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Real Maestranza de Sevilla

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Martes, 6 de mayo de 2014

Corrida de toros

FICHA TÉCNICA DEL FESTEJO

Ganadería: Toros de Daniel Ruiz (del 1º al 4ª) y Fuente Ymbro (mansos e inválidos para la lidia; 2º y 4º, devueltos a corrales por invalidez manifiesta y por partirse un pitón durante la lidia; sustuidos por otros dos dos de Fuente Ymbro).

Diestros:

Joselito Adame. Estocada (silencio); dos pinchazos (silencio); bajonazo en el que mató por David Galán.

Antonio Nazaré. Estocada atravesada, siete descabellos (silencio); estocada (silencio).

David Galván. Estocada tendida, descabello (saludos desde el tercio); resulta cogido.

Presidente: Ana Isabel Moreno.

Tiempo: caluroso.

Entrada: poco más de media plaza.

Incidencias: el matador de toros David Galán resultó cogido grave en el 6º de la tarde. Parte médico: “Herida por asta de toro en cara interna de muslo derecho, 1/3 medio. Con una trayectoria ascendente y hacia cara posterior de 15 cm que produce rotura de musculatura, abductores y biceps, y una segunda trayectoria descendente de 5 cm que afecta a planos superficiales. Limpieza de herida, reparacion de planos musculares y colocacion de drenaje. Pronóstico Grave”.

2º parte médico: “Evolución favorable en la recuperación del herido. Se realiza cura de herida quirúrgica que presenta buen aspecto con drenaje escaso. Se comienza movilización del paciente con vistas a la rehabilitación. Firmado: Dr. Octavio Mulet Zayas”.

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Crónicas de la prensa:

Puerta de Arrastre

Por Santiago Sánchez Traver

Cuando pasan estas cosas siempre se recurre al tópico: el del gafe, el de no he visto una corrida peor en mi vida…Yo no creo en los gafes y sí he visto corridas en mi vida hasta peores que ésta. El remiendo ganadero no auguraba nada bueno. Habrá que saber por qué vinieron toros de Daniel Ruiz que no estaban reseñados y por qué no vinieron los reseñados… Y por qué se eligió para el remiendo los de Fuente Ymbro que tan mal juego acababan de dar en la Maestranza. En fin, que para uno que parecía bueno, lo echaron para atrás sin más motivo que era un toro al que gustaban las volteretas. Lo demás es que no hay por donde cogerlo ni narrarlo. Descastados los de Ruiz, mansos los fuenteymbros, hasta ese sexto con peligro que cogió al joven y valeroso diestro cañailla. La gran figura mexicana actual Joselito Adame se quedó inédito en su primera tarde. Y Nazaré navegó como pudo con lo que le tocó sin lograr ningún mérito. La única ovación para Galván por correr como un descosido detrás del mansísimo tercero por toda la plaza. En fin, que es no hay más que contar. Ustedes le añaden los tópicos que quieran: gafe, despropósito, cuesta abajo y rodando, y no me chilles que no te veo…Hasta mañana, que también hay problemas.

Lo mejor, lo peor

Por Sandra Carbonero

Lo mejor: Casi nada. Pocas cosas relevantes hemos visto en la octava de abono. Ganas de triunfar y agradar al graderío no le ha faltado a la terna. Detalles escasos como los cinco naturales de Nazaré al segundo, la raza de David Galván, que al final resultó cogido y el comienzo de faena de Adame al cuarto bis.

Lo peor: Desolación. Tardes como la de hoy son para borrarlas de la memoria. Era la Feria de las figuras del mañana. Una apuesta por el futuro. Pero así no se ayuda a los toreros, ni a la afición y mucho menos a la Fiesta. La tarde ya empezó con polémica al estar remendada la corrida anunciada de Daniel Ruiz con dos toros de Fuente Ymbro. Al final tan sólo vimos dos de Daniel Ruiz, ya que se devolvieron el segundo sin motivos y el cuarto al romperse el pitón y cuatro de Fuente Ymbro, con los dos sobreros. Podría quedar en una mera anécdota, pero sumado a la mala presentación y las nulas condiciones del ganado, la desperación y el aburrimiento era patente después de camino de las tres horas de festejo. Tanto Adame, como Nazaré y Galván merecen una oportunidad la próxima Feria por sortear una corrida como la de hoy. Para mañana la corrida de Garcigrande ha sido rechazada. Tendremos polémica para rato.

