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Real Maestranza de Sevilla

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Viernes, 27 de septiembre de 2013

Corrida de toros

FICHA TÉCNICA DEL FESTEJO

Ganadería: Toros de José Luis Pereda y La Dehesilla (el 1º, que fue devuelto a corrales por debilidad manifiesta). Desigualmente presentados, ásperos y deslucidos en general.

Diestros:

Antonio Nazaré. De verde manzana y oro. Estocada caída y baja (silencio), estocada y descabello (silencio), tres pinchazos, estocada (silencio). .

Jiménez Fortes. De azul marino y oro. Estocada tendida, descabello, aviso, descabello (silencio), pinchazo y estocada casi entera (silencio), tres pinchazos, media estocada, descabello (silenco).

Banderillero que saludó: José M. Soler, de la cuadrilla de Jiménez Fortes, en el 4º.

Presidenta: Ana Isabel Moreno.

Tiempo: nublado y lluvioso a partir del 4º.

Entrada: media plaza.

Crónicas de la prensa: El País, ABC, Diario de Sevilla, La Razón, El Mundo, El Correo de Andalucía, Toromedia.

<iframe src="//player.vimeo.com/video/75606329" width="500" height="275" frameborder="0" webkitallowfullscreen mozallowfullscreen allowfullscreen></iframe> <p><a href="http://vimeo.com/75606329">Resumen 20ª de Abono. Antonio Nazaré y Jiménez Fortes</a> from <a href="http://vimeo.com/maestranzapages">Maestranza Pag&eacute;s</a> on <a href="https://vimeo.com">Vimeo</a>.</p>

Puerta de Arrastre

Por Santiago Sánchez Traver

Comenzó San Miguel, como se esperaba, con agua, pero no se esperaba que fuera con un balance taurino tan pobre. El mano a mano no existió porque no había motivo entre estos dos toreros y porque los toros no propiciaron lucimiento para ninguno. Con todo, los de Pereda, bien presentados salvo el sobrero, no se comían a nadie. Esó sí, salvo el tercero, el más potable de la corrida, adolecieron de falta de raza que se traducía en un apagón de fuerzas y embestidas. El sexto, un cinqueño largo, desarrolló más. Así las cosas, Nazaré hizo lo que pudo, apenas nada con el primero y quinto a pesar de alargar las faenas, y no acabó de coger el tino al tercero. Jiménez Fortes, otra línea de torero la suya, tampoco pudo exprimirse. Puso valor, que le sobra, y voluntad. Sus arrimones le llevaron a un susto que pudo ser cornada y a que el tendido le pidiera que lo dejara. Por lo demás, la tarde noche se fue metiendo en lluvia y la corrida acabó con temperatura mínima. Eso sí, para los amantes de la estadística hubo cinco portagayolas, demasiadas sin duda. A ver si la cosa mejora en las dos corridas que vienen que conforman una excelente feria de San Miguel con tres carteles de lujo. Como hace cien años cuando las tres corridas de San Miguel las mataban El Gallo, Gallito y otro.

Lo mejor, lo peor

Por Sandra Carbonero

Lo mejor: Valor Fortes. Comenzaba la Feria de San Miguel de Sevilla con un interesante mano a mano para los aficionados entre dos jóvenes matadores. Nazaré, uno de los triunfadores de la Feria de Abril, y Fortes, un torero en alza. Lamentablemente, no hay demasiados momentos interesantes para narrar. En términos deportivos podría ser un empate a cero, pero en cierto modo ha sido Jiménez Fortes el que se ha llevado el gato al agua. Sin duda valor no le faltó toda la tarde y cuando el primero de su lote lo dejó consiguió dar algunos muletazos templados. Muy por encima de la corrida estuvo el malagueño. Por su parte Nazaré lo intentó, le puso ganas pero no fue suficiente. Le faltó poner la sal y la pimienta en sus faenas.

Lo peor: Desilusión colectiva. La tarde tuvo todos los alicientes para desilusionar a los espectadores. Desde la devolución del primero, pasando por el poco juego de los astados, la lluvia que arreció en los últimos toros, el aire que empezó a correr… Ni una sola vuelta al ruedo, lo que inundó de aburrimiento y desencanto a los tendidos que se fueron enfriando cada vez más. Mañana tenemos una interesante corrida con un Perera que viene en su mejor momento y El Cid y Castella que han remontado al final de temporada. Lidiarán toros de García Jiménez. Todo esto si el tiempo lo permite.

