Proyecto de reforma año 2008
Coso Marinero. La plaza de toros de Santoña fue inaugurada el 7 de septiembre de 1907, fecha en la que anualmente se celebra la procesión marítima en honor a la Virgen de Puerto, patrona de la ciudad. Se lidiaron toros del hierro sevillano de Eduardo Olea, para Antonio Guerrero “Guerrerito”, Castor Ibarra “Cocherito de Bilbao” y Luciano Bilbao “Lunares”.
Está edificada con los sillares de piedra caliza y baluartes que configuraban la muralla que protegía a la villa frente a las entradas marítimas.
El arquitecto fue Mario Camiño y el encargado de la obra fue Leoncio Alonso.
Tiene un redondel de 18,20 metros de radio, unas barrera o corona de 1,45 metros, dos filas de barreras o contrabarreras, un pasillo de 0,80 metros. Quince filas de tendido y una de tabloncillo, vientres palcos incluida la presidencia y debajo de ésta, una terraza que sirve de palco de comisión. A izquierda y derecha de los palcos, y al mismo nivel, asientos de gradería cubiertos por armazones de madera modernista, que hoy cercanos a los cien años, no existen.
La plaza esta dividida en ocho tendidos, cuatro de sol y cuatro de sombra, a los que se accede por la corona circular; los toriles y los corrales están frente a la presidencia. La capacidad de la plaza fue en un principio para 7007 localidades, que era el censo santoñés por aquel entonces; hoy día su aforo no supera las 6.000 localidades. Desde los tendidos, se puede divisar la bahía y los pueblos limítrofes; desde los palcos y gradas se puede distinguir la desembocadura de Algorta.
A partir del año 1880, empezó haber toros en la villa marinera de Santoña. Por aquel entonces, existían las famosas murallas y los fortines en el Pasaje. Había un tercero ubicado en lo que hoy es el monumento a Carrero Blanco; el otro estaba donde hoy está ubicada la Plaza de Toros, y ésta se hizo aprovechando la piedra de sillería del mismo.
Fue en el patio de armas del Fuerte, donde hoy se encuentra el monumento a Carrero Blanco, donde se torearon en Santoña los primeros novillos. Este fuerte tenía gradas de sillería, que hacían una media luna unida con las murallas por ambas márgenes; la otra media luna daba a la carretera y estaba cubierta.
Esta piedra se derribó y sirvió para construir la actual plaza de toros. Pero muchos años antes de ésta existía en el campo de San Miguel, donde hoy esta ubicado el colegio Juan de la Cosa, una plaza de madera, y en ella, se dieron varios festejos taurinos menores. Se cree que por allá, por el año 1890, ya existía esta plaza de toros, según relata el gran taurino Benjamín Valle Abascal. Y fue el general Miguel Brillabrille, gran aficionado e íntimo amigo de los toreros Salvador Sánchez “Frascuelo” y del cordobés Rafael Molina “Lajartijo”, que según datos de Benjamím, llegaron a torear en Santoña algún festival, quien trajo los primeros festejos taurinos. Se celebraron en las antiguas murallas del Pasaje, los días de fiesta del Ejército y los días de la Hispanidad y Santa Bárbara.
A partir de ese momento, se formó un grupo de amigos que se denominaron las Peñas de La Ordiga, La Santoñesa y Paloma. De aquí fue donde salió la idea de construir una plaza de toros.
Y en 1907, se inauguró lo que hoy es “El Coso Marinero”.
El día de San Pedro de 1906 llegó a Santoña el yate del industrial vasco señor Chavarri, desde Bilbao, con varios amigos, entre los que se encontraba Bernardino Sancifrián, entusiasta por todo lo que se refiere a Santoña. Éste comentó que lo que se necesitaba era una plaza de toros para que las fiestas y el nombre de la villa marinera llegasen a todas partes de la geografía nacional. De esa reunión entre amigos salió el proyecto, haciéndose una suscripción en el acto, bajo el ofrecimiento de Sancifrián de proporcionarles toda clase de facilidades y comprometerse, además de ser accionista, a que el municipio cediera suelo y piedra de las murallas para construirla. Se construyó inmediatamente la Sociedad Anónima con la denominación Taurina Cántabra, y cuatro días después, se comenzó el replanteo de la plaza, aprovechando como cimientos los que había en un baluarte comenzado y no concluido. Posteriormente, se amplió el capital, a lo que contribuyeron los señores Chavarri, Allende (Don Plácido) y Bernardino Sancifrian, así como algunos accionistas de Santoña, entre los que se encontraba la señora viuda de Castañeda, Ignacio Villarías y el súbdito italiano Ismalio Gatto.
Esta plaza en cualquier parte de España hubiera costado de 80.000 a 90.000 duros, pero aquí, por las condiciones especiales de tener solar gratis, piedra abundante, escombros, materiales en gran cantidad y una buena administración de Agustín Cenacota, la obra costó alrededor de 17.000 duros. Los planos fueron realizados por el arquitecto bilbaíno Mario Camiño. El administrador de la obra fue el Sr. Cenacota.
