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Real Maestranza de Sevilla

Jueves 26 de mayo del 2016, día del Corpus Christi

Corrida de novillos

FICHA TÉCNICA DEL FESTEJO

Ganadería: Cinco toros de la Ganadería Talavante y uno (6º), de Rocío de la Cámara; 3º devuelto por inválido, 3º-bis de Rocío de la Cámara (desiguales de presentación, mansos y descastados; el mejor, el 3º-bis).

Diestros:

Pablo Aguado: estocada tendida y trasera, descabello tras aviso (saludos desde el tercio); estocada contraria que escupe, descabello tras aviso (oreja).

Rafael Serna: pinchazo, estocada casi entera (saludos desde el tercio); pinchazo hondo, cuatro descabellos (aplausos).

Alfonso Cadaval: municipal, estocada tendida, aviso, cinco descabellos (silencio); pinchazo, estocada casi entera (aplausos).

Banderillero que saludó: Miguel Ángel Odero, de la cuadrilla de Pablo Aguado, en el 4º.

Presidente: José Luque Teruel.

Tiempo: soleado, agradable.

Entrada: algo menos de tres cuartos de plaza.

Video del festejo: https://vimeo.com/168263020

Crónicas de la prensa:

Puerta de Arrastre

Por Santiago Sánchez Traver

La tarde del Corpus, aunque muchos no lo sepan, en toda la historia de la Maestranza ha habido más novilladas que corridas. Como este año y posiblemente los venideros, por aquello de la crisis de la fiesta y de la otra crisis. Lo bueno es que al juntar los tres novilleros punteros de la ciudad acudieron amigos, familiares y hasta compañeros de pandilla de los madriles de estos tres aspirantes que tiene familia y padres muy conocidos. Lo que nadie se explica todavía es por qué vinieron los novillos de Talavante, que no tienen ni antigüedad ni presencia para salir a la Maestranza, apenas lidia sin caballos en Olivenza…Y eran más chicos que los que en julio saldrán sin caballos y sospechosamente cortos de pitones. Dentro de eso, Aguado que es el más adelantado de su generación estuvo digno y arrancó una oreja al cuarto aunque los matara de una infamante estocada en el costillar. El presidente se resistió pero el público amigo y familiar pudo más. Serna quiso enlazar su triunfo con el anterior pero no tuvo enemigos y tendrá que esperar mejor ocasión. Y Alfonso Cadaval que venía a torear los novillitos de Talavante se encontró con dos novillos más serios de Rocío de la Cámara, uno remiendo y otro sobrero, y aún no está para esas lides. En fin, habrá que seguir teniendo esperanza en el futuro de la novillería sevillana, pero no está aún nada claro.

Lo mejor, lo peor

Por Sandra Carbonero

Lo mejor: Aroma a Aguado. La empresa Pagés acarteló a tres novilleros sevillanos para un día señero en la capital Hispalense. El festejo del Corpus Christi levantó una gran expectación, consiguiendo que la Real Maestranza se llenara en casi tres cuartas partes. Hecho reseñable ya que en los últimos años había registrado una pobre entrada en esta efeméride. La tarde ha tenido un protagonista indiscutible. Pablo Aguado volvía al coso del Baratillo tras dejar gratas sensaciones en su compromiso anterior. Se fue a recibir a portagayola a Juncal, un novillo melocotón, con el que Alejandro Talavante debutaba en Sevilla como ganadero. Aguado estuvo muy firme con el desclasado primero sin poder lucirse. Paseó una oreja del cuarto, al que esperó de rodillas en los medios para instrumentarle unos faroles. Aguado tuvo el bonito gesto de brindarle su faena a sus compañeros de cartel. Pablo estuvo por encima de un animal que fue a menos pero con el que estuvo muy torero. Los mejores instantes llegaron al natural toreando muy templado, con mucho gusto y empaque, consiguiendo deslumbrar a los aficionados. Pablo Aguado es un novillero, que aunque tiene que pulir aún muchas cosas, tiene una gran proyección.