El País

Por Antonio Lorca. La corrida encapotada

La tarde comenzó con esa tensión que se produce en una plaza cuando, aún en el aire los sones de los clarines, el torero agarra con fuerza el capote y se encamina derechito a la puerta de los miedos. Esa fue la decisión de Antonio Nazaré. Se arrodilló a esperar su primer toro, la Maestranza silente, y 10 segundos más tarde toda la emoción contenida se había desmoronado. Ocurrió que en el encuentro con el toro perdió el capote; le dieron otro, ya enhiesto, y volvió a perderlo. ¡Vaya, hombre…! El toro flaquea y lo devuelven a los corrales. Y Nazaré se dirige de nuevo a toriles cuando anuncian la salida del segundo. Y vuelve a perder el capote en un derrote del toro cuando trataba de ponerse en pie. Y no acabó ahí el desaguisado. Su compañero Jiménez Fortes hizo un quite por chicuelinas y también quedó desarmado.

En fin, que la corrida de este viernes empezó como la tarde sevillana, encapotada, desapacible, ventosa, fresquita, que no fría, de esas tardes que no sabes qué ponerte, si la chaqueta que después estorba, o afrontar el nublado a cuerpo gentil y, entonces, se echa de menos algo que abrigue. Incluso cayeron cuatro gotas, solo cuatro gotas, cuando habían anunciado lluvia creciente.

Empezó la feria malage y no llegó a levantarse. Desde que Nazaré perdió el capote, todo se vino abajo. Quizá por los toros, blandos, tullidos, descastados, sin clase, aunque de sosa nobleza; y por los toreros, decididos y voluntariosos, pero faltos del alma necesaria para conmover.

Ni Nazaré tuvo suerte ni él estuvo a la altura requerida. Se le vio suelto y fácil en el manejo de los engaños, pero toda su labor careció de hondura. Quizá, en el fondo, reside esa manía moderna de citar siempre al hilo del pitón, muy despegado y con la suerte descargada. Así, cuando Nazaré muleteaba con donosura a su segundo, tan noble y soso como los demás, las palmas del respetable surgían sin ganas, como por la costumbre de agradar más que por homenajear. Muleteó bien el sevillano en este toro, al igual que lo intentó con el incómodo sobrero y en el quinto, pero, quizá, no se le vio el arrebato que corrida tan sosona exigía. Tarde insulsa y preocupante la del elegante Antonio Nazaré.

Valiente es Jiménez Fortes y no pierde ocasión para demostrarlo. Recibió a sus tres toros con largas afaroladas en la puerta de chiqueros, participó, al igual que su compañero en todos los quites, y no dio un muletazo por perdido. Pero tampoco llegó a emocionar. Necesita, quizá, un toro más codicioso y no los noblotes amuermados que tuvo delante, pero su decisión inequívoca de quedarse quieto no fue suficiente.

Acabó la primera de San Miguel -al final, no fueron cuatro gotas, sino un chubasquito molesto- sin un solo destello de toreo grande, sin una ovación de verdad, sin una secuencia de torería. Una corrida, a la postre, con muchos silencios.

La tarde acabó en noche entrada en agua. Y ese, más que el toro y los toreros, fue el comentario general de una corrida encapotada.

ABC

<img src="http://www.portaltaurino.com/images/criticos/fdo_carrasco.jpg"/>Por Fernando Carrasco. El silencio se apodera de la Maestranza

Seis silencios como seis soles. Perdón, como seis chaparrones. Porque este viernes, en la plaza de toros de Sevilla, el sol ha lucido poco y sí ha hecho acto de presencia el agua, que arreció a partir del cuarto toro.

Pero los silencios sí han permanecido. A uno por toro. O lo que es lo mismo, tres para Antonio Nazaré y tres para Jiménez Fortes. Ése es el balance de la primera de la Feria de San Miguel en la que los toros de José Luis Pereda, el primero devuelto por inválido, han adolecido de casta y fuerza.

Ha sido la tarde de las portasgayola. Hasta cinco contando la del primero que ha ido para atrás. Y de los quites por chicuelinas. En este tercio no ha habido, por parte de los toreros, repertorio alguno salvo algunas gaoneras atropelladas del malagueño al quinto.

