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REAL MAESTRANZA DE SEVILLA

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Tarde del Domingo, 13 de junio de 2010

Corrida de novillos

FICHA TÉCNICA DEL FESTEJO

Ganadería: Novillos de Fidel San Román (de diferente presentación, encastados y nobles en general; los mejores, 2º y 3º, arrastrado éste en el arrastre).

Diestros:

Alejandro Esplá: De rosa palo y oro. Estocada baja (silencio); media estocada caída, 5 descabellos, aviso (silencio).

Nicolás López El Nico. De azul marino y oro. Estocada trasera (silencio); pinchazo, estocada (silencio).

Angelino de Arriaga. De blanco y oro. Estocada trasera, descabello (saludos desde el tercio); estocada (silencio).

Banderillo que saludó: Juan José Rueda El Ruso, de la cuadrilla de El Nico, en el 2º.

Presidente: Francisco Teja.

Tiempo: nubes y sol. Tarde agradable.

Entrada: Media plaza.

Crónicas de la prensa: El Mundo, ABC.

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© Alejandro Esplá. Nicolás López El Nico. Angelino de Arriaga saluda al maestro Esplá. Fotos Arjona/Empresa Pagés.


Lo mejor, lo peor

Por Juan Carlos Gil.

Lo mejor: Lo mejor: dos bravos novillos

El sexteto de Fidel San Román fue una corrida de toros. Todos los utreros bien armados, con cuajo, hondos y musculados, demasiado altos primero y sexto, algunos con caras agradables y todos astifinos. Salvo quinto y sexto, que fueron mansos, los demás se emplearon con los piqueros, metieron los riñones y les castigaron de lo lindo. Barba-Gris (2º) y Congelado (3º) tuvieron largo recorrido fijeza y transmisión en la embestida. No los entendieron del todo bien sus matadores que desaprovecharon sendos novillos con muchas posibilidades. El Nico dejó que masacraran a Barba-Gris que necesitaba un “pirata” arriesgado que le no se dejara enganchar la muleta y lo sometiera por bajo. Alguna vez lo hizo y los muletazos diestros tuvieron profundidad y trazo largo. Por el pitón izquierdo regaló ocho o diez arrancadas para poner la Maestranza a revienta caldera. Y Congelado tuvo chispa, trasmisión y largura en hirvientes acometidas por bajo que necesitaron mando y pulso. Lástima que El Nico, con valor y entrega toda la tarde, y Arriaga, compuesto pero sin arriesgar un alamar (seguro que le pesa todavía el cornalón del año pasado) no dieran con la tecla de la técnica y sus oponentes se fueran con las orejas puestas. Oportunidades como éstas escasean.

Lo peor: la paliza a los novillos

El segundo puyazo a Barba-Gris por parte de Gustavo Martos fue devastador, destructivo, indecente… El animal dejaba un imborrable reguero de sangre a su paso que delataba el estropicio. El novillero sólo se inmutó cuando el daño ya estaba hecho. Mala señal. Además, que el toro pegara una cornada al caballo de picar en su primer encontronazo es un accidente y no una excusa para fustigar con furia y vehemencia a un utrero cuya obligación y condición consiste en empujar en el peto. El tercero también recibió lo suyo y el cuarto estuvo puesto para recibir una tercera vara…

Finalmente debemos apuntar en el debe del festejo que la novillada se saldó con seis silencios… Es decir, muy mal balance para tres chavales que hacían su presentación en el coso maestrante y el que abría cartel está a las puertas de la alternativa. Mucho tendrán que cambiar las cosas… Sin embargo, habrá que darle al nuevo Esplá un voto de confianza.


ABC

Por Lorena Muñoz. Dos novillos en busca de novilleros

Hubo dos novillos, segundo y tercero, que ofrecieron posibilidades. Hubo dos novillos que buscaron novilleros. Dos novillos que fueron ovacionados con fuerza en el arrastre pero ni El Nico ni Angelino de Arriaga aprovecharon la oportunidad que tuvieron delante. Les pasó lo que al Betis en Salamanca, que con todo a favor dejó escapar la oportunidad de seguir dependiendo de sí mismo para depender de los demás. Lo mismo que los novilleros, que tuvieron material para abrirse paso en un día tan importante como su presentación en Sevilla y que dejaron escapar una magnífica oportunidad.

Una oportunidad perdida ya que no entendieron las claras embestidas de estos dos ejemplares, los más destacados del serio y bien presentado encierro de Fidel San Román. Los otros cuatro astados dieron un juego desigual y variado al que cada uno de los debutantes entendió como pudo o supo. Fue una tarde para confidencias en el tendido y para estar pendiente de la radio. Y también para desilusionarse. Desilusión por las noticias que llegaban de tierras charras y por lo poco que acontecía en el ruedo.

Era la presentación de Alejandro Esplá como novillero en la Maestranza y también su despedida del escalafón menor. Dentro de siete días va a tomar la alternativa en Alicante pero lo cierto es que mostró una imagen bastante discreta para estar tan cerca de dar el paso el escalafón superior. Poco que destacar en el que abrió plaza, con el que quedó casi inédito con el capote, y al que castigaron en varas.No hubo más que voluntad del alicantino que no pasó de eso, de voluntarioso, un término bastante recurrente para estos casos.

