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Plaza de Toros de Las Ventas

Lunes, 27 de mayo de 2019

Corrida de novillos

FICHA TÉCNICA DEL FESTEJO

Ganadería: Novillos de La Quinta - de armónicas hechuras, fina de cabos y astifinos. Los mejores, 1º y 2º - (con calidad y humillación el primero, de infinito tranco y encastado el segundo, con peligro el tercero, deslucido el cuarto, complicado el quinto y desfondado el sexto)

Diestros:

Angel Jimenez: de coral y oro (silencio en ambos)

El Galo: de rosa palo y oro (silencio en ambos)

Francisco de Manuel: de grana y oro (ovación con saludos en ambos)

Incidencias: Iván García saludó una ovación tras parear al tercero.

Entrada: más de dos tercios de plaza. (16.873 espectadores).

Imágenes: https://www.las-ventas.com/la-tarde-tras-el-objetivo/las-ventas-27-de-mayo-de-2019

Video: https://twitter.com/i/status/1133117960653033472

Crónicas de la prensa

Portal Taurino

Por Alberto Bautista. Francisco de Manuel, marca las diferencias en San Isidro

El novillero madrileño saludó dos ovaciones en su lote, y dio otro paso más en busca de la ansiada e incipiente alternativa. De vacío, Ángel Jiménez y “El Galo” que desperdició a un segundo de categoría. Meritoria novillada de la Quinta con dos novillos de lío gordo.

Como no podía ser de otra manera, Francisco de Manuel volvió a ser el más listo de la clase, y se llevó de calle la segunda novillada de la feria de San Isidro. Saludó dos ovaciones gracias a su concepto, trazo y plenitud. Vino a no dejarse ganar la partida de sus últimas comparecencias, y volvió a dejar huella frente a un lote a contra estilo, y con la plasticidad de un capote sideral. Lo manejó con parsimonia, y toreó encajado y muy despacio. Con el malo y con el menos malo. Aguantó miradas con el tercero, que en nada se pareció a sus dos primeros hermanos. Complejo y de pocos muletazos, el novillero aguantó coladas pero resolvió de manera solvente. La esforzada labor del sexto, otro novillo que vendió cara su vida; fue aprovechada por de Manuel que construyó una labor en terrenos del 5 en otra faena medida - lo bueno si es breve, dos veces bueno. Esa brevedad, fue construida en medio de la torería del capote, y la lentitud de una labor acoplada. No fueron dos actuaciones de cante grande, pero vinieron cimentadas por la base del temple. Bendito temple. Tal vez, haya podido despedirse de Las Ventas como novillero. Será cuestión de tiempo.

Quién si tiene anunciada la fecha de su alternativa, de manos de “Morante de la Puebla” y de padrino “El Juli” en la próxima feria de San Miguel es Ángel Jiménez. Novillero sevillano con buen concepto del torero, pero que en su despedida de Madrid, naufragó de principio a fin. Fue silenciado ante un primero, que se fue con las dos orejas camino del desolladero. El estimable novillo de La Quinta no encontró una firme mano que sostuviera las férreas arrancadas. Todas buenas. Jiménez que anduvo entonado en un primer momento, no encontró el acople necesario a una faena en la que estuvo a merced del novillo. Para colmo un bajonazo acabó con el encastado burel. Otra pintura fue el cuarto, de deslucida condición con la cara a media altura. El sevillano lastrado por su actuación anterior no estuvo cómodo. Pobre bagaje.

Qué decir del “Galo”, hermano de Michelito (la joven promesa del toreo mexicano) que con un lote de puerta grande dio un auténtico petardo en sus dos turnos. Estuvo muy por debajo de su primero, un extraordinario novillo de La Quinta - ovacionado al arrastre; del que no pasó del trapazo y del enganchón. El quinto le puso en muchos aprietos. No se quedó quieto ni una sola vez. Puso banderillas de aquella manera y tiró de pundonor volviendo a quedar caricaturizado en otra labor pueblerina. Hizo lo que pudo.

