Herramientas de usuario

Herramientas del sitio


sevilla_170612

REAL MAESTRANZA DE SEVILLA

<img src="http://www.larazon.es/images/uploads/image/f0/f9/379790/c617x266_Toromedia.jpg?1339970967"/>

Domingo, 17 de junio de 2012

Corrida de novillos

FICHA TÉCNICA DEL FESTEJO

Ganadería: Novillos de El Cahoso (de diferente presentación, parados, faltos de casta y raza en general).

Diestros:

Pascual Javier. Debutaba en plaza. Dos pinchazos, estocada atravesada (silencio); estocada baja en el 2º, que mató en sustitución de Gómez del Pilar y resulta cogido (silencio).

Gómez del Pilar: resulta cogido en el 2º.

Tulio Salguero. Debutaba en plaza. Tres pinchazos que escupe, descabello en el 3º (silencio); media estocada en el 4º(silencio); estocada en el 5º (saludos desde el tercio); estocada corta tendida en el 6º(saludos desde el tercio).

Incidencias: en el 2º de la tarde resulta cogidos Gomé del Pilar y Pascual Javier. Parte médico de Gómez del Pilar: ““Herida por asta de toro en región axilar derecha, que se extiende desde vértice de axila en dirección posterior afectando pediculo del dorsal ancho y serrato, alcanzando cara interna de omoplato derecho. Se reparan las lesiones musculares, hemostasia de vaso del dorsal ancho, colocación de drenaje y cierre de la piel. Pronóstico: Grave”. Parte médico de Pascual Javier: “Fuerte contusión región dorso lumar izquierda con probable fractura de costilla. Es trasladado al hospital para estudio radiológico. Pronóstico: Reservado”.

Presidente: Julián Salguero.

Tiempo: soledo y caluroso al principio.

Entrada: menos de la mitad de un cuarto de plaza.

Crónicas de la prensa: Toromedia, El País, la Razón, EFE, El Mundo, El Correo de Andalucía, Diario de Sevilla, Firmas.

Puerta de Arrastre

Por Santiago Sánchez Traver

Primera novillada fuera de abono. No hay medida para delimitar el publico. Lo de menos de un cuarto que se dice en estos casos es un eufemismo. En la Maestranza había como un décimo. Pero no de lotería sino de público, de aforo… Y eso que toreaba el novillero más en forma en este año, que acaba de triunfar en Madrid. Mas de la mitad turistas, unos seguidores de autobús en el 12, otros pocos profesionales… Y resultó una tarde accidentada. Los novillos de El Cahoso, malos a mas no poder, algunos más grandes que toros se han lidiado en Sevilla. Y con peligro. Gómez del Pilar, que venía confiado, se llevó dos peligrosísimas volteretas, la segunda con cornada. Estuvo muy bien con ese segundo pero es que estaba claro cómo acabaría la cosa. Ya en la enfermería, al ir a matarlo, Pascual Javier se resbala y también sufre voltereta y contusión. A la enfermería, y el debutante pacense Tulio Salguero -solo tres novilladas el año pasado con caballos- se quedó con cuatro. No perdió el chaval los nervios ni los papeles y los fue lidiando y matando con dignidad, poniéndose delante de todos ellos y haciendo el intento, imposible por los oponentes. Acabó ovacionado y todos recordaremos esta tarde por esa anécdota. Él, mucho más, porque en hora y media ha aprendido más que en todos los años de escuela y en todos los festejos que ha lidiado. Eso sí, lo hizo casi a puerta cerrada. En familia, vamos.

Lo mejor, lo peor

Por Juan Carlos Gil.

Lo mejor: la valentía de los toreros

A los novilleros, a veces, se les acusa de estar acomodados, sin embargo en el festejo del domingo tanto Pascual Jiménez como Gómez del Pilar mostraron sus arrestos. Estaban heridos e hicieron lo imposible por matar a sus respectivos enemigos. El madrileño tenía una cornada en la axila y el valenciano una costilla rota. Y Tulio Salguero se quedó sólo con cuatro birrias peligrosas y feas y las mató a todas con solvencia, profesionalidad y sin perder los papeles ni un solo instante. ¿Estuvo bien? Pues fenomenal para lo que tenía delante, aunque no se vieran muletazos logrados ni series rematadas. Con la espada sobresalió por su facilidad. Entre tanto desconsuelo pudo esbozar algunos naturales de buena clase en el sexto… con los cuatro amigos que estábamos en el tendido.

