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Plaza de Toros de Las Ventas

Sábado, 2 de junio de 2018

Corrida de rejones

FICHA TÉCNICA DEL FESTEJO

Ganadería: Toros de El Capea para

Diestros:

Hermoso de Mendoza: silencio y oreja.

Sergio Galán: oreja y saludos.

Lea Vicens: saludos y oreja.

Entrada: 23181 espectadores

Imágenes: https://t.co/koRg1xi5UH

Video:

Crónicas de la prensa

Las Ventas

Festejo de rejones con lleno en los tendidos y condicionado por la lluvia. Pablo Hermoso de Mendoza paró perfecto con Alquimista al primero de Carmen Lorenzo para poner dos de castigo. Banderillas con Disparate y llevándolo muy cosido de pitón a pitón. Toreo en redondo con Ícaro y cortas con Pirata. Falló con el rejón de muerte. Ante el cuarto el ruedo ya era un barrizal. Manseó en los inicios el de Carmen Lorenzo pero su lidia a lomos de Disparate y Berlín manteniendo al astado cosido fue de maestro. Rejón entero y oreja.

Sergio Galán mantuvo una intensa faena ante otro de Carmen Lorenzo que se movió con opciones. Se fue a esperarlo a la puerta de chiqueros. Largas con Titán y piruetas en la cara del astado muy ajustadas. Con Apolo banderillas a dos manos y oreja tras rejón entero trasero. Un solo rejón de castigo al quinto, con el hierro de El Capea. Manseó el astado que no se lo puso fácil al conquense. Lo tuvo que hacer todo por conseguir la Puerta Grande. De nuevo a dos manos con Apolo de frente y en cercanías. Con Embroque apuró aún más pero el pinchazo antes de la entera condicionó para que el Presidente no concediera la oreja a pesar de la petición.

Cuando salió el tercero comenzó a llover con fuerza. Único rejón de castigo de Lea Vicens a lomos de Bach. Con Bético a dos pistas dejó los pasajes más interesantes. Pinchó y saludó ovación. Ante el sexto realizó una faena entregada y conectó con el público, sobre todo con Gacela. Tras rejón trasero cortó una oreja.

El País

Por Antonio Lorca. Lluvioso y estancado rejoneo

Llovió intensamente antes del comienzo del festejo, el piso de la plaza estaba encharcado, lo que no impidió que la terna de rejoneadores hiciera el paseíllo ante unos abarrotados tendidos deseosos de aplaudir a caballos y caballeros.

Dejó de llover hasta la lidia del tercero, y el aguacero arreció cuando Lea Vicens finalizaba su primera actuación. La cabellera recogida de la amazona lloraba empapada de agua, mientras los caballos asentaban las pezuñas para no perder la verticalidad. No dejó de llover hasta el final del festejo, aunque con menos intensidad.

Es un detalle de responsable torería que los tres decidieran que continuara la lidia a pesar de los charcos y el barro que pusieron impracticable el ruedo de Las Ventas.

Agradecido el gesto, y en honor a la verdad, el festejo volvió a demostrar que el llamado arte del rejoneo está estancado, padece una preocupante parálisis y vive de las rentas de un público fervoroso que lo perdona todo por un apabullante desconocimiento y un deseo desmesurado de pasarlo bien con la doma de los caballos.

Ya es hora de que las figuras del rejoneo opten por otras ganaderías que ofrezcan algo más que un bonancible comportamiento. El toro del rejoneo actual —tres o cuatro ganaderías, no más— no es un competidor en igualdad de condiciones, sino un títere al servicio del caballero.

Ya es hora de que alguna figura opte por despuntar los toros, como marca el reglamento, y no por desmocharlos, como sucede hoy en una plaza de primera como la de Madrid. ¿Qué ocurrirá en las plazas de segunda y tercera? Y no es lo mismo clavar rejones de castigo y banderillas a la grupa, salgan como salgan, que torear a caballo y clavar al estribo y en todo lo alto.

Dicho lo cual, bien estuvo Hermoso de Mendoza ante el quinto de la tarde a lomos de un torerazo a cuatro patas llamado Disparate. El tercio de banderillas fue sencillamente espectacular, una lección magistral de caballo y caballero. También se lució con Berlín en el primero, con el que a punto estuvo de sufrir un percance por un exceso de confianza. Y ahí acabó la tarde del maestro Hermoso.

