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REAL MAESTRANZA DE SEVILLA

Jueves, 7 de junio de 2018

Corrida de novillos

FICHA TÉCNICA DEL FESTEJO

Ganadería: novillos de Rufino Martín (correctamente presentado, nobles pero sosos y desclasados).

Diestros:

Miguel Ángel Pacheco. Silencio y vuelta por su cuenta.

Jesús Muñoz. Silencio en su lote.

Juan Pedro García Calerito. Ovación y silencio

Presidente: Fernando Fernández - Figueroa Guerrero

Se guardó un minuto de silencio en memoria de Manuel Lozano Hernández abonado más veterano de la plaza.

Tiempo: Frío en la 1ª nocturna

Entrada: Media entrada

Galería de imágenes: https://t.co/BxGSIcnXuP

Video: https://vimeo.com/274043198

Crónicas de la prensa:

Lo mejor, lo peor

Por Antonio de los Reyes

Lo mejor: Aunque sin materia, los tres actuantes mostraron estar a la altura. Voluntariosos, por encima Calerito que se fue a portagayola hasta en dos ocasiones dejó detalles con el capote por chicuelinas y a la verónica despertó los tendidos que permanecían fríos, aprovechó todo lo que su oponente le ofreció. Seguro que un futuro próximo nos hará disfrutar de su toreo, si le dan las oportunidades necesarias.

Lo peor: Los novillos de Rufino Martín no aguantaron el último tercio, sosos y sin transmitir acabaron aburriendo y haciéndonos mirar el reloj. Miguel Ángel Pacheco decide dar una vuelta al ruedo por su cuenta tras una faena de altibajos pero sí con una buena estocada.

Diario de Sevilla

Por Luis Nieto. Espectáculo frío y desangelado

Después del triunfo de Ángel Jiménez y El Parralejo el pasado Corpus, la plaza de la Maestranza sevillana abrió sus puertas para otra novillada picada con Miguel Ángel Pacheco, Jesús Muñoz y Juan Pedro García Calerito en un espectáculo nocturno que registró menos de media entrada y que resultó desangelado en una noche muy fría. Únicamente los dos primeros ejemplares de Dolores Rufino, cuyo encierro estuvo correctamente presentado, dieron posibilidades para el triunfo. La terna se marchó de vacío, dejando mejor impresión Calerito, quien contó con el peor lote.

El linense Miguel Ángel Pacheco, era el único placeado de la terna, ya que sumó el año pasado 21 novilladas. El astado que abrió plaza se partió el pitón izquierdo al rematar en un burladero. Tuvo movilidad, recorrido y humillaba tras la muleta. Pacheco no pasó de un trasteo entonado, en el que consiguió dos buenas series con la diestra. Mató de estocada y fue silenciado.

Con el cuarto, con cierta movilidad, pero sin franqueza y que fue a menos, Pacheco, tras recibirlo con unas verónicas de rodillas, realizó una labor larguísima, correcta y que se fue diluyendo. Mató de una estocada certera y hubo petición minoritaria de oreja. Dio una vuelta al ruedo por su cuenta.

El cigarrero Jesús Muñoz llegaba con el bagaje de una novillada picada el año pasado, la de su debut en esta plaza ante una novillada de La Quinta y se le vio todavía bastante tierno para un compromiso en esta plaza. El segundo, al que le zurraron muy fuerte en varas y que se entregó en dos durísimos puyazos, resultó boyante. El torero no consiguió acertar con la colocación en una labor que no caló y tampoco acertó con los aceros.

Con el deslucido quinto anduvo voluntarioso en un trasteo desigual y de largo metraje, matando al astado de estocada.

Calerito, quien se presentaba en la plaza de Sevilla con picadores y que la temporada pasada únicamente toreó en una novillada, fue el torero de mayor nivel. Recibió a sus dos oponentes con sendas largas cambiadas de rodillas a portagayola e hizo las cosas con criterio, aunque anduvo mal con los aceros. Con el noblote tercero, sin recorrido ni entrega, ganó terreno a la verónica y consiguió algunos muletazos estimables para cerrar con unas manoletinas.

El mansísimo sexto, el garbanzo negro del encierro, fue erróneamente ovacionado por parte del público en el tercio de varas en el que daba arreones y huía. Calerito se la jugó en dos muletazos por la espalda en los medios e intentó lidiar a un animal que salía con la cara por las nubes. El torero, sin opciones en su lote, fue consolado por sus banderilleros, cuando el público, aterido de frío, abandonaba la plaza tras un espectáculo desangelado.

ABC

Por Lorena Muñoz. Miguel Ángel Pacheco da una vuelta al ruedo en una fría noche de estreno en Sevilla

La noticia de la primera novillada de junio en horario nocturno era el estreno de la ganadería de Dolores Rufino en la Maestranza pero el protagonista inesperado de la noche fue el frío. El encierro embarcado desde La Puebla del Río no dio el juego esperado ya que los novillos se arrancaron de largo al caballo, algunos hicieron una brava pelea pero se apagaron en la muleta.

Miguel Ángel Pacheco, el más placeado de la terna que incluso piensa en la alternativa, sorteó el lote más potable aunque no llegó a lucirse. El primero se partió el pitón al rematar en el burladero antes de comenzar el tercio de banderillas pero se mantuvo en el ruedo y sirvió en varias tandas en la muleta. Parado en los primeros tercios fue a más pero acusó el golpe hasta el punto de que no pudo embestir por el izquierdo. Brindó Pacheco la faena y solo pudo mostrar detalles de su concepto.