Lo peor: las cornadas y las no oportunidades

¿Alguien se atreverá a decir que a los tres novilleros les dieron una oportunidad en Sevilla? ¿Algún desaprensivo pensó que lo que se presentó en la Maestranza era una novillada? Mire, el toreo es una cosa seria y no un negocio para dar comisiones a los amigos. ¿Qué vieron los veedores en los utreros? Al margen de que fueron descastados, malos hasta la sociedad y peligrosos, algunos, como víboras hambrientas, no tenían hechuras de novillos para el coso maestrante. Altos de cruz, zancudos, descarados, bastos, anchos de sien… Vamos, la antítesis de lo que es un toro de lidia. Eso no es una oportunidad, sino un tragantón en toda regla, un campo de minas, una guerra de trincheras… Así no creamos afición… todo lo contrario, aburrimos a los que quieren acercarse a esta fiesta ancestral.

El País

Por Antonio Lorca. Lleno en la enfermería

A partir del tercer novillo, el festejo quedó en manos de Tulio Salguero, mientras sus dos compañeros de terna eran asistidos en la enfermería. Gómez del Pilar resultó herido cuando muleteaba al segundo de la tarde, que mató Pascual Javier; pero no había hecho más que coger los trastos este novillero cuando resbaló en la cara del novillo y también sufrió una voltereta de la que salió aparentemente indemne, pero poco después se ponía en manos de los médicos.

Hasta entonces, dos cuestiones habían quedado claras: por un lado, la mala clase de la novillada, bien presentada y seria toda ella, mansona en los caballos, parada, reservona, sin recorrido y sin calidad en la muleta; y, por otro, la disposición, las hechuras toreras, las ideas claras y el poderío de un novillero llamado Gómez del Pilar, que vino a Sevilla a refrendar las buenas maneras que demostró en San Isidro, y se ganó dos volteretas tremendas y una cornada.

Recibió al novillo de rodillas en la puerta de toriles con una larga cambiada; enhiesto lo capoteó a la verónica con donosura, y con un galleo por chicuelinas lo llevó al caballo. Hizo, después, un quite por zapopinas y en el tercer lance lo enganchó el novillo, lo lanzó por los aires, lo pateó en la arena y el chaval se levantó magullado y renqueante, pero sin más mancha que la de la sangre del toro.

Comenzó su faena de muleta con unos ayudados por bajo en los que evidenció su conocimiento y decisión. Pero el novillo estaba dispuesto a oponer resistencia. De embestida incierta y probona, se negaba a obedecer el cite, buscaba lo que dejaba atrás y afeaba el encuentro. A pesar de la entrega de Gómez del Pilar, la faena no alcanzó el vuelo deseado. Lo intentó por el lado izquierdo, firme y cruzado en todo momento, y en la segunda tanda llegó la cogida: en un descarado gañafón, la muleta salió disparada y el torero cayó a la arena, de donde lo levantó el novillo con el pitón prendido en la chaquetilla. Ajetreo de cuadrillas, enfado del novillero, que se resiste a ser trasladado, pero la certeza de que estaba herido lo convence para que se lo lleven las asistencias.

Quedó, no obstante, la certeza de que Gómez del Pilar había venido a la Maestranza a jugarse el tipo y demostrar que está en sazón para tomar cuanto antes la alternativa. Tiene valor acreditado, hechuras de torero y un esperanzador futuro por delante.

Mientras trasladaban a la enfermería al herido, salió Pascual Javier para matar al novillo, con tan mala suerte de que resbaló en la misma cara del novillo y sufrió una voltereta que le produjo la rotura de una costilla. Poco pudo hacer ante su primero, muy correoso y deslucido, ante el que insistió vanamente con capote y muleta. Se movió mucho y quedó inédito.

Y Tulio Salguero se encontró con la cruz y la cara de la fiesta: la cruz de matar cuatro novillos y la cara de tan grande oportunidad en Sevilla. Pero los novillos no le ayudaron nada, y a él parece no sobrarle ilusión ni las exigentes condiciones que requiere esta difícil profesión. Torea muy despegado, utiliza las ventajas propias de los toreros modernos y se ciñe muy poco.