El País

Por Antonio Lorca. Toreo a la verónica

Francisco de Manuel recibió a su primero como un señor. Tras el “buenas tardes” de rigor, habló con él del toreo a la verónica y del manojo que le recetó destacaron dos extraordinarias, y una media y una larga de categoría. Fue ese un diálogo sentido por el torero y vivido con emoción en el tendido. Cumplió el novillo ante el examen del picador, y De Manuel volvió en el quite con su disertación y dejó otras dos verónicas y una media que derrocharon sabor torero.

A continuación, Iván García clavó dos pares de banderillas de alta escuela por los que tuvo que saludar, y le acompañó el siempre brillante Fernando Sánchez que vendió mejor que ejecutó el suyo.

Brindó al respetable el novillero, y cuando se esperaba que la conversación tuviera enjundia, no fue así. Queda en el aire si sucedió por defecto del animal, que se acostaba por dentro, o del torero, al que no se le vio muy suelto ante un novillo orientado que lo enganchó por la pierna izquierda en la primera tanda con la mano derecha y embistió sin fuelle por el lado contrario. Lo cierto es que la charla se diluyó pronto y quedó en nada en el tramo final.

Pero De Manuel llegó a la plaza empeñado en hablar a la verónica. De tal modo, hizo un llamativo quite al primer toro de su compañero El Galo, e insistió por el mismo palo en el segundo, y en ambas ocasiones con brillantez. Y volvió a la verónica clásica en su segundo, y aunque solo fueron un par de ellas y una media, en el ambiente quedó el sabor del buen toreo.

Tampoco fue después más allá ante ese sexto. Demostró el torero sus buenas maneras, pero no hubo entendimiento ni dominio, y su labor con la muleta quedó plagada de claroscuros.

Claro que la novillada de La Quinta no fue noble en el sentido moderno del término. A nadie se quiso comer, pero tuvo sus dificultades. Aprendices aventajados, plantearon problemas de recorrido y miradas y no abundó la fijeza en sus embestidas. En fin, lo que siempre ha sido un toro, que no debe ser colaborador de nadie.

Quizá por eso, Ángel Jiménez, poseedor de una buena concepción, con gusto, que corre bien la mano, con empaque y templanza, no rompió en la tarde madrileña. El que abrió plaza era un carretón, sin pujanza ni codicia, con buena clase y ausencia de casta, y la aceptable labor del torero pasó desapercibida. Le molestó el viento en el cuarto, y él no estuvo fino, sino despegado, desangelado y con pocas ideas.

A El Galo le vino grande Madrid. Se llevó el mejor lote, los dos novillos aplaudidos en el arrastre, y el chaval, todo voluntad, naufragó sin atenuante alguna.

El Mundo

Por Gonzalo Bienvenida. De Manuel y su apuesta capotera

Francisco de Manuel volvió a Las Ventas tras tres buenas comparecencias de 2018 y después de cortar la primera oreja de la presente temporada. Se esperaba su vuelta. Su toreo de capote fue lo mejor de la tarde. Los grises novillos que inauguraban la Semana Albaserrada no dieron el juego esperado pese a su buena hechura y anovillada expresión (algo extraordinario en Madrid). En una palabra, les faltó raza a los santacoloma de Martínez Conradi. Ninguno tuvo todas las virtudes que caracterizan a su procedencia aunque sí apuntaron mejor condición que la corrida que abrió esta feria.

