Ricla, 4 de febrero de 1.898
Debut de luces: en Villavieja.
Temporada 1919: el 3 de agosto mata un novillo en la plaza de Zaragoza, alcanzando un gran éxito. En seguida cobró fama de valeroso, de hombre con gran pundonor en la plaza.
Presentación en la Monumental de Barcelona: en 1.920. Su nombre era cada vez más conocido y su cartel crecía.
Debut en Las Ventas: en 1.921, alternando con Maera y Nacional II. Su gran valentía produjo gran entusiasmo en la afición madrileña. Fue entonces cundo se le comenzó a llamar “El león de Ricla”.
Temporada 1922: el 2 de julio cuajó una gran tarde en la Santander. Este éxito le valió la organización, en la misma ciudad, de la corrida de su alternativa
Alternativa: el 10 de agosto de 1.922 en Santander. Padrino: Ignacio Sánchez Mejías. Completaron el cartel Maera y Marcial Lalanda. Toro: Tarifeño, de Surga.
Confirmación en Las Ventas: el 24 de septiembre de 1922. Padrino: Domingo González "Dominguín" y de testigo Joseíto de Málaga. Se lidiaron toros de Palha. A partir de entonces torea cada vez más y alterna en los carteles con los mejores lidiadores de la época, llevándose de muchas plazas la prueba más patente de su éxito: orejas y rabos.
Temporada 1924: el 16 de mayo, en Madrid, el toro “Rompelanzas”, de Santa Coloma, le produjo un herida gravísima en la pierna izquierda.
Temporada 1927: el 15 de Mayo, en Madrid, el toro “Doradito”, negro, de Argimiro Pérez Tabernero, le causó una gravísima cornada, que le obligaría posteriormente a retirarse de los toros, pese a su buena voluntad por seguir en la lucha. El toro lo enganchó por el costado y le infirió una terrible cornada. Fue trasladado a un sanatorio, después de haber sido intervenido, y el 25 de junio fue sometido a otra delicada operación. Luego fue trasladado al sanatorio de Busot (Alicante).
Temporada 1928: el 22 de julio, después de torear una corrida a su beneficio en Barcelona, se retiró de los ruedos.
Falleció: en Zaragoza el 4 de noviembre de 1967.
Otros datos: “Torero puramente aragonés; con una rudeza de primitivo, seco y apasionado, y sobre todo lleno de valor, cualidad que le hizo sufrir muy serios y constantes percances, y que le hubieran llevado a la muerte de no quedar impedido para el toreo en uno de ellos” (Cossío).