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PLAZA DE TOROS DE LAS VENTAS

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Miércoles, 2 de mayo de 2012

Corrida de toros

FICHA TÉCNICA DEL FESTEJO

Ganadería: Toros de Los Bayones (bien presentados y nobles). Uno, de Abilio y Ramiro Hernández (manso), y uno de José Luis Iniesta (resabiado).

El Fundi. Ovación tras aviso y palmas.

Sergio Aguilar. Ovación en ambos.

Morenito de Aranda. Vuelta al ruedo tras aviso y vuelta al ruedo.

Entrada: Mitad del aforo cubierto.

Crónicas de la prensa: El País, El Mundo, La Razón, COPE, Marca.

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El País

Por Rosa Jiménez Cano. Retazos de torería

Hace 16 años la plaza fue un verdadero hervidero. José Miguel Arroyo Delgado, 'Joselito' en los carteles se encerró con seis toros de diferentes ganaderías. Hizo de la corrida goyesca, hasta entonces 'la de disfraces', un acontecimiento. Salió en hombros y firmó la tarde más redonda de su carrera, la más recordada. Todo un ejemplo de torería para poner en las escuelas taurinas. Esperanza Aguirre reconoció su gesta en la mañana de ayer con la entrega de la Medalla del 2 de mayo, máxima condecoración de la Comunidad. Todo fue un espejismo. Por la tarde, salvo algunos detalles se volvió a la tarde de los trajes de gusto cuestionable y tiempos muertos.

La fiesta de los toros se sostiente por los detalles, por los destellos de torería que de vez en cuando saltan y encienden la ilusión del aficionado. Se entiende también que no es fácil para los toreros encontrar motivación cuando apenas está la mitad del aforo cubierto, solo hay cuatro toros de la ganadería anunciada y encima devuelven el primero sin un motivo claro. ¿Desde cuándo la mansedumbre es excusa para mandar un astado al corral? Ficha del festejo

Plaza de toros de Las Ventas. Mitad del aforo cubierto. Cuatro toros de Los Bayones, bien presentados y nobles. Uno, de Abilio y Ramiro Hernández, manso, y uno, primero, sobrero de José Luis Iniesta, resabiado.

Luis Carlos Aranda, además de una garantía en la brega para sus matadores, es de los pocos hombres de plata que todavía, vive, camina y anda por la vida en torero, siempre, en cualquier momento y situación. Para él, para el hijo de Manolillo de Valencia, fue la ovación más cerrada del festejo tras parear con riesgo, decisión y pureza al tercero de la tarde. No lo hizo una, sino las dos veces que tuvo que prender las banderillas en al noble astado de Los Bayones. Después, su matador, Morenito de Aranda, todo pinturería, anduvo cerca de cortar una oreja. Estuvo bien, pero por debajo del toro. Basó su labor en lo accesorio por encima de lo fundamental. Los cambios de mano, remates y desplantes empañaron embestidas llenas de nobleza. Con el sexto se entregó, dominando, con la muleta por el suelo en dos tandas al natural.

Sergio Aguilar se retirará con el sello de torero frío. Lo es. No hace un solo gesto de cara a la galería, pero cada cite, lance o muletazo está lleno de verdad y clasicismo. Le falta redondear una faena para subirse al tren de las grandes ferias.

Las Ventas, una plaza pasional, con filias y fobias, pero sobre todo con memoria, ha sabido entender y respetar a El Fundi, aunque sea al final de su carrera. Ya sí se disfrutan y entienden las faenas reposadas, técnicas, pausadas y solventes. Quizá poco artísticas, pero ejemplares de planteamiento. Reconforta que en el año de su despedida ambos compañeros de cartel tuvieran el detalle de brindarle una de sus faenas.

El Mundo

Por Vicente Zabala de la Serna. Morenito de Aranda se queda a las puertas del triunfo

Y Florito estrenó la Cruz del 2 de Mayo nada más empezar la tarde. El toro cojitranco de Abilio y Ramiro Hernández regresó por donde había salido con el manejo de domador de Floro. El sobrero de José Luis Iniesta, de cinco años y medio, tenía aire de toro viejo y corraleado. Y con ese peso de la querencia embestía -se picó en los terrenos del “2”-; el peso y la seriedad de los años. Un peso que no se mide en kilos ni en arrobas. El Fundi en los medios lo alejó de toda tentación y allí los dos “viejos” se midieron con seriedad, sobriedad y nobleza; agarrados al piso. Hasta que la mano maestra del Fundi le dio muerte. Todo tuvo un aire solemne.