Nazaré se las ha visto con un primero bis que siempre ha echado las manos por delante y ha llevado la cara por las nubes. Ha expuesto por ambos pitones pero la faena no ha remontado vuelo.

Al tercero, el toro que más recorrido ha tenido en el tercio final, le ha construido un trasteo animoso al principio pero algo acelerado y sin cruzarse del todo. Los muletazos resultaron despegados y no ha acabado de cogerle ni el sitio ni el ritmo. A partir del cuarto toro no ha parado de llover Con la tarde cuesta abajo y lloviendo ya de manera seria, el de Dos Hermanas se ha estrellado con un astado muy desrazado al que no le ha podido sacar ni un pase en condiciones.

Más suaves dueron las embestidas del segundo, primero de Fortes. El malagueño se ha templado en algunos compases pero el animal nunca se ha entregado. Acortó las distancias cuando su oponente se apagó.

Los lances a pies juntos al cuarto despertaron algo al respetable, así como los ayudados por alto del comienzo de faena. Encimista Saúl, se ha quedado en la cara y ha llegado la voltereta. Luego, arrimón pero sin resultado exitoso. El que ha cerrado plaza ha sido descastado hasta decir basta. Intentos de Fortes para desesperarse por no poder sacar nada en claro.

Diario de Sevilla

Por Luis Nieto. Entrega de Nazaré y Jiménez Fortes con una deslucida corrida de Pereda

Antonio Nazaré y Saúl Jiménez Fortes se agarraron al mástil de la ilusión y con una entrega encomiable intentaron navegar con gallardía, rivalizando en quites. No siempre acertados e incluso, con otro inconveniente, el del viento en algunos pasajes. Sin llegar a la deriva, no encontraron navío alguno para brillar, porque la corrida de Pereda naufragó en su comportamiento y el espectáculo se fue hundiendo poco a poco. Para colmo, si el tintineo inicial de los paraguas todavía despertaba ciertas esperanzas al público en el primer tramo de la corrida, la pertinaz lluvia en el segundo hizo a muchos abandonar.

Nazaré y Jiménez Fortes, entre tanto, luchaban en el ruedo contra las otras inclemencias, las de unas embestidas imposibles para el lucimiento. Así, tras devolverse el primer astado del encierro, éste con el hierro de La Dehesilla -misma casa ganadera y encaste-, Antonio Nazaré, que lo había recibido de hinojos frente a toriles, volvió a portagayola para jugarse el tipo con un sobrero alto y largo, manso y que desarrolló sentido. El sevillano, con firmeza, consiguió con la franela dos tandas notables por el pitón derecho; al natural resultó imposible. La estocada, muy baja, desmereció de la sólida faena.

Con el tercero, con movilidad, pero que nunca descolgó para el buen toreo, el diestro nazareno lanceó ganando terreno. Intervino, con reflejos, en un quite a un compañero, el sobresaliente, Antonio Fernández Pineda. Nazaré realizó una labor voluntariosa y estimable, pero en la suerte suprema se echó fuera para dos envites: estocada y descabello.

Los tendidos se habían despoblado, en parte, por la lluvia en el cuarto. Los que se quedaron debieron pensar en aquello de que no hay quinto malo, pero tampoco funcionó el aserto y el toro se paró y no ofreció apenas embestidas a un Nazaré que se esforzó nuevamente de lo lindo.

El malagueño Jiménez Fortes llegó, por momentos, a asustar al respetable. El segundo, un toro bajo, bien hecho, se quedaba corto una y otra vez, pese a que el torero se cruzaba lo indecible y, con las zapatillas asentadas, intentaba alargar las acometidas. Faena con un derroche de valor enorme y varios muletazos de buen trazo por ambos pitones, principalmente al natural, que cerró con circulares invertidos, tras haberlo recibido con una larga cambiada de rodillas a portagayola. En este toro, como en el resto, compitieron ambos toreros en el tercio de quites y Nazaré firmó uno de ajustadas y bellas chicuelinas.

El cuarto toro, algo montado, se paraba y revolvía con peligro. Fortes, que lo recibió con una larga de rodillas frente a toriles, se manejó en la faena con el valor de un tedax, metiéndose entre los pitones. De infarto. Fue cogido en un pase de pecho de manera espeluzante. Afortunadamente, el pitón, que penetró entre su carne y la taleguilla, no le caló.

