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CURRO ROMERO. NOTICIAS

Año 20 d.C. (después de Curro): «Veo los toros ahora y me digo: ¿eso lo he toreado yo?». ABC, 25/10/2020. Por Alberto García Reyes. Fotografía de José Escudier. «He estado pensando que ya no toreo más». Fue en La Algaba. Plaza de tercera. Curro atendió a Fernando Fernández Román por teléfono para el programa «Clarín». Sanseacabó. No se lo había dicho a nadie. Ni a Carmen. Sólo a sí mismo. Sus vestidos de torear estaban colgados aquel 22 de octubre del cambio de milenio en un ropero que organizaba Gonzalito, su mozo de espadas, su hermano. Allí se quedaron para siempre. Su toreo, no. Su toreo sigue vivo en la plaza desde aquella tarde antigua del 54 en la Pañoleta.

Su madre, Andrea López, volvía de Sevilla a Camas en el regular con sus niñas. La menor, Buendía, vio el cartel en una tapia:

—¡Maíta, ahí pone

Curro Romero!

Andrea dio un jipío.

—Ay, Dios mío, mi Curro.

Las tres se abrazaron y estuvieron tres días llorando. Terna para el cartel del tormento. María lo recuerda con ese gesto raro que mezcla el orgullo con la angustia:

—Mi madre no quería eso para él, aquello le quitó la alegría.

Andrea nunca vio torear a su hijo ni en vídeo. La única relación que esa mujer tuvo con el toreo fue, si acaso, la plancha. Nadie salió a una plaza jamás mejor planchado que Curro. Pero todo el toreo del Faraón ha sido un homenaje a su madre.

–Vivíamos con lo justito, pero éramos ricos. Mi infancia fue muy feliz porque nunca vimos a nuestros padres dar una voz más alta que otra, yo se lo debo todo a ellos.

Curro se hizo vegetariano durante varios años sólo por acompañar a su madre, que tenía un problema de salud que le obligaba a comer nada más que verduras.

–Cuando todo esto se acabe cogeré un camino, me sentaré en la piedra que cubre a mi madre y ahí terminará mi vida, justo donde empezó.

Romero siempre habla de ella con un charco en la retina. Llora poco, pero profundo. Curro llora como torea. Le llora la memoria, que siempre lo lleva hasta la Calle del Ángel, donde conoció la luz. ¿Puede ser esto casualidad? El Faraón nació en la Calle del Ángel. «Qué aje», se dice por lo bajini cada vez que lo recuerda. En un establo de gallinas. Dormía en un jergón con su hermana. Cuántas trifulcas por un hueco.

—Nos peleábamos mucho porque Curro cogía todo el sitio y con el culo me echaba del colchón.

Buendía le llevaba la comida a Gambogaz, lo de Queipo de Llano, cuando estaba cuidando los cochinos. Luego pastoreó ovejas y vacas. Las primeras vacas. Aquella soledad primera ha sido su vida.

—Es enorme la soledad que tiene un torero, que estás tú y él, él y tú, los dos solos. No quieres ni que nadie salga a la boca del burladero. ¡Dejadme solo!

Curro se defiende del tiempo con el cuerpo. Su forma de acercarse a aquella niñez consiste en mantenerse en forma. Le duelen los pies, ahora lleva un bastón y ha dejado de teñirse el pelo.

—Empecé a ponerme el tinte porque uno me gritó desde el tendido: «¡viejo!». Yo podía soportar que me dijeran de todo aquellas tardes en las que las cosas no se daban, menos viejo.

Con la cabeza nevada se ve más morena todavía su piel. Esa tez aceitunada. Como la de los gitanos.

—Yo no lo soy, pero hace trescientos o cuatrocientos años tuve que serlo.

Su abuela era anticuaria. Ella fue la que le consiguió un trabajo en la botica que regentaba un cliente suyo. Lo recuerda como si fuera ayer mismo porque tiene la ilusión intacta. Para mantenerse enhiesto y poder refugiarse en la soledad es imprescindible no necesitar ayuda. Curro ha seguido el consejo de Pepe Luis. Se ha comprado unos pedales y todos los días, mientras ve partidos de tenis en la tele o la Giralda desde la ventana, se lleva dos o tres horas dale que te pego desde el sofá. Tiene las piernas duras. Y la fuerza de voluntad como la de cuando era niño. Ha vencido un cáncer con mil fatigas que para él se quedan. El dolor le resulta natural. Sabe tratarlo. Sabe salir de su cara andando sereno en busca de aquellos momentitos. «Todo el mundo tiene mucha prisa. Estás con alguien hablando y no se está enterando porque está pensando que se tiene que ir»

—Después de esa soledad tan enorme, había gente que se acercaba y me decía: «Me has hecho llorar». Cagondié, se me remueve todo el cuerpo.

