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Roquetas Temporada 2018

Feria Santa Ana 2018

20 julio: novillada escuelas.

21 Julio David Fandila, José María Manzanares y Andrés Roca Rey 6 El Pilar 6

22 Julio Enrique Ponce, Julián López El Juli y Miguel Ángel Perera 6 Alcurrucén.

Sábado 21 de julio de 2018. Plaza de toros de Roquetas de Mar (Almería) - lleno en tarde veraniega. Feria de Santa Ana. Primera de abono. Corrida de toros del Pilar - de distintas hechuras y volúmenes, nobles y con transmisión en su mayoría a excepción del segundo y tercero. El cuarto fue premiado con la vuelta al ruedo - (exigente con genio el primero, blando y rajado el segundo, blando y deslucido el tercero, noble y pronto el cuarto, deslucido el quinto y con recorrido el sexto) para David Fandila “El Fandi” de nazareno y oro (oreja y dos orejas tras aviso), José María Manzanares de azul Rey y oro (silencio y dos orejas) y Roca Rey de tabaco y oro (silencio tras aviso y oreja con petición de la segunda). Al finalizar el paseíllo, la terna fue obligada a saludar una ovación desde el tercio. Además “El Fandi” donó un traje de luces azul Rey y oro al museo taurino de la plaza de toros de Roquetas de Mar.

Doble puerta grande en el éxtasis del Fandi, por Alberto Bautista

Como viene ocurriendo en los últimos años, “El Fandi” volvió a ser profeta en Roquetas de Mar. El municipio almeriense vibró con el granadino en una tarde pletórica de principio a fin que se llenó para la ocasión en el inicio de la feria de Santa Ana. Al finalizar la primera parte del festejo alicaído y sin consonancia con la enorme afición roquetera salió el cuarto, un toro del Pilar con el que “El Fandi” dueño y señor de la tarde se lució en banderillas ¡hasta cuatro pares colocó! y echando rodilla en tierra se adornó con dos tandas en redondos que puso a los tendidos boca abajo. Extasis total. Inmejorable tarjeta de presentación del granadino muy querido en esta tierra ante un ejemplar pronto y con genio, que tuvo calidad sobre el pitón izquierdo y que incluso le llegaron a pedir el indulto, pero el Presidente obligó a deshacerse de un toro con calidad y transmisión pero falto de casta. Paseó las dos orejas ante el enfervorecido público y premió al toro con la vuelta al ruedo.

Con el que abrió función, paseó un trofeo en una faena que brindó al público, y que el epílogo en banderillas precedió a una actuación medida exprimiendo mucho a un toro con muletazos sobre ambas manos, corrigiendo defectos y tirando de oficio ante un toro noble y exigente que terminó echando la persiana, y que acabó defendiéndose. Pero la tarde fue del Fandi. Profeta en su segunda tierra: Almería.

Ensombrecido por la portentosa actuación del granadino, Manzanares no quiso irse de vacío del municipio almeriense y acompañó al Fandi en su salida a hombros tras desorejar al quinto, un premio tal vez excesivo a una labor pulcra a la par que ramplona alternando el toreo en redondo con pases de pecho y coronada de un soberbio volapié. Fue silenciado con el segundo que acusó el puyazo y que el alicantino solo pudo estirarse en el saludo a la verónica. El del Pilar se acabó a las primeras de cambio y Manzanares mantuvo la atención sin eco en los tendidos.

Por su parte Roca Rey pasó de puntillas y fue el convidado de piedra de la tarde. Gran parte de culpa la tuvieron los dos garbanzos negros del encierro que fueron a parar al lote que sorteó. El impresentable tercero, corniapretado y de feo estilo descabalgó al picador y la mala lidia unida a la orientación y sentido que desarrolló el toro, acabó con las opciones del huracán peruano. La faena sin transmisión careció de respuesta ante un toro que embistió a media altura. La historia pareció cambiar con el sexto, pero fue un puro espejismo. El toro se enceló en el peto y Roca Rey dejó patente su disposición y arrojo en otra faena de cara a la galería ante un ejemplar deslucido. Mató de una estocada, se le pidió el doble trofeo pero finalmente fue premiado con un apéndice. Se fue a pie. A hombros se marcharon “El Fandi” y Manzanares en una tierra que mantiene intacta la afición por la Tauromaquia. Sol, playa y toros son los ingredientes de un fin de semana para el recuerdo.