El tiempo es un juez implacable, los años no pasan en balde y las ilusiones no son eternas. Hermoso de Mendoza es un maestro y su historial es impresionante, pero ya no es el rejoneador completísimo de su mejor época. Su experiencia y conocimiento le mantienen en un lugar de honor, pero…

Más regular fue la actuación de Sergio Galán, que pudo haber salido por la puerta grande si los paraguas no hubieran escondido algunos pañuelos. Destacó, especialmente, con los pares de banderillas a dos manos, uno en su primero y dos al segundo. Un pinchazo antes del rejonazo final ante el quinto le cerró la puerta del triunfo.

Y meritoria la actuación de Lea Vicens, que actuó bajo el diluvio en sus dos toros. Meritoria y muy deficiente. Clava donde puede y como puede, con escasa puntería. Cómo será el público que paseó una oreja del sexto.

ABC

Por Andrés Amorós. Triunfan los jinetes bajo el diluvio en San Isidro

Media hora antes del comienzo del festejo, cae una tromba de agua. Se retrasa la corrida unos minutos, para reparar el ruedo. Vuelve a diluviar a partir del tercero, parece que va a haber suspensión pero los tres jinetes tiran para delante: su mérito es evidente y los tres cortan un trofeo. Sergio Galán se queda al borde de la Puerta Grande. Pablo Hermoso realiza una gran faena en el cuarto, el único complicado, en una excelente corrida del Niño de la Capea.

Una vez más, lamento que Hermoso, un gran rejoneador, no quiera competir con Diego Ventura, la otra gran figura, en San Isidro, delante de las cámaras de televisión. Ésta es la única actuación, en la Feria, la número treinta, de Hermoso de Mendoza. Con el primero, vive un momento comprometido, al ser alcanzado «Berlín», pero destaca en ese cambio que ha bautizado como «hermosina». Mata a la segunda.

Sergio Galán ofrece siempre su sobrio clasicismo. Con «Amuleto», recibe a portagayola al segundo, que flaquea. Sube la temperatura con las piruetas de «Titán», que acaba siendo alcanzado. Con «Apolo», su estrella, crece el entusiasmo, en el par a dos manos, en corto. Mata bien: oreja.

Lea Vicens aporta su gentileza y el recuerdo de su maestro, el inolvidable don Angel Peralta. Éste es ya el tercer año que actúa en San Isidro. Llueve fuerte, de nuevo, al salir el tercero. Se luce montando a «Bético» y «Deseado» pero clava desigual. Mata a la segunda, bajo el diluvio.

Parece que se va a suspender la corrida pero, entre rayos y truenos, sale el cuarto, que mansea a tablas. Con «Barrabás», Pablo encela a este toro, que no llega a tanto. Con «Disparate», se luce al cabalgar a dos pistas y en «muletazos» templados. En condiciones tremendas, cuaja una gran faena y acierta al matar: oreja.

Intenta amarrar el triunfo Galán en el quinto: a buen diente (el de Sergio), no hay «Panduro» (el nombre del toro) que valga. Los pares a dos manos, con «Apolo», levantan un clamor, pero mata a la segunda y se queda al borde de la Puerta Grande.

Diluvia de nuevo en el sexto, «Recobero» (‘el que compra aves o huevos para revender’; mejor, con uve). Vuelve a brillar más como amazona que al clavar, desigual. El rejón de muerte cae trasero pero el clamor popular logra la oreja. Los tres igualan sólo en trofeos.

Postdata. Antes de que hubiera prometido su cargo el nuevo presidente del Gobierno, ya estaba el Partido Animalista pidiendo una ley que, entre otras cosas, suprima las corridas de toros. No son los únicos que intentan sacar provecho, en la actual rebatiña. Pronto podremos comprobar si el PSOE decide suicidarse con urgencia o no. De momento, baste con recordar que atacar a la Fiesta supone oponerse al sentido común y a la cultura tradicional española y a la libertad. Para prohibir las corridas habría que derogar leyes vigentes. Y algo que hasta el político más romo puede entender: atacar a los toros supondrá perder muchísimos miles de votos. Ya verán si les conviene…

