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Toros en Almería

Temporada 2018

Miércoles 22 de agosto: Plaza de toros de Almería (menos de media plaza en tarde de calor sofocante). Feria de la Virgen del Mar. Primera de abono. Corrida de toros de El Torreón - desiguales de presentación y juego. Buenos segundo y tercero. Excepcional el quinto - (blando e inválido el primero, encastado el segundo, noble y blando el tercero, deslucido el cuarto, con calidad el quinto y a menos el sexto) para Ruiz Manuel de caña y oro - que se despidió de los ruedos (ovación con saludos en ambos), Curro Díaz de azul Rey y oro (oreja y dos orejas) y Joselito Adame de catafalco y plata (ovación con saludos tras aviso y oreja). Saludaron en banderillas Miguel Martín tras parear al tercero, Tomas López tras hacer lo propio en el sexto y Fernando Sánchez en ambos. Al finalizar el paseíllo, Ruiz Manuel que se despedía de los ruedos fue obligado a desmontarse junto a Curro Díaz y Joselito Adame.

La clase de Curro Díaz en la despedida de Ruiz Manuel

Por Alberto Bautista

La corrida de César Rincón con el hierro del Torreón servía de apertura a la feria de Almería, un serial organizado por los Chopera y que desde hace unos años se acentúa la crisis de identidad que vive el sector con una bajada en la taquilla de tintes estratosféricos (cabe recordar que no hace tantos años se daban hasta media docena de corridas de toros, hoy reducidas a la mitad); todo eso unido a una política de precios anacrónicos hace que los tendidos registren paupérrimas entradas como la que sirvió de inauguración un año más el ciclo almeriense. Apenas cuatro mil personas en sus gradas, donde el calor húmedo por antonomasia y los mantones de manila colgadas desde las gradas, conviven con sus gentes pertrechadas con sus meriendas. Almería y su sortilegio de belleza.

Y es que lo que iba a suponer - en teoría - la despedida del torero de la tierra Ruiz Manuel (a la sazón director de la escuela taurina de Almería) se tornó en autentica decepción toda vez que no pasó de la ovación con saludos en sus dos turnos. No fue ni mucho menos la recompensa que el diestro del Zapillo mereció tras 23 primaveras de lucha y sacrificio por alcanzar la gloria del toreo. Su lote le permitió pocas florituras, aunque su oficio y disposición quedaron patentes durante toda la tarde, pero no ayudaron ni el inválido que abrió función tras echar pronto la persiana, ni su segundo que brindó a su hermano - al tiempo mozo de espadas - que tras hacer una gran pelea en el jaco, embistió a media altura pensando en lo que se dejaba atrás. El juego deslucido del toro de su despedida y el manejo de la espada afearon una tarde agridulce, siendo despedido con una respetuosa ovación. No mereció menos.

La tarde desdibujada del almeriense fue el contrapunto de una de las mejores que se recuerdan en la temporada a Curro Díaz, que por la mañana fue obsequiado con el capote de paseo tras firmar la mejor obra de la feria del pasado año a un toro de Victorino Martín al que desorejó. En esta ocasión lo volvió a hacer ante “Alentado” un gran toro del Torreón al que dibujó de salida un torerísimo saludo de capa premiando la acometividad, la raza y la transmisión de un toro que fluyó en la muleta del linarense en una de sus grandes obras. Naturales de mucha plasticidad y cadencia, fueron alternados con pases de la firma, remates y trincherillas. El manual del toreo caro fue rubricado de un genial estoconazo. Hay ocasiones en que lo de menos son los trofeos. El idilio de Curro con Almería, se intuyó en su primero tras estirarse a la verónica y brindar una faena a Ruiz Manuel donde volvió a premiar el temple y la disposición en otra actuación de gran sensibilidad. Tres orejas como tres soles, fue el botín de un torero donde la concepción de arte se acentúa hasta su máxima expresión una tarde más.

