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REAL MAESTRANZA DE SEVILLA

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Tarde del Domingo, 2 de mayo de 2010

Corrida de novillos

FICHA TÉCNICA DEL FESTEJO

Ganadería: Toros de Guardiola Fantoni (de diferente presentación y juego desigual; el 4º fue devuelto a corrales por descoordinarse al derrotar contra el burladero en la salida; escasos de fuerza, nobles y mansos en general; pitados en el arrastre, excepto 2º y 6º, buenos, aplaudidos).

Diestros:

Arturo Saldívar: Estocada trasera (saludos desde el tercio); más de media estocada (silencio).

Manuel Fernández. Estocada, descabello (saludos desde el tercio); media estocada tendida, 4 pinchazos, media estocada (silencio).

Thomas Duffau. Se presenta en plaza. Estocada desprendida (silencio); pinchazo hondo (silencio).

Saludaron: Curro Robles, en el 5º; Rafael Lisita, Luis Leal y Jesús Robledo ‘Tito’ tras un quite providencial, en el 6º.

Presidente: Julián Salguero.

Tiempo: Soleado y agradable.

Entrada: Media plaza.

Crónicas de la prensa: ABC, El Mundo, El Correo de Andalucía.

© Saldívar da un pase con la muleta a uno de sus toros de ayer. Arjona/El Correo de Andalucía.

Lo mejor, lo peor

Por Juan Carlos Gil.

Lo mejor: La torería de los banderilleros

Que no suene a puyazo a los matadores, que no se entienda como crítica exacerbada a los espadas… No es nada de eso, ni mucho menos, pues tienen un mérito tremendo jugarse la yugular ante tan astifinas defensas. Pero esta tarde los que estuvieron, de verdad, para rodar por el tendido han sido los banderilleros. Por un lado, Curro Robles, que ante el segundo de la tarde había pasado las de Caín, pues se metía por dentro y embestía a la altura del estaquillador, se desquitó en los dos pares de banderillas al quinto. El utrero estaba agarrado al piso y tuvo que asomarse al balcón con valor, con sapiencia y sobre todo con mucho riesgo. Y así lo hizo… expuso una barbaridad y metió los brazos con destreza en las dos ocasiones. Pero además, el quite de su compañero fue providencial. Luis Leal estaba bien colocado y pudo cortar la embestida del novillo de Guardiola, que apretaba para adentro.

El que también fue un quite salvador fue el de Jesús Robledo “Tito”. El torero de plata Christophe Aispurúa estaba en un momento crítico, acababa de salir del par apurado, tropezó y cayó justo en la cara del novillo. En eso momento apareció el capote milagroso del tercero de la cuadrilla del torero siguiente, que a pesar de estar en el último de la tarde, no había perdido la colocación y estaba en su sitio. Metió el capote y salvó al compañero. Aquí es donde se demuestra la impagable solidaridad que se manifiesta de forma vívida en el mundo de los toros. Una de las mejores lecciones educativas que puede uno llevarse en un mundo avaricioso, insolidario y devastador.

Lo peor: La escasez de posibilidades

Los chavales lo intentaron con todo el bagaje que les cabe en el esportón. Saldívar tiene buen corte de torero y saber correr la mano pero peca de ser un torero frío. No pudo triunfar porque sus novillos se agarraron al ruedo y no regalaron ninguna embestida. El chaval de Dos Hermanas puso pasión y ganas, pero le sobraron dos arrimones en el quinto. El toreo es una cuestión de medida y él perdió el metraje. Estuvo bien ante el segundo… hasta la tercera embestida que se metía por dentro y al él le faltaban recursos para buscarles las vueltas. Y el chaval francés no encontró la clave que descifrara las oscuras acometidas del sexto, que no eran un dechado de virtudes pero él pasaba con más docilidad que sus hermanos.


