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TOROS EN GALICIA

Se dan corridas de toros en Santiago de Compostela durante todo el medioevo. Así figura una corrida de doce toros el 15 de enero de 1508, se dice que para celebrar alguna conquista de los católicos Reyes. De 1531 data la primera noticia de la celebración de una corrida de toros el 25 de julio, organizada por el Ayuntamiento con el apoyo del gremio de los carniceros de la ciudad que proveían los animales y luego vendían su carne para cubrir gastos. No obstante, por la documentación se intuye que la lidia tiene un origen más antiguo. Al año siguiente consta el lugar de su celebración, la Plaza del Obradoiro, cerrada con talanqueras construidas para la ocasión. A partir de entonces se procede al adecentamiento y ampliación de la plaza, allanándose el terreno y construyéndose entre 1608 y 1610 un muro de contención, paralelo a la muralla, convirtiéndose, como ya se ha mencionado, en el recinto festivo de la ciudad.

La organización de las corridas de toros seguía corriendo por cuenta del Ayuntamiento, mientras que el resto era gestionado y financiado por el cabildo catedralicio. Curiosamente la lidia se justificaba como una herencia de “los toros que de[sde] Iria Flavia, ahora villa de Padrón, condujeron a Compostela su sagrado apostólico cuerpo”, en referencia a la leyenda jacobea de la traslatio. Los carpinteros de la ciudad construían las ya mencionadas talanqueras cerrando la plaza, aunque ahora con muchos tablados para autoridades. Por suerte, de estos cierres se conserva un dibujo de 1745, atribuido al “maestro arquitecto” Francisco das Moas, localizado por Pérez Rodríguez hace unos años en el Archivo Histórico Nacional. En él se observa como toda la plaza se cierra para el espectáculo por un coso de plan rectangular con varios palcos en la panda norte.

Mientras el pueblo se repartía entorno a las talanqueras y las autoridades sin sede en la plaza en dichos tablados, otras poderes se distribuían por los balcones del Palacio Capitular, el Palacio Arzobispal, el Hospital Real, el Colegio de San Xerome y el Palacio de Rajoy –una vez edificado-, construidos ex profeso para ello en los siglos XVII y XVIII, adornados con ricos tapices, colgaduras y paños para la ocasión. El reparto de los miradores y sus localidades se reglamentaba jurídicamente por privilegios y/o propiedad, existiendo un orden jerárquico estricto respetado rigurosamente por los beneficiados. (Texto de Miguel Taín)

La Coruña, Lugo, Orense, Pontevedra.

Plazas de toros de Galicia

galicia.txt · Última modificación: 2020/03/26 12:18 (editor externo)