Las ganas de Joselito Adame fueron la tónica general de las dos actuaciones del hidrocálido, que selló con una oreja su periplo almeriense. El trofeo llegó del nobilísimo sexto tras una actuación que comenzó por estatuarios, y que con posterioridad se entretuvo en ligarle pases sobre la diestra. La estocada de efecto fulminante hizo el resto. Tiró de arrestos con el manso que hizo tercero en una faena larga y de cara a la galería, supliendo el escaso juego del toro con arrimones. El esfuerzo fue en balde, pues no estuvo atinado con la espada. Quien si lo estuvo fue Curro Díaz que derrochó clase y torería en la despedida mas agridulce de Ruiz Manuel. ¡Larga vida, Maestro!


Jueves 23 de agosto de 2018. Plaza de toros de Almería (casi lleno en tarde de calor sofocante). Feria de la Virgen del Mar. Segunda de abono. Corrida de toros de Zalduendo - nobles, manejables y de buen juego en líneas generales a excepción del cuarto. Los mejores 1º y 6º - (bueno y con calidad el primero, noble y blando el segundo, con ritmo y repetición el tercero, con guasa y complicado el cuarto, noble y repetidor el quinto y manejable y con transmisión el sexto) para Enrique Ponce de purísima y oro (oreja con petición de la segunda y ovación con saludos tras dos avisos), Julián López “El Juli” de gris plomo y oro (oreja en ambos) y Andrés Roca Rey de malva y oro (palmas tras aviso y oreja). Al finalizar el paseíllo la terna saludó una ovación.

El Juli a hombros con una notable corrida de Zalduendo

Por Alberto Bautista

El Juli volvió a darse un baño de masas al salir a hombros una vez más del coso almeriense, y es que el madrileño continúa con su aplastante regularidad en la plaza de toros de Almería, como muestra sirva el auténtico idilio siendo capaz temporada tras temporada de sobreponerse a la adversidad. Y es que si hay alguien que derroche raza y garra a partes iguales, ese es El Juli. El suceso ocurrió con el quinto, de infame presentación para una figura como él - en una actuación de inteligencia y poder. En esas que andaba buscando agua de un pozo, cuando el Zalduendo deambulaba en su poderosa muleta y muy perspicaz se lo embarcó en la muleta por molinetes corriéndole la mano con mucha facilidad, sacando la raza torera que atesora en una tanda de derechazos. Sencillamente, fue extraordinario para la muleta. El Juli lo supo y una vez más no desaprovechó el bombón y aunque la faena no alcanzó altos vuelos, suplió a base de técnica y oficio una actuación que rubricó de una estocada. Oreja. Otra paseó del segundo otro torete de Zalduendo que nunca le puso en aprietos, y que conforme embestía, iba corrigiéndole sus defectos. La raza torera del Juli resurgió en Almería.

Enrique Ponce sentó cátedra una vez más, pero esta vez sin espada. En esta ocasión en Almería, otra plaza más en la que el valenciano imprimió su áurea de figura y su carrera ganadora, en una tarde que bien pudo salir en volandas y hasta ser un firme candidato al capote de paseo almeriense (con permiso de Curro Díaz) tras su faena al primero. Y es que no es baladí estar cerca de 30 años en la cima, aunque en realidad lo difícil no es llegar sino mantenerse y Ponce se mantiene inalterable temporada tras temporada como si no pasara el tiempo por él. Poderoso con todos los toros, en la segunda de abono volvió a desempolvar el magisterio que acostumbra y con dos bureles de desigual condición supo vencer infortunios y en el apogeo de la tarde su obra al primero. Un “Zalamero” a la altura de un gran Ponce que una vez más desplegó toda su tauromaquia. Un arsenal de pases medidos, muletazos cadenciosos y unos finales donde se adornó con la poncina poniendo al público en pie. El valenciano desplegó toda su belleza ensimismada en una gran obra. Se le pidió el doble trofeo pero el Presidente desoyó la petición y recorrió el anillo con una oreja. Cuando pareció tener la puerta grande entre abierta, el cuarto le complicó la existencia al de Chiva tras inventarse una faena ante un toro complicado y con muchas teclas. El oficio y el tesón del valenciano eclipsaron una actuación que le faltó firmar la rúbrica con los aceros.