ABC

Por Lorena Muñoz. Deslucido e insulso arranque de las novilladas de abono

La novillada de Guardiola no fue para comprarse dos cortijos pero tampoco tan mala como para que ninguno de los tres debutantes aprovechara las posibilidades que presentaron algunos ejemplares. Si se tiene en cuenta que entre los tres no llegaban a la veintena de festejos toreados en la temporada pasada, es posible que se pueda entender un poco mejor el porqué del pobre resultado.

Otra cosa muy distinta es saber que hacer el paseíllo en Sevilla conlleva una gran responsabilidad y para ello hay que estar más que preparado. Una plaza de la categoría de la Maestranza puede darte tanto como quitarte. Por este motivo hay que saber si se está preparado para tan firme compromiso antes de anunciarse y hacer el paseíllo. Saber esperar a pesar de la oportunidad que supone triunfar en Sevilla ya que también hay que valorar el coste del fracaso.

Parte de esta reflexión es lo que ocurrió con los tres debutantes que evidenciaron y, con cierta lógica, que están poco placeados.Y en contra de toda lógica, los novillos, excepto el quinto, fueron despachados con estocadas efectivas a pesar de que la suerte suprema es lo que plantea más problemas a los novilleros. Solvente con la espada estuvo Arturo Saldívar que corrió un lote manejable en conjunto aunque con matices. El que abrió plaza estuvo justísimo de fuerzas -se empleó en varas- pero el mexicano no pasó de aseado. Estuvo por allí pero sin cruzarse ni dar un paso hacia delante. Con el cuarto bis, devuelto tras descoordinarse el titular al rematar en un burladero, tampoco se cruzó ni lo llevó toreado en ningún momento. Hubo demasiados enganchones que sonaron a plomo en cada muletazo en una faena voluntariosa y pasada de metraje.

Manuel Fernández mostró muchas carencias técnicas pero también muchísima voluntad y ganas. El segundo de la tarde fue un astado complicado que desarrolló a medida que avanzó la faena. El de Dos Hermanas se llevó una fea voltereta de la que se sobrepuso y dejó algún natural estimable. El de Guardiola tuvo sus complicaciones pero precisó de más firmeza. En el quinto estuvo encimista tras una tanda con la diestra aseada ya que el de Guardiola se quedó parado. Lo más destacado fueron los dos pares de banderillas de Curro Robles, y el gesto de Javier Gómez Pascual que renunció a desmonterarse ante la invitación de su compañero al entender que no lo merecía.

El francés Thomás Duffau pechó con el manso tercero que llevó la cara a media altura, buscando las tablas a la salida de cada muletazo y que acabó rajado en la puerta de chiqueros. Así las cosas, la faena fue un trasteo insulso sin historia en la que tampoco el diestro apretó el acelerador. La única historia del sexto fue el quite providencial de Jesús Robledo ‘Tito’ a Rafael Lisita cuando estaba en el suelo tras tropezar a la salida de un par de banderillas. Duffau brindó al público pero no consiguió plantear ninguna faena a un astado que tuvo algo más.


El Mundo

Por Carlos Crivell. Manuel Fernández debuta y se justifica

La novillada de Guardiola no fue ni buena ni mala. En el lote presentado hubo algunos que permitieron a sus espadas la posibilidad de mostrar sus condiciones. En general, a los novillos les faltó algo de clase y más movilidad en el último tercio. Aún así, si el balance de los tres debutantes es pobre, que no se les ocurra culpar a los novillos. Si así lo hicieran, se estarían colocando una venda par ocultar la realidad.

La realidad es que un novillero tiene que mostrar mayor disposición en su presentación en Sevilla. Seguro que alguien les había dicho, sobre todo al mejicano Saldívar y al francés Duffau, que debían hacer las cosas bien, con tranquilidad, sin ninguna prisa, pero lo que hicieron fue estar muy compuestos para no torear a sus astados. Ambos, Saldívar y Duffau, tuvieron enfