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Real Maestranza de Sevilla

Domingo, 14 de mayo de 2017

Novillada con picadores

FICHA TÉCNICA DEL FESTEJO

Ganadería: Novillos de Guadaira bien presentados, 1º noble sin transmisión, un 2º con movilidad, 3º con genio y descompuesto, 4º soso y suelto, el 5º potable y el 6º se vino abajo pronto.

Novilleros:

Jesús Enrique Colombo: de nazareno y oro. Silencio y ovación

Leo Valadez: de grana y oro. Vuelta, vuelta tras petición

Toñete: de azul marino y oro. Ovación y silencio

Presidente: Fernando Fernández-Figueroa.

Tiempo: soleado, agradable.

Entrada: menos de media plaza

Galería de imágenes: https://plazadetorosdelamaestranza.com/leo-valadez-da-dos-vueltas-al-ruedo/

Video: https://plazadetorosdelamaestranza.com/leo-valadez-da-dos-vueltas-al-ruedo/

Crónicas de la prensa:

Cambio de Tercio

Por Antonio de los Reyes Torería de Valadez con dos vueltas al ruedo

Llegó la hora de la cantera, los novillos bien presentados de Guadaira dieron lo suficiente en juego para abrir el primer ciclo de novilladas, buen nivel de los actuantes, Colombo, Valadez y Toñete dejando estocadas de premio. La entrada fue pobre. Jesús Enrique Colombo se llevó el peor lote de la tarde, en su primero se le vieron cosas buenas pero el noble, soso utrero se paró pronto, dejó de obedecer a los toques y puso en apuros al joven en varias ocasiones. El cuarto rajado quedó en la voluntad, alargó demasiado la faena y dejó buena estocada. Lo mejorcito de la tarde fue para Leo Valadez que hasta en dos ocasiones dio la vuelta al ruedo. Se templó y gustó por ambos pitones con su primero, sonó el aviso y propinó una fulminante estocada, hubo minoritaria petición. El quinto fue bueno por momentos, vistoso con el capote por lopecinas y ya con la muleta por el izquierdo no lo vio claro Valadez que le pegó una fea voltereta, aun así dejó buen sabor, la petición de oreja fue mayoritaria y no concedida por Fernando Fernández que fue pitado. El tercero de Guadaira, el peor, descompuesto y suelto para Toñete que se la jugó de verdad al entrar a matar, el sexto y último de su lote se vino abajo pronto, solo pudo sacarle algo por el pitón derecho sin llegar a calar del todo.

El Mundo

Por Carlos Crivell. Leo Valadez, dos vueltas al ruedo

La novillada de Guadaira sacó casta. Algunos fueron bravos, como el segundo. Otros mansearon. Pero todos se movieron durante la lidia.El mejor parado fue el mexicano Leo Valadez, que es un novillero con el oficio bien aprendido. Al buen segundo le hizo una faena de torero listo. El de Guadaira transmitió mucho y Valadez ligó tandas con la derecha de buen trazo. Cuando cogió la izquierda el novillo se había agotado.

De nuevo estuvo entregado con el quinto, novillo nada fácil por su casta y que llegó a cogerlo en la faena. Afanoso, toreó mucho con la diestra hasta que el animal se rajó. Se pidió la oreja y volvió a pasear el anillo.El venezolano Jesús Enrique Colombo también demostró que conoce la profesión, aunque le costó más acoplarse a sus enemigos. Puso banderillas con energía. Sus tandas al primero fueron de pocos pases. Toreó a respetable distancia al cuarto en una labor muy larga carente de emoción por la falta de apreturas.Toñete tiene temple aunque está poco rodado. El tercero repitió poco y derrotó al final. El chaval no perdió la compostura. El sexto fue bueno y el chaval llegó a torear templado con la derecha, pero llegaron los enganchones con la izquierda y la faena se difuminó. Perdió los papeles con la espada.

El Correo de Andalucía

Por Álvaro Rodríguez del Moral. Algunas teclas se quedaron sin tocar

La plaza de la Maestranza retoma su placidez después de los fastos abrileños. La suma de cabales –en número menguante– y turistas de aluvión da carácter propio a estos festejos que deben servir de escaparate a los futuros matadores. El cartel de ayer tenía acento internacional: la suma de Venezuela, México y España certificaba la internacionalidad del toreo en un festejo de debutantes. Colombo, Valádez y Toñete hicieron el paseo desmonterados sin despojarse de esa parsimonia que ha convertido las citas maestrantes en un tostón tan interminable como premeditado. En los corrales había encerrada una novillada de la que se esperaba mucho. Y aunque los seis utreros de la familia Cañaveral no alcanzaron las mejores cotas de su excelente hoja de servicios en la plaza de la Maestranza hay que anotar el juego sobresaliente de un lote –segundo y quinto– para salir lanzado de Sevilla junto al interesante juego del manso que hizo cuarto y la bondad, de más a menos, del sexto.

El caso es que los tres chavales –que ya no lo son tanto– tuvieron algún enemigo para reivindicarse aunque el mejor agraciado en el sorteo fue el manito que apodera, tachán, tachán, la famosa Fusión Internacional por la Tauromaquia del licenciado Bailleres. Conviene ir por partes: el segundo se rebosó con importancia en la muleta, galopó con alegría y mostró una codicia –trufada de cierto aire manso– que debió poner a revientacalderas el tal Valádez. Toreó con corrección y hasta buen trazo pero estuvo lejos, muy lejos, de cortar las dos orejas que el ejemplar de Guadaíra llevaba colgando. Le pidieron una sin excesivo entusiasmo y el chaval se marcó una vuelta al ruedo que no había solicitado nadie. La que cerró su actuación tuvo más consistencia aunque el novillero mexicano, que cobró una fuerte voltereta, tampoco llegó a apurar la enclasada embestida de ese quinto que solo hizo cosas buenas desde que salió por la puerta de chiqueros. Los muletazos volvieron a salir bien dibujados pero cuando se desplaza tanto a los novillos y se torea tan despegado la cosa no termina de romper.

Tampoco redondeó su actuación el venezolano Jesús Enrique Colombo. Es verdad que no tuvo opciones con el primero, que se orientó al primer muletazo y acabó desarrollando mucho peligro. Pero el chico, pese a su innegable entrega, no terminó de entenderse por completo con la importante embestida del cuarto, un novillo manso que rompió con cierta importancia en la muleta. Hubo fases felices pero –también– un afán encimista que acabó diluyendo el hilo de su actuación. Se pasó de rosca en el metraje pero, eso sí, mató con efectividad.

El madrileño Toñete era la tercera pata del banco. Su fuerte no es el capote pero maneja la muleta con un infrecuente sentido del temple que le sirvió para estar muy por encima del bruto y descompuesto tercero. Con el sexto, que sirvió en el último tercio, hilvanó un trasteo de hilo discontinuo que remató fatal con los aceros.

Diario de Sevilla

Por Luis Nieto. Buena imagen de Leo Valadez

Preciosa tarde para ver toros: soleada y sin un ápice de viento. La Maestranza registraba casi media entrada en la primera novillada de la temporada que deparó una notable actuación del mexicano Leo Valadez, quien dio una vuelta al ruedo tras lidiar a cada uno de sus novillos. El torero hidrocálido mostró como principales armas en su presentación en la plaza de Sevilla una gran soltura y variedad con el capote, temple e inteligencia en las faenas de muleta, y seguridad y acierto en la suerte suprema. Si la primera petición de oreja fue minoritaria, en la segunda, tras una estocada arriba y una faena completa, hubo fuerte petición y parecía que el presidente concedería el trofeo, pero todo quedó en vuelta al ruedo.

La novillada de Guadaira, interesante por las muchas transformaciones de los novillos a lo largo de sus lidias, estuvo en conjunto bien presentada y tuvo un comportamiento variado. Por supuesto, en manos expertas hubiera dado mucho más de si.

El castaño segundo, bien encornado, largo, empujó con bravura en varas y acudió a la muleta de Valadez con movilidad y nobleza. Fue el mejor del encierro. El diestro azteca ganó terreno a la verónica. Tras un comienzo muy torero, con bellos doblones, planteó una faena inteligente. Dio distancia al novillo y de largo extrajo sendas tandas diestras ovacionadas, destacando la segunda, en las rayas, con toques leves para alargar los viajes del animal. Saltó la música. Con la izquierda consiguió también algunos naturales largos. Mató con decisión, en una estocada al encuentro y dio una vuelta al ruedo tras leve petición.

Con el quinto, otro novillo bien armado y largo, con tendencia a irse, volvió a dejar claro su capacidad. Se marcó un quite por lopecinas francamente bueno, que fue muy ovacionado. En esta ocasión, el comienzo de faena de rodillas, con la diestra, y un pase del desprecio mirando al tendido, impactaron. En las afueras, fue tirando del novillo por el pitón derecho. Cuando manejaba la zurda se quedó al descubierto y el astado lo cazó, afortunadamente sin mayores consecuencias. El animal se fue orientando en un final de trasteo con garra, que remató de una gran estocada arriba que por si sola valía el premio de una oreja.

El que abrió plaza, un novillo negro, cornidelantero, aceptablemente presentado, que de salida se volvió en busca del toril, tuvo movilidad. El venezolano Jesús Enrique Colombo toreó con buen aire a la verónica, prendió banderillas con facilidad y en la muleta logró tandas cortas entonadas, que bajaron de intensidad a medida que el novillo fue a menos. Mató de estocada.

El cuarto, un castaño muy bien presentado, enmorrillado, resultó mansísimo y mugidor. En la muleta fue a su aire. Colombo, que lo recibió con una larga cambiada de rodillas junto a tablas, se mostró voluntarioso, logrando los mejores pasajes con la diestra. De nuevo, certera estocada.

Toñete, el menos placeado, tiene carencias con el capote y se intuye que es torero de valor. Con el tercero, con tendencia a irse, al que le costaba mucho embestir y que acabó defendiéndose, se mostró porfión. Resultó cogido, sin mayores consecuencias, cuando, a topacarnero, enterró la mitad de la espada.

Con el negro y cornidelantero sexto, un astado manso y con movilidad, Toñete aportó como mayor virtud la quietud en una labor desigual, con un mal manejo de la espada.

El espectáculo en la plaza de toros de Sevilla, entretenido, con una interesante novillada de Guadaira, deparó la buena imagen de un torero mexicano: Leo Valadez.

La Razón

Por Paco Moreno. Valadez recogió sendas vueltas al ruedo en la Maestranza

Se abrió el tramo de temporada reservada a las novilladas en la Maestranza. Y al final hubo más intención que acierto. Faltó motor a los astados y mejor suerte a los jóvenes novilleros, aunque en una tarde de toros en Sevilla siempre aparecen momentos o hechos para valorar la presencia en este marco. Jesús Enrique Colombo apenas tuvo opciones con un lote de escaso juego. Con el novillo que abría plaza sacó más variedad que lucimiento en el manejo del capote. Dejó un aceptable tercio de banderillas y aunque comenzó pronto en el centro del ruedo la faena a este animal, la escasa raza que presentó el astado minimizó los logros del venezolano, que lo intentó sobre ambas manos aunque al tomar la zurda el utrero se le coló con evidente peligro. Con la espada estuvo muy acertado, dejando ahí lo mejor de su labor. Al cuarto lo recibió con una larga cambiada junto al tercio y se prodigó en verónicas llevadas con suavidad cuando ya el novillo salía suelto de la suerte sin mostrar mayor entrega. Mejor en el tercer par de banderillas, umbral de una faena comenzada con estatuarios, persiguiendo al novillo, que salía suelto. Se vino a menos el animal, y las tandas principalmente sobre la derecha apenas tuvieron trascendencia en los tendidos. Insistió el novillero, al menos animoso, antes de dejar otra tercera estocada.

Leo Valadez tuvo mejor suerte con el sorteo de las reses y se llevó dos utreros que, al menos, embistieron, aunque al final se fuesen apagando. Veroniqueó con buen son al segundo de la tarde, bajando la mano y ganando terreno, para dejarle luego una faena aceptable, con mayor transmisión en las tandas que instrumentó sobre la mano derecha. El novillo tuvo buen son, repetía en las embestidas aunque iba con la cara a media altura. Sacó provecho el novillero hidrocálido que la final recetó una buena estocada, aunque la petición de oreja no fue correspondida desde el palco. Estuvo a gusto con el capote ante el quinto, saludó su banderillero Pepín Monge y volvió a estar entonado con la muleta en la mano. Abundó en las tandas sobre la derecha, firme y seguro, por este lado, mientras que arriesgó con la muleta en la zurda, tanto que se llevó una voltereta. No se inmutó y volvió muy animoso a la cara de su oponente. Cerró con manoletinas y repitió con acierto en la suerte suprema, nueva estocada de efecto rápido, otra vez, petición de oreja y otra vez no conseguida desde el palco.

Toñete sólo pudo mostrar que posee buen corte ante el tercero del encierro, que fue un opositor a los intentos de sacarle faena, se acabó muy pronto el animal y al madrileño sólo le cupo insistir y mostrarse animoso, planteando una faena que no podría hacerse realidad. El sexto se desplazó algo más, aunque le faltó entrega y humillación. Se agarró a lo primero el novillero para sacarle una faena más meritoria que lucida y que en esta ocasión llegó tarde a los aciertos anteriores con la espada.

No fue entretenida la primera novillada de la temporada en Sevilla. Y como esto no ha hecho más que empezar esperemos mejores logros en las venideras.

14_mayo_17_sevilla.txt · Última modificación: 2020/03/26 12:25 (editor externo)