Dos notas finales. Primera: el presidente del festejo, Julián Salguero, es uno de los responsables de que los festejos sevillanos sean insoportablemente largos. Le cuesta un mundo sacar el pañuelo entre toro y toro, y el dinamismo no es cualidad que le adorne. Y dos: (el que avisa no es traidor) menos de un cuarto de plaza en Sevilla; si se descuentan japoneses, chinos y turistas varios, la banda de música, toreros, autoridad y plumillas, no más de cien aficionados del lugar. ¡Socorro!

Diario de Sevilla

Por Luis Nieto. Del Pilar y Pascual Javier, al hule

A punto de que la canícula nos clave sus dientes, el paisaje de la Maestranza ofrecía un rostro que no corresponde a esta plaza de belleza inigualable a la que se asoma en tarde de toros, como fiel vigía, la Giralda. Desde la mirada de la singular torre, a la altura del Giraldillo, más arriba de su escote almohade, la visión de los tendidos debía resultar muy triste: abundancia de cemento, un puñado de guiris que ganaban en número a los habituales cabales y una nube de mosquitos para un festejo en el que se anunciaba una novillada de El Cahoso para Pascual Javier, Gómez del Pilar -único que se había presentado con picadores en esta plaza- y Tulio Salguero.

La novillada de El Cahoso fue prácticamente una corrida de toros por su trapío y resultó muy complicada. De hecho, el segundo novillo, un castaño berrendo, de imponente presencia, que acabó orientándose, envió a Gómez del Pilar y a Javier Pascual a la enfermería. Quedó vivo Tulio Salguero, que liquidó dignamente cuatro novillos.

Abrió plaza un ejemplar serio, de pinta negra, que convirtió la apertura en oscuridad para el valenciano Pascual Javier, que concretó una labor porfiona ante un animal que lanzaba tornillazos y salía con la cara alta tras la tela encarnada.

Gómez del Pilar, el más placeado de la terna, pechó con un animal que resultó un toro por su seriedad, Prostestón y sin clase, acabó distinguiendo el bulto. El madrileño lo recibió con agallas, frente a toriles, con una larga cambiada de rodillas. De pie, ganó terreno a la verónica. Y en un quite por lopecinas fue cogido, sin mayores consecuencias. Muleta en mano, en un natural, fue cogido nuevamente en un violento derrote del animal. Tras intentar seguir -se quitó la chaquetilla- Gómez del Pilar fue ingresado en la enfermería, con una herida en la axila derecha de pronóstico grave. Pascual Javier pidió permiso para estoquear al novillo, se escurrió tras el primer muletazo y el novillo hizo por él. Acusó la voltereta, con probable fractura de una costilla. Pese a ello mató al novillo. Posteriormente, pasó a la enfermería, para no salir de ella.

En el festejo, por tanto, quedó un solo diestro: Tulio Salguero, que dio la sensación de torero reposado. Ante el peligroso tercero, que acometía con la cara por las nubes, demostró valor. Sin probaturas, lo intentó por el izquierdo y por el derecho aguantó mucho, sin inmutarse en alguna colada peligrosa.

Ante el cuarto, alto y con dos generosos puñales, que resultó manso y que se paraba a mitad de viaje, el extremeño se justificó con creces en el trasteo. Muy meritoria la estocada al volapié, en la que el toro le esperó para cazarle.

En vista de lo acontecido, al quinto, otro buen mozo, bien armado, negro, burraco, largo, le zurraron bien la badana -tres charcos de sangre en la arena delataba el castigo-. El novillo, mirón y manso, acabó echándose antes de la suerte suprema.

Al sexto, Alamito, le sobraba el diminutivo: otro novillo-toro, que resultó el menos complicado del duro encierro, aunque con el inconveniente de que fue muy tardo. Salguero quiso levantar el espectáculo, cuando la tarde se despedía. El torero pacense volvió de nuevo a hincarse de rodillas a portagayola para una larga cambiada. Con la muleta aguantó una colada escalofriante en el primer muletazo. En el trasteo, entonado, destacó una serie por cada pitón.