Sergio Aguilar brindó a Fundi un segundo descarado y desriñonado en la misma proporción. Aguilar le sacó como mucho cuatro naturales. Pero fueron caros. Se rajó el toro de inmediato. Lo mató de una buena estocada.

En los espacios muertos se venían a la cabeza las tardes de esplendor de esta fecha que el Centro de Asuntos Taurinos no sólo ha dejado morir, sino que una vez moribunda le ha largado por la borda como un fardo a las cuentas de la empresa: triste entrada. Luis Carlos Aranda puso al tercero un par de otra época. Glorioso el hijo del recordado Manolillo Valencia. Morenito le había hecho cosas con el capote al tercero de Los Bayones, con calidad. El toro la apuntaba también. En la primera serie de Morenito de Aranda por la mano izquierda se vio, pues ese era el pitón. También desde entonces se vio el justito fuelle del toro. Para hacérselo despacio. Luces de trincheras y trincherillas y una estocada por derecho. Pelín delantera. Hubo petición pero sin cuajarse. Como la faena. Vuelta al ruedo.

El cuarto era como dos toros en uno. Por cómo toma los primeros muletazos de cada serie aparantaba condiciones; del tercero en adelante se encabronaba. Pegajoso y haciendo hilo. Fundi resolvió con veteranía y redaños. Mucho tiempo estuvo en la cara del toro. Respirando y en un desarme, apurado. Un aviso cayó antes de media estocada baja. También era veterana la media.

Se escupió del caballo el quinto y quedó entero. Apretó hacia los adentros en banderillas con la fuerza de la entereza. Aguilar se lo sacó a la boca de riego con la muleta y el valor por montera. Nula clase del bruto. Tragó el madrileño tela. Más de lo que trancendió a los tendidos. Qué bien volvió a matar. Se merece otra suerte Sergio Aguilar.

Al sexto se le notaba la edad recién cumplida. Los pitones por delalente, eso sí. Dos leños. Un tanto violento Morenito de Aranda en el principio de faena. Por la mano derecha se frenaría el toro. Al natural había sido otra historia. Pero no duró. Se despidió por manoletinas. Se volvió a pedir la oreja tras media estocada. Sorprendentemente. Volvió a pasear el anillo.

COPE

Por Sixto Naranjo. Morenito da dos vueltas y Sergio Aguilar pone el toreo al natural en la Goyesca

Desde que salió del abono obligatorio, la tradicional Corrida Goyesca del 2 de mayo dejó de interesar al aficionado madrileño. Lejanos quedan los llenos al albur de las corridas concurso que se montaban en esta fecha, o cuando se anunciaban las figuras en este festejo. Desde hace ya varias temporadas, la fecha de la festividad de la comunidad madrileña convoca a poco público en los escaños venteños con carteles más del gusto del aficionado que del gran público que llega después con su clavel a San Isidro.

Este año se anunciaban tres toreros del gusto de Madrid. Un torero en retirada pero en sazón como El Fundi, otro que sin romper siempre cuenta con el favor del público de Madrid como Sergio Aguilar y un Morenito de Aranda que siempre cuaja buenas tardes en Las Ventas.

Se contaba con una corrida de Los Bayones, en franca recuperación estos últimos años, pero que este miércoles ha dado al traste con las esperanzas de la terna y de los aficionados. Y hablando de esperanzas, la que no ha aparecido por el coso madrileño ha sido la Presidenta de la Comunidad en la fecha más señalada para la región. Bien que se apoye a la Fiesta y se premie a gente del mundo del toro al mediodía, pero por la tarde, la cita era casi obligada aunque no hubiese mucho glamour en el cartel.

Pese a no cortar orejas, el burgalés Morenito de Aranda ha dado una vuelta al ruedo a la conclusión de sus dos actuaciones. Han sido dos faenas más de detalles que compactas. Pero Jesús Moreno tiene cogida la medida a la afición madrileña y sabe tocar las teclas necesarias para levantar los oles. En su primera faena, que brindó a El Fundi, hubo algún redondo de buen trazo, con gusto y empaque. El de Los Bayones tuvo buen inicio pero se desfondó pronto, por lo que la segunda parte de la faena del de Aranda de Duero no tuvo la continuidad necesaria. Cayó certera la espada y pese a una petición sorprendente, el palco se mantuvo firme y no concedió la oreja. La vuelta fue justo premio a lo realizado por Morenito.

Idéntico premio cosechó con el parado sexto. Aquí hubo mejores momentos por el pitón izquierdo. Supo cogerle la distancia el torero para hacer embestir a la fuerza al bruto de Abilio y Ramiro Hernández, el otro hierro de la casa de Los Bayones. Tampoco tuvo fuelle el toro y para mantener la tensión de la faena, Morenito la epilogó con unas manoletinas antes de agarrar una media estocada que fue suficiente para tumbar a su oponente.

Volvía El Fundi a Las Ventas tras su oreja paseada el pasado Domingo de Resurreción y su más que entonada tarde en la Feria de Abril de Sevilla. De primeras, vio como se devolvía a su primer toro por flojo. En su lugar saltó un cuajado y serio toro de José Luis Iniesta, cinqueño y de embestida exigente. Se lo sacó a los medios El Fundi para quitarle querencias. Faena sobria, para paladear el constante toma y daca entre toro y torero. Hubo varios naturales de largo viaje cuando no molestó el viento.

Al cuarto le quisieron algunos ver mejor de lo que en realidad fue. El toro reponía tras el segundo pase de cada tanda, por lo que hubo mérito en la firmeza que desplegó el torero de Fuenlabrada. Trasteo de gran fondo técnico con un toro que se movió pero que nunca entregó la cuchara. Sonó el aviso cuando todavía toreaba un Fundi que no volvió la cara en ningún momento.

La eterna mala suerte de Sergio Aguilar en los sorteos volvió a demostrarse en esta goyesca Y eso que los mejores naturales de la tarde los firmó este torero en su primero, que también brindó a El Fundi. Fueron apenas dos tandas, cuatro o cinco muletazos por el pitón izquierdo, pero rezumaron profundidad y toreo del caro. Sin embargo el toro dijo nones y acabó venido a menos y con ello la faena no terminó de coger vuelo. La estocada, perfecta de ejecución y colocación.

Se la jugó de verdad con el quinto, un animal bronco con el que expuso más de los que se merecía el toro. Hubo más bragueta que toreo esta vez en una faena planteada en los medios que de nuevo rubricó de manera soberbia con la espada. Las ovaciones que saludó en ambas actuaciones deberían servir para seguir apostando por este torero.

Y no quiero acabar esta crónica sin reseñar los dos grandes pares de banderillas que ejecutó Luis Carlos Aranda en el tercer toro. Torería, majeza, gracia y lucimiento en dos pares, especialmente el que cerró el tercio, que levantaron la ovación más fuerte del festejo.

Marca

Por Carlos Ilián. Sergio Aguilar y Morenito de Aranda piden paso otra vez

La corrida del 2 de Mayo, la tradicional goyesca, que suele ser un tostón, ha sido, sin embargo, una tarde muy seria en la que la terna estuvo muy por encima de sus toros y cada uno de los espadas nos dejó esa sensación del toreo firme y maduro, sin trampas ni numeritos.

El Fundi otra vez ha recitado su lección de maestro curtido. Por eso consiguió medir exactamente las escasasfuerzas de sui primero para embarcarlo en la muleta a pesar de que el animal no humillaba. Especialmente meritorios resultaron los muletazos sobre la mano izquierda. Repitió la lección en el cuarto que gazapeaba y quería rebañar a la salida de cada pase.

Sergio Aguilar es un torero que debe estar en muchas ferias. Lo demostró con una actuación de gran méritro ante un lote sin fuerza pero con guasa. Aguilar hizo un toreo muy firme y hasta consiguió robar algunos naturales de calidad. Con la espada estuvo fulminante

Morenito de Aranda ha estado torerísimo toda la tarde. Toreó con desmayo y parsimonia al tercero, un toro sin fondo. Y mejor todavía en el sexto, un ejemplar complicado al que terminó por meter en la muleta para trenzar algunos naturales magníficos. La recuperación de Morenito y de Aguilar ha sido la gran noticia que deja esta corrida.

La Razón

Por Patricia Navarro. Morenito roza el triunfo y Sergio Aguilar se impone

Hizo Florito, no hace falta explicaciones, el paseíllo del reconocimiento por la mañana. Al veterano de la plaza de Madrid, que es todo un clásico, le impuso nada menos que la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, la Cruz del 2 de mayo. Apenas había comenzado el festejo, salió a escena. Primer toro de la tarde. Y a los corrales. Se llevó la ovación Florito y al que no se la dieron, pero se la entregamos en la memoria fue a Joselito, que también resultó distinguido en la gala. Y estábamos de aniversario. Lo estamos todos los 2 de mayo. Aquel de 1996 y la encerrona del torero madrileño nos marcó a muchos para siempre. A fuego.

Madrid anunció ayer un cartel para aficionados, pero no dio con la tecla para llenar el tendido. Acabado todo, con la lidia de varias ganaderías, anunciada estaba Los Bayones, surgen preguntas irritantes. ¿Cómo es posible que la pureza de ese Sergio Aguilar no encuentre sitio en más plazas? No tuvo lote. Ni un toro ni el otro. Ni soñarlo, pero sí tuvo toda la pureza para hacer sólido un trasteo donde no veíamos nada. Saber que se pone igual con el malo, el bueno y el regular da a sus actuaciones el valor de la autenticidad, tan perdido en la vorágine de las ferias y en la temporada de esos toreros que, hagan lo que hagan, tienen 70 corridas de toros firmadas. A la carrera. En la ligereza del toreo. Aguilar ayer se jugó los muslos ante toros con descarados pitones. Ni una vez vendió el esfuerzo, porque la torería es otra cosa que se lleva por dentro. El segundo, de Los Bayones, se le coló nada más empezar. Y Aguilar se puso a torear con la zurda, sin ayuda, sin embalajes, a pecho descubierto. Iba y venía el toro. Sin clase ninguna, rajándose y a menos. La estocada fue de 10. Y otra más la del quinto, que tuvo la casta bajo mínimos. Se lo trabajó Aguilar y no dio puntada sin hilo.

Morenito peleó a fondo la faena del sexto, del hierro de Hernández, que fue paradote el toro y muy a menos. A la inversa evolucionó Morenito. Metiéndose entre los pitones, cruzado, pendiente de la colocación e intentando ganar por ahí lo que el toro le negaba. Hizo un esfuerzo y sacó muletazos de mérito tal y como estaba el panorama. A la vuelta al ruedo, sumó otra en el toro anterior. Fue uno de Los Bayones con más movilidad, buen toro, aunque se metiera por dentro a mitad de viaje. Luis Carlos Aranda se desmonteró con los palos. Lo suyo fueron palabras mayores. Un canto a la torería. La faena de Morenito tuvo de todo. Pases buenos, bien concebidos, y otro más irregulares. Mantuvo el interés pero no alcanzó la rotundidad. El palco silenció y el premio fue la vuelta.

A El Fundi fueron a parar dos brindis de sus compañeros. 25 años después de tomar la alternativa José Pedro se va del toreo. Todavía le veremos en San Isidro. Su cuarto fue el toro de la discordia. Fundi tuvo que hacer un esfuerzo importante para estar delante. El toro tenía movilidad, transmitía y también un defecto que ponía las cosas muy difíciles al que estaba delante: hacía hilo entre muletazo y muletazo. No había apenas sitio para abandonar un pase y enganchar el siguiente. Exigió el encastado toro. Fundi quiso, pero no puso de acuerdo a todos. Tiró de profesionalidad con el noble primero de Iniesta, sobrero de cinco años y medio, que tenía bondad en esa seria embestida pero falta de continuidad. Lo que son las cosas, en uno por exceso y otro por defecto. Y en Madrid. Y en la Goyesca. Otro Dos de mayo. Otro golpe de atención de un torero madrileño, Sergio Aguilar.Y van…


©Imagen: Morenito de Aranda tras una tanda durante su actuación en Las Ventas. | EFE ©Vídeo: www.las-ventas.com

Madrid Temporada 2012.

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