En el cuarto, Esplá realizó un quite por tafalleras en respuesta de otro por chicuelinas de El Nico. Brindó al público una labor de escaso contenido y planteamiento a un astado reservón que tuvo su guasa pero que también necesitó de mayor claridad de ideas. Terminó con un sinfín de descabellos.

El Nico corrió con un lote al cincuenta por ciento. Se dejó ir al segundo de la tarde, al que recibió a la verónica con voluntad y al que quiso torear despacio pero sin acertar con la colocación además de haber excesivos enganchones. El de Fidel San Román se quedó muy parado en el tercio final ya que recibió un severo castigo en varas. Hirió a un caballo en el primer puyazo y el picador se empleó con saña en el segundo. El quinto del encierro no le dio demasiadas oportunidades: manseó y buscó las tablas, donde el novillero, que lo persiguió por el ruedo, se fajó con él. Se mostró valiente en estos compases y estuvo a punto de cazarlo, pero afortunadamente salió airoso.

Angelino de Arriaga tampoco aprovechó al tercero, un novillo que metió la cara y embistió con transmisión a la muleta. La faena no remontó el vuelo, hubo pases aislados de gusto y mano baja junto a otros despegados que no llegaron a estar ligados porque no se le dejaba puesta. Con lo fácil que hubiera sido dedicarse a torear.

Lo mismo ocurrió en el sexto con el que tampoco se acopló. Fue un novillo muy astifino y serio que se dejó más por el pitón izquierdo. Por ahí hubo algún natural estético pero no terminó de dar el paso adelante para que allí pasara algo. O triunfo o voltereta. Otro que no pasó de aseado. O lo que es lo mismo, de correcto.

El Mundo

Por Carlos Crivell. Una oportunidad tirada por la borda

Si el espejo de los novilleros son los matadores punteros del escalafón, se comprenden muchas de las cosas que suceden en estas oportunidades que ofrece la plaza sevillana a los que están en sus primeros pasos por la profesión. Debe ser el espejo en el que se miran, porque imitan todos los defectos de los maestros.

Los tres novilleros eran debutantes en la Maestranza. Esplá, hijo de Luis Francisco, con algunos años a sus espaldas, tiene anunciada la alternativa en breve. El Nico, también con algunos años de recorrido, tiene su espejo en su paisano El Fandi. Arriaga, un mexicano formado en Sevilla, se dejó escapar dos novillos de triunfo, sobre todo el tercero.

La novillada de San Román tuvo de todo. El lote de Esplá fue el menos agradecido. Se dejaron con claridad el segundo y el tercero. En la plaza había material para un resultado más brillante, pero entre la mala lidia y la poca entidad de la terna la tarde pasó en blanco.

Alejandro Esplá ha modificado algunos aspectos de su tauromaquia. A estas alturas, cuando será en breve matador de toros, ha bebido en las fuentes de su padre, algo muy honroso. Sin embargo, y admitiendo que se enfrentó a dos novillos deslucidos, Alejandro no dejó ninguna muestra de solvencia, capacidad, valor o arte. El primero fue animal que nunca humilló. La lidia de la cuadrilla fue espantosa y contribuyó a que el animal desarrollara más problemas. Esplá le dio pases de mínima entidad.

Tampoco la lidia de cuarto fue ejemplar. El mismo Esplá le quiso dar un tercer puyazo sin motivo. Llegó remiso a embestir a la muleta, algo que no puede servir de excusa a la falta de recursos y ganas del torero. Alternativa a la vista porque se llama Esplá….

Nicolás López “El Nico” dejó algunos lances de buen corte en el segundo, un novillo repetidor que le permitió hacer una faena de mucha voluntad en una enorme cantidad de muletazos ayunos de temple. Se sucedieron los enganchones ante las embestidas del novillo, que aún así se dejó torear de forma clara y evidente.

El quinto fue manso descarado. Quiso saltar la barrera de salida y huyó a los terrenos de toriles en la faena. El chaval de Granada, que de nuevo estuvo decoroso con el capote, ya en las verónicas, ya en unas navarras muy de El Fandi, anduvo voluntarioso para robar pases sólo afanosos. El novillo de posible éxito había sido el segundo.

El mexicano Angelino de Arriaga no aprovechó al tercero, que le podía haber proporcionado un triunfo de clamor. El chaval anduvo aperreado con el capote y se tiró al callejón. Lo arregló luego con algunos lances estimables y algunas chicuelinas vistosas en los quites. De nuevo se hizo presente la mala lidia. El novillo embistió mucho y Angelino intentó bajar la mano, aunque nunca llevó toreado al animal y todo lo hizo con muchas prisas. En lugar de pases, algunos muletazos eran recortes bruscos dentro de un concepto del toreo periférico que tanto prodigan ahora las figuras. Así pasó la faena, que se quedó en nada cuando podía haber sido mucho.

Le brindó el sexto a Luis Francisco Esplá. El maestro alicantino se quedó en el callejón, como está mandado. El novillo, un torito, pedía firmeza y valor. Angelino volvió a torear fuera de cacho, desajustado, de forma que el animal pasaba a una distancia abismal de la anatomía del mexicano. Entre esto, y la destemplanza con la izquierda, este animal, posible pero tanto como el tercero, se fue sin torear. Oportunidad perdida.

Sevilla Temporada 2010

sevilla_130610.txt · Última modificación: 2020/03/26 12:13 (editor externo)