Lo único que ha pasado rápido para él es la memoria. La vida. Todo lo demás lo siente despacio. Por eso le cuesta entender la forma de vivir contemporánea.

—El problema es el mismo para el toreo y para España: ahora no se para nadie para nada, todo el mundo tiene mucha prisa. Estás con alguien hablando y está mirando el reloj. No se está enterando de lo que le estás diciendo porque está pensando que se tiene que ir.

Esa es la diferencia entre Curro y el resto. En eso consiste su leyenda. Él se fue sin pensarlo. Como su madre le planchaba los vestidos. Como él se salía de su cuerpo cuando el toro consagraba su obra bailando en la cadencia de su muleta, que es lo único de lo que se acuerda. Ni las siete puertas grandes de Madrid, ni las cinco del Príncipe en Sevilla, ni las orejas, ni los vestidos que llevaba, ni los premios. Nada.

—Yo todas esas cosas las he olvidado. Pero los momentos en los que pude sentir esa cosa extraña con un toro no los olvidaré nunca. Es una sensación muy grande, como si no pisaras el suelo, como un escalofrío que va de abajo a arriba… Yo he toreado sólo por encontrar esos momentos, nada más. «Los momentos en los que pude sentir esa cosa extraña con un toro no los olvidaré nunca»

Su madre, que lo entendía mejor que nadie, respetó su decisión sólo por eso. Nunca lo despertó para ir a los tentaderos. Curro es dormilón. Se quedaba siempre cuajado y luego se pasaba dos días sin hablarle. Pero Andrea comprendía esa necesidad espiritual de su hijo que no tenía relación con el triunfo ni la gloria, sino con la trascendencia. Con el arte.

—El instinto de conservación es lo más sagrado del ser humano, pero en esos momentos que gracias a Dios sólo se dan de cuando en cuando, porque si se dieran con mucha frecuencia no valdrían nada, te olvidas hasta del instinto más natural y todo es exposición. No hay miedo, le ofreces al toro lo más valioso que tienes, que es la vida.

Curro habla de sus cosas más hondas en la mesa. Es un hombre de cuchara.

—Estas manitas de cerdo están «exagerás»…

Abre la plaza siempre con una copa de oloroso mezclado con solera. Rara es la vez que en ese rito no se acuerda de alguien de su estirpe. Entorna la mirada para pensar lejos. Para traerse al mantel todo lo que fue de chiquillo. Sus reflexiones más graves esperan detrás de silencios abisales. Y la sentencia aparece vestida de anécdota, como si no tuviera importancia.

—Una vez estaba a gusto con un toro y empezó uno en el público: «ole, ole, ole». Decía los oles tan seguidos que parecía que se iba a ahogar. Entonces me paré y me pregunté: «Dios mío, ¿tan rápido estoy toreando yo?»

En realidad, él está todavía en el cartel de la Pañoleta. Allí, en la juventud que aún brilla en su piel, está detenido su toreo. Como le dijo Picoco a uno que le preguntó en Jerez en la puerta de la plaza una hora después de la corrida. «¿Buscáis a Curro? Está todavía ahí en el ruedo terminando un muletazo» Una media verónica suya no tiene fin. Porque en el Faraón se da una paradoja sublime: sus faenas eran cortas, sus pases infinitos. Este es uno de sus grandes salmos. La lentitud no está reñida con la brevedad. «Le compré una casa a toda mi familia con una habitación para cada uno y ahí se acabaron todas mis aspiraciones. Ya no volví a torear más sólo por dinero»

—Los toreros de hoy, los pobres, tienen que luchar con ese toro que se para. Ellos quieren triunfar y se llevan ahí de tiempo… Venga y venga y venga. Tendría que haber una persona en el callejón que les diga: «¡Entra ya a matar!».

A Curro tampoco le sobra nada hablando. Si no tiene nada que decir, se pega horas callado. Pensando.

—Yo me quité de hacer natación cuando estaba en Marbella porque no se puede nadar y pensar a la vez.

Su senequismo viene del colchón de foñisco en el que dormía con su hermana. De las fatigas. De lo que aprendió de sus padres.

