Comenzó a construirse a finales de 1924 por la empresa bilbaína Gamboa y Domingo, a cuyo frente estaba el alfareño Santiago Domingo. Numerosos alfareños colaboraron trabajando en su construcción, adquiriendo acciones por su aportación laboral. Terminada la obra, el 5 de agosto de 1925, se creó la S.A. Plaza de Toros de Alfaro, y siendo en los años 50 el ayuntamiento el mayor accionista del coso procedió a municipalizar el inmueble. Fue inaugurada el 16 de agosto de 1925, contando con una capacidad de 5.165 espectadores.