Con las deserciones ya señaladas por el público, el malagueño se la jugó nuevamente con un toro altote y que se rajó de inmediato. Un farol de recibo muy ajustado, chicuelinas y unos derechazos con elegancia, fueron lo más destacado de este anodino espectáculo inicial de la Feria de San Miguel que, con un deslucido ganado, se saldó con seis silencios.

La Razón

Por Patricia Navarro. Intento frustrado de un buen Jiménez Fortes

Entre el primero y segundo toro, que en realidad hicieron las veces de primero (bis) de la tarde, echaron por los aires un buen puñado de capotes. Un caos aquello. Era el mano a mano entre Antonio Nazaré y Jiménez Fortes en la Feria de San Miguel de Sevilla. A Nazaré la broma de la devolución le costó irse dos veces a portagayola y las dos se libró de milagro. Así son los mano a mano. O deben ser, que se note que en el ruedo ocurre algo. El sobrero de Pereda, altón y cuesta arriba, tuvo movilidad y violencia y se metía por dentro de vez en vez, no era fácil. Por ello no tuvimos tiempo para el desencanto, ni para la distracción. Un pestañeo más de la cuenta y nos perdíamos la historia. Cuando logró ligar los pases gustó el trateo de Antonio; el resto se fue diluyendo hasta encontrar la muerte en una estocada baja.

Fortes no quiso ser menos. Está sobrado se sabe. Por eso se fue a portagayola con el segundo. A las claras, en paz y sin ninguna duda. Aunque lo mejor llegaría después, cuando pudo torear pausado y lleno de temple en las dos o tres tandas que le dejó el toro, hasta que echó el freno de mano. Desistimos en el tendido. No Fortes. Invadió el terreno del animal y ahí fraguó el último tramo de la labor. No se cansó, qué valor y qué mérito. De seda fue el quite que hizo al tercero, que fue el toro de Nazaré. Tuvo el animal prontitud y pareció lo que no era. O sí fue pero duró tan poco que apenas empezábamos a saborearlo se apagó y ni la nobleza mantuvo el interés. Tampoco la labor de Nazaré, que le había quedado un tanto desacompasada.

El cuarto en un pase de pecho enhebró a Jiménez Fortes la taleguilla y se lo echó a los lomos. La imagen nos trajo pronto a la cabeza la cornada de Bilbao. Un horror pero se repuso con esa parsimonia que le caracteriza y volvió a la cara. Estuvo muy bien con el toro, bajo la lluvia y con lo que hiciera falta. Fortes dio ayer una lección de temple primero, de valor después y de saber estar siempre. Se le vio liberado de tensiones, en paz y tranquilo. Y lo trasmitió toda la tarde. El de Pereda no se lo puso fácil. Si se dejó en un par de tandas, pronto comenzó a orientarse, rácano en el viaje y sabiendo en qué posición quedaba cada uno. La espada no acompañó en el primer envite, pero la puesta en escena fue impecable. Como el quite al quinto, que no fue toro bueno. Era el último cartucho de Nazaré y a pesar de que quiso exprimirlo había poco jugo que sacar en un ejemplar de Pereda, descastado que quería quedarse más que viajar en los vuelos de la muleta.

Salió el sexto y Jiménez Fortes se fue otra vez a la puerta de chiqueros. Tres de tres. El ambiente estaba espeso. Cundía el desánimo. Y más cuando el toro se paró. Vacío de contenido. De casta. De bravura. Y se orientó. Todo lo quiso Fortes. Nada estaba para él ayer en Sevilla. Su tarde fue impecable, más allá de los éxitos. Los toros no dieron de sí y la lluvia nos amenizó el espectáculo.

El Mundo

Por Vicente Zabala de la Serna. Insufrible mano a mano Nazaré-Jiménez Fortes

El adelanto del horario de las corridas de San Miguel sirvió de poco en su estreno una vez devuelto el primer toro, sin fuerza ni presencia. Nazaré fue desarmado de capote a portagayola y luego también. Hasta que un volatín marcó el destino del sobrero siguiente, un toro negro, de largas manos, lavada cara y comportamiento incierto especialmente por el izquierdo. El torero de Dos Hermanas había vuelto a sufrir en la puerta de toriles, y sufrió también en la faena con una embestida que por el derecho repetía o sin ir metida en la muleta o rebrincada cuando se sometía. Costaba dar el paso, ese paso, y en un par de veces cuando le propuso la izquierda, ya desengañado el toro y rajado, casi lo arrolla.