Si Ponce firmó una de las obras mas puras del serial, lo de Roca Rey fue de auténtico alboroto, lástima que no fuera capaz de certificar dichas obras con la espada, pero ahí quedan en su currículum. La mundial formó frente al sexto, haciendo retumbar los tendidos con un inicio portentoso - Antes mostró su tarjeta de visita en un quites donde alternó saltilleras y caleserinas - rodilla en tierra. Y es que el huracán peruano arrasó con la quietud en sus movimientos y su carácter guerrero, recetando una obra suprema extrayendo muletazos de todos los colores y pasándose el toro por la espalda en apenas un palmo de terreno. Actuación que no pudo realizar en su primero, tras una labor estética cosechada sobre el pitón derecho perdió el doble premio con la espada y todo quedó en ovación. Aun de vacío, no queda duda de que la quietud y la determinación de Roca Rey le hacen ser uno de los toreros más taquilleros del momento.


Viernes 24 de agosto de 2018. Plaza de toros de Almería (más de tres cuartos en tarde de agradable temperatura). Feria de la Virgen del Mar. Tercera de abono. Corrida de toros de Núñez del Cuvillo - “Farfonillo” lidiado en quinto lugar con 535 kgs de peso, negro de capa y nacido en noviembre 2013 fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre - (blando y deslucido el primero, a menos el segundo, con transmisión el tercero, deslucido y blando el cuarto, dulce y bueno el quinto y de juego excepcional el sexto) para “Morante de la Puebla” de catafalco y oro (oreja en ambos), Alejandro Talavante de blanco y oro (ovación con saludos y oreja) y Ginés Marín de purísima y oro (oreja con petición de la segunda y dos vueltas al ruedo y dos orejas). Jesús Díez “Fini” y Manuel Izquierdo se desmonteraron tras parear al tercero. Al finalizar el paseíllo que comenzó con cinco minutos de retraso, la terna saludó una ovación.

Morante y Ginés Marín, genio y duende en Almería

Por Alberto Bautista

Al filo de las diez de la noche, la salida a hombros de Morante y Ginés Marín contrarrestaba con la afición almeriense que quiso despedir a sus héroes en la puerta grande del coso de la Avenida de Vilches. No era para menos. En realidad, Talavante que tuvo una actuación extratosférica mostrando todo su repertorio debió de acompañarles en volandas pero el fallo con los aceros se lo impidió. Con todo y con eso, la plaza no registró una gran entrada para un cartel de campanillas y eso que la corrida de Cuvillo dio muchas opciones y al menos cuatro toros - encomiable el sexto -, tuvieron un tranco excepcional en la muleta. Y es que por estos lares, el tercio de varas es prácticamente inexistente y los continuos gritos y desvaríos para que los picadores no hagan su trabajo, es cosa habitual. ¡Qué cosas!

Con una oreja en cada toro, le valió a Morante para reivindicarse en el ciclo almeriense. Su tarde no tuvo musas, ni tampoco destapó el poético tarro de las esencias, pero la disposición y el sabor fueron la tónica general de dos actuaciones que le permitieron expresarse y reivindicar su añeja tauromaquia. Se estiró de capa en el primero y extrajo derechazos hondos en una actuación que refrendó con la espada, y que le valió para pasear la primera oreja de la tarde. El valor con el que abrió plaza se hizo patente con el cuarto, un “Galán” que no se unió a la fiesta y que no le permitió lucimientos personales al de La Puebla. Aún así, dejó retazos de bella factura jaleados por los tendidos tras una faena intensa y de absoluta creación artística.