El escaso público que acudió ayer a la Maestranza vivió el espectáculo con atención por el peligro y la dureza de la novillada, en la que lamentablemente cayeron dos toreros: Gómez del Pilar y Pascual Javier, quienes acabaron en la enfermería o en el hule -como decían los críticos de antaño, por aquello de que era la tela con la que se cubrían los quirófanos-.

El Correo de Andalucía

Por Álvaro Rodríguez del Moral. Un novillo de El Cahoso hiere a Gómez del Pilar y Pascual Javier

La comparecencia de Gómez del Pilar, reciente triunfador de San Isidro y máxima novedad del escalafón menor, había dotado de un plus de interés a esta novillada programada fuera del abono que también sirvió para estrenar los rigores de un verano que se estaba haciendo de rogar. Pero los méritos venteños del novillero madrileño no fueron suficiente acicate para poblar los desolados tendidos maestrantes. Para colmo, una fea cogida le mandó a la enfermería con una cornada en la axila cuando se fajaba con el complicado y peligroso novillo que salió en segundo lugar, que ya le había propinado un fuerte mamporro al quitar por lopecinas. Lo había recibido en una ajustada portagayola en la que tuvo que tragar tela de quina después de contemplar al novillo asomado a la puerta de chiqueros en unos segundos eternos.

Quién se iba a imaginar que ese mismo novillo acabaría mandando a la enfermería a Pascual Javier después de arrearle otro golpetazo. El tal Javier ya se había librado por los pelos de resultar cogido por el primero de la tarde, un torete al que le costaba un mundo seguir la muleta y pegaba navajazos por el izquierdo en cada embroque. Pudo quitárselo de encima sin saber que el siguiente, el que mató por Gómez del Pilar, le echaría mano y le mandaría al indeseado hule.

La última pata del banco era el pacense Tulio Salguero, que lanceó aseado al tercero de la tarde antes de comprobar que el utrero sólo tenía malas ideas, escasez de recorrido y aviesas intenciones. Salguero se puso delante pero el utrero también estaba empeñado en meterle para dentro y poco pudo rascar. Cuando sonaron los clarines para dar salida al cuarto se supo que Pascual Javier tampoco volvería al ruedo. Con una costilla rota encajada en un pulmón dejaba el resto del nefasto envío de El Cahoso a Salguero, que puso cara de póquer cuando se enteró del atracón que le esperaba. Tres le quedaban por delante: el cuarto fue un descarado animal que se metía por debajo de los capotes y que echaba el freno de mano en la muleta. A Salguero empezaba a pesarle el empeño y aún quedaban dos dentro; bastante hizo con echarlo abajo sin perder los papeles.

Por fin asomaba el quinto, al que masacraron en un largo tercio de varas aunque medio se dejó en la primera fase de la faena de muleta. Salguero lo pasó por el lado izquierdo buscando el amparo de la mata en algunos muletazos, administrados muy de uno en uno a la vez que se iba agotando el gas del novillo, cada vez más corto de viajes. Pero el animal llegó a echarse mientras Salguero escenificaba un infructuoso arrimón final.

El de Badajoz se puso en la puerta de chiqueros a recibir al sexto, que salió distraído y embistió cruzado al capote del novillero, que se lo quitó de encima como pudo. Con la muleta en la mano no faltaron los sustos aunque el novillo, con sus cositas, se movía con cierta bondad aunque al chico le faltó esta vez mejor ajuste y mayor compromiso para quitarse y quitarnos el mal sabor de boca de una novillada que mandó a la cama a dos de los tres actuantes con un puñado de guiris por testigos. Vaya trago.

El Mundo

Gómez del Pilar, grave cornada en la axila y lesión lumbar para Pascual Javier

La novillada de El Cahoso no ha ofrecido muchas opciones de lucimiento a los novilleros. Pascual Javier y Tulio Salguero se presentaban ante la afición sevillana, mientras que para Gómez del Pilar, uno de los triunfadores de la Feria de San Isidro, era su segunda comparecencia. El segundo novillo de la tarde obligo a Gómez del Pilar y a Pascual Javier, que se hizo cargo de la muerte de este novillo, a pasar a la enfermería, por lo que Salguero tuvo que matar los cuatro restantes, informa www.lamaestranza.es.

