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Billy Wong

El estadounidense nacido en China Bong Way Wong, “Chiquito de Arizona”, ingeniero de caminos de 27 años en 1966, fue una de las sensaciones de la temporada taurina. Wong era de origen cantonés y debutó como novillero en España, el 26 de junio de 1966, en la plaza de San Sebastián de los Reyes (Madrid), donde resultó cogido de consideración dos veces; antes, el 9 de junio de 1963, actúa en Cádiz en festejo económico junto a Antonio Cornejo y José Martín, con ganado de la marquesa de Ahumada, logrando cortar una oreja a su primer enemigo. Había dejado atrás su vida en Estados Unidos para aprender a torear, y de hecho se gastó doce mil dólares en clases. El ingeniero torero pasó tres años en España: su intención era buscar novia española y echar raíces aquí. Sin embargo, en 1969 decidió probar suerte en las plazas mexicanas. El 8 de diciembre de ese año hizo su último paseíllo en Tenancingo, una pequeña ciudad a 100 kilómetros de la capital mexicana. Allí cortó una oreja a un novillo de Ayala. Dos días después de esta corrida, Wong moriría en accidente de tráfico.

Fotografía de EFE: 26/06/1966.- El novillero chino Bong Way Wong reza momentos antes de salir a la plaza San Sebastián de los Reyes, donde compartió cartel con José Serrano “Joselito” y Bienvenido Luján en una novillada en la que se lidiaron reses de Celso del Castillo.

El País, 26 de mayo de 1986. Bill Wong, hijo de emigrantes que tenían una pequeña tienda de comestibles, se graduó en ingeniería civil por la universidad de Berkeley, pero al leer unos libros de toros en inglés se le despertó la afición y se escapó a México. Toda una vida intentando abrirnos paso en América, pensarían sus padres, nuestro hijo se gradúa por la famosa Berkeley e incluso tiene un nombre americano, y ahora quiere ser torero, ¿qué será eso? En 1960, Bill llegó a España; en vísperas de las novilladas su apoderado le obligaba a pasearse por los pueblos vestido de chino, con una larga coleta. No toreaba mal, y con el capote era francamente bueno.

Pero faltaban contratos, y Bill, mayor ya y con poco pelo, volvió a México en busca de mejor fortuna. Una tarde, cuando regresaba a la capital con su cuadrilla después de haber toreado bien en un pueblo, el coche se salió de la carretera. Todos sufrieron únicamente heridas leves, menos Bill, que murió. Para cualquier otra persona hubiera sido una muerte vulgar, pero Bill era torero: murió corneado por el toro negro de la carretera. Hasta en su muerte fue torero.

Bong Way Wong, el Cordobés chino que quiso triunfar en España

Heraldo de Aragón, 3 de julio de 1966.. “La revelación de la temporada taurina española ha sido Bong Way Wong. Lo exótico del nombre solo contribuye a aumentar el mérito de este torero, que aun nacido lejos de España, bajo el cielo chino, lleva dentro de sus venas todo el temperamento, la sangre y la afición de los grandes toreros españoles.

Hemingway decía que cuando se ha visto una sola corrida de toros es suficiente para saber si a uno le gusta o no le gusta, si quiere torear o no. Way Wong corrobora esto. A él ni siquiera le hizo falta ver una corrida de toros real; le bastó con verla en la pantalla para saber desde aquel momento que su vida era torear y sólo el riesgo de los toros podría llenarla.

En una casa del viejo Madrid vive el torero chino. Es una casa modesta, pero limpia y fresca, regida por una patrona.

Esta entrevista está hecha unas horas antes de que Way Wong hiciera su presentación en San Sebastián de los Reyes, donde en lucha abierta con la muerte tuvo su primer triunfo -dos orejas- y también donde recibiría su primera cornada, que todavía le mantiene en el hospital. El torero chino estaba entonces confiado y alegre. Por primera vez tendría ocasión de demostrar su valía como torero en la llamada ‘tercera plaza de Madrid’… Contesto sonriente a todas nuestras preguntas.

- ¿Cómo tuvo usted la idea de hacerse torero?

- Fue en Estados Unidos. Allí vi una película de Tyrone Power, cuyo título castellano creo que es ‘La sangre y el diestro’. Esta película cambió mi vida. Desde entonces sólo tuve una ilusión: torear. Llegar a ser torero, un buen torero, me obsesionaba. Abandoné todo, mi carrera y mi familia, y marché a México. Allí tuve ocasión de ver torear a Antonio Borrero Morano “Chamaco y practicar mis primeros pases.

- ¿Qué hacía usted en Estados Unidos antes de marchar a Méjico?

- Acababa de terminar la carrera de ingeniero de caminos en la Universidad de Los Ángeles.

- ¿Qué pasó después de estar en México?

- Vine a España. De esto hace cuatro años. Estuve en Madrid practicando durante un año en la Casa de Campo. Luego me trasladé a Cádiz y San Fernando, donde aprendí muchas cosas.

- ¿Toreó en algún sitio antes de venir de nuevo a Madrid?

- Sí. Hice tres corridas en Sevilla y Cádiz.

- ¿Triunfó?

- Como aficionado, sí, pero ahora quiero triunfar como profesional, aunque comprendo que todavía necesito práctica. Los toros lo son todo para mí, ¿comprende?

- ¿Cuánto cobró usted por su primera corrida, Way?

- Tres mil pesetas. Solamente los gastos de mi preparación y mi traje de luces me costaron 25.000 pesetas. Pero ya le he dicho que el dinero es lo que menos me importa. Yo quiero triunfar y torear, lo demás no me importa.

- ¿Novia?

- Todavía no. Pero cuando triunfe quiero tener una novia española.

- ¿Tiene familia?

- Sí. Mi madre y seis hermanos. Los seis están bien situados en Estados Unidos. Mi madre tiene allí unos grandes almacenes en Los Ángeles, California.

- ¿Dónde nació?

- En Cantón, sur de China. Pero cuando tenía cinco años me trasladé a Estados Unidos. Mi padre murió allí hace unos años.

- ¿Con cuánto dinero llegó a España?

- Con 12.000 dólares. Todo me lo he gastado para aprender a torear. Quiero llegar a ser “El Cordobés chino”; al fin y al cabo provengo de la parte sur de China, de lo que pudiéramos llamar la “Andalucía china”.

- ¿Cuál es su vida actualmente para mantenerse en forma?

- Me levanto todos los días a las ocho y media y voy a la Casa de Campo a correr media hora. Es el mejor ejercicio para torear. Después me ducho con agua fría, y me entreno durante tres horas en una escuela taurómaca que hay cerca de las Ventas. Todo lo hago con mucha ilusión, porque pienso llegar poco a poco; no tengo prisa. Solo quiero salir de las plazas donde toree a hombros o en ambulancia.

- ¿Piensa estar usted mucho tiempo en España?

- El tiempo que sea preciso para llegar a ponerme a la altura de los grandes maestros. Si es necesario para eso morir aquí, yo moriré aquí.

(Noticia de Hemeroteca recopilada por Mapi Rodríguez y Elena de la Riva. Documentación de Heraldo de Aragón)

Billy Wong en 1967

bong_wai_wong.txt · Última modificación: 2021/04/28 14:06 por paco