El Mundo

Por Vicente Zabala de la Serna. David Galván, herido grave en Sevilla

El infierno existe en la tierra y fue este martes. La plaza de la Maestranza se había vaciado como nunca antes un martes de farolillos presintiendo ser la caldera de Pedro Botero. La trampa intuida por los ausentes no residía tanto en el calor como en el desfile de monstruos y monstruitos que los señores empresarios Eduardo Canorea y Ramón Valencia habían comprado a precio de saldo. Saldos Ruiz versión 2.0. Para que la desbandada no fuese total, pero sobre todo para que los mártires de la Tauromaquia ni siquiera pudieran devolver sus entradas por taquilla, la presidenta Anabel Moreno consintió aprobar un becerro como toro y como coartada, lidiado para abrir los paladares. Así sumaban cuatro de Daniel Ruiz, así no había posibilidad de regresar boletos, así pretendían evitar una ruina mayor; el efecto fue el contrario.

El grito de “¡Canorea, te vas a cargar la afición de Sevilla!” se granjeó la mayor ovación en el ecuador de lo que quisieron colar como una corrida de toros. El infierno tiene nombres y apellidos.

A la miseria de Daniel Ruiz le echaron bueyes de Fuente Ymbro como sobreros, según se devolvían. Bueyes por fuera y por dentro. El abecerrado de Ruiz quedó para escarnio de Joselito Adame. O igual sirvió como eslabón de transición entre México y España. No creo que aquella velocidad ratonera e informal valiese para nada.

Un retinto de Ricardo Gallardo se tropezaba con sus propios pezuñones o claudicaba ante el destemple de Antonio Nazaré, que ya había conseguido devolver un toro viejo al que pareció enseñar a dar volatines con el látigo de su capote. Por un momento, Nazaré le halló el temple a su altura y lo sostuvo. Incluso le pegó tres o cuatro naturales de nota al del yugo. Después se perdió en manoletinas y descabellos. No pudo hacer nada con un quinto también de Gallardo y también podrido. Pareció tener ciertas hechuras al lado del acaballado último.

David Galván ya había protagonizado una de las escenas más surrealistas de la tauromaquia reciente: mientras el tercero de saldos Ruiz se fugaba con su flequillo al viento hacia chiqueros, el chico brindaba al personal y a los ladrillos. Y luego lo persiguió al hilo de las tablas desde la puerta de arrastre a toriles, de toriles a sol, de sol a toriles y vuelta. Pasaba el animal y Galván trataba de apurarlo componiendo. Tanto afán de querer le valió una ovación.

Para colmo de penurias, el rajado sexto de Fuente Ymbro arrolló a David Galván que se puso en el camino de la huida. Un voltereton feo lo mandóba la enfermería. Joselito Adame, que no pudo matar al cuarto de FY porque se echó, lo acuchilló por los costillares.

Diario de Sevilla

Por Luis Nieto. David Galván, herido grave en el muslo derecho

Tras dos horas y media de tedio y sopor, saltó un mansísimo sexto. El diestro gaditano David Galván, único que había cosechado una ovación en su anterior toro, se tras el ejemplar de Fuente Ymbro a tablas. En su afán por agradar, citó próximo a rayas, con el toro aculado en tablas. El astado amagó ligeramente y acabó estirando la gaita para hundir el pitón en el muslo derecho de Galván, quien fue trasladado por las asistencias de manera inmediata a la enfermería. Fue la más agria puntilla de un espectáculo infumable.

Hasta entonces, sólo ruina. Ruina ganadera con un baile de corrales previo, con ocho toros que pisaron la arena maestrante para ser estoqueados seis –tan sólo dos del hierro titular: Daniel Ruiz, (primero y tercero) y cuatro de Fuente Ymbro (segundo bis, cuarto bis, quinto y sexto). Varios toros sin trapío; otros de fea presentación; algún tullido y hasta un acróbata.