Lo peor: Talavante, un ganadero con mucho que aprender. Se esperaba más del segundo de Talavante pero se rajó muy pronto y con el que Rafael Serna estuvo voluntarioso. En el quinto salió a por todas y se fue a la puerta de chiquieros. El novillo tenía buenas cualidades, pero se hizo daño al darse un golpe contra las tablas en el tercio de banderillas, por lo que Serna no pudo hacer nada. Alfonso Cadaval se presentó en Sevilla, y aunque estaba anunciado con una novillada de Talvante, terminó lidiando dos novillos de Rocío de la Cámara. Al sobrero tercero, que brindó a su padre, le realizó una faena intermitente, dejando algunos detalles de calidad. El mansito sexto tampoco le dio opciones para triunfar.

El Correo de Andalucía

Por Álvaro Rodríguez del Moral. Expectativas defraudadas

La primera victoria se había logrado antes de que saltara al ruedo el primer novillo. Los lazos familiares y la propia implicación social de los tres novilleros habían conseguido que se hablara de toros. El dormido ambiente taurino sevillano se había despertado durante algunos días y la expectación se tradujo en una entrada más que aceptable en un fecha que no suele contar con el favor del público. Pero, como suele suceder en estos trances de sedas y de oros, tenía que salir el toro para colocar cada pieza en su lugar…

Finalmente la única oreja del festejo fue a las manos del que salió más puesto y resuelto a conseguirla. Hablamos de Pablo Aguado, que siempre que pisa el ruedo sevillano se muestra inasequible al desaliento en cualquier trance de la lidia. Así iba a demostrarlo desde que cruzó el ruedo para recibir a portagayola al primero de la tarde, un novillo abantón y siempre suelto que se rebrincó en la muleta de puro flojo. La faena, muy afanosa, también se pasó de vueltas pero el momento más interesante del festejo aún estaba por venir.

Aguado volvió a cruzar el ruedo después de escuchar los clarines que marcaban la salida del cuarto. Esta vez se quedó en los medios y lo pasó en dos faroles sin encontrar el eco del tendido. Definitivamente cerrado en las tablas volvió a hincarse de rodillas y le enjaretó tres más y un mazo de verónicas que, ahora sí, despertaron a la parroquia de la larga resaquilla de la mañana del Corpus. Odero calentó al personal con un excepcional par y Pablo se quitó la montera para brindar a sus compis. Comenzó entonces una faena que pasó del sobo al toreo. Primero tuvo que resolver algunos problemillas del animal, que no siempre tomaba el engaño convencido. Pero Aguado, definitivamente relajado, se reunió con el novillo en una sabrosa serie diestra que fue seguida de una serie de naturales sueltos, dichos de uno en uno, que ligó con otros de frente. La espectacular estocada al encuentro acabó siendo escupida por el pupilo de Talavante pero no importó. A sus manos fue una oreja de ley. Rafa Serna también salió con ganas de arrancarle alguna oreja al declinante encierro de Talavante. Le sirvió por el lado derecho el fuerte y astracanado ejemplar que hizo segundo, un ejemplar rajado que estuvo a punto de cambiar el signo del festejo en una serie compacta que engañó a todos. El bicho no fue igual por el otro lado y vuelto al pitón bueno, el trasteo no recuperó el ritmo perdido y se desvaneció cualquier esperanza.

Decidido a no pasar en blanco quiso apretar el acelerador a tope con un quinto que no sirvió para nada. Parado y a la defensiva, convertido en un auténtico marmolillo, hizo estériles todos los esfuerzos de su matador.

Alfonso Cadaval debutaba en la plaza de su tierra. Lo hizo –posiblemente– con el novillo que brindó más posibiliades, un sobrero de Rocío de la Cámara en el que pesó más la inesperiencia que su entrega. El pésimo sexto no cuenta por ahora.