—Eran dos fenómenos porque no nos han dejado nada más que buenas formas siendo dos personas que no sabían leer ni escribir, pero tenían una educación selecta, de verdad, auténtica. Por eso les dije cuando tomé la alternativa: «Ya no trabajáis más».

Se le quiebra la voz. Pero ahí está toda la razón de ser de su toreo, de su condición de artista, de su mito.

—Le compré una casa a toda mi familia con una habitación para cada uno y dejamos de dormir todos juntos. Ahí se acabaron todas mis aspiraciones. Ya no volví a torear más sólo por dinero. Descubrí que mi felicidad era el toreo no por la situación económica, sino por ver a la gente gozar viéndome torear. «Nunca me traicioné, no creo en la mentira. Prefería una bronca a hacer cosas que no sentía. Si yo engañase a la gente, no me quedaría dormido luego»

Cuando las cosas se hacen para uno mismo, todo tiene un sentido verdadero. Esa es la definición de la pureza. Si le preguntas por qué nunca daba dos medias verónicas seguidas, él lo motiva por derecho: «¿Tú has visto a alguien que se despida dos veces del mismo?». En Curro todo es tan sencillo que es imposible.

–El toreo es hasta donde te dé la mano, de cadera a cadera.

¿Y hasta dónde da la mano?

—Hasta donde tú sueñes.

Fácil. No se trata de pelear. El toreo es amor. Curro le dio la alternativa a Cristina Sánchez en Nimes y al entregarle los avíos le dijo una sola frase: «El toreo es acariciar y eso las mujeres lo hacéis mejor». Esto consiste en querer al toro tanto como a uno mismo, en pretender antes la gloria del animal que la propia.

—A mí me da pena incluso que a ese toro le corten las orejas y lo mutilen después de muerto. ¡Guardadlo con sus orejitas para adentro! ¿Yo para qué quiero esas orejas?

Curro prefiere el rabo, pero en el plato. Bien guisado. Con tiempo. «Lo más difícil del mundo es comer despacio cuando se tiene hambre». Le gusta comer tanto como a Vicente Picoco, su viejo amigo, que «desgastaba dos cucharas al año». Pero no le gustan nada los elogios.

—Prefiero una bronca a hacer cosas que no siento. No creo en la mentira. Con los toros de hoy, yo no habría sido torero. Cuando los veo, digo: «A este hace ya cinco minutos que me lo he quitado del medio». Si yo engañase a la gente, no me quedaría dormido luego. «Cuando yo toreaba, no me acordaba de nadie. Ni de mis padres, ni de mis hijas, de nadie. Pero desde que conocí a Carmen (Tello) sólo toreaba para ella»

Carmen Tello lo resume en redondo: «No he conocido a nadie tan puro como él». Curro le hizo una declaración de amor en público durante la recogida de un premio que ningún actor de cine ha superado.

—Cuando yo toreaba, no me acordaba de nadie, ni de mi padre, ni de mi madre, ni de mis hijas, de nadie. Sin embargo, desde que conocí a Carmen sólo toreaba para ella. ¿Qué tendrá el amor que puede con todo?

De sus hijas se acuerda cada segundo. Concha y Coral. Ellas están siempre en el cielo de su boca. Las protege con el silencio. Las tiene cosidas a la carne más que la peor de sus cornadas. La de Almería, la de Aranjuez…

—Cuando más he llorado en mi vida fue con Coral y luego cuando perdí a Camarón.

Con José podía pasarse días sin que se cruzaran media palabra. Eran amigos a muerte. Tanto como aquellos niños de su calle, el Chiquito y el Marqueño, con los que se turnaba la muleta para torear de salón. Una semana cada uno. Con Camarón se turnaba el duende.

—Una noche cantó en el Morapio una seguiriya y cuando nos miramos estábamos todos llorando, con las camisas «partías», dándonos abrazos… ¿Eso cómo se explica?

No es artista sólo el que crea una obra propia. También lo es quien la entiende. Curro y José se entendían. Rafael de Paula lo resumió una noche después de presentar un libro de su hijo Jesús en Sevilla. Cenando tranquilamente, el gitano de Jerez montó una muleta con la servilleta y el cuchillo y se puso a explicar la verdad del toreo dejando a medias la tarta de galleta. «Esto es por aquí, esto es por allí». Curro lo miraba sereno y asentía. Y entonces Rafael sentenció:

—Por eso en la historia ha habido muchos matadores con gracia torera, pero artistas,artistas de verdad, sólo ha habido tres: Cagancho, este señor (la mano sobre el hombro del Faraón) y mi menda lerenda.

Una vez le presentaron a Romero en Jerez a un cantaor bohemio, Luis de la Pica. Gitano de barbas espesas y alpargatas. La voz corta, las noches largas. Al darle la mano, Luis le dijo al maestro: «Que conste que yo soy de Paula». La respuesta de Curro es su santo y seña, la definición más certera de su grandeza:

—Y yo también, Luis, y yo también.

Ese es el motivo por el que Curro Romero sigue estando en activo veinte años después de aquel anuncio inesperado en la radio. Rafael González-Serna dio con el secreto. «No hace falta haberlo visto en la plaza, yo he visto torear a Curro por los ojos de mi padre». El Faraón está en los ojos de la memoria. No se ha ido nunca porque los artistas no tienen un tiempo concreto.

—¿Hay algún pintor o escritor que diga «me voy a retirar ya»?

Él nunca ha querido ser responsable de su leyenda. Se encoge de hombros. Una vez llegó al Corpus nazarí harto de almohadillas. Bronca en todas las plazas. Todo el mundo estaba esperando a José Julio Granada, que ese año estaba en boga. Y a Curro le salió su torito. La lio. El apoderado de José Julio era Enrique Bernedo «Bojilla», viejo taurino de la cuerda del maestro, que se estaba retorciendo de la rabia en el callejón.

—¿Aquí has venido a despertar, Curro mío?

El Faraón se limitó a su susurrar mientras el tendido se venía abajo:

—Y yo qué culpa tengo, Bojilla…

El currismo es más que una filosofía artística. Es una religión, como llegó a poner el juez Santiago Romero de Bustillo en una sentencia, porque no hace falta haber visto al profeta para creer en él. Por eso acaba de cumplirse el año 20 d.C. (después de Curro) y el templo de su toreo sigue intacto. Romero no se fue en La Algaba después de aquel festival para los niños con cáncer de Andex. No se ha ido nunca. No se irá.

—Ahora veo las corridas y digo: «¿Yo he sido torero, Dios mío?» Casi ni me lo creo. Veo los toros y me digo: «¿Eso lo he toreado yo?».

Pero sigue teniendo la condición de artista ilesa, casi virginal.

—Han pasado veinte años ya y todavía tengo una cosa dentro que me ha dado Dios y que me permite seguir sintiendo aquellas cosas. No lo sé explicar y tampoco creo que merezca la pena.

Mientras reflexiona estas cosas en la sobremesa, un chiquillo de la generación que tutea, más o menos de la edad que él tenía cuando se turnaba la muleta con los novilleritos de su Calle del Ángel sin que su madre se enterara, se acerca nervioso:

—Maestro, ¿podría hacerme una foto con usted?

Curro asiente y le pregunta:

—¿Tú toreas?

Sabe que en los valores del toreo, la lentitud, la verdad, la lealtad, el respeto y la pureza, está el futuro que él aprendió en un colchón de foñisco. Sus canas, tan luminosas como las de Andrea, la mujer que lo parió, no son tiempo pasado. Son el porvenir.

Su vida contada en primera persona ante las cámaras

Curro Romero tiene hechos dos testamentos artísticos. El primero en la literatura. Lo firmó Antonio Burgos, su biógrafo, en un libro que recoge todo el duende del Faraón de forma emocionante desde la primera a la última palabra. «Curro Romero, la esencia» es una obra maestra de la literatura taurina porque no sólo aborda una época del toreo, sino un concepto único.

El segundo legado será videográfico. Curro Romero ha rodado una película y una serie documental para las grandes plataformas en las que, además de narrar todos los hitos de su vida, reflexiona en profundidad acerca de todas sus inquietudes filosóficas: el arte, el miedo, la vida, la muerte, el tiempo, el amor… Curro Sánchez, hijo de Paco de Lucía, dirige la película, mientras que José Escudier, autor de la serie sobre Camarón, está al frente del documental. El próximo año vera la luz todo. Aviso. Su testimonio es un tesoro.

Curro Romero vende su casa de Sevilla, valorada en cerca de dos millones de euros. Abc, 11/07/2015. Cuando hace dieciséis años el diestro Curro Romero se instaló en su casa de Bellasombra, comenzaba un nuevo proyecto de vida junto a la mujer con la que, dos años más tarde, contraería matrimonio precisamente en el salón principal de esa residencia. Carmen Tello fue la que se encargó de encontrar y decorar la casa que ha sido el hogar conyugal y donde también vivieron tres de los cuatro hijos (el mayor ya estaba estudiando fuera) que Tello tuvo durante su matrimonio con el marqués de la Motilla.

A siete kilómetros de Sevilla, en la zona de Aljarefe, para disfrutar de la tranquilidad tan necesaria en la vida de quien ha sido bautizado como el Faraón de Camas, Bellasombra era el refugio del maestro y el hogar que Carmen siempre ha cuidado hasta el mínimo detalle y donde tantas reuniones de amigos y familiares han celebrado.

Sobre una parcela de 13.000 hectáreas está la vivienda, que recuerda a las casas de campo inglesas del siglo XVIII. Se trata de una propiedad de 700 metros cuadrados divididos en dos plantas entre las que destaca el salón azul, el color favorito de Carmen, o el comedor estilo XVIII en amarillo, con un espacio también dedicado a los trajes del torero y un recibidor con dos butacas francesas y espejos venecianos que dan la bienvenida al visitante que se acerca a la propiedad.

Lo que más destaca de esta residencia es la alegría que se respira en su interior gracias a la increíble luz que entra por los ventanales. Los jardines son también de estilo inglés con palmeras traídas de Egipto, junto a piedra de antiguas casas andaluzas y columnas de mármol ademas de un porche muy confortable desde donde se tienen unas vistas privilegiadas. El torero adquirió esta vivienda tras vender la finca que tenía en Ojén al cantante Julio Iglesias. Con esos ingresos se hizo la que iba a ser la casa de sus sueños y donde ha sido muy feliz junto con Carmen y los familiares e íntimos amigos que suelen visitarles.

Sin duda Curro y Carmen han sido muy dichosos en este lugar tan especial, pero desde hace algo más de dos años decidieron que era el momento de volver a Sevilla y apostar por una vida más práctica y cómoda, como corresponde a un matrimonio en el que ya no hay hijos y siente que la casa se queda grande. Por eso han buscado un piso que se ajuste a sus necesidades y que está cerca de la zona donde viven los hijos de Tello, en Vega del Rey, ya que su deseo es tenerlos al lado y poder disfrutar de los nietos, cuatro ya, que son hoy la mayor alegría de Carmen.

Como cualquier abuela, Tello disfruta enormemente con los pequeños y por eso quieren mudarse a una propiedad más practica y fácil de mantener, consciente de que ya han pasado un ciclo y ahora toca evitar complicaciones y hacer las cosas de modo mas sencillo. A fin de cuentas Curro lleva muchos años sin torear y los gastos de esa residencia lógicamente han ido a más, motivo por el que el matrimonio hace ya más de dos años entendió que era el momento de dar un giro a su estilo de vida y adaptarse a sus nuevas necesidades.

Valorada en cerca de dos millones de euros, Bellasombra se encuentra en una de las zonas más discretas y tranquilas de Sevilla, donde también poseen casa otras personalidades muy conocidas de la ciudad y es que la paz que se respira y las vistas al campo son sin duda uno de sus mayores alicientes. Independientemente de cuando se venda, lo que Curro y Carmen ya tienen claro es que este invierno lo pasarán en el piso que ya están arreglando en Vega del Rey, donde disponen de algo más de 200 metros cuadrados, suficientes para los dos y con la ventaja de tener a la familia al lado y donde comenzarán una nueva etapa de su vida.

Todo esto explica el hecho de que los próximos meses serán de mucha actividad y ajetreo, especialmente para Carmen Tello, quien dirigirá la mudanza y las reformas que necesite su nueva vivienda. Además en breve va a comenzar una nueva actividad profesional en la organización de eventos.La mujer de Curro, y la gran amiga de la fallecida duquesa de Alba, tiene fama de ser de las personas que mejor recibe en su casa. Precisamente este es el primer verano sin Doña Cayetana, cicunstancia que la llena de dolor y nostalgia. Lógicamente, habrá que elegir qué mobiliario se va al piso nuevo y cómo se reparte todo lo que por una cuestión de espacio ya no podrá decorar su nuevo hogar. Es el momento de las decisiones y de los cambios. Y en eso están. Foto de EFE, arriba: Curro con su hija Concha y su nieto Oliver en el jardín de la casa.


1ª parte entrevista Curro Tenido Cero, 06/12/14: http://www.rtve.es/drmn/embed/video/2893535

2ª parte entrevista Curro Tendido Cero: http://www.rtve.es/drmn/embed/video/2905909

El Senado se rinde a Curro Romero y Antonio Briones. El Mundo, 11/02/2014. El 'Faraón de Camas' derrama su pureza y su esencia en el Senado en la entrega de los VII Premios de la Asociación Taurina Parlamentaria. La Federación de Entidades Taurinas de Cataluña y Eurotoro también fueron premiados

Genio, figura, torero grande entre los grandes. Curro Romero. Siempre Curro. Desde que salió al estrado del Senado y se abrió de capa comenzó un recital de torería. Grande Curro, torero de Camas. De Sevilla y Madrid. “Ojalá Dios me hubiera dado el don de la palabra”, sentenció el Faraón, tras pegarle un lance a uno de sus predecesores en el uso de la palabra que había asegurado que Curro nunca saltaba la valla: “La valla no la saltaba pero ya quisiera yo hacer lo mismo con el micrófono. No soy de traerme partituras a estos sitios, no soy capaz”, aseguró con una inigualable esencia.

“Mi mayor premio a lo largo de mi trayectoria ha sido la afición, esa que me tiraba almohadillas pero que luego siempre me estaba esperando y apoyando. Mi carrera ha sido larga pero tuve la fortuna de nacer con suerte y cualidades para torear. Soy un hombre con Estrella”, admitió Curro, sin prisas. Claro, diáfano, verdadero, cargando la suerte. “Sevilla y Madrid me parieron torero”, detalló; “Dos plazas y dos aficiones únicas. Tan distintas. Tan parecidas. Como seas capaz de mostrar tus cualidades en esas plazas ellas te dan el pasaporte para caminar por libre en el toreo”, enfatizó para rubricar la tanda. En pie el Senado. Los más de 200 invitados prorrumpieron en una ovación cuando Curro concluyó: “¡Viva Sevilla y viva Madrid, Viva Madrid y viva Sevilla. Eternamente agradecido”. ¡Olé!.

Para entonces todo lo anterior había quedado empequeñecido. Curro fue el triunfador. Amo, dueño y señor. Grande Curro. Lo anterior fue el reconocimiento a la Federación de Entidades Taurinas de Cataluña como impulsores de la ILP aprobada el pasado mes de noviembre. “No es un premio nuestro, este galardón corresponde a las 600. 000 personas que firmaron”, dijo Luis María Gibert a través de una misiva leída por su hijo. “Estamos esperando el fallo del Tribunal Constitucional para regresen los toros a Cataluña”, subrayó.

Antonio Briones recogió el premio por su labor a favor de la cultura taurina a través de la Biblioteca de su propiedad. La más completa y documentada que existe sobre la fiesta de los toros. “Soy un juntalibros”, dijo Briones, quien tuvo palabras de afecto para José María Sotomayor e hizo público su intención de no poner “jamás” en el mercado su biblioteca “ni junta ni por separado”, admitió. “Es un todo para aquellos que la precisen como fondo de consulta o documental”, reveló.

La revista digital Eurotoro recibió el galardón por su trabajo en favor de la tauromaquia. Su director y propietario Miguel Ángel Martín agradeció el detalle, se acordó de todo su equipo, de sus amigos y no dudó en mostrar su satisfacción: “Este es el premio que más ilusión me ha hecho en la vida”. Y se acordó de dedicar el premio: “A Vicente Zabala, mi hermano taurino al que el destino me arrebató”.

El acto tuvo lugar en el Salón de los Pasos Perdidos del Senado. Hubo presencia notable de diputados, senadores y taurinos de la talla de Juan Antonio Ruiz 'Espartaco', José Luís Lozano o Eduardo Dávila Miura. Se encargó de clausurar la cita el presidente del Senado, Pio García Escudero: “Espero que dentro de un año nos volvamos a encontrar de nuevo aquí. En el Senado, sede de la Soberanía Nacional y por tanto de todos los españoles y todos los taurinos”.

Curro Romero recoge el IV Premio Taurino Ciudad Roquetas de Mar. ABC, 25/01/2014. Curro Romero recibió el IV Premio Taurino Ciudad de Roquetas de Mar en un emotivo homenaje al que acudieron más de 150 aficionados. El Faraón de Camas dijo «no encontrar palabras para agradecer este precioso acto; cuántas palabras bonitas se han dicho de mí, con la presencia de todos ustedes acompañándome; como saben yo todo lo hago de forma sincera, tanto cuando toreaba como ahora, y les tengo que decir que esta noche está siendo de las más sentidas». El acto contó con la presencia de su amigo Javier Arenas; el alcalde de Roquetas de Mar, Gabriel Amat; la delegada del Gobierno en Andalucía, María del Carmen Crespo; el subdelegado del Gobierno en Almería, Andrés García Lorca, y el alcalde de la capital almeriense, Luis Rogelio Rodríguez Comendador, entre otras personalidades. La Teniente Alcalde de la localidad, Eloísa Cabrera, fue la encargada de leer la aprobación oficial de Junta Local de Gobierno de forma previa a la entrega del galardón al maestro. Gabriel Amat explicó que «este IV Premio Taurino es muy especial para nosotros, ya que el currismo es un sentimiento y un modelo de vida, por lo que además de configurarse como el premio merecido a una de las figuras más grandes del toreo, sirve a su vez para seguir acrecentando el prestigio de un galardón que nació con el objeto de ensalzar a personalidades e instituciones que en su trayectoria hayan contribuido a engrandecer y universalizar la Tauromaquia, como indudablemente es en este caso».

Una boda muy taurina, la del hijo mayor de Carmen Tello. Portal taurino, 05/05/13. En la Iglesia del Salvador de Sevilla, muy cerca del palacio que habitan los Motilla y Valencina, se casó este primer sábado de mayo el primogénito de la familia, Fernando Solís Tello, ya marqués de Valencina, hijo del actual marqués de la Motilla Miguel Solís, y de Carmen Tello, actual esposa de Curro Romero. El maestro de Camas fue testigo del enlace por parte del novio, pues su mujer, lógicamente, fue la madrina de su hijo. La celebración tuvo la notable ausencia de Cayetana. la duquesa de Alba, aunque sí fue su marido, y la presencia de numerosos famosos y toreros como Miguel Báez Espuny “Litri” o Espartaco.


La finca que Curro Romero vendió a Julio Iglesias devastada por el incendio. Sur, 05/09/12. La revista Hola dedica su portada de este miércoles a la tragedia que ha asolado estos días a la familia Iglesias, cuya finca en Ojén ha quedado afectada por el incendio de la Costa del Sol. Tras ser pasto de las llamas, el cantante y su mujer Miranda muestran en exclusiva cómo ha quedado su mansión tras la destrucción a través de una amplia entrevista. “Miranda y los niños recibieron la noticia con muchas lágrimas; es normal, es su casa”, confiesa.

Y es que como publicó SUR, la finca 'Cinco Lunas' que el cantante Julio Iglesias tiene ubicada en el zona de La Mairena, en el término municipal de Ojén, resultó devastada por el fuego. Y es que aunque la vivienda se salvó y no sufrió daños, las llamas calcinaron todo el entorno, que ya se vio afectado por otro incendio durante el pasado año 2011. Valorada en unos 15 millones de euros, la finca contaba con gran cantidad de árboles traídos expresamente de distintas partes del mundo, una de las colecciones más queridas por el cantante, quien además ha perdido una mascota, según la organización Triple A de Marbella.


Curro Romero rehúsa conocer a Carlos de Inglaterra; por Jesús Mariñas. La Razón, 25/05/2012. Desiste, y no por solidaridad con el caso Gibraltar, que nos lleva de cabeza desde el leonino y absurdo Tratado de Utrech. Fue un pasteleo borbónico que no acabamos de digerir, más prestos anduvimos ante Francia en el 2 de mayo. Aparte de consideraciones históricas, casi histéricas, Manuel Colonques monta su tradicional safari para rendir pleitesía a Carlos de Inglaterra y a la inefable Camila, protagonista de la más hermosa historia de amor de este siglo. Dejan en mantillas a Romeo y Julieta o a Abelardo y Eloísa. El Príncipe Carlos se dispone a recibir al empresario de Castellón y a su «troupe», ahora encabezada por «la prima Tana», más conocida por Duquesa de Alba, quien ya forma parte de la variopinta expedición, que lo mismo reúne a una Isabel Sartorius venida a menos, que al conde de Salvatierra, aunque no sabe si esta vez los acompañará entregado a la administración de las posesiones familiares más que a rehacer lo suyo con Genoveva Casanova, que no desaprovecha la oportunidad de convocarle en Las Arroyuelas con el lógico pretexto de que vea a sus hijos. Escama semejante reiteración, aunque recientemente me dijo que «ni loca volvería» con él. El 4 de junio empiezan el viaje después de la consabida audiencia, con cena incluida, tras el importante donativo del industrial que «decora nuestros sueños», siempre potenciados por Isabel Preysler y su prole multiracial.