La Razón

Por Patricia Navarro. Tres héroes a caballo en el barrizal

Fue asomar Lea Vicens por la puerta del patio de caballos y empezar a caer astillas de lluvia del cielo. Ya no grises, azabache puro, los nubarrones que zurcían el cielo. Rayos reverberando a cada minuto. Descargó con virulencia sobre Madrid en la tercera de rejones de la isidrada. Paridad en los trofeos. Una oreja para cada uno de estos tres héroes a caballo en el barrizal que fue ayer el ruedo de Las Ventas con una interesante y notable corrida de Capea. Lea se dejó crudito a ese tercero en pleno tormentón. Un sólo rejón de castigo, sobre “Bach”. Luego, con “Bético” dejó una buena faena, que mantuvo a la gente fija bajo el paraguas a pesar del aguacero. Cosido al estribo llevó las embestidas de otro toro de buena condición. Entre los dos pinchazos previos al más de medio rejón posterior y que la gente se asía a los paraguas por el diluvio, la oreja se fue al limbo. Saludos. Volvió a dejarse por hacer al sexto -otro toro cornidelantero, de buenas hechuras y con cuello, como sus hermanos- Para exprimirlo después en una lidia en la que empleó hasta seis de sus caballos. Quiso mucho toda la tarde la gala, aunque clavó más desigual en este toro. Hubo pasajes de gran conexión con el tendido sobre “Gacela” y “Bazuka”. Se adornó con “Jazmín” haciendo el balancín. El rejón cayó muy trasero, pero el público quiso premiar el conjunto de su tarde y se le concedió un trofeo que mereció más en su primero.

Hermoso de Mendoza paseó su oreja del aquerenciado cuarto. Barbeó lo suyo de salida y el navarro, que lo había recibido con “Barrabás”, tuvo que tirar de la gran estrella de su cuadra. “Disparate” se encargó del resto. Enceló él solo al toro en una labor de tremendo mérito porque al de Carmen Lorenzo le costaba un mundo salir de esa querencia. Para entonces, el ruedo ya era un barrizal impracticable. Poco a poco, lo fue haciendo hasta meterlo en el canasto. Faena de figura del rejoneo. Aunque le faltaba celo al toro, templó muchísimo con la “hermosina” cambiando de pista alternativamente de costado. Importante. El rejón, perfecto, en el sitio, de efecto fulminante. Oreja. Había roto plaza un astado de Carmen Lorenzo que tuvo fijeza y buen tranco. Hermoso de Mendoza lo enceló con “Alquimista”, sobre el que dejó dos rejones de castigo. Lo templó mucho sobre “Berlín” con el que llevó cosidas las embestidas del astado. A milímetros. Le fue ofreciendo uno y otro costado en un palmo de terreno. Los cambios de pista, auténticos muletazos a caballo con un toro de gran clase. Tiró después del bayo “Ícaro” para darle los pechos con enorme plasticidad con el burel ya más aplomado. El carrusel de cortas con “Pirata” terminó de poner la oreja en su mano, pero ese dichoso rejón, sin el que tendría unas cuantas Puertas Grandes más en Madrid, volvió a estar romo. Saludos.

A portagayola esperó Sergio Galán al segundo con “Amuleto” hasta pararlo en un palmo de terreno. Tuvo celo y transmisión el “Murube” y lo aprovechó el manchego que dejó un tercio de banderillas lleno de pureza y temple con “Ojeda”, una de las grandes estrellas de su cuadra. Citando de frente, de lado a lado de la plaza y batiendo al pitón contrario. Con “Titán” dejó un puñado de giros inverosímiles en la misma cara del toro. Noble y colaborador. El par a dos manos, sobre “Apolo”, en una moneda. Soberbio. Tras las cortas con “Óleo”, dejó un rejón entero, aunque trasero y caído. Oreja de ley. Se le escapó la Puerta Grande en el quinto, el toro de peor condición del encierro, muy agarrado al piso y midiendo. Intentó incluso saltar al callejón. Galán expuso mucho tanto sobre “Embroque”, con el que le ofreció siempre los pechos de la montura, como a lomos del precioso perla “Apolo” con el que dejó sendos pares a dos manos de enorme pureza, dando todas las ventajas al toro. Con la faena hecha y conquistado el tendido, pinchó antes de clavar medio rejón atravesado y algo delantero. Cierto. Pero con petición mayoritaria y, sobre todo, en las condiciones que estaba el ruedo, seguramente, faltó algo de esa sensibilidad -que además don Justo suele tener- desde el palco, que optó por un final democrático: a oreja por jinete.

Madrid Temporada 2018.

madrid_020618.txt · Última modificación: 2020/03/26 12:15 (editor externo)