La Razón

Por Paco Moreno. Oreja para Pablo Aguado en el Corpus sevillano

Festejo de medias tintas celebrado en la Real Maestranza de Sevilla para realzar la festividad del Corpus, una fecha emblemática en la ciudad hispalense. Tres novilleros sevillanos que intentaron complacer a la numerosa afición que cubrió casi en tres cuartas partes la plaza sevillana. No acabó de romper la tarde a pesar de la voluntad de los novilleros y de un encierro ganadero que en conjunto tuvo nobleza y le faltó codicia. Solo quedó a mitad de camino, de un recorrido largo en el tiempo, casi tres horas, y que apenas hubo recompensa con momentos brillantes. Eso sí, sobresalieron las tres tandas de Pablo Aguado al final de faena ante el cuarto, sobre la mano izquierda, llegando al ralentí las suaves embestidas de utrero. Antes, el mismo Pablo Aguado había estado animoso y participativo con sus oponentes, al primero recibió a porta gayola y al cuarto así mismo de rodillas pero en el centro del ruedo, para con faroles entusiasmar al público. Repitió la suerte ya en tercio. Faena tesonera, con un buen principio sobre la diestra y un mejor final sobre la zurda que le valió la oreja del astado. Rafael Cerna dejó firmeza y seguridad con dos utreros que se fueron apagando muy pronto y que no le permitieron mayores logros. Al quinto lo recibió a porta gayola, alguna verónica de buen trazo y tras un quite con tres intervenciones de los novilleros, la tercera réplica de Cerna, el animal que había galopado mucho, se paró. Alfonso Cadaval, que hacía su presentación en tan señalada fecha en Sevilla, puso voluntad y altibajos en sendas faenas que apenas pudo redondear por la escasa transmisión de sus oponentes y el corto oficio que aun tiene, cosa normal en los que dan sus primeros pasos en esta profesión.

El Mundo

Por Carlos Crivell. La ilusión como único argumento

La Sevilla íntima salió a la calle por la mañana. La juncia y el romero esparcidas por las calles fueron la alfombra de una manifestación que no cambia con los años. Ha cambiado, sin embargo, el cariz taurino de la fecha. Hace 68 años Pepe Luis le dio la alternativa a Manolo González. Este año, al menos, tres aspirantes sevillanos convocaron a una nutrida asistencia, amistosa y propicia, en la plaza. Quedan ganas de ver toreros de Sevilla. Sin embargo, lo que no debe ocurrir es que se confunda a los chavales. No se puede acudir a la plaza a aplaudirlo todo y a pedir orejas por espadazos infames y tras escuchar avisos. La seriedad no se puede perder nunca. Tampoco la debe perder el palco.

Debutó como ganadero Alejandro Talavante, que por cierto toreaba en Granada. Cuatro novillos muy justos de todo, de presencia, fuerzas y casta. Demasiado cómoda de pitones. El sobrero de Rocío de la Cámara era la antítesis de los de Talavante. Fue encastado y tenía seriedad por delante.

Pablo Aguado se justificó durante toda la tarde. Se fue a portagayola en el primero, toreó a la verónica con buen gusto, participó en quites, recibió al cuarto con faroles de rodillas, en fin que el chaval no dejó de nada en el esportón. El melocotón, bravucón siempre, derrotó mucho al final de los muletazos. Aguado se esforzó para templar con la derecha en tandas muy cortas. Su voluntad fue evidente. Un gañafón le dejó el traje destrozado.

También se entregó en una labor muy desigual con el cuarto, de mayor empuje que serenidad, con más ganas que relajación, de forma que hubo de todo. Lo bueno, algunos naturales de corte muy torero y su manifiesta decisión. Menos bueno, la colocación y las carreras entre pases, así como algunos enganchones con dos muletas rotas. Mató mal, la espada cayó muy tendida y atravesada, escuchó un aviso y remató con el descabello. La oreja, pedida por los partidarios y concedida por el palco, no tenía sentido con arreglo a lo realizado. Estas cosas confunden a los toreros nuevos. Y que conste que Aguado tiene fondo y toreo para lograr cotas mayores.

Rafael Serna recibió al segundo con lances de rodillas. El de Talavante duró muy poco. Serna se lució en los doblones del comienzo y en dos tandas con la derecha. El animal se fue a las tablas y allí le plantó cara el novillero.