Como agradecimiento de Colonques al óptimo comportamiento y entrega de Carmen Tello y el gran Curro a su hija durante la pasada feria, Colonques invitó al matrimonio Romero, que enseguida declinó. Carmen tiene compromisos menos sociales. Son de nivel espiritual y familiar, porque el viaje coincide con los actos píos de homenaje a El Cachorro, donde su padre es Hermano Mayor. También asistirá al bautizo de su segunda nieta. Invitada por Nuria González, no falta Nieves Álvarez. Prepara su debut en el programa sobre moda que Jesús Mari Montes guiará en La Primera. Tendrá que darle cuerda para aportarle movilidad, aunque el navarro se extenúa al defender a la maniquí, que nunca fue «la primerísima». Con Saint Laurent desfilaba con el pelotón. La vi varias veces cuando Laetitia Casta era el estrellón de sus colecciones en París. Eran tiempos en que la Alta Costura y sus desfiles resultaban un acontecimiento internacional con las colecciones de Rabanne, Givenchy, Óscar «pour Balmain», propiedad de los Puig perfumeros, Ferré, Lacroix, Valentino y otros caídos en el campo de batalla.

Curro y Carmen lamentan no poder ir con la «troupe» de Porcelanosa, especialmente porque cenar con el Príncipe Carlos y Camila es tener a mano las mejores páginas del «cuore» internacional. Aunque el torero no disimula lo mal que lo hubiese pasado ante semejante trance cortesano por aquello de tener que vestir esmoquin.


«Mi carrera se me ha hecho muy corta». La Razón, 15/12/2011. «Siempre he comparado el toreo con la música clásica, pienso que hubo un Beethoven llamado Antonio Ordóñez y un Mozart que responde al nombre de Curro Romero». Con estas palabras presentó Alfonso Ussía al diestro sevillano, que recibió el premio a la Trayectoria Ejemplar. Una carrera que se alargó «hasta casi los 67 años de edad», pero que sin embargo se le hizo «muy corta» al mito de Camas. «Fue una trayectoria dilatada, pero hoy siento que se me pasó en un suspiro, tuvieron cabida las tardes más negras y algún que otro triunfo suelto», afirmó con humildad tras agradecer el reconocimiento a Alfonso Ussía y la asistencia a Doña Elena. El «Faraón de Camas» bromeó por haber perdido la hoja de su discurso al compararlo con su labor en los ruedos: «Otra tarde más me veo obligado a improvisar, yo salía a la plaza de toros y hacía sobre la marcha lo que el toro con su mirada y su embestida me transmitía», ironizó añadiendo que ahí reside la dificultad de ser torero en que «el toro lo dispone todo y el torero se adapta a él». «Fueron más de cuarenta años como matador de toros, toda una vida, llena de anécdotas, vivencias imborrables y grandes compañeros, también hubo fracasos y, de cuando en cuando, salían bien las cosas», comentó antes de recuperar un diálogo con su amigo Emilio Romero. «Me decía que era el hombre con mayor capacidad para irritar a la gente en España, pero como yo le contestaba ‘‘mejor irritarlos que cansarlos’’, que es lo peor que puede hacer un torero», afirmó el académico de las Bellas Artes por Sevilla desde 2007.

Como tantas y tantas tardes, una vez más, la Duquesa de Alba viajó para acompañar a su torero predilecto. «El más grande que ha dado este país, es imposible quedarme con una de sus faenas, porque le he visto tantas buenas… Le he seguido por todo el mundo y hoy no podía faltar», comentó Cayetana minutos antes del acto, escoltada por el Duque de Alba, que le definió como su «gran amigo en Sevilla». «Aunque le conocí en el final de su carrera, su toreo era genial y le quiero muchísimo», concluyó.

La trayectoria de Curro Romero ha estado siempre estrechamente ligada a la de la Casa Real y, en especial, a la de Doña María de las Mercedes de Borbón y Orleans, madre del Rey. Y es que la Condesa de Barcelona se declaró siempre currista y primera partidaria del torero sevillano. Inmensa aficionada, acompañó por toda España a Romero. El testigo de su pasión por la Fiesta de los toros lo ha recogido en los últimos años su nieta la Infanta Elena, ayer madrina de excepción en la Gala de los Premios Alfonso Ussía. Su Alteza es una fija en la plaza de Las Ventas durante San Isidro, feria a la que suele acudir en más de una ocasión como este mismo año, que acudió junto a sus hijos.

curro_romero._noticias.txt · Última modificación: 2020/10/26 11:13 por Editor