Herramientas de usuario

Herramientas del sitio


Action disabled: source
sevilla_041009

REAL MAESTRANZA DE SEVILLA

Tarde del domingo, 4 de octubre de 2009

Corrida de novillos

FICHA TÉCNICA DEL FESTEJO

Ganadería: José Luis Pereda-La Dehesilla (bien presentados, descastados y mansos).

Diestros:

Martín Núñez: Estocada, pinchazo (vuelta al ruedo), saludos y silencio en el que mató por Jouber.

Javier Cortés: Saludos y silencio.

Thomas Joubert: Pinchazo y estocada corta (silencio) y herido en el sexto.

Incidencias: Joubert fue asistido de una herida inciso-contusa en bolsa escrotal derecha, con evisceración del testículo y que penetra en la bolsa testicular izquierda contundiendo el cordón espermático y el testículo del mismo lado. El sondaje uretral demuestra una orina clara y limpia. Se exploran posibles trayectorias ascendentes sin encontrar ninguna. Se realiza limpieza y sutura, colocando un drenaje en cada bolsa. Se traslada a la clínica del Sagrado Corazón. Pronóstico menos grave.

Presidente: Gabriel Fernández Rey.

Tiempo: caluroso.

Entrada: un cuarto.

Crónicas de la prensa: El Mundo, ABC, Diario de Sevilla.

<img src="http://media.grupojoly.com/imagen.php?imagen=//0000419500/0000419996.jpg&an=230"/>

©Martín Núñez/ABC. ©Thomas Joubert/Diario de Sevilla

El Mundo

Por Carlos Crivell. Thomas Joubert, cogido menos grave en el escroto

Poca gente y poco toreo sobre el albero del coso del Baratillo. Con un calor otoñal pegajoso, la novillada de triunfadores (¿) de septiembre no tuvo más argumentos que la cogida de Joubert en el sexto. Fue un contenido amargo. No pasó casi nada notable en lo taurino y un chaval se fue a la enfermería con una cornada. El rictus triste de Tomasito se volvió lastimero camino de la enfermería cuando llevaba una cornada en los testículos.

La novillada de Pereda, bien presentada, no dio la talla. Ni fueron bravos ni encastados. La bondad apareció en algunos momentos, pero no es suficiente, más cuando esa boyantía se acompañaba de las mínimas fuerzas posibles, como le pasó al cuarto, cogido con alfileres en cuanto a resistencia y que debió ser devuelto a los corrales.

Martín Núñez volvió a estar acompañado por un grupo de fieles seguidores que todo se lo jalean. Es un tema que ya se ha comentado. El propio torero debería advertirles a sus admiradores que sean prudentes, porque a veces consiguen el efecto contrario. A Martín Núñez se lo cantaron todo. Y ayer Luis no estuvo como en su anterior comparecencia en Sevilla.

El que abrió plaza embestía sin continuidad, quería irse de la suerte y nunca humilló. El sevillano logró mayor lucimiento con la derecha en algunos muletazos de buen trazo, aunque lució más en los de pecho. Junto a ello, algunas dudas en la colocación que deslucieron su faena. Las palmas de sus amigos le animaron a dar la vuelta.

El noble cuarto le permitió torear con la izquierda en tandas estimables aunque al final el animal se quedó parado. Se esforzó, volvió a lucirse en los pectorales y de nuevo florecieron las dudas de la falta de oficio. En ambos novillos tiró la muleta en los desplantes finales, detalle que debe abandonar porque no es nada torero.

El debutante Javier Cortés estuvo en novillero con su primer astado. Se puso cerca, se dejó coger varias veces, pero la realidad es que no sacó nada claro. Se vieron sus ganas pero apenas su estilo.

Debió ser en el quinto, novillo con más movilidad en los primeros compases de su labor. Ahora Cortés no logró entender al de Perera en una faena encimista, espesa y atolondrada. Su estilo es simplemente de torero con ganas, pero carente de un sello especial. No le falta el valor, pero no parece suficiente. Con la espada no anduvo acertado, más bien demostró que no domina la suerte.

Joubert pasó sin eco por la plaza. El tercero fue brusco y se apagó pronto, pero el francés le dio una gran cantidad de pases enganchados. Se peleó con el temple y así es imposible. Comenzó la faena del sexto con estatuarios. El novillo era remolón y lo avisó en una tanda por la izquierda. A la siguiente lo cogió y le sacó un testículo. Martín Núñez la arreó un sablazo en el chaleco y sus partidarios aplaudieron. Mal final para una función de mínimos contenidos.

ABC

<img src="http://www.portaltaurino.com/images/criticos/fdo_carrasco.jpg"/>Por Fernando Carrasco. Maneras en Martín Núñez; cornada a Joubert

El novillo de Pereda lanzó por los aires de mala manera a Thomas Joubert cuando toreaba al natural. Era el sexto de la tarde y la faena ya estaba prácticamente hecha. No había mucho que cortar. Pero insistió el chaval una y otra vez hasta que el astado se fue al cuerpo. Lo elevó y cuando cayó al albero, el pitón rompió la carne. Ahí llegó la cornada. Intentó levantarse el torero se vio herido. Bronco al final de los muletazos, el astado hizo presa de manera certera. Una pena que el festejo de ayer concluyese de esta desgraciada manera. No hubo mucho que cortar desde luego. La novillada de Pereda, bien presentada -algunos con hechuras de toros- no dio facilidades por sosa en muchas ocasiones, brusca en otras y sin romper en la mayoría de las ocasiones.