Jiménez Fortes se plantó a portagayola con un toro redondo, rematado y hondo de cara como el anuncio de Pastegé. Así de bonito. Fortes, librada la larga, lo lanceó con buen compás a la verónica hasta rematar con media de rodillas. El toro tenía ya entonces la virtud del temple. En el primer encuentro con el caballo, se empleó mucho en el peto sin que en verdad le agarrase el puyazo. El temple lo cataría también Nazaré en un quite por chicuelinas y en el remate de despedida. Fortes, que estrenaba apoderado o al menos se hacía acompañar por Juan Diego, brindó a la parroquia y prologó la faena en el son de sosiego que imprimía el toro. En la siguiente tanda todavía había aire. Después desapareció en el fondo del toro y en el sitio que en principio el malagueño le ofreció. Ya no hubo nada más que un prolongado, y ya protestado, arrimón montado encima.

Ante el bajo tercero, Jiménez Fortes intervino otra vez en un quite por chicuelinas. Tres toros y tres quites por Chicuelo. Nazaré vio posibilidades en las bondades del toro y lo brindó. Con generosa distancia citó en series por la mano derecha en largos muletazos también de generosa distancia en el embroque. Cuando le puso la zurda, su mano, el toro se le quedó como distraído y a la salida de la tanda le pegó un cabezazo en la culata. Ahí prácticamente se terminó la faena con el toro en las musarañas de aquellos 15 muletazos del principio.

Fortes repitió esquema de su toro anterior en el saludo: a potagayola y verónicas de notable vuelo. Este se hallaba en las antípodas del otro por su mayor cara y menor cuerpo. Nazaré participó en su turno de quites a la verónica como novedad. Banderilleó cabalmente José María Soler. La faena también continuó esquemas de la anterior: toro con fondo a menos y Saúl muy encima. Un volteretón le pudo costar caro. Una tanda de derechazos cuando la embestida humillaba y un pase de pecho para nota. Y ya.

Al manso y deslucido quinto, con las luces ya prendidas desde hacía tiempo, le alargó faena Antonio Nazaré. Crispado este viernes de compromiso. Fortes no había perdonado su turno por embarulladas gaoneras.

Otra vez se fue Jiménez con el último a la puerta de chiqueros. Un farol ahora y chicuelinas. Media de rodillas. Nazaré por chicuelinas en su turno. ¡Cinco intervenciones, cinco, por el palo de Chicuelo! El toro apretó hacia los adentros en banderillas. Desde allí le abrió faena Jiménez Fortes. Dos pases de pecho estupendos. Una primera ronda de derechazos prometedores y el cuento de todos los toros de José Luis Pereda y La Dehesilla. Un par de desarmes. Insufrible todo.

El Correo de Andalucía

Por Álvaro Rodríguez del Moral. Espeso mano a mano sin toros a favor y con el tiempo en contra

El mano a mano se gafó desde el primer capotazo a pesar de la sincera declaración de intenciones de Antonio Nazaré, que abría este original vis a vis que mantenía su vigencia sin acusar su programación en el lejano mes de marzo. El diestro nazareno se había marchado a portagayola a recibir al toro que rompió plaza, un precioso castaño inválido que acabó siendo devuelto después de rodar como una peonza. El matador de Dos Hermanas repitió el empeño en la puerta de chiqueros pero desde el primer capotazo el sobrero cantó su mala condición y sus aviesas intenciones. Antonio lo intentó y se puso en el sitio en una faena de dar y tomar, convertida en cuerpo a cuerpo, que afrontó sabiendo que el bicho se le venía al pecho en cada embroque. No podía ser aunque en ese momento aún quedaban dos más en los chiqueros.

El segundo de la tarde, sueltecito en los capotes, fue parado por Antonio Apresa en un sensacional puyazo. El toro nos engañó a todos pero fue un espejismo. Las arrancadas largas del comienzo de faena -citando en la larga distancia- no tuvieron continuidad en la yema de de un trasteo que parecía destinado a levantar una tarde que, en ese momento y con la lluvia desatada, comenzó a torcerse definitivamente. No llegó el acople y el animal, definitivamente desinflado, tampoco dio para más. Con el quinto, un bicho vioentito, un punto agresivo y que embistió al paso sólo quedó ponerse delante hasta convencer a la parroquia que allí no había nada que hacer.