El valenciano Pascual Javier se enfrentó a un primer novillo de escasa fuerza con el que solventó como pudo las complicaciones que ofrecía. En la muleta el astado acortó su mucho recorrido y Pascual, aunque se mostró voluntarioso ante él, nada pudo hacer para que el trasteo dijera algo. Pinchó en dos ocasiones. Silencio.

Pascual Javier pasó a la enfermería aquejado por la voltereta que recibió cuando mataba por Gómez del Pilar al segundo. No volvió a salir porque fue trasladado al hospital por una posible rotura de costilla.

Gómez del Pilar se fue a porta gayola en el segundo protagonizando unos segundos muy intensos, ya que el novillo se quedó parado en la puerta de chiqueros. Tras la larga cambiada le enjaretó al de El Cahoso un puñado de verónicas de muy buen corte. Se mostró con muchas ganas el novillero hasta el punto de que arriesgó demasiado cuando ejecutaba un quite por lopecinas y recibió una fea voltereta. Recuperado del susto, Gómez del Pilar brindó al público antes de comenzar su faena por bajo. Se mostró muy firme a pesar de lo complicado que era el novillo. Cuando toreaba al natural recibió otra fuerte voltereta con impacto en el pecho que le obligó a pasar por la enfermería. Pascual Javier se encargó de matar al novillo.

El extremeño Tulio Salguero salió a por todas en el tercero, con el que estuvo correcto con el capote sin demasiado lucimiento. En la muleta, 'Gusanito' no se lo puso nada fácil, porque se revolvía pronto y se quedaba corto en el recorrido. Apagado el fuelle del animal, el novillero lo siguió intentando pero ante las escasas posibilidades de su oponente nada pudo hacer. Silencio.

Tras el paso de Pascual Javier también por la enfermería, Salguero tuvo que hacerse cargo de los tres novillos restantes. Ante el cuarto, otro utrero de escasa fuerza, nada pudo hacer. El animal no humilló en ningún momento. El novillero extremeño, sin embargo, estuvo voluntarioso y lo intentó todo con el novillo, pero el trasteo no alcanzó vuelo. Silencio.

Con el mismo panorama se encontró Tulio en el quinto. Éste también fue un novillo con escasa fuerza que se quedaba parado tras los dos primeros pases. Mató de estocada y fue ovacionado.

Ante la última oportunidad que le quedaba, el novillero extremeño se fue a porta gayola, pero el animal salió sin percibirlo y no pudo ejecutar la suerte. Ya en la muleta el viento hizo estragos y Tulio Salguero se encontró con otro inconveniente más, que sumado a la escasa clase de su enemigo, no permitieron el lucimiento. El utrero terminó parándose. Mató de estocada y fue ovacionado por el esfuerzo.

EFE

Gómez Pilar herido de pronóstico grave y P. Javier posible fractura costilla

Los novilleros Gómez del Pilar y Pascual Javier han resultado heridos en el transcurso de la novillada fuera de abono celebrada esta tarde en la plaza de la Maestranza.

Gómez del Pilar fue alcanzado por el segundo de la tarde, que le propinó una fuerte voltereta después de haberlo alcanzado anteriormente, mientras instrumentaba un quite por lopecinas. El primer espada, el novillero Pascual Javier, se hizo cargo de su lidia y muerte aunque también resultó alcanzado aunque permaneció en el ruedo hasta que fue banderilleado el tercero de la tarde. Cuando ingresó en la enfermería, el festejo quedó en manos del tercer novillero del cartel, Tulio Salguero, que tuvo que despachar cuatro novillos.

Según el parte médico oficial facilitado por la enfermería de la plaza de la Real Maestranza, el novillero Gómez del Pilar sufre “herida por asta de toro en región axilar derecha, que se extiende desde vértice de axila en dirección posterior afectando pedículo del dorsal ancho y serrato, alcanzando cara interna de omoplato derecho. Se reparan las lesiones musculares, hemostasia de vaso del dorsal ancho, colocación de drenaje y cierre de la piel”. El pronóstico es grave Pascual Javier, por su parte, sufre “fuerte contusión en la región dorso lumbar izquierda con probable fractura de costilla”.