Con media entrada en los tendidos y el citado material inservible, el respetable sufrió de lo lindo en una tarde calurosa. El público se tragó en primer lugar un ejemplar de Daniel Ruiz, feote y anovillado, con menos trapío que cualquiera de los utreros que se hayan lidiado en esta plaza ya desnortada totalmente, con una afición ejemplar a la que los taurinos no respetan ¡Una vergüenza! En la desesperación y entre las protestas, se escucharon algunos gritos como “¡Fuera la cabra!” o “¡Toro, toro…!”. No importó, la presidenta, Anabel Moreno, mantuvo aquella birria, con el trámite de un sucedáneo de varas. Joselito Adame, precipitado, se marcó un trasteo liviano y con demasiados enganchones.

En una tarde con múltiples incidentes en la arena, el cuarto se partió un cuerno. En su lugar, saltó un sobrero de Fuente Ymbro, manso, que acometía sin clase ni recorrido, que buscó tablas y a punto estuvo de echarse en un trasteo poco comprometido de Adame, despidiendo la mayoría de las ocasiones el astado hacia fuera.

El segundo toro titular, inválido, parecía un consumado acróbata. Dio varias volteretas y volatines hasta romperse y ser sustituido por uno de Fuente Ymbro, colorao, manso y manejable en la lidia. Nazaré, sin material para el lucimiento, extrajo algunos naturales sueltos con clase y estuvo certero con la espada.

Con el manso quinto, que acometía a cabezazos, Nazaré se llevó un susto en una colada del toro en la apertura de una labor breve. De nuevo, el torero de Dos Hermanas estuvo acertado con la tizona.

David Galván dejó la impronta de pundonoroso, siempre dentro de esos apuntes de torero serio, que intenta las cosas por derecho. Se enfrentó a dos mansos de libro. El primero anduvo barbeando tablas durante toda la lidia y el diestro lo persiguió, esforzándose en un trasteo largo y desigual, con un par de tandas que fueron muy aplaudidas por el público. Mató de estocada y descabello y escuchó la única ovación de la tarde desde los tercios.

La película de mansos se repetía y repetía y el público estaba ya desesperado, aunque siempre quede un hilo de esperanza… El mansísimo sexto hizo el feo al varilarguero y se entableró ya en el segundo tercio, en banderillas, para hacerse fuerte en los tableros cuando Galván, en una escena desagradable, intentaba citar desde fuera al animal, que crecido arrancó con una violencia descomunal para un derrote seco que abrió el muslo del joven torero gaditano. Adame mató al toro de un sablazo. Una especie de rúbrica de un espectáculo que resultó una pesadilla y acabó con David Galván corneado tras una apuesta a carta cabal en la Maestranza.

El País

Por Antonio Lorca. La Maestranza está noqueada

Ayer, martes de feria, día grande de farolillos, la plaza solo se cubrió a la mitad, lo que corrobora un preocupante desinterés. Quizá sea verdad que el cartel no reunía los mínimos alicientes, pero los vacíos tendidos de sol ofrecían una imagen penosa y doliente. Sin duda, algo se está haciendo muy mal y, si nadie lo remedia, los antitaurinos alcanzarán pronto sus objetivos sin mover un dedo.

Pero no acabó aquí la alarma. Salió el primer toro y tenía una pinta de sardina que no se podía aguantar. ¿Acaso creen que la plaza se levantó en armas contra tan grave ofensa? Cinco aficionados, solo cinco, contados con esta mano, que ocupaban asiento en una grada de sol, iniciaron una tímida protesta ante la mirada inquisitorial de una sombra silenciosa, cómplice y dañina. Ya saben aquello de que la afición sevillana tiene fama de callada, sabia y exigente. Pues sepan que hace tiempo que esta plaza vive de las rentas del pasado. La afición de antaño ha dado paso a una mezcla extraña de espectadores entre los que parecen mayoría aquellos que van a los toros en feria como acuden a la ópera cuando se anuncia Plácido Domingo.