Aún sin salir a hombros, la tarde de Alejandro Talavante no fue baladí. Dicen que lo de menos son las orejas y con actuaciones como la cosechada en Almería de poco deben importan los números, sino las sensaciones. Talavante acumula una temporada agridulce tras romper con su mentor Toño Matilla a finales de Junio. El premio a la ruptura ha sido dejarle fuera de los circuitos a un diestro que cuenta con una privilegiada mano izquierda. Otra sin razón mas de la lacra que rodea al mundo de los toros. Y es que es evidente que Talavante es uno de los toreros del momento. De los que marcan las diferencias. Para verle en su mejor concepto, hubo que esperar al quinto que a la postre fue ovacionado al arrastre, para ver una de sus obras cumbres de la temporada. El portentoso inicio de rodillas dejando muletazos de gran factura e incluso alternando pases cambiados supuso el inicio a una actuación compacta de gran consonancia y de enorme personalidad. Cuando ya acariciaba el doble trofeo pinchó en dos ocasiones la poderosa obra. El segundo de incierta embestida, le permitió al extremeño extraer un toreo reposado a media distancia donde desarrolló su habitual tauromaquia basada en la quietud y la geometría del trazo. La segunda parte de la faena con el toro a su merced, tuvo los ingredientes de la exposición y del valor que hicieron partícipe de la irrupción de un Talavante en su mejor momento tanto artístico como personal, pero sin espada. ¡Maldita espada!

Por su parte Ginés Marín, no vino de turismo a Almería y es que ofreció la que posiblemente fue su mejor versión de la temporada. Inconmensurable e inigualable, adjetivos que ponen en órbita el corazón de un joven torero por muchas páginas que escribir. Y es que su encorajinada y entonada actuación del tercero, no fue correspondida por el Presidente que no aceptó de buen grado la concesión del segundo trofeo a cuentas de la ejecución de la suerte suprema, y es que la espada cayó baja. Antes Marín ya había mostrado todo su variado repertorio amén del inicio de rodillas. Paseó una oreja entre el clamor del público, hasta el punto que dio dos vueltas al anillo.

Con el sexto formó un auténtico alboroto con uno de los toros del serial. “Farfonillo” fue enérgicamente un gran toro para la muleta y por ende para el torero, donde le dejó a Marín mostrar una vez más toda su abrupta tauromaquia de derechazos, naturales, cambios de mano y circulares. Una auténtica catarsis despertó en el público almeriense frente a un toro al que se le llegó a pedir el indulto - no lo fue, ni de lejos - la actuación fue coronada de un soberbio estoconazo. La espada de efecto fulminante dio pie al doble trofeo. Un premio a la altura de los elegidos. Como él. Como Ginés Marín.


Sábado 25 de agosto de 2018. Plaza de toros de Almería (menos de media plaza en tarde calurosa). Feria de la Virgen del Mar. Última de abono. Corrida de rejones. Toros de El Capea (1º, 4º y 5º), Carmen Lorenzo (2º) y un novillo del Capea (6º) y Carmen Lorenzo (3º) – de buen son y con transmisión en líneas generales – (noble el primero, con transmisión el segundo, con acometividad el tercero, de buen juego el cuarto, a menos el quinto y extraordinario el sexto) para Pablo Hermoso de Mendoza (oreja y dos orejas), Lea Vicens (oreja en ambos) y Guillermo Hermoso de Mendoza (oreja y dos orejas).

Triple puerta grande entre el veto a Ventura

Por Alberto Bautista

La decadencia que desde hace algunos años viene padeciendo la tauromaquia no es ajeno en los festejos de rejones, donde la degradación de la fiesta y la politización de un espectáculo milenario acecha la progresión de los rejoneadores en un espectáculo con múltiples valores pero con demasiadas sombras. Sin ir mas lejos, no son muchas las ocasiones que asistimos a ferias sin atisbo de corridas a caballo, ni que decir de la competencia en los carteles donde en las plazas comandadas por Pablo Hermoso de Mendoza – con mando en muchas de ellas – es capaz de colocar a su primogénito Guillermo quién lidia novillos, arrinconando a Diego Ventura su principal competencia, y que esta situación hace ver el hastío que sufre el mundo del toro. Podredumbre por doquier, en una situación ciertamente incomprensible.