Francisco de Manuel escucha a Gonzalito. El eterno mozo de espadas de Curro. Le cuenta como el maestro en sus tardes grandes llegaba hasta la boca de riego con su capotito ganando pasos hacia delante. Salvando las distancias, De Manuel cuajó dos grandes saludos capoteros. Hundiéndose en el embroque del lance, girando la cintura, acompañando con expresión la embestida. Las dos veces remató con una media verónica en los medios sin el desgarro de los lances anteriores pero abrochando con elegancia ambos ramilletes. No tuvo opción ante el primero que se quedó corto. Buscaba en la cintura. Muchas claves tuvo el sexto, que se desplazó bien en algunos muletazos pero le faltó continuidad y celo en el conjunto de la faena. De Manuel compuso la figura, la dejó muerta en la cara y tiró de la embestida con suavidad. El toro se fue frenando. Las trincherillas y adornos por bajo al final de la faena tuvieron quilates. En algunos toques se descompuso el novillo. En el sexto manejó con contundencia el estoque. Las ovaciones saludadas del novillero madrileño dejaron intacto su ambiente en Madrid.

Un monosabio protagonizó el tercio de varas al aguantar la embestida del primero sujetando al caballo de Agustín Romero que cayó por la cabeza. A la postre, la nobleza y buena voluntad de ese novillo sería de lo más destacado. Ángel Jiménez dejó muestras de su empaque y de su buen concepto aunque no pudo llegar a los tendidos por la sosería de la embestida. Más dubitativo se le vio en el cuarto, que hizo algunos extraños y fue más bien deslucido.

Un quite milagroso, digno del premio de Casa Salvador, fue el protagonizado a cuerpo limpio por Víctor Pérez que le quitó al novillo en el último momento a Lipi. El cárdeno hizo hilo tras el par de banderillas y justo al llegar a tablas con el sevillano en la testuz se cruzó Pérez, banderillas en mano, para quitárselo. El Galo tuvo un desafortunado debut con un lote que se movió aunque no se empleó.

ABC

Por Andrés Amorós. Encastada novillada de La Quinta en San Isidro

En el fin de semana, me han hablado de toros en el Metro, en el supermercado, en la farmacia… en todas partes. (En cambio, antes de este lunes, nadie me ha hablado de política: un claro síntoma de lo que estamos viviendo). En diez corridas de toros, ha habido salidas a hombros (Perera, Roca Rey y David de Miranda); grandes toros (Fuente Ymbro, Montalvo, Juan Pedro); cornadas (Gonzalo Caballero, Juan Leal); grandes faenas (Pablo Aguado)… Pasión, lo que necesita la Fiesta. También ha habido días grises, por supuesto, igual que en la vida, pero la natural tendencia es olvidarlos y quedarnos con lo que nos ha emocionado. Comienzan ahora tres días seguidos dedicados al encaste Albaserrada, que atraen a los aficionados toristas. Empezamos con la novillada de La Quinta, que ya abrió la Feria: las reses sacan las complicaciones propias de su casta, no resultan fáciles para el sevillano Ángel Jiménez ni para el francés–mexicano El Galo. Sólo Francisco de Manuel, más avezado a este encaste, logra brillar.

Ángel Jiménez, de Écija, acaba de cortar oreja en la Plaza de los Toros sevillana. Tomará la alternativa en la Feria de San Miguel. El primero, después de derribar, da una vuelta de campana, es noble pero soso. Logra muletazos suaves, templados, pero falta emoción. La espada cae baja. Su buen gusto no es suficiente para dominar las dificultades del cuarto, que acaba desentendiéndose de la muleta. No mata bien.

Se anuncia como El Galo el novillero francés–mexicano André Lagravere, hijo del matador de toros Michel, hermano del torero Michelito. En octubre pasado, sufrió una grave cornada, en la Plaza México. El segundo, un «Marsellés» para un francés, empuja en el caballo. Quita de Manuel por verónicas (¡bravo!). El novillo aprieta fuerte, en banderillas, y es pronto, en la muleta. El Galo tiene oficio pero se producen enganchones, la gente se ha puesto de parte del toro. Mata a la segunda. En el quinto, otra vez se luce en verónicas de Manuel (¡otro bravo!). Banderillea El Galo con muchas dificultades. En la muleta, el novillo le atosiga, no para, y sólo puede mostrarse voluntarioso.