Domingo 22 de abril de 2018. Plaza de toros de Roquetas de Mar (Almería) - casi lleno en los tendidos en tarde veraniega -. Feria de Santa Ana. Última de abono. Corrida de toros de Alcurrucén - correctos de presentación, nobles pero de escasa transmisión - (inválido el primero, manso el segundo, con calidad el tercero, con duración el cuarto, sin transmisión el quinto y noble el sexto) para Enrique Ponce de grana y oro (oreja con petición de la segunda y dos orejas tras aviso), Julián López “El Juli” de rioja y oro (oreja en ambos) y Miguel Ángel Perera de gris plata y oro (oreja tras aviso y oreja). Al finalizar el paseíllo, la terna saludó una ovación desde el tercio. Sergio Aguilar se desmonteró tras parear al segundo.

Festival de orejas en el cierre de Roquetas, por Alberto Bautista

Roquetas de Mar en el litoral almeriense tiene el paraíso en su arena como máximo exponente, ni que decir sus kilométricas playas que bañan sus aguas cuyo clima hace el disfrute de miles de veraneantes años tras año. No solo por el sol y playa la gente acude en masa a Roquetas, y es que su feria taurina que cada año asciende en espectadores, carteles y en un abanico cultural de primer nivel, genera entusiasmo y admiración en muchos municipios de España, pero pocos son los que pueden competir a este nivel. Y es que la fórmula de la clase práctica y dos corridas de figuras durante más de quince años, sigue siendo el paladín del embrujo y tradición taurina por excelencia.

Esa excelencia no siempre puede ser completa en su máxima acepción porque en el ruedo lo visto en el festejo que abrochó la feria de Santa Ana, se tradujo en el ambiente informal y festivo; ante una corrida sin mucha historia de Alcurrucén, que arribó con un sexteto sin ninguna transmisión y con un cartel que excepto Perera y Ponce en el cuarto, vino a solventar el expediente sin ningún cáliz de acontecimiento. Y es que mucho se han hablado en las redes sociales de los más de 90.000 euros del caché del “Juli” en Roquetas y visto lo visto, es auténticamente excesivo.

En cuanto a la tarde, Enrique Ponce fue el triunfador numérico de un festejo minado por el pobre encierro toledano. Lo mejor del valenciano llegó con el cuarto en una faena de entrega y cadencia donde volvió a desempolvar el tarro de las esencias: Poncinas, cambios de mano, precisión, largura en el trazo y toreo en redondo en una labor compacta y entregada, donde aunó oficio y estética a partes iguales. Dejó una estocada tras pinchazo, y la vuelta al ruedo con las dos orejas fue un auténtico baño de masas. Con el primero volvió a obsequiar el manual de siempre, aunque esta vez combinó los pases cambiados en otra faena larga con una tanda al inicio para el recuerdo. El ambiente festivo le obsequió con otro apéndice. No fue ni mucho menos la tarde soñada de Ponce, pero la estética y el oficio del de Chiva continua patente tarde tras tarde.

Miguel Ángel Perera fue de largo lo mejor de la tarde, tras demostrar su raza de figura toreando con la planta erguida y lejos estereotipos y pantomimas. Las zapatillas atornilladas en la arena, le sirvió para arrear en sus dos toros en otro ejercicio de entrega y disposición, cualidades que no aprovechó en el tercero tras formar un alboroto y que estropeó con la espada. Aun así paseó una oreja. Con el sexto se aseguró la puerta grande tras cortar otro trofeo en una labor que brindó al público y que acabó ahogándole la embestida al burel que dijo poco, pero Perera con la raza que le caracteriza fue todo voluntad. La plenitud.

Completó la foto de la salida en volandas “El Juli”, que pechó con un manso en primer turno al que le dio coba y por inspiración divina fruto de su oficio, acabó metiéndolo en la franela a base de administrar tiempos y distancias, y que tras una tanda de naturales de mucho mérito y capacidad cortó una oreja. Trofeo que repitió con el quinto, otro toro deAlcurrucénque se desentendió en los primeros tercios y que “El Juli” sucumbió a los encantos de cara a la galería. Tres circulares por la espalda pusieron en ebullición unas luquecinas que encendieron al público. Pinchó pero el descabello certero le abrieron de par en par una puerta grande compartida.

La tarde terminó con la salida a hombros de la terna y con el éxtasis de la fiesta en su punto de ebullición. La fiesta resurge en municipios como Roquetas de Mar, donde una buena gestión municipal y la apuesta por la fiesta, hace que el turismo se multiplique en un fin de semana muy taurino. Con dos carteles de figuras, con cinco salidas a hombros y dos llenos en una feria irrepetible. Defender, difundir y disfrutar de la fiesta de los toros es posible en Roquetas.

roquetas_temporada_2018.txt · Última modificación: 2021/05/06 10:24 por paco