El caso es que Guillermo con su habitual bisoñez y con 19 primaveras atesora unos cuantos festejos en los feudos de su padre a quién le apodera la Casa Chopera, tanto es así que el mismo cartel con el padre y el hijo junto con Lea Vicensse ha visto repetido de manera cansina en al menos cuatro plazas durante este verano: San Sebastián, Almería, Salamanca y Palencia. Aunque el menor de los Hermoso ha avanzado en su aprendizaje, tras gozar de buenas cualidades destacando su monta en cuanto al valor y poder, ante una cuadra ciertamente extraordinaria, pero con unos conocimientos de los terrenos que le bastan para solventar sus compromisos.

Hermoso de Mendoza, parece vivir una eterna juventud. En Almería, lejos de exigencias cosechó una tarde redonda en dos faenas pulcras y reunidas que encontraron pronto la conexión con los tendidos. A lomos de Berlín fueron los mejores momentos con el primero rubricando con un rejonazo una labor compacta. Desorejó al cuarto, un toro flojo siendo lo mejor lo realizado con Dalí, al que le dejó el rejón de muerte en lo alto.

Su primogénito, Guillermo lidia novillos. Al no haber en el escalafón de rejonesdores diferenciación entre los que lidian novillos y toros. Aunque por su preparación bien podría lidiar toros. Y es que la angostura, el temprano oficio enseñado por su padre le hacen estar en la lucha. El tercero tuvo una presencia lamentable para cualquier plaza, cabalgó a dos pistas y pusos largas y cortas montando a Pirata. Dejó el rejón de muerte en el lomo pero al público le dio lo mismo. Oreja. Su obra cumbre llegó con el sexto al que desorejó tras una actuación de riesgo y composición, tras exponer montando a Pirata con un par a dos manos, frente a un gran novillo del Capea.

Por su parte, Lea Vicens no quiso quedarse como convidada de piedra y cortó una oreja a cada uno de su lote, dando una muestra de su carácter guerrero, de un buen lote del Capea.

A cuentas de espectáculos como los rejones, lo que es evidente es que la tauromaquia necesita de un revulsivo generacional y por encima de todo con la apertura de los carteles en la búsqueda del rigor, la defensa y la promoción de un espectáculo en claro retroceso y decadencia. La negativa de Hermoso a competir con Ventura amén de las tropelías que el navarro le profesa al sevillano, da cuenta de la calidad humana del navarro, que con tal de no sentirse ninguneado es capaz de manchar su hoja de servicios realizando una serie de maniobras tercermundistas y de mando en los despachos dejando fuera al único rejoneador que ha sido capaz de cortar un rabo en Las Ventas, y que ni por esas le ha servido para debutar en Pamplona – cuya gestión es comandada por la Casa de la Misericordia y que con la connivencia del navarro, le vetan temporada tras temporada. Algo tan incomprensible como rastrero. Todo esto sucede por la escasa preocupación no ya por la tauromaquia en general sino por el rejoneo en la actualidad, con festejos sin ningún tipo de aliciente, que desaparece de las ferias y sin emoción.

Más le valdría a Hermoso retirar el veto y que en lugar de hacer las américas con el pequeño Guillermo se enfrentara al huracán de la Puebla del río. De esta manera ayudaría a una fiesta enferma y decadente, cuyos estamentos están mas preocupados en su interés personal que en el general. Recetas todas ellas plagadas de ingredientes que pueden ser la solución de cara a la galería, pero que la realidad dicta que este tipo de espectáculos tienen los días contados.

Domingo 26 de Agosto: Novillada sin caballos en Clase Práctica

almeria_temporada_2018.txt · Última modificación: 2020/03/26 12:11 (editor externo)