Se fue a portagayola para recibir al quinto. El animal pasó como un proyectil cerca de su anatomía. Se dejó media vida en un topetazo en un burladero. Serna lo intentó con la derecha. El novillo tenía poco fuelle, se rebrincó y se hundió. Todo quedó en intentos frustrados. Y un consejo: a saludar se sale cuando la plaza toca las palmas, nunca por cuenta de uno mismo. Son detalles de torería que hay que cuidar con esmero.

Alfonso Cadaval toreó en Sevilla su segunda novillada con picadores. Es un detalle que debe valorarse en el juicio. El tercero fue devuelto por inválido y salió uno de Rocío de la Cámara. Recibió en el caballo lo mismo que todos los de Talavante. Cadaval, de poca variedad con el capote, mejoró con la muleta. El novillo fue bueno, Cadaval dibujó bien los muletazos pero no se la dejó colocada para que repitiera. Así las cosas, la ligazón estuvo ausente. Tampoco mató por derecho.

El hijo del 'moranco' mató dos de Rocío de la Cámara, el sexto anunciado de entrada. Manseó en los primeros tercios. Tanto huyó que la lidia fue prolija y espesa. Demasiados problemas para Cadaval que no acertó a administrar tantas complicaciones ni mató con entrega. La novillada fue de ilusiones. Resultados, pocos.

Diario de Sevilla

Por Luis Nieto. Aguado, trofeo a su gran entrega

Vaya por delante el gran ambientazo en este festejo con los novilleros sevillanos Pablo Aguado, Rafael Serna y Alfonso Cadaval, quien debutaba con picadores en la Maestranza en un espectáculo en el que se lidió un encierro incompleto propiedad del matador de toros Alejandro Talavante, que se estrenaba como ganadero en el Coso del Arenal. Un debut en el que se estoquearon cuatro astados de dispar presentación y juego y cuyo encierro completaron dos novillos de Rocío de la Cámara, bien presentados, destacando en su juego el tercero bis.

El triunfador del festejo fue el novillero que abría cartel, Pablo Aguado, quien tiene un buen concepto del toreo. Fue premiado con un trofeo en el cuarto por una faena larga, con altibajos y momentos arrebatados y que estuvo envuelta en una entrega máxima. Aguado, que había recibido un pitonazo en el muslo izquierdo en su primero, salió con un vendaje en esa zona y se fue directamente a los medios para recibir al astado con faroles de rodillas, saliendo casi cogido y asustando al personal cuando repitió la citada suerte junto a tablas. Brindó la faena a sus compañeros. El trasteo lo comenzó con bellos pases genuflexos. Con la diestra logró algunos muletazos estimables y en una de las tandas el cornúpeta le rompió el estaquillador. Con la izquierda, los mejores momentos llegaron en el epílogo, con algún natural profundo y algunos otros a pies juntos de buena ejecución. Volvió otra vez a perder la muleta. En la suerte suprema se la jugó recibiendo para una estocada que escupió el novillo, por lo que tuvo que descabellar. Hubo petición y cuando el novillo iba camino del desolladero, el presidente sacó el pañuelo blanco y concedió el trofeo.

En el que abrió plaza, manejable, tras un buen recibo a la verónica, realizó una faena desigual, larga y que cerró con un serio arrimón, en el que sufrió el citado pitonazo.

Rafael Serna se las vio en primer lugar con un ejemplar noble y que se quedó sin fondo, pese a que lo cuidaron en varas. Lo recibió con un arrojado saludo capotero de rodillas a la verónica y junto a tablas. En la faena, tras unos doblones alargando las embestidas, dibujó buenos muletazos con la diestra en dos series, las que duró el astado. Luego, le costó al novillo embestir y todo se desvaneció.

El quinto novillo acusó el estrellarse violentamente contra un burladero en el tercio de banderillas. Serna, que lo había recibido con una arriesgada larga cambiada frente a toriles, se empeñó en sacar partido, hasta incluso recibir protestas del publico, con el animal ya clavado en la arena.