Ha sido trasladado al hospital para estudio radiológico con pronóstico reservado según el parte firmado por Octavio Mulet Zayas aunque el apoderado del novillero, Emilio Moreno, señaló que tenía grandes dificultades para respirar y para hablar.

Toromedia

La novillada de El Cahoso no ha ofrecido muchas opciones de lucimiento a los novilleros. Pascual Javier y Tulio Salguero se presentaban ante la afición sevillana, mientras que para Gómez del Pilar, uno de los triunfadores de la Feria de San Isidro, era su segunda comparecencia. El segundo novillo de la tarde obligo a Gómez del Pilar y a Pascual Javier, que se hizo cargo de la muerte de este novillo, a pasar a la enfermería, por lo que Salguero tuvo que matar los cuatro restantes.

El valenciano Pascual Javier se enfrentó a un primer novillo de escasa fuerza con el que solventó como pudo las complicaciones que ofrecía. En la muleta el astado acortó su mucho recorrido y Pascual, aunque se mostró voluntarioso ante él, nada pudo hacer para que el trasteo dijera algo. Pinchó en dos ocasiones. Silencio.

Pascual Javier pasó a la enfermería aquejado por la voltereta que recibió cuando mataba por Gómez del Pilar al segundo. No volvió a salir porque fue trasladado al hospital por una posible rotura de costilla.

Gómez del Pilar se fue a porta gayola en el segundo protagonizando unos segundos muy intensos, ya que el novillo se quedó parado en la puerta de chiqueros. Tras la larga cambiada le enjaretó al de El Cahoso un puñado de verónicas de muy buen corte. Se mostró con muchas ganas el novillero hasta el punto de que arriesgó demasiado cuando ejecutaba un quite por lopecinas y recibió una fea voltereta. Recuperado del susto, Gómez del Pilar brindó al público antes de comenzar su faena por bajo. Se mostró muy firme a pesar de lo complicado que era el novillo. Cuando toreaba al natural recibió otra fuerte voltereta con impacto en el pecho que le obligó a pasar por la enfermería. Pascual Javier se encargó de matar al novillo.

El extremeño Tulio Salguero salió a por todas en el tercero, con el que estuvo correcto con el capote sin demasiado lucimiento. En la muleta, 'Gusanito' no se lo puso nada fácil, porque se revolvía pronto y se quedaba corto en el recorrido. Apagado el fuelle del animal, el novillero lo siguió intentando pero ante las escasas posibilidades de su oponente nada pudo hacer. Silencio.

Tras el paso de Pascual Javier también por la enfermería, Salguero tuvo que hacerse cargo de los tres novillos restantes. Ante el cuarto, otro utrero de escasa fuerza, nada pudo hacer. El animal no humilló en ningún momento. El novillero extremeño, sin embargo, estuvo voluntarioso y lo intentó todo con el novillo, pero el trasteo no alcanzó vuelo. Silencio.

Con el mismo panorama se encontró Tulio en el quinto. Éste también fue un novillo con escasa fuerza que se quedaba parado tras los dos primeros pases. Mató de estocada y fue ovacionado.

Ante la última oportunidad que le quedaba, el novillero extremeño se fue a porta gayola, pero el animal salió sin percibirlo y no pudo ejecutar la suerte. Ya en la muleta el viento hizo estragos y Tulio Salguero se encontró con otro inconveniente más, que sumado a la escasa clase de su enemigo, no permitieron el lucimiento. El utrero terminó parándose. Mató de estocada y fue ovacionado por el esfuerzo.

La Razón

Por Paco Moreno. Gómez del Pilar, cornada grave; Pascual Javier, fractura de costilla

La novillada era sorpresa cuando se anunció, pues no estaba prevista en un principio, y un «Sorpresa» marcó el desarrollo de la misma. El segundo utrero de El Cahoso, con dicho nombre, cogió a Gómez del Pilar y, posteriormente, a Pascual Javier, lo que dejó solo en el ruedo a Tulio Salguero.

