una corrida, que era habitual, por las fiestas de Sant Joan, el 24 de junio de 1554, en la plaza del Born.
Con anterioridad a la Plaza de Las Arenas estuvo la Plaza de El Torín, construida en 1834 en La Barceloneta. Ya no existe. Funcionó hasta 1946.
Inauguración de la plaza de La Barceloneta: El 26 de julio de 1835 Es en el 1835, tomaron parte los espadas Juan Hidalgo y Manuel Romero Carreto, que lidiaron siete toros de las ganaderías de Guendulaín, Ibar, Laborda y Lizaso. La plaza tenía capacidad para albergar a 14.000 espectadores.
Corrida a plaza partida: El 25 de septiembre de 1853 en una corrida de toros celebrada en Barcelona, en plaza partida, uno de los toros saltó la barrera de separación, tras muchos esfuerzos y no habiendo manera de apartarlos, fueron banderilleados en la misma porción de la plaza y muertos ambos toros en el mismo sector. Los toros eran de la ganadería de Luis María Duran y los matadores encargados de la lidia fueron Antonio Sánchez “El Tato” y Antonio Velo.
Anécdota: En la plaza de La Barceloneta se lidió el 28 de junio de 1863 el primer toro que viajó encajonado según el invento del conserje de la plaza de Madrid, Pascual Mirete. El toro, de Gala Ortiz, de San Agustín de Alcobendas, fue encajonado en la plaza de Alcalá madrileña y llegó sin problemas a Barcelona. Sus compañeros de lidia hicieron el trayecto a pie. En la corrida alternaron dos toreros de la época “El Salamanquino” y Bocanegra.
Suspensión forzada: El 19 de julio de 1885 se suspende la corrida anunciada en Barcelona porque el tren que traía a toreros y cuadrillas no llega y tras esperar un tiempo prudencial, todos a casa. El tren llegó con seis horas de retraso.
Famoso indulto: Se lidia en la plaza de Barcelona el toro “Culebro”, de la ganadería de Cipriano Ferrer. Por haber estado en los corrales de la plaza durante dos meses, se hizo tan noble que el aficionado Serafín Greco le cuidaba y daba de comer con la mano. Salió a la plaza, tomó con mucha bravura ocho varas matando dos caballos. Serafín que se encontraba en el callejón, no se pudo contener y echándose a la plaza llamó a “Culebro”, que lo conoció enseguida. El público pidió que se le perdonase la vida, retirándose a los corrales detrás de Serafín con la nobleza de un perro.
Peleas en la plaza: El 15 de julio de 1913 en la plaza vieja de Barcelona llamada “La Barceloneta” un espectador se lanzó al ruedo y abofeteó al novillero Luis Guzmán “Zapaterito”, y otro espectador escaló al palco del presidente de la corrida, agrediendo a éste a puñetazos.
Toros en Barcelona.