Y las desgracias nunca vienen solas. Cuando David Galván peleaba literalmente por robarle un pase al rajado sexto, un toro de astifinas defensas, el animal se lo echó a los lomos y lo hirió en la cara interna del muslo derecho.

Se lidió, faltaría más, el anovillado e impresentable primero de la tarde, que había sido aprobado, no se olvide, por la autoridad, y Adame intentó justificarse en una labor tan larga como insulsa que ofrecía una imagen ridiculizante y deformada de la tauromaquia. Adame insistió una y otra vez entre la desidia del respetable, y eternizó la faena a sabiendas, se supone, de que aquello no interesaba a nadie. A veces, surge la pregunta de dónde está la proclamada inteligencia de los toreros. Mató de una buena estocada, y todos esperaban que quedara espantado el mal fario.

Pues, no. La corrida se desplomó por un precipicio tan profundo como oscuro. La buena voluntad de Nazaré y la encomiable decisión de Galván no pudieron superar las gravísimas carencias de los toros lidiados. Dos del hierro titular se devolvieron, el primero por inválido, y por partirse un pitón el otro; y el cuarto, corrido en tercer lugar, fue un manso rajado al que Galván persiguió por toda la plaza cual eficiente policía, y consiguió detenerlo en ocasiones, lo que aprovechó para robar al delincuente algunos valerosos muletazos desperdigados. Otro de igual comportamiento, acobardado en tablas, le tocó en último lugar, y ahí, en la barrera del 7, el toro lo enganchó en la distancia corta y le infirió una cornada seca. Le tocó matarlo a Adame y, tras perfilarse muy ceremonioso, cobró un sartenazo en los costillares, tan feo que lo hace a propósito y no le sale. Tampoco brilló el mexicano ante el cuarto, muy parado y soso.

No tuvo mejor suerte Antonio Nazaré. Lo intentó de veras en su primero, que tenía pinta de borrachazo, pero a base de buen gusto y empaque trazó algunos redondos y naturales meritorios. Un inválido era el quinto y el torero solo pudo ofrecer buena voluntad.

Cómo estará la Feria de Abril de Sevilla que en el tendido se contaba como verídico que muchas personas acuden estos días a las taquillas de la plaza y piden una entrada “para ver al ganador de Mira quién baila”. Ya saben que el triunfador del programa televisivo fue Miguel Abellán, y está anunciado este jueves. “Esperemos”, añadía el aficionado, “que en lugar de bailar, se quede quieto”.

El Correo de Andalucía

Por Álvaro Rodríguez del Moral. Trágico y cósmico petardo

Cuando Galván tomó la muleta para despachar al sexto ya había huido gran parte de la exigua parroquia, harta de un espectáculo que nunca fue tal. Tocaban a matar y el reloj de la plaza marcaba las nueve de la noche. A esas alturas, en la modorra del tedio y el enfado, la tarde parecía haber tocado fondo definitivamente. Pero no, aún podían ir las cosas peor, muchísimo peor. Galván andaba peleándose con ese burro grandullón, manso y rajado que buscó muy pronto el abrigo de las tablas. No podía ser menos que el saldo ganadero que salió por la puerta de chiqueros. Aquerenciado entre el 7 y el 11, sacó un ramalazo de genio para arrear una seca cornada al joven matador de La Isla, que no pudo tener una presentación más aciaga en la plaza de la Maestranza. En los primeros instantes sólo parecía una aparatosa y fea voltereta. No se veían heridas ni sangre pero David fue incapaz de levantarse del albero y se encendieron las alarmas. Iba herido, sí; llevaba una fuerte cornada en el muslo.

Antes había conseguido lucrar la única ovación del lamentable festejo gracias a una actuación tesonera pero casi psicodélica. Galván persiguió al novillote de Daniel Ruiz por toda la plaza como si estuviera cazando liebres. En otro momento, con otro público y con el senado habitual de la plaza no le habrían dejado prolongar ese trasteo machacón hasta el absurdo. Es verdad que sacó un muletazo aquí, otro allá y que la gente hasta lo agradeció pero aquello era un sinsentido, una faena cercana al surrealismo que sólo estaba marcando el tono de una tarde interminable que ya se sabía gafada desde antes de que sonara el primer pasodoble.

