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Real Maestranza de Sevilla

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Domingo, 25 de mayo de 2014

Corrida de novillos

FICHA TÉCNICA DEL FESTEJO

Ganadería: Novillos de Villamarta (de disteinta presentación y juego desigual).

Diestros:

Fernando Rey. Debuta en plaza. De coral y oro. Dos pinchazos y estocada baja (silencio); estocada que asoma, estocada y dos descabellos (ovación tras dos avisos); y en el que mata por El Manriqueño dos pinchazos, estocada atravesada y descabello (silencio).

Miguel Ángel León. De rosa y oro. Estocada tendida (palmas) y estocada en su sitio (oreja).

El Manriqueño. Debuta con picadores. De verde esperanza y oro. Media estocada y dos descabellos (silencio tras dos avisos); resulta cogido en su 2º (pasa a la enfermería: traumatismo costal derecho cerrado y contusión hemitórax. Pronóstico reservado).

Banderillero que saludó: Felipe Peñas.

Presidente: Gabriel Fernández Rey.

Tiempo: soleado, temperatura agradable.

Entrada: menos de media plaza.

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Crónicas de la prensa:

Lo mejor, lo peor

Por Sandra Carbonero

Lo mejor: La oreja de León. Miguel Ángel León ha plasmado los mejores momentos de la tarde en la Maestranza. El sevillano ha mostrado una gran capacidad y buenas cualidades. Cortó una oreja del quinto al que toreó con temple y profundidad con la zurda, rematando con un buen espadazo. A su anterior oponente lo recibió a portagayola. Lo intentó pero no pudo lograr lucimiento alguno. Fernando Rey se presentaba hoy en la Maestranza y lo ha hecho con desigual acierto. Recibió al primero por tijerinas, pero con la muleta no llegó a cogerle el ritmo al animal. Con el cuarto dejó detalles y algunos buenos pasajes toreando con ligazón.

Lo peor: La cruz del toreo. Juan Solís “El Manriqueño” ha debutado con picadores con muy mala fortuna. Con el novillo de su debut no tuvo opciones y en el sexto resultó cogido tras la primera serie. La ilusión y las ganas de un joven novillero quedaron truncadas pese a las buenas maneras que apunta.

Diario de Sevilla

Por Luis Nieto. Miguel Ángel León, único trofeo, y percance de El Manriqueño

En un espectáculo marcado por el viento, que incidió negativamente en pasajes clave de la lidia, la terna de novilleros -Fernando Rey, Miguel Ángel León y El Manriqueño- se empleó ante un encierro de Villamarta, en conjunto bien presentado y de juego desigual. Un festejo que se saldó con un trofeo para Miguel Ángel León y el desagradable percance de El Manriqueño casi en el cierre de una función de larga duración y escaso brillo.

León, guerrero en pundonor, cortó la oreja de Guerrero, un novillo bien presentado que, sin ser nada del otro mundo en los primeros tercios, embistió con brío en la muleta. El diestro gerenense, animoso, elaboró una faena larga, con altibajos, que estuvo marcada por la entrega de principio a fin y que fue jaleada en algunos momentos por un nutridísimo grupo de partidarios. El novillero abrió la faena con un muletazo por la espalda como declaración de intenciones. Conjugó numerosas tandas entonadas, con ambas manos, algunas bien rematadas con largos pases de pecho. Mató al primer envite con una estocada entera, lo que fue decisivo para una petición mayoritaria de oreja, que concedió la presidencia.

A su primero, otro ejemplar bien presentado, negro salpicado, que flojeó y careció de clase, León lo recibió con una larga cambiada de rodillas a portagayola. El trasteo, en muchas ocasiones fuera de cacho y con demasiados enganchones, no caló en el público. Al entrar a matar sufrió un varetazo.

El Manriqueño, quien el año pasado ganó el certamen de novilladas de promoción en la Maestranza, pechó ayer con el peor lote en su debut con picadores en esta plaza. El tercer novillo, muy alto y largo, resultó manso y descastado; incluso se echó en el trasteo. El diestro únicamente pudo robarle algunos pases. Y con el sexto llegó el percance. El torero comenzó con una apertura pinturera. Volvió a citar para una nueva tanda y el novillo le propinó un violento derrote a la altura del costado derecho, del que salió volando en un abrir y cerrar de ojos. Las asistencias lo recogieron de inmediato de la arena y se lo llevaron a la enfermería, donde le apreciaron un traumatismo, pendiente de estudio radiológico.

Fernando Rey, que hacía su presentación con picadores en Sevilla, consiguió sus mejores momentos en el que abrió plaza, un novillo manejable, especialmente por el pitón derecho, sobre el que basó la faena el malagueño. Una labor entonada que comenzó con estatuarios y que estuvo acompañada por la música hasta que llegaron varios enganchones y un desarme. Falló con la espada. Con el manso cuarto, volvió a entregarse otra vez en una faena con altibajos en la que estuvo a punto de ser cogido por el viento en un par de ocasiones. De nuevo, mal con los aceros, se dilató hasta el punto de escuchar dos avisos.