De rodillas en el tercio saludó al cuarto con el que estuvo animoso con el capote aunque casi se lo lleva por delante cuando intentaba iniciar una tafallera. Siguiendo la tónica del encierro, el astado se arrancó de lejos pero el picador solo señaló el puyazo. El inicio fue también de hinojos en una primera serie antes de salir más allá del tercio para plantear una labor de muchos altibajos, más entonada con la diestra. Hubo algunos pañuelos de sus partidarios y dio una vuelta al ruedo por su cuenta que fue protestada.

Jesús Muñoz volvía a Sevilla tras su debut con caballos el año pasado pero no tuvo fortuna. Estuvo dispuesto en el quite del primero a la verónica y después en el recibo del segundo que se arrancó de largo al caballo en dos ocasiones e hizo una interesante pelea en varas. Brindó el de La Puebla, que estuvo voluntarioso, lo intentó pero tuvo enfrente a un novillo que en la muleta fue tan soso como noble y que se dejó. Muñoz no encontró las distancias ni la forma de que la faena tomara cuerpo así que fue silenciado. Con el quinto, también soso y desclasado, tampoco pudo lucirse en una faena de largo metraje con excesivos enganchones.

Dispuesto a todo se presentó Calerito en la Maestranza que se fue a chiqueros a recibir a los dos de su lote. En el tercero se colocó muy lejos de la puerta y aguantó el parón sin inmutarse. Ya de pie arrancó los oles a la verónica y remató con una media mirando al tendido en el centro del ruedo. «Pegarritmo» se arrancó al caballo y se empleó en el peto pero tuvo una lidia tediosa y muy larga que se hizo interminable hasta llegar al tercio final. El de Dolores Rufino llevó siempre la cara a media altura y le costó humillar así que el novillero sevillano lo intentó sin lucimiento tras el brindis a su apoderado. Acabó saludando tras fallar con los aceros.

En el que cerró plaza también se fue a portagayola pero «Milbananas» solo sirvió para hacer una buena pelea en varas así que el picador abandonó el ruedo entre los aplausos del respetable. Con el pase cambiado por la espalda comenzó Calerito pero pronto tuvo que desistir de su faena ya que el novillo se defendió. Fin de la historia.

El Correo de Andalucía

Por Álvaro Rodríguez del Moral. Más frío que nueces en el estreno de las nocturnas

¿Quién podía atisbar esta extraña glaciación en clave hispalense cuando se presentaron los carteles a comienzos de febrero? El tiempo, cuatro meses después, es casi idéntico y el horario nocturno –y glacial- se notó en el bajón ambiental experimentado en una novillada que, en circunstancias normales, se habría vivido con abanicos y calor canicular.

Y el caso es que en el escurrido encierro de Dolores Rufino, que no fue para tirar ningún cohete, hubo de casi todo aunque el mal reparto de los lotes dejó casi sin opciones al novillero que salió más sincera y firmemente resulto a triunfar: Calerito. El joven torero de Aznacóllar ya ha dejado atrás esa imagen candorosa de niño prodigio. Mejor.

Ahora es muchacho hecho y derecho que se fue como un meteoro a la puerta de chiqueros a recibir a su primer enemigo. Juan Pedro lo bordó con el capote pero la cosa no iría a mayores. Sobró la lidia estropajosa y el exceso de capa para satisfacer a ciertos aficionados demagógicos empeñados en dejar muy largos a los novillos en el caballo. Pero Calerito se puso en el sitio de torear, haciendo las cosas bien y con firmeza, mucho mejor que el escaso estilo y la nula entrega de un utrero al que pudo arrancar algún natural de mérito. Esa buena actitud le llevó a repetir la suerte con el sexto que fue, con mucho, el peor de los de Rufino. Lo mejor fue el emocionante tercio de varas protagonizado por Expósito pero el animal, un auténtico mulo embrutecido, no tenía un pase. Menos mal que entró la espada…

Mucha más opciones de triunfo manejo el veterano novillero linense Miguel Ángel Pacheco, que pechó en primer lugar con un ejemplar que rompió a bueno a pesar de romperse un pitón, el izquierdo, en el segundo tercio. Todo lo quiso por el otro lado aunque el estimable comienzo del novillero de La Línea se vino abajo después de dos buenas tandas en las que acertó a ligar, templar y dejarla puesta, rematando con personales pases de pecho de hombrillo a hombrillo. Cuando se puso por el izquierdo se vino todo abajo. Con el manejable cuarto se mostró entregado y compuesto pero también algo mecánico en una faena que acabó amontonando pases. Eso sí, lo arregló todo con una contundente estocada que tumbó al novillo sin puntilla. El espadazo y las voces de un grupo de fieles le animaron a dar una vuelta al ruedo de escasos argumentos.

Jesús Muñoz, por su parte, estrelló su verdor y falta de recursos con la noble condición del segundo, que puso en evidencia su escaso oficio. Le quedaba el quinto, un ejemplar bronco e informal, que le brindó menos opciones aunque tampoco fue capaz de concretar nada. Le habría venido mejor quedarse en casa.

7_junio_18_sevilla.txt · Última modificación: 2020/03/26 12:17 (editor externo)