Conviene contarlo todo para ponernos en situación: un año más -y no sabemos cuantos van- se lidió un parche de Daniel Ruiz, que no es capaz de juntar un encierro completo para presentarse en la plaza de la Maestranza. En otras épocas se los llevaban enteros al campo. Y después de lo de ayer le convienen unas vacaciones baratilleras. Pero ya sabemos que la corrida fue reseñada para otros aunque tampoco podemos conocer -lo sabrá la autoridad y los interesados- si los toros escogidos para Sevilla fueron los mismos que viajaron a los corrales del Baratillo. El caso es que Daniel Ruiz presentó nueve toros y sólo le aprobaron cuatro. En esa tesitura se sorteó tarde y se sorteó mal: se salvaron cuatro del hierro titular para evitar la devolución de abonos en la taquilla -que tuvo poco trabajo- y se sumaron dos remiendos de Fuente Ymbro que a la postre, mantendrían exacto tono manso a la corrida que ya había lidado Ricardo Gallardo el pasado viernes de preferia.

Lo que no se podía aventurar aún es que el hierro de Fuente Ymbro acabaría siendo el verdadero titular del espantoso festejo. Los dos sobreros que se habían enchiquerado saltaron a la plaza consumando un desastre absoluto al que se unió el pésimo juego de todos y cada uno de los toros que finalmente murieron a estoque en el ruedo maestrante. Pero no se vayan todavía que aún hay más. Los escasos aficionados que aguantan numantinamente estas carretas y carretones comentaban antes del comienzo de la corrida que el envío de Garcigrande previsto para hoy -lo tienen que matar El Cid, Luque y Saldívar- se había marchado enterito para el campo. El ambiente andaba caldeado y en los tendidos achicharrados ni siquiera se rozaba la media entrada. Con esos mimbres se inició el paseíllo y saltó al ruedo una raspa impresentable que acabó de desatar todas las iras, especialmente en esos altos del 8 a los que, desgraciadamente, se les estaba dando la razón. La presidenta aguantó el ratón en el ruedo pero el despropósito se había consumado. La gente no echó ninguna cuenta de la faena intrascendente de Joselito Adame, que sí mató a la babosa de una excelente estocada. Con el cuarto, un sobrero de Fuente Ymbro acobardado, logró enjaretar algunos muletazos empacados, incluso hondos, hasta que el animal entregó la cuchara. Ni siquiera pudo matarlo como Dios manda y después de echarse fue apuntillado en el ruedo.

Antonio Nazaré culminó su particular feria y lo hizo despachando el primer sobrero de Fuente Ymbro después de que el titular de Daniel Ruiz se deslomara a base de volteretas. Los protestones -no les faltaban motivos- estaban en su salsa pero a la labor del diestro de Dos Hermanas no le faltó mérito y entrega. El caso es que ¿qué podía hacer con una embestida de buey de carreta? Pues consiguió enjaretarle un buen puñado de naturales, de buen trazo, dichos de uno en uno, que nos sirvieron para desperezarnos brevemente. Desgraciadamente, la estocada delantera que escupió el morlaco no bastó y Nazaré se atascó con el descabello. En cambió si logró matar bien y pronto al quinto de la tarde, una auténtica mierda de toro que sólo merecía ese espadazo. Antes había comprobado desesperadamente que cualquier intento de lucimiento era un empeño estéril.

¿Y ahora qué? Dicen que los camiones van a seguir trayendo y llevando ganado para intentar lidiar la corrida de Garcigrande prevista para esta tarde. Pero más allá de ese feo baile de corrales y de tantos ladrillos vacíos se compartía una extraña y espesa sensación de estar tocando fondo que debe hacer reaccionar a empresa y propietarios. La plaza de la Real Maestranza parece adentrarse en un túnel tenebroso que no es bueno para nadie, incluidos los que demandaban tanto “respeto”. Si ésa es la victoria que anhelaban seguramente la han conseguido. Qué contentos estarán.