El tercero fue devuelto, tras reiteradas protestas y caídas. Como sobrero bis saltó un novillo de Rocío de la Cámara, bien presentado y al que le propinaron un par de puyazos en toda regla. El animal embistió con movilidad y nobleza. El debutante Alfonso Cadaval, con brindis a su padre, en el callejón, no está placeado. Llegaba con un bagaje demasiado corto, la novillada de su debut con picadores en la pasada Feria de Olivenza. Y no llegó a sacarle el partido que tenía el novillo, que embestía con nobleza, en una labor en la que hubo ligazón en una tanda con la zurda.

Con el mansote sexto se le apreciaron más las deficiencias técnicas en un trasteo sin historia.

En el festejo, que comenzó con una importante expectación y se dilató hasta casi tres horas de duración, quedó como protagonista un Pablo Aguado que consiguió el único trofeo en un espectáculo casi interminable.

Toromedia

Pablo Aguado corta una oreja en el Corpus

Pablo Aguado comenzó la tarde con una apuesta fuerte: irse a portagayola. Después dejo lances buenos en un recibo en el que terminó perdiendo el capote. También galleó para llevar el novillo al caballo e hizo un quite por chicuelinas. Serna hizo un quite por tafalleras. Aguadorindó al público y comenzó la faena en los medios con el novillo un tanto rebrincado. En la segunda serie hubo ligazón, atemperando bien la embestida y también en la tercera. Cuando toreó con la zurda el novillo volvió a descomponerse. Prolongó su labor en la intención de apurar las últimas embestidas y el novillo le avisó, rompiéndole la taleguilla de un puntazo. Mató de estocada y descabello. Ovación.

Al cuarto lo recibió con faroles primero en los medios y después en el tercio. En banderillas saludó Miguel Ángel Odero y Aguado brindó a sus compañeros de cartel. Comenzó doblándose con buen estilo e intentó ligar con la derecha, siendo desarmado en la segunda serie. Siguió con firmeza y determinación, sin obtener en principio la necesaria colaboración del novillo. La clave estuvo en insistir hasta apurar sus embestidas. De este modo logró algunos muletazos sueltos estimables, sobre todo los que dio al final de la faena al natural en dos series muy compactas que fueron celebradas por el público. Mató de estocada recibiendo y descabello y a sus manos fue a parar la única oreja de la tarde.

Rafa Serna comenzó toreando a la verónica de rodillas a su primero, que se fue suelto en el recibo. También hizo un quite por chicuelinas y Cadaval entró en escena haciendo otro por chicuelinas. Comenzó la faena con buenos doblones y se lució también en la primera serie con la derecha. En la segunda, ligada y con muletazos de calidad, comenzó a sonar la música. Cuando cambió a la zurda el novillo hizo amago de rajarse y se vino abajo, limitando la faena del joven sevillano. Mató de pinchazo y estocada. Ovación.

Serna se fue a portagayola en el quinto dispuesto a no quedarse atrás en el triunfo. Hizo también un ceñido quite con el capote a la espalda. El novillo llegó a la muleta muy parado y extremadamente soso. Serna lo intentó por ambos pitones sin que su labor trascendiera por falta de enemigo. No anduvo fino con la espada.

El tercero estuvo justo de fuerza desde su salida y fue devuelto a corrales. Salió un sobrero de Rocío de la Cámara que manseó en los primeros tercios. Alfonso Cadaval, que hacía su presentación en esta plaza, brindó a su padre, el humorista Cesar Cadaval, y comenzó doblándose con el novillo y dejando buenos derechazos. La segunda serie fue ligada y tuvo transmisión y en la tercera el novillo se vino a menos. Cambió a la zurda y dejó una serie de naturales con buen trazo y templados. Dio una serie más y estuvo mal con los aceros. Fue ovacionado.

El segundo del lote de Alfonso Cadaval, también de Rocío de la Cámara, manseó descaradamente en el caballo y en la muleta desarrolló complicaciones, mirón y reservón, rajándose muy pronto. Lo intentó insistentemente al natural, sin que el deslucido novillo se entregara en ningún momento y siempre tuviera al torero en el punto de mira. Mató de pinchazo y estocada y su labor fue silenciada.

26_mayo_16_sevilla.txt · Última modificación: 2020/03/26 12:21 (editor externo)