El Mundo

Por Carlos Crivell. Entre la realidad y el deseo

Entre la realidad y deseo transcurrió la novillada de abono en la Maestranza. El deseo de la terna, nadie puede dudarlo, era lograr el triunfo para poder tener opciones a torear en otras plazas. El mundo de los novilleros es de una crueldad que no se ha explicado bien. Entre los tres aspirantes, el pasado año habían toreado apenas dieciocho novilladas con picadores. La ilusión era la de Villamarta. Salieron tres novillos buenos mal emparejados. Dos cayeron en el lote del malagueño Rey. Cortó una oreja y dejó una grata impresión el chaval de Gerena Miguel Ángel León. Es un trofeo que le permitirá seguir soñando. Esperemos que le sirva para poder torear algo más que las cuatro novilladas del pasado año.

El deseo era de triunfo. La realidad fue que Miguel Ángel León tiene su oreja, Fernando Rey tuvo dos novillos para cortarlas y no fue capaz de hacerlo, mientras que el debutante El Manriqueño quedó inédito por una fea voltereta en el sexto.

Miguel Ángel León lidió en primer lugar un novillo basto y bruto. De cara alta y mal estilo, el chaval de Gerena estuvo afanoso en una faena en la que faltó mejor colocación. El quinto fue un novillo con más clase. En su larga faena hubo un poco de todo. Comenzó por la espalda con valor. Se salvó por un encomiable deseo de agradar, para lo cual realizó una faena que parecía perdida en las primeras tandas, muy desiguales y sin calado, pero que en las tandas siguientes fue ganando entidad porque se cruzó más y bajó la mano para llevar la embestida de un novillo muy repetidor. Se tiró a matar con agallas y logró una oreja en la que los paisanos pusieron mucho de su parte, pero que es un junto premio a su entusiasmo.

Lo mejor de Fernando Rey fue su variado toreo con el capote. El malagueño regaló a la concurrencia gaoneras, zapopinas, chicuelinas, cordobitas, aunque apneas se le vio torear a la verónica. El que abrió plaza era encastado. El viento pegó con furia en algunos momentos, pero ello no puede justificar que acabara de centrarse con el de Villamarta. Entre algunos enganchones, un desarme con la izquierda y los problemas del novillo, la faena se quedó en el limbo.

Con el cuarto, otro novillo noble en la muleta, Fernado Rey estuvo más centrado cuando toreó con la izquierda, pitón bueno del animal, pero no acabó de conjuntar una faena, entre otras cosas porque el burel se rajó antes de tiempo en una labor de mucha duración. También fue un novillo para lograr mejores prestaciones.

El Manriqueño, en el día de su debut con picadores, se mostró algo nervioso en el tercero, un novillo que pareció lesionado o enfermo, además de que era manso. Se aquerenció en tablas y se echó a mitad de faena. No pudo haber más que proyectos de pases sin definición. Su novillo para buscar el triunfo debía ser el sexto, pero tras doblarse por bajo, en un descuido fue alcanzado y volteado. Resultó conmocionado y se lo llevaron a la enfermería. El animal estaba algo descompuesto cuando Fernando Rey tomó muleta y espada. Se podía esperar que se fajara para justificarse, pero le tomó mucho respeto al de Villamarta y optó por matarlo.

Tres novillos potables y un solo novillero con ganas: Miguel Ángel León, que amparado en esos deseos y en una estimable ración de paisanos logró un trofeo. Fue la realidad de un festejo de deseos frustrados.

El Correo de Andalucía

Por Álvaro Rodríguez del Moral. Oreja, un porrazo y sopor

Largo, larguísimo resultó el frío festejo de abono que acompañó el cierre de los colegios electorales y la impresionante cola de doble vuelta –ahí no hay abstención– en las gradas de la Catedral para honrar a la Esperanza. Del Sagrario al Baratillo sólo hay que cruzar la frontera de la calle de la Mar pero el progresivo frío climatológico y el propio desarrollo del festejo dejaron un regusto que no pasó de agridulce.

Podríamos comenzar analizando el único trofeo que se lucró en toda la tarde pero sería mejor hablar primero de los tres novillos cargados de posibilidades que saltaron ayer al ruedo de la Maestranza. Fueron al menos tres. Dos de ellos enlotados en una misma bolita de triunfo grande y un tercero –que hizo quinto– con emotiva movilidad en la muleta que sirvió para que Miguel Ángel León –bien arropado por sus paisanos de Gerena– no dejara pasar la oportunidad.