ABC

<img src="http://www.portaltaurino.com/images/criticos/fdo_carrasco.jpg"/>Por Fernando Carrasco. Debacle ganadero y cornada grave al gaditano David Galván

Una auténtica debacle ha acontecido este martes de farolillos en la plaza de toros de Sevilla. Corrida de Daniel Ruiz «remendada» con dos toros de Fuente Ymbro más otros dos al ser devueltos los lidiados en segundo y cuarto lugares. Para colmo, ni uno solo ha embestido, abundando la mansedumbre.

Pero lo peor ha llegado en el sexto. Un mansísimo toro de Fuente Ymbro que se ha refugiado en tablas, a la altura del tendido siete. Y en un momento dado, cuando David Galván buscaba sacar agua e un pozo seco, le ha tirado un certero pitonazo alargando el pescuezo e hiriéndole.

El torero ha hecho «la croqueta» por el albero pero no se ha podido levantar, siendo llevado por sus compañeros a la enfermería, siendo operado de una cornada grave. El parte facultativo señala que tiene «Herida en cara interna de muslo derecho, tercio medio. Con una trayectoria ascendente y hacia cara posterior de 15 cm que produce rotura de musculatura, abductores y biceps, y una segunda trayectoria descendente de 5 cm que afecta a planos superficiales.. Pronóstico Grave».

La tarde ha empezado mal. Muy poco público (menos de media entrada) en un martes de farolillos, algo inaudito. El primero, de Daniel Ruiz, ha sido un toro muy chico de presencia y muy protestado por el público. Aún así se ha desplazado aunque sin fijeza. El mexicano Joselito Adame ha citado de lejos y se ha perdido en una faena sin relevancia, con muchos pases y demasiados enganchones. Lo mejor, la gran estocada.

El cuarto se partió un pitón por la cepa y salió un sobrero de Fuente Ymbro. Comienzo de faena en los medios por estauarios pero el astado no ha acabado de romper. Al tomar la muleta con la zurda, se ha rajado por completo. Tras dos pinchazos se ha echado. Estrellado

Antonio Nazaré ha tenido el santo de espaldas. Costalazo tremendo de su primero y devuelto a los corrales. El de Fuente Ymbro sobrero perdía las manos constantemente. Sin embargo, el de Dos Hermanas ha podido dejar algo con el capote (tres buenas medias verónicas) y dos series al natural, lentas y pasimoniosas. Una pena que no hubiese toro.

Como no lo hubo en el quinto, otro astado de Fuente Ymbro que se paró por completo y embistió a medias, quedándose a mitad del viaje. Menos mal que lo ha finiquitado de un certero espadazo.

En el único que ha matado el debutante David Galván, el gaditano se ha peleado con un manso que corría de un lado a otro de la plaza. De esta guisa, persiguiéndole, le ha robado muletazos en terrenos de sol, de sombra, de chiqueros… ha hecho el chaval lo imposible por triunfar.

Toromedia

Percance de David Galván en el fin de una tarde sin triunfos

Joselito Adame recibió bien de capa al primero, toro protestado por el público. Cuando se calmaron los ánimos el mexicano comenzó la faena en los medios ligando dos tandas por la derecha y dos al natural sin conectar con el tendido, que andaba ausente. Insistió demasiado y mató de estocada. Silencio.

El cuarto se partió un pitón nada más salir a la plaza y fue devuelto. En su lugar salió un sobrero de Fuente Ymbro al que hizo un quite ajustado por gaoneras. Comenzó la faena por estatuarios y ligó una primera serie por la derecha muy buena. A partir de la tercera se vino abajo empezó a escarbar y se negó a embestir en ese terreno pegado a tablas. Silencio.

El segundo de la tarde dio hasta tres vueltas de campana y derribó de forma espectacular al picador. La presidenta lo devolvió después de un quite de Galván. Salió un sobrero de Fuente Ymbro y Nazaré lo recibió a la verónica. El toro quedó justo de fuerza para la muleta y Nazaré lo cuidó, logrando una buena serie por la derecha. A la siguiente el toro hizo amago de rajarse, pero el torero se lo llevó a los medios y le dio unos cuantos naturales muy bien rematados, ligando una última serie a base de echarle la muleta al hocico. Mató de estocada atravesada y varios descabellos. Silencio.