Pascual Javier estuvo dispuesto con un novillo noble, pero sin emoción, con el que apenas puso lucirse. Mientras, Gómez del Pilar toreó muy decidido con un novillo peligroso que, al final, lo terminó por mandar a la enfermería tras dos volteretas. La segunda, con una cornada extensa de más de 20 centímetros en la axila con pronóstico grave. No obstante, dejó buenas maneras antes del percance. El valenciano Pascual Javier asumió su muerte y también cobró una voltereta que le produjo una posible fractura de costilla.

Así, Tulio Salguero se encontró con cuatro novillos. Ninguno le dio opción al triunfo. Todo lo contrario. Pese a todo, no se desanimó e intentó siempre sacar partido y, a base de pundonor, arrancó algunos muletazos de interés al quinto. También porfió, quizás en demasía, con el parado sexto. Mató con facilidad y no le pesó la accidentada tarde.

Firmas

Por Francisco Javier Quintana. Dos heridos en Sevilla por Sorpresa

No había casi nadie en los tendidos. Más o menos, medio aforo del bar Taquilla en una novillada de abono, sin contar los músicos, y otros tantos turistas. El triunfo de Gómez del Pilar en Las Ventas el pasado 28 de mayo no fue aliciente para que la afición sevillana se acercara a la plaza. Ante casi nadie, los tres novilleros se la jugaron frente a un encierro peligroso de El Cahoso. Quizá el ganadero pensó que para presentarse en Sevilla debía traer los mejor que tenía en el campo, pero se pasó de presentación y lo que vimos salir por la puerta del toril fueron seis utreros de procedencia Domecq pasados de kilos, de alzada y de encornadura, o sea, fuera de tipo, con todas sus letras. Y bajo tantos kilos y tanta leña, nada de casta, acaso algo de mal genio, tendencia a pararse y a defenderse. Con este panorama, hay que agradecer la actitud de los tres novilleros, porque en el envite tenían mucho que perder y poco que ganar, y especialmente a Tulio Salguero y a su cuadrilla que, como decían los revisteros antiguos, trabajaron muy bien.

Pascual Javier se las vio en primer lugar con Potrico, nº 57, 495 kilos, de pelo negro y muy bien armado. Salió el novillo un tanto abanto, sin fijarse ni emplearse en el capote del novillero valenciano. Blandeó en las dos varas que le pusieron, la primera traserísima, y ya en banderillas esperó y mostró intenciones de pararse. En la muleta se negó a pasar y contestó los cites de Pascual lanzando la cara arriba. Le costó mucho entrar a matar a Pascual ya que el novillo mantuvo la cara alta y no humilló en los engaños nunca. Dio dos pinchazos antes de lograr una estocada casi entera que se salió. Silencio.

Gómez del Pilar recibió a portagayola con una larga y recogió luego con verónicas muy ajustadas a Sorpresa, nº 5, berrendo en colorao, gordo, con 499 kilopondios, con badana, papada y mucha cara aunque muy abierto de encornadura, que parecía un Veragua salido de las páginas de La Lídia. No se paró el novillo tras el recibimiento de capa y en cuanto vió al picador que guardaba la puerta del patio de caballos se fue a por él y allí le dieron el primer puyazo. Lo llevó luego Gómez al caballo del de tanda con un airoso galleo por chicuelinas y después de la segunda vara puso en escena el madrileño un quite por lopecinas, mostrándose el novillo fue tardo en acudir a los dos primeras y arrancándose a la tercera con intención de hacer presa, pero gracias a que era muy abierto de cuerna solo logró arroyar al madrileño. Tras una breve conmoción siguió toreando y aunque Sorpresa se reservaba, miraba y se arrancaba violentamente buscando las piernas, Gómez del Pilar anduvo muy firme y seguro aplicando los preceptos de la cartilla de torear que le abrieron las puertas de Madrid, citando siempre cruzado y mandando con la suerte cargada, por lo que reducía pronto los espacios y las series eran cortas, de dos pases y a rematar con el de pecho para poder salirse. No tardó por tanto en cumplirse la sentencia de el Guerra, y como Gómez del Pilar no se quitaba, terminó por quitarlo de en medio Sorpresa arroyándolo de nuevo y empitonándolo por la axila derecha cuando estaba en el suelo. Se llevaron a Gómez del Pilar a la enfermería y se hizo cargo de la muerte del novillo Pascual Javier, con tan mala suerte que al prepararlo para la muerte perdió pié, cayó de espaldas e hizo el novillo por él dándole otro testaretazo que le partió una costilla, aunque conservó todavía fuerzas el valenciano para acabar con Sorpresa atravesándole el gollete de un bajonazo.