Las dos primeras corridas se celebraron los días 7 y 8 de septiembre de 1907, dando comienzo ambos festejos a las cuatro y media de la tarde; formaban cartel los mismos espadas: Antonio Guerra “Guerrelito” y “Cocherito de Bilbao”, y como sobresaliente, el afamado novillero vasco Luciano Bilbao “Lunares”, cumpliendo ambos como buenos trabajadores y valientes; los picadores incansables. El número de banderillas puestas en las dos corridas fue de 6 pares por los maestros y 31 por peones.. Los toros recibieron 62 varas, 22 estocadas y 30 puntillas. Murieron el día 7, nueve caballos y el día 8, murieron ocho caballos.
La entrada para la primera corrida fue muy floja al ser día de labor, siendo buena prueba de ello, el que estuvieran llenas todas las localidades caras (sombra), y en cambio, casi vacío. La segunda corrida, sin ser un lleno absoluto, fue una buena entrada. Resulta pues que, a pesar de los esfuerzos realizados por el empresario y todas las personas involucradas, tanto en el proyecto como en la inauguración, el fracaso recayó únicamente en el bolsillo de Sancifrián. Estos hechos fueron lamentados en su día por todos los buenos aficionados taurinos del lugar, ya que su atrevida empresa merecía mejor resultado.
El día de su inauguración, el 7 de septiembre de 1907, a las siete de la mañana se despertó Santoña con todas las calles y barcos engalanados, bajo un diluvio de cohetes y bombas reales anunciando las fiestas de la Virgen del Puerto, e inauguración de la Plaza de Toros. Fue inaugurada por las autoridades a las cuatro de la tarde. Se pusieron varios vapores para traer gente de la estación de Treto a la Plaza. El señor alcalde dictó un bando autorizando durante las fiestas a todos los Bares, a permanecer abiertos durante la noche; se organizó comida económica para los visitantes a la villa. Presiden la corridas de inauguración de la plaza, el alcalde de la villa marinera Manuel Ramón Palmas Bustillo que luce su famoso bombín. En el palco presidencial, bellas señoritas con mantillas blancas y madroño, Bernardino Sancifrián y el Marqués de Manzanedo. Tarde calurosa y floja entrada. El festejo dio comienzo a las cuatro treinta de la tarde; al hacer su aparición las cuadrillas son recibidas con música de paso doble de la banda del Regimiento Andalucía; su director estrena el pasodoble “Santoña taurina” Empresa: Bernardino Sancifrián, hombre que no escatimo en gastos para que todo saliera bien. Sobre el palco presidencial, una pancarta de la imprenta de Ricardo Meléndez que dice“ Santoña a los forasteros saluda”. Dejemos claro de una vez que no fue indultado ningún toro en esta plaza. Ningún cronista de la época lo escribe. Si dicen que murieron a estoque después de ser lidiados seis toros, mala cura se podría hacer por aquel tiempo en esta plaza para que un toro, retornara a su ganadería de origen curado; pongo en duda si habría algún veterinario en la plaza por aquella época. El libro de“Toros Célebres” del editor y critico taurino madrileño José Carralejo y Gonzalo Borges, editado en la imprenta de Ricardo Meléndez en 1908, dice :“Invencible” de Eduardo Olea, toro negro bragado y bien colocado de pitones, primero que se lidió al inaugurarse la plaza de Santoña (Santander), el 7 de septiembre de 1907. Lo mató Antonio Guerrero “Guerrelito”. “Invecible” mató cuatro caballos y dio la vuelta al ruedo a petición del público.
Picadores: Cipriano Moreno, Fabián Bilbao, Manuel del Pino “Monerri” y José Codes “Melones Chico”. Banderilleros: Manuel Mellado “Melladito”, Antonio Pérez “Mundito”, Federico Bizoqui, Cayetano Fernández “Cayetanito”, Eduardo Alba “Bonifaz” y Ramón Laborda “Chatito de Bilbao”; puntillero y sobresaliente, Luciano Bilbao “Lunares”.
Los toros: “Invecible” negro bragado, nº 63, “Lechuzo” cárdeno claro, nº 51 y “Secretario” cárdeno, nº 31; “Clavito” negro zaino, nº 25; “Cachondo” negro listón, nº 61; “Cigarrero” negro bragado, listón, nº 3.
Los toros costaron para las dos corridas 7.000 pesetas; los toreros cobraron por las dos corridas 3.000 pesetas cada uno; en sombra la entrada valía 4 pesetas y en sol 2 pesetas.
Fuente: Historia de la Plaza de Toros de Santoña -1907-2002. Autor: Felix Bodero Paredes
Proyecto de reforma año 2008
La centenaria plaza de toros de Santoña será rehabilitada en breve. Las obras supondrán una inversión de 1,2 millones de euros. De hecho, ya está aprobado el proyecto de rehabilitación presentado por los hermanos Fernando y José Manuel Vega Calleja, para este edificio que forma parte de los elementos del Patrimonio de Protección Singular enumerado en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Santoña.
Categoría: 3ª
Aforo: 6.000 localidades.
Propietario: Ayuntamiento de Santoña.
Santoña seguirá gestionada por Circuitos Taurinos. Circuitos Taurinos, 21/5/15. El empresario Carlos Zúñiga gestionará durante cuatro temporadas más la plaza de toros de Santoña. Los buenos resultados cosechados durante los tres últimos años, en los que ha dirigido con acierto el coso de la localidad cántabra, han impulsado la continuidad de la empresa Circuitos Taurinos.