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PLAZA DE TOROS DE CASTELLÓN

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Jueves, 15 de marzo de 2012

Corrida de toros

FICHA TÉCNICA DEL FESTEJO

Ganadería: Toros de José Luis Marca (regularmente presentados, nobles, escasos de fuerzas, algunos fueron inválidos para la lidia).

Diestros:

El Cid: silencio y oreja.

El Fandi: silencio y ovación.

Abel Valls: aplusos y ovación.

Tiempo: tarde soleada pero fría.

Entrada: tres cuartos de plaza.

Crónicas de la prensa: EFE, COPE.

EFE

Por Juan Miguel Núñez. Corrida para olvidar

Una pesadilla de corrida, sobre todo en su primera parte. Por la birriosa presentación y contenido de los toros, y de paso la desconcertante actitud de la terna.

El animal que abrió plaza no se mantenía en pie. Sin aliento para seguir los engaños. Ni media arrancada. “El Cid” porfió en las cercanías, pero sin llegar a proyecto de faena. El descontento en el tendido se exteriorizó con palmas de tango. No hubiera necesitado espada “El Cid” en esta ocasión, aunque terminaría cogiéndola por guardar las formas.

El cuarto, toro muy noble y con más entidad que el resto, al menos tuvo brío para un par de tandas en la muleta. “El Cid” lo toreó por naturales con cierta enjundia. Pero fue un suspiro. Le dieron una oreja que suena a broma.

Pantomima de faena también la primera del “Fandi”, en el que montó su particular lío hasta que el toro se lo permitió, entiéndase, largas cambiadas con el capote, lances a la verónica más o menos vistosos y las consabidas carreras en banderillas.

El toro se movió algo en la muleta antes de pegarse un costalazo que fue definitivo. A partir de ahí la labor del granadino fue de enfermería.

En el quinto, otro medio toro, idéntico guión. “El Fandi” dio pases y pases, pero en realidad las series no pasaron de dos y el de pecho. Y los muletazos de aquella manera: despegado, rápido y sin estética alguna. Saludó no obstante una excéntrica ovación.

Poquito toro y también en estado preagónico, el primero de Valls. Se entiende que esta corrida venía a ser una oportunidad para él. Pero menuda, estrellándole contra lo imposible. El “novillo” no podía con el rabo, por lo que en cada proyecto de pase no le pudo bajar la mano. Aquí hubo menos protestas del tendido por respeto al torero, al fin y al cabo de la casa.

El sexto se astilló al meter la cara en el suelo y hacer palanca, y terminó de partirse el pitón al estrellarse contra las tablas, todo eso en el primer tercio.

El animalito se defendió mucho en la muleta, y aunque Valls se afanó mucho en la faena, se sucedieron sobre todo enganchones. Aunque lo que más hubo fueron pases muy espaciados. Aquello, lógicamente, no fue a ninguna parte. Como la tarde en si.


Imagen: El Cid con la muleta |efe


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Imagen: El Cid da la vuelta al ruedo en Castellón | cope

COPE

Por Tico. Una corrida Marca El Pato

Desde que los carteles de la Magdalena 2012 vieron la luz nadie se explicaba el porqué de esta corrida. La composición de la terna era un despropósito dado que en este festejo y en el siguiente es donde teóricamente debían acartelarse las figuras. Y de la ganadería, mejor no hablar. Por estas tierras, cuando un producto es de dudosa procedencia se dice que es marca El Pato. Así han salido los toros de don José Luis Marca, valga la redundancia por el juego de palabras. Alguien, interesadamente, corrió el rumor que la corrida venía irreprochablemente presentada y de eso nada. Luego está lo del juego, que fue deplorable. Salvo el cuarto, los animalitos se afanaron por rendir pleitesía a no se sabe quién y doblar las rodillas como si estuviesen en misa.

Fueron muy píos ellos pero no expiaron sus culpas, la falta de fuerzas mayormente. Un motivo más para que el personal deserte en masa de los tendidos.

El ambiente de la plaza anda enrarecido, como triste, mortecino, falto de alegría, fiel reflejo de lo que es la sociedad castellonense en la actualidad por aquello del paro y la situación económica. A alguien, con intereses espurios, no le hace ninguna gracia que se cuente la verdad y le ha dado un par de toques a Eloy García, amigo y compañero de la información que publica sus crónicas en El Mundo de Castellón. Ahora tendrán trabajo por duplicado porque la realidad, pese a quien pese, no se puede acallar.

El Cid ha dado los únicos muletazos en el cuarto. Tres o cuatro naturales con temple y ritmo que recordaron esplendores pasados del sevillano. Luego exprimió a Achacoso, el menos malo del sexteto, citando en la corta distancia para prolongar una embestida mortecina pero de ilimitada nobleza. El primero no le dio ninguna opción y tiró por la calle de en medio porque lo más triste es aburrir.

Ni El Fandi pudo dar fiesta aunque por él no quedó. A Azucarero le largó un farol de rodillas como saludo y luego se entregó por chicuelinas. Cumplió en el tercio de banderillas que acabó con un par al violín. Los tercios de banderillas sin par al violín son como una boda sin tarta y debieran estar prohibidos por ley. Por eso el granadino repitió suerte en el quinto. Las dos faenas solo lo fueron en teoría porque no puede haberlas si delante no hay un toro que se mantenga en pie y se mueva. En caso de empecinarse el coletudo cabe llamar a la práctica toreo de salón. El gozo de los enfandilados en un pozo. Con la de ramos de flores que trajeron…

Abel Valls entró en la feria de rebote, en el último minuto y porque otros diestros pedían un dinero que la empresa se negó a pagar. En honor a lo realizado el año anterior no merecía la repetición, pero es de casa y, venga, sea. Los dos toruchos que sorteó no le dieron ninguna opción y su futuro en la profesión se antoja imposible. Su primer trasteo se lo brindó a Diego Lleonart, que anda recuperándose de una enfermedad, y con quien mantuvo una enconada rivalidad de novillero. Se le valora el gesto. Después manejó la muleta por las nubes para intentar que Escudero no se derrumbara, dio circulares y bernadinas y acabó por aburrir. Al sexto le enjaretó dos cambiados por la espalda pero faltó emoción y le enganchó demasiado los engaños. En este punto el personal ya andaba a lo suyo y no echaba cuenta de lo que en el ruedo sucedía. Una pena.

Pero no te olvides de la suerte de varas

La intervención de los picadores no pasó de mero formalismo y se dedicaron a hacer ver que hacían, a simular, en lugar de cumplir con su misión. El primero y el cuarto señalaron y los animales flojearon; el segundo posó la vara trasera sin apenas rasgar la piel; el tercero recetó un picotazo como de abeja y el de Marca dio con sus huesos en el suelo; el quinto toro se repuchó, pegó un arreoncito y se fue suelto sin apenas sangrar y el lomo del último no notó el impacto de la puya. En resumen, sangre ni para un análisis rutinario.

Castellón Temporada 2012.

castellon_150312.txt · Última modificación: 2020/03/26 12:16 (editor externo)