Herramientas de usuario

Herramientas del sitio


Action disabled: source
valencia_130512

PLAZA DE TOROS DE VALENCIA

<img src="http://www.cope.es/file_upload/imagen_noticia/2012/05/288739_1336968807.jpg"/>

Domingo 13 de mayo de 2012

Corrida de novillos

FICHA TÉCNICA DEL FESTEJO

Ganadería: Novillos de Nazario Ibáñez, (bien presentados y de muy buen juego en líneas generales salvo el deslucido tercero. Extraordinarios 1º y 4)º.

Diestros:

Cayetano García: saludos tras aviso en ambos.

Emilio Huertas: saludos y saludos tras aviso.

Juan Ortega: saludos tras aviso y silencio tras dos avisos.

Entrada: Un cuarto de entrada.

Tiempo: El viento molestó mucho a los novilleros.

Crónicas de la prensa: El mercantil valenciano, EFE, COPE, El País.

El mercantil valenciano

Enrique Amat. Un serio encierro de Nazario para una terna con diferentes estilos

El ganadero murciano Nazario Ibáñez envió a Valencia un lote de astados de irreprochable presentación, sobrados de cuajo y muy bien armados. Luego, su juego resultó algo desigual. Noble y con largos viajes el blandito primero, exigente y queriéndose ir el segundo, huido y reservón el muy mal lidiado tercero. Repitió con fijeza el cuarto, tuvo transmisión el quinto hasta que se rajó y se desentendió y paró pronto el sexto.

El valenciano Cayetano García, quien sorteó el mejor lote, lo aprovechó para lucir apostura y verticalidad en dos trabajos muy ligados en los que reveló impronta y un sello muy personal. Debutaba Emilio Huertas, con aires de torero de los años cincuenta, quien evidenció estar placeado en dos labores desiguales en las que, eso sí, puso de manifiesto oficio y sitio, dejando siempre la muleta puesta y ayudando a sus oponentes a romper.

Y el también debutante Juan Ortega, con un lote a contraestilo, apuntó buenas formas y torería, aunque falló con los aceros.

EFE

La terna deja escapar una completa novillada de Nazario Ibáñez

Tampoco el segundo festejo de los dos organizados en Valencia con motivo de la festividad de la Virgen de los Desamparados ofreció lucimiento ni trofeos, a pesar del excelente encierro de Nazario Ibáñez, al que una terna de novilleros dejó escapar con las orejas puestas.

Unas veces el viento, otras la falta de acople o el escaso acierto con los aceros, motivaron que las reses de Nazario Ibáñez, de excelente comportamiento, se fuesen al desolladero sin pena ni gloria.

El novillero valenciano Cayetano García, hijo del matador de toros Julián García, dejó escapar el mejor lote de la tarde y no fue capaz de cuajar ninguna de sus dos actuaciones frente a dos enemigos que probablemente merecieron un punto más de entrega.

Con el primero, un bonito novillo colorado que embistió repetidor y profundo, dejó solo algún destello de personalidad, y con el cuarto, también encastado y con transmisión, le faltó gobierno con la muleta y solo apuntó una tanda de naturales. En su descargo cabe apuntar que el viento le molestó.

Variado y vivo con el capote, el manchego Emilio Huertas se las vio con un lote también atractivo.

El segundo careció de fijeza, aunque acertó a sujetarlo y supo darle fiesta por ambos pitones, demostrando estar preparado para retos más importantes.

El quinto, pese a que manseó y salió suelto en los primeros compases, ganó en fijeza tras las puyas y permitió cierto lucimiento, pero una inoportuna voltereta sin consecuencias y el desacierto con los aceros hicieron desaparecer la esperanza de lograr trofeos.

El sevillano Juan Ortega se las vio quizá con el ejemplar de menos clase, un tercero que manseó y que hizo caso omiso a sus esfuerzos por hilvanar el trasteo.

Con el sexto, otro novillo noble y repetidor, Ortega mostró cierto corte de torero clásico, dejando lo mejor de su actuación por el pitón derecho. Acabó la faena con brillo pegado a tablas, pero falló estrepitosamente con la espada y el descabello.

COPE

Una gran novillada de Nazario Ibáñez pone el broche a la miniferia

La divisa de Nazario Ibáñez puso un brillante colofón a la miniferia de la Virgen de los Desamparados lidiando una extraordinaria novillada. Cinco ejemplares fueron de triunfo y primero y cuarto destacaron por su calidad.

El molestó viento que sopló durante todo el festejo y el mal uso de las espadas propició que la terna de novilleros no pudiera obtener un mayor rédito que las ovaciones. De los tres destacó por su aplomo y oficio el manchego Emilio Huertas.

El País

Por Vicente Sobrino. Sin oficio ni beneficio

De los seis novillos de Nazario Ibáñez, los corridos en primer y cuarto turno sobresalieron sobre el resto. Entraron, pues, en el lote de Cayetano García. Y de estos dos buenos novillos, el primero fue el único que sacó un aprobado raspado en varas. Los cinco restantes resultaron de notable mansedumbre, a cuál más. Se escupieron del caballo, camparon a sus anchas por el ruedo y más de uno convirtió la lidia en un rio revuelto. Solo el que abrió plaza fue serio y educado en los tres tercios. Fue novillo, este primero, de colorada estampa muy distinguida, hondo, obsesivo en humillar. Tanto, que varias veces clavó los pitones en la arena y se dio de bruces en ella, confundiendo al personal que pensó en una falta de fuerzas que no era verdad. Pero tuvo son en la muleta, clase y bondad. Lástima que en este novillo, también en los dos siguientes, el viento se colara en la plaza para desfigurar la realidad.

Cayetano García, en fin, contó con la suerte a favor. En sus dos novillos clavó las zapatillas en la arena, impuso un modo vertical de entender el toreo y siempre empeñado en bajar la mano. Un aire muy personal. El viento le confundió en el excelente primero y no le dejó gobernar del todo la situación. En el cuarto aprovechó el tiempo mientras el novillo quiso muleta. Luego, el de Nazario buscó las tablas, se acobardó y dijo basta. Las dos faenas de Cayetano García se vinieron abajo entre la espada y el descabello. Una pena.

Tan decidido como despegado Emilio Huertas en el segundo. El viento, en su apogeo, tampoco daba para mayores confianzas. Una pelea de Emilio Huertas a dos bandas, contra el novillo y contra el viento. Con aquel la cosa acabó en tablas; luchar contra los elementos fue misión imposible. Un punto agresivo fue el quinto. No fácil de mantener el orden con él. Huertas, que pasó por un momento de serio apuro, no se rindió. Valiente, decidido, plantó cara a un novillo con bastante que torear.

Sin perder los papeles pero bajo la impresión de estar vendido, Juan Ortega con el tercero. Cuatro veces entró ese novillo al caballo y suelto se marchó en viaje de ida y vuelta entre el picador de tanda y el de puerta. Tal desgobierno provocó un caos de lidia en el segundo tercio, sin que nadie ordenara el tráfico. Ortega, también con el viento como enemigo, no se aclaró. En el sexto se apuntaló Ortega y mientras el novillo quiso, aquello pareció otra cosa. Se paró el de Nazario y se acabó la cosa. Luego, Ortega la lio con al descabello y la campana le salvó del tercer aviso.


©Imagen: Emilio Huertas durante su actuación en Valencia. | torosvalencia.com.

Valencia. Temporada 2012.

valencia_130512.txt · Última modificación: 2020/03/26 12:19 (editor externo)