León había sorteado en primer lugar –lo recibió a portagayola– un precioso burraco que enamoró por sus hechuras de zapato. Pero llegó a la muleta con cierta movilidad pero con aire bruto. Los toques bruscos y la falta de reposo de su matador tampoco ayudaron a templar ese temperamento que pedía otra cadencia. El novillero resultó enganchado por un muslo al entrar a matar aunque afortunadamente todo quedó en un feo siete en la taleguilla. El quinto, en cambio, resultó mucho más serio de presencia. Suelto en los primeros tercios, llegó al último tercio con una embestida vibrante, con cierto carbón, que se fue templando a lo largo de la faena. Todo lo que se le hacía al novillo llegaba inmediatamente al tendido y León se afanó en un largo y entregado trasteo en el que sí se echó de menos un mejor sentido de la colocación y de la composición del muletazo, que interpreta con la figura muy forzada. En cualquier caso, hay que felicitar al novillero. Supo aprovechar la oportunidad y amarró esa oreja con una estocada contundente. Ahora toca seguir en esa línea.

El lote de excelencias había caído en manos del novillero malagueño Fernando Rey, que dejó ir una oportunidad de oro para reivindicarse en el mejor escenario posible. El primer novillo de la tarde tuvo entrega, codicia y galope aunque acabara algo descompuesto. Pero tampoco ayudaron los tirones y los enganchones del chaval que no pasó de afanoso. El cuarto impacientó a las cuadrillas de puro manso. Hubo que cruzar las rayas para poder picarlo medio en condiciones pero después de huir por todos lados acabó centrándose en la muleta de Fernando Rey. Y el novillo escondía cierta calidad que su matador enseñó en una reveladora serie al natural. Pero Rey no fue capaz de seguir en ese mismo tono y aparecieron las dudas y las lagunas de planteamiento. Aquello se acabó desinflando antes de que se volviera a acordar de lo manso que era.

El Manriqueño se había mostrado naturalmente torero con el deslucido y manso ejemplar que saltó en tercer lugar aunque se atascó con el descabello. El sexto le cogió al tercer muletazo y le mandó a la enfermería con un palizón en las costillas y dificultades para respirar. Se le concede el beneficio de la duda. Habrá que verlo de nuevo.

Toromedia

Miguel Ángel León hace lo mejor de la tarde y corta una oreja

La plaza registró media entrada. Saludó en banderillas Felipe Peña en el sexto. En la enfermería fue atendido Juan Solís el Manriqueño de “traumatismo costal derecho cerrado, presentando contusión sobre cara anterior de hemit´orax derecho con dolor espontáneo y a la exploración y ventilación conservada en ambos hemitórax. Se traslada para estudio”.

Fernando Rey protagonizó un variado aunque inconexo recibo de capa al primero de la tarde. En la faena de muleta comenzó con estatuarios y después ligó una serie en la que se comprobó que el de Villamarta metía muy bien la cara. A la segunda tanda sonó la música, que dejó de hacerlo ante los desacoples en la siguiente serie, llegando incluso a sufrir un desarme el novillero. A partir de ese momento no volvió a acoplarse con su enemigo, que también empeoró considerablemente, terminando rajado. Mató de pinchazo y estocada. Silencio.

El cuarto manseó en los primeros tercios. Fernando Rey se dobló en el inicio de la faena con un novillo que salía suelto de la muleta pero que luego se centró y rompió a embestir. Logró los mejores momentos con la mano zurda en dos series estimables y se esforzó por sacar partido del novillo a base de entrega. Mató de estocada que asomó, otra estocada y descabello. Ovación tras dos avisos.

Miguel Angel León se fue a portagayola a recibir al primero de su lote, mostrándose voluntarioso con el capote. La faena la comenzó doblándose y siguieron dos series sin brillantez por el derecho, lado por el que embestía con brusquedad el de Villamarta. Lo intentó también al natural y estuvo firme pero sin poder lograr calentar a los tendidos. Fue prendido a la hora de matar sin consecuencias aunque el pitón rasgó la taleguilla.

La faena al quinto la comenzó con pases cambiados por la espalda y después logró calentar el cotarro con dos series con la derecha que llegaron mucho al público. El novillo transmitía y el se mostró firme, logrando buenos momentos también al natural. En el final de faena, ya con la música sonando, dio buenas tandas de derechazos. Mató de estocada y cortó una oreja.

Más voluntarioso que lucido resultó el recibo de capa al tercero a cargo de El Manriqueño, que sí se luciría posteriormente en un vistoso quite por lopecinas. La faena estuvo limitada por la floja condición del novillo, que se echó después de la primera serie. A partir de ahí el novillero se esforzó por sacar partido de un animal rajado. Mató de media y varios descabellos. Silencio tras aviso.

En el sexto apenas hubo lucimiento con el capote, pero sí en banderillas, donde saludó montera en mano Felipe Peña. El Manriqueño comenzó la faena con bonitos muletazos por bajo y una buena serie, pero cuando se puso para la segunda serie resultó prendido, pasando a la enfermería. Mató al novillo Fernando Rey.

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©Imágen: Miguel Ángel León/ Empresa Pagés.

Sevilla Temporada 2014.

sevilla_250514.txt · Última modificación: 2020/03/26 12:11 (editor externo)