Francisco de Manuel ha triunfado ya en Madrid y ha sido uno de los novilleros punteros, la pasada temporada. Recibe al tercero con buenas verónicas clásicas. Brillan, como siempre, Iván García y Fernando Sánchez. Francisco se muestra firme y capaz pero el novillo se orienta pronto, saca la complicación propia de su encaste. Mata bien a la segunda y saluda. Recibe a la verónica al último y la gente lo agradece. Banderillean bien Juan Carlos Rey y Fernando Sánchez. Brinda a los músicos de Taburete. Logra algunos muletazos lucidos, en un trasteo de notable firmeza, y mata con rotundidad. Sin cortar orejas, me ha parecido más maduro que otras tardes, en que sí las obtuvo.

Cuando las reses salen encastadas, hay que dominarlas, antes de buscar la estética. Por desgracia, ni muchos novilleros ni muchos matadores actuales están acostumbrados a esta exigencia.

La Razón

Por Patricia Navarro. Francisco de Manuel, sobrio y sincero en Madrid

oreó a la verónica como si fuera un dibujo, un cuadro, despacio, fácil, con los vuelos, marcando los tiempos perfectos con las muñecas y con una media arrebujada, de esas que marcan la diferencia. Era Francisco de Manuel y suponía su llegada a Madrid, siguió con ese argumento de buenas maneras en el quite. Esperaba todo con ese tercer novillo de la ganadería de La Quinta, que descolgó y sacó ritmo en la capa. Cambió la cosa. Se cruzó en el camino el novillo, que desarrolló dificultades. Embestía tan por dentro que en más de una vez le arrolló con peligro. De Manuel ni volvió la cara ni se asustó. Ajustó los tiempos y las dificultades en una actuación muy digna.

Brindó al grupo de moda Taburete que ocupaba junto con un mítico David Summers, de Hombres G, un burladero de la plaza el novillo que cerraba plaza. Se desenvolvió bien con la capa de salida y también defendió la faena de muleta a un novillo que no permitía dudas y fue quedándose según avanzaba el tiempo. Anduvo firme, sincero y con oficio. Muy solvente en su lote y con buenas formas. Se tiró a matar con toda la parsimonia del mundo. Y la espada entró. Sobrio de principio a fin.

Toda la nobleza del mundo había tenido el novillo que abrió plaza, franqueza y calidad aunque en esas arrancadas faltaba transmisión. De ahí que las buenas maneras de Ángel Jiménez pasaran desapercibidas. Todo lo que hizo vino desde la verticalidad y el buen concepto, lástima que la espada se le fuera abajo. Complicaciones sacó el cuarto, que iba y venía, pero falto de entrega y costaba verle metido en la muleta. Así la faena del novillero que buscaba la manera hasta que el animal se rajó de camino a tablas.

Había apretado el segundo sin piedad cada vez que veía a un torero sin engaño. Bien lo sufrieron los banderilleros que les apretó mucho para dentro. Llegó con casta a la muleta donde repitió con ese punto de informalidad que pone más cuesta arriba las cosas, pero con transmisión. El Galo, su matador, puso voluntad en la faena, pero no logró imponerse y el novillo lo requería. Quiso poner banderillas en el quinto y lo padeció por momentos, este encaste tiene sus resortes. Llegó con movilidad y reponiendo a la muleta del novillero que puso todo lo que tenía, pero no siempre consiguió dominar los viajes del toro. Habíamos comenzado la tarde con una de esas noticias que pesan: la que anunciaba Jiménez Fortes y su necesidad de cortar la temporada de manera indefinida al someterse a la sexta intervención del tobillo. A toreros como él, se les espera. Este tiempo no es más que la necesidad de ponerte a punto, torero.

Madrid Temporada 2019

madrid_270519.txt · Última modificación: 2020/03/26 12:14 (editor externo)