Nazaré se llevo al quinto a los medios y allí lo toreó con pulso con la derecha, para intentar afianzar a un animal limitado de fuerza. Quiso despertar al público con un par de pases cambiados por la espalda y aunque la disposición fue buena, no tuvo toro. Abrevió y se fue a por la espada para matar de estocada. Silencio.

David Galván tuvo un primer toro que manseó en los primeros tercios y en la faena de muleta buscó descaradamente la querencia de chiqueros. En ese terreno le plantó cara el torero y logró ligar una primera serie. Después del toro huyó literalmente de la muleta de Galván. El torero lo persiguió y dejó detalles aislados y se empleó para sacar todo el partido del manso enemigo. Terminó con manoletinas y una estocada tendida y un descabello. Ovación.

En el sexto apenas tuvo opciones de lucimiento porque el toro buscó descaradamente las tablas cuando lo sacaba a los medios y no siquiera le había dado una serie. Lo peor es, muy reservón, le echó mano de mala manera cuando lo citaba pegado a tablas. Pasó a la enfermería.

Firmas

Por Gastón Ramírez Cuevas. Los verdugos de la Fiesta

Cuando se supo que miles de toros de Daniel Ruiz (una ganadería que no vale nada, de las favoritas del sargento Juli, líder del G-5) habían sido rechazados; cuando nos enteramos de que los toros originalmente reseñados no fueron los que mandó el ganadero (?) al reconocimiento, y cuando se confirmó la noticia de que el encierro sería parchado con ejemplares de Fuente Ymbro (que ya ha pegado un petardo importante en esta triste feria), temimos lo peor.

Por un lado, los aficionados optimistas pensaban que el festejo podía resultar un desastre; en cambio, por el otro, los pesimistas vaticinaban una catástrofe. Temo informarle, sufrido lector, que esta vez, como casi siempre en el mundo del toro, los pesimistas tuvieron toda la razón.

La terna se esforzó con creces, pero todo fue una vana porfía, aquellos remedos de toros de lidia (ya no digamos bravos) huían, rodaban por el albero, no tenían un pase y cosas por el estilo. Lo peor fue que al muchacho gaditano, David Galván, el sexto (un toro manso con peligro) le asestó una cornada grave cuando arteramente dejó de escapar para coger al pundonoroso espada.

Por un momento pareció que la tarde podía depararnos algo bueno, cuando el segundo de Daniel Ruiz demostró bravura, fuerza y alegría al acudir a los capotes de Nazaré y su cuadrilla. Luego el pobre animalito dio tres vueltas de campana, le picaron en serio y con eso lo dejaron para el arrastre, con la subsiguiente devolución a los corrales.

A partir de ahí los perplejos aficionados fuimos víctimas del tedio coagulante, pues –parafraseando a José Jiménez Lozano, el escritor español- en esas corridas del engaño y la mala suerte ya no iba a venir nadie, ni a nadie se esperaba, ni tampoco nada había que pudiera salvarnos.

El fracaso moral de algunos ganaderos es obvio, ruin y despreciable. Pero no es sólo de ellos la culpa, alguien pide esos toros año tras año y alguien los compra. Lo que es menos evidente es cómo todavía hay gente buena que paga su entrada y aguanta tres horas una farsa infamante. En otros tiempos, por menos que eso, el público armaba broncas memorables, de las de pedradas, insultos soeces, quema de todo lo combustible en la plaza y botellazos. Ya no, y por eso los empresarios, los toreros, las autoridades y los dizque ganaderos se burlan impunemente de nosotros.

Aunque sea un tópico no está de más repetirlo: los antitaurinos no van a acabar con la Fiesta, los verdaderos verdugos de las corridas de toros son los negociantes fariseos que medran dentro de la misma.


Sevilla Temporada 2014.

sevilla_060514.txt · Última modificación: 2020/03/26 12:23 (editor externo)