Tulio Salguero, que llevaba solo tres actuaciones este año, tuvo que hacerse cargo de los cuatro novillos restantes, con lo que ha matado en uno sola tarde casi tantos como en el resto de temporada. Lo hizo con solvencia, sobre todo a la hora de matar y estuvo digno con los engaños, aunque sin posibilidad de lucimiento. El tercero de la tarde, que respondía por Gusanito, nº 10, negro y de 498 kilos pero algo más vareado que el anterior, salió con muchos pies y Tulio lo paró con verónicas rematada con una larga. El toro se quedó parado tras el tercio de varas y en cuanto intentaron torearlo al natural buscó la barriga del pacense. Tulio lo intentó con la otra mano pero todo fue un aguantar hachazos y no conseguir que el novillo completara medio pase. Nos pareció que se prolongaba demasiado, teniendo en cuenta lo que aun le esperaba en los corrales, y finalmente lo mató de tres pinchazos y un descabello.

Se hizo inmediatamente Tulio cargo del cuarto de la tarde, un toro negro bragao, nº 55, muy veleto y de pitones escalofriantes que respondía por Almohadillero y que se deshizo el pitón derecho al derrotar con violencia en el burladero del cuatro. En vez de los picadores de Pascual Javier, que estaban en la enfermería acompañando al valenciano, lo picó Francisco José Quinta, que no se reservó en darle mucha leña. El novillo, que fue tardo en acudir a la primera vara, empujo con fijeza y fuerza. Trabajó mucho y bien, toda la cuadrilla de Tulio Salguero en la lidia, especialmente Raúl Domínguez con éste novillo. Como todos lo del encierro, se paró en la muleta y embistió sin emplearse y con la caa alta. Se alargó mucho Tulio intentando sacar faena en vano aunque logrando algunos pases sueltos y mató de una estocada efectiva.

La salida del quinto novillo estuvo precedida de una charla en el callejón de los picadores de Tulio Salguero con la autoridad. Querían El Paternero y Quinta seguir picando todos los toros que lidiase su jefe pero finalmente se impuso el reglamento y lo hicieron los de Gómez del Pilar, para enfado de los primeros. Aclarado el protocolo, salió por fin el quinto, bautizado como Zapato, nº 42, burraco, con mucha cara, algo tocado del derecho, degollado, alto y largo. Acudió pronto a la primera vara y con violencia. En la segunda vara se mostró más tardo pero acudió igualmente violento y con fuerza, partiéndose en el embroque el palo de picar. Lidió muy bien en esta ocasión Francisco Chaves, que como toda la cuadrilla estuvo a la altura de la situación. El novillo había dejado todo el genio en el caballo y en el tercio final no se empleó nada, manteniendo siempre la cara altar. Con la muleta Tulio se mostró valiente, siempre cruzado y obligando al novillos hasta que este decidió echarse junto a las tables del dos. Allí lo mató Tulio con suficiencia. Su actuación fue premiada con saludos dese el tercio.

El sexto, nº 62, negro bragao, se llamó Alamito. Se fue a recibirlo Tulio Salguero a portagayola pero salió el toro por su izquierda y tuvo que prolongar Tulio la doble genuflexión hasta que el novillo lo vio e hizo por él. Finalmente lo despidió con la larga y todos respiramos aliviados. La primer vara la tomo en la puerta del patio de caballos de manos de El Paternero y la segunda se la puso Quinta en el sitio reglamentario. Toreando al natural sacó Tulio algunos pases estimables, sin poder bajar la mano, a media altura, y soportando un aire molesto que al final de la corrida vino a poner las cosas aun más difíciles. Volvió a matar con suficiencia de una estocada y escuchó aplausos desde el tercio.


©Imagen: instante de la cogida de Gómez del Pilar/Toromedia.

Sevilla Temporada 2012.

sevilla_170612.txt · Última modificación: 2020/03/26 12:19 (editor externo)