Los mejores pasajes los dejó el sevillano Martín Núñez, que vino muy bien arropado por sus seguidores. Pero tiene personalidad este espigado chaval, que se fajó y sacó partido al soso primero, al que consiguió hilvanarle series estimables a base de dejarle la muleta en la cara y tirar. Faltaba emoción pero no voluntad. Algunos de los de pecho fueron de alto nivel. Se tiró a matar y se le pidió la oreja.

Dejó alguna verónica estimable al cuarto, un astado noblote pero con muy pocas fuerzas. Martín Núñez apeló al gusto en muchos momentos, sobre todo al natural. Uno de ellos resultó largo y pausado. Aguantó mucho el torero y exprimió las embestidas que tuvo el de Pereda. Mucho mérito en alguien que torea muy poco. Eso sí, debe cuidar las formas y no tirar la muleta en los desplantes, que afean la obra. En esta ocasión la espada no entró y se difuminó el trofeo. Javier Cortés tiene oficio pero no pasó de vulgar en sus dos enemigos. Tampoco había para mucho. A su primero le consintió varias coladas que supusieron otras tantas volteretas, como la que se llevó al entrar a matar. Por fortuna, sin consecuencias.

Algo mejor estuvo ante el el quinto, donde corrió más la mano por ambos pitones pero sin alcanzar cotas estimables, sobre todo por la condición del astado. Dejó algún detalle con el capote Thomas Joubert ante el tercero, quizá el animal más parado del encierro. Las veces que embistió lo hizo de manera cansina, sin decir nada. Faena sin relieve alguno. El sexto se llevó por delante el capote y luego se dio un costalazo tremendo. Bronco el de Pereda, al final hizo presa y llegó la cornada.

Parte facultativo de Thomas Joubert. Fue intervenido de una «herida inciso contusa en la bolsa escrotal derecha, con evisceración del testículo y que penetra en la bolsa testicular izquierda, contundiendo el cordón espermático y el testículo del mismo lado. Pronóstico menos grave».

Diario de Sevilla

Por Luis Nieto. Joubert, herido menos grave

Miope siempre se hizo el cegato. Le costaba ir a los engaños; en otras ocasiones se quedaba muy corto y a veces medía. Pero su condición, mala, nada tenía que ver con su vista. Certero como él solo, en un abrir y cerrar de ojos, Miope le infirió una terrible cornada a Thomas Joubert, un novillero francés de 19 años, que repetía en la Maestranza tras su buena presentación del pasado 20 de septiembre. Fue una cornada relámpago, en un arreón traicionero y con un hachazo tremendo. El negro mulato de Pereda lo enganchó en un natural y cuando el novillero caía, con su cabeza a punto de estrellarse contra la arena, el astado, con gran potencia de cuello y metiendo los riñones, le recogió con su cuerno izquierdo y elevó de nuevo al cielo, metiéndole el pitón en el escroto. Desde el tendido hubo una exclamación de horror y el ¡uyy! sonó como un chasquido seco, que resquebrajaba la tarde.

Hasta entonces, Thomas Joubert, que antaño se anunciaba como Tomasito, porfió en un trasteo en el que resultaba imposible el lucimiento artístico por las citadas cualidades de su oponente. Martín Núñez, el espada que abría plaza, despachó al novillo de un sablazo. Y el público salió de la plaza desolado, con otro sablazo, una puñalada en el pecho, angustiado por el estado del torero arlesano, al que las asistencias llevaban en volandas camino del quirófano.

El cierre de las novilladas picadas en la temporada sevillana fue sumamente deslucido, con un encierro desigual de Pereda, en la vertiente de sus dos hierros -La Dehesilla (primer y cuarto novillo) y José Luis Pereda-. Los de mejor condición fueron el noble cuarto y el manejable quinto. Tomasito no había tenido suerte con su primero, un ejemplar manso y paradísimo, de embestidas descompuestas. El torero galo, bien colocado, dando distancia, tiró del animal. Fue una labor voluntariosa, con excesivos enganchones.

El sevillano Martín Núñez y el madrileño Javier Cortés -que se estrenaba en el coso del Arenal- dieron mejor medida con los oponentes más dificultosos. Del primero, ya lo dije sobre la actuación de su debut, destaca su buen concepto, pero le falta rodaje, lo que incide en su técnica y en su toreo. Del segundo hay que tener en cuenta que ayer derrochó arrojo a raudales con su primer oponente.

A Martín Núñez le costó confiarse con el manso primero. Cuando lo hizo y le tapó la cara logró una buena tanda con la diestra en una labor con destellos, como una pase de pecho inmenso. Mató de una estocada caída. La cosa no fue para la vuelta al ruedo que se marcó por su cuenta, arropado por unos partidarios que llegaron incluso a solicitar, de manera desmedida, una oreja. Con el cuarto, un animal muy flojo, pero noble, consiguió una serie por cada pitón, destacando la del toreo al natural. Faltó más contundencia en la faena, que remató mal con los aceros.

Javier Cortés tragó lo indecible con su primero, un novillo incierto, que se le coló en un par de ocasiones en la capa y que en la muleta llegó a levantarle los pies en otra e incluso engancharle. El torero, esforzado, fue prendido al entrar a matar en una estocada de vergüenza torera, tras un pinchazo.

Con el manejable quinto, Cortés dio muchos pases sin que calaran en el tendido para cerrar su labor, sin brillo alguno, con un arrimón. Estuvo desacertado con la espada.

La sangre corrió ayer en la Maestranza. Esa fue la lamentable noticia que tiñe de rojo esta crónica. Sangre de un joven novillero. Triste tributo que se sumó a esa carga tremenda que ha convertido la temporada 2009 en una de las más sangrientas de los últimos años.

Sevilla Temporada 2009

sevilla_041009.txt · Última modificación: 2020/03/26 12:19 (editor externo)