La disposición y el particular manejo de los terrenos que distingue a Saúl Jiménez Forte era otro de los atractivos indudables de la tarde. Pero el esfuerzo del diestro malagueño también se estrelló contra un lote sin definitivas posibilidades. Fortes buscó toro en todas partes y en los tres se cruzó la plaza en tres faroles a portagayola que fueron seguidos de un notable manejo del capote: unas veces a la verónica más clásica; a pies juntos otra; por chicuelinas al final. Pero todos esos esfuerzos y las buenas cosas apuntadas acabaron diluyéndose contra tres animales sin fondo que no admitían demasiadas florituras.

Citó muy en corto al segundo de la tarde, un bicho derrengado al que le costaba seguir la muleta con el que se dejó matar literalmente en un arrimón a milímetros de los pitones. Compuesto y macizo con el cuarto, Fortes llegó a abusar del toro resultando cogido en una fea voltereta de la que milagrosamente no salió herido. Definitivamente orientado el animal y con el agua chorreando tendido abajo, la cosa se estaba poniendo fea. La verdad es que se esperaba ya muy poco de la tarde cuando saltó el sexto. El argumento volvió a repetirse puntualmente: farolazo, capote airoso y seca e improductiva entrega ante un astado que embestía a trompicones. La gente estaba loca por coger la puerta.

Toromedia

Mano a mano sin triunfos en la apertura de San Miguel

La corrida comenzó con un gesto: Nazaré se fue a portagayola a recibir al primero de la tarde. Sufrió un par de desarmes que deslucieron el saludo de capa. El toro fue devuelto por claudicar constantemente y Nazaré se fue de nuevo a chiqueros a recibir al sobrero. Este toro fue manso y nada fácil, pero el torero de Dos Hermanas no volvió la cara y se esforzó por sacarle partido, logrando series meritorias por la derecha a base de dejarle la muleta en la cara. También logró meterlo en la muleta al natural en una buena serie al final de la faena. Labor de mérito, por tanto, que emborronó con una estocada baja. Silencio.

También Jimenez Fortes se fue a portagayola a recibir al primero de su lote. El toro se dejó más que el primero y tuvo nobleza pero le sobraron algunos kilos que limitaron su movilidad. Fortes le sacó partido por el pitón derecho, templando mucho la embestida del de Pereda. Terminó en terreno de cercanía exprimiendo las últimas embestidas de su oponente. Mató de estocada y dos descabellos. Silencio tras aviso.

Nazaré comenzó sin probaturas la faena al tercero, ligando dos buenas series de muletazos con la derecha. Después se echó la muleta a la zurda y metió a un toro que hacía hilo y medía por ahí. La faena no pudo seguir creciendo porque el astado se fue desinflando. Mató de estocada y descabello. Silencio de nuevo.

Fortes se fue a portagayola también en el segundo de su lote y lo toreó bien con el capote. Comenzó la faena con estatuarios a los que siguieron una buena serie con la derecha. En la segunda el toro le propinó una voltereta de la que salió ileso. A partir de ese momento al de Pereda le costó embestir y el malagueño se arrimó de lo lindo. Pinchó y fue silenciado.

En el quinto, Fortes hizo un meritorio quite con el capote a la espalda. El toro no ofreció posibilidades a Nazaré. Se paró muy pronto y el torero sevillano tuvo que emplearse a fondo para conseguir embestidas. Lo hizo con valor y sin escatimar esfuerzo en el momento en que más apretaba la lluvia, pero sin lograr resultado positivo.

Jiménez Fortes volvió a apostar fuerte en el sexto y se fue a chiqueros para protagonizar un recibo de capa variado que hizo reaccionar a un público apagado a esas alturas de la corrida. En la faena sobó al toro de Pereda para sacarle partido en algunas series con la derecha. Pero era difícil que nada calara en el público salvo la lluvia que caía con fuerza. Dos desarmes inoportunos acabaron de enfriar los ánimos y la tarde acabó sin triunfo.

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©Antonio Nazaré y Jiménez Fortes en la 1ª de San Miguel. Imágenes de Empresa Pagés.

Sevilla Temporada 2013.

sevilla_270913.txt · Última modificación: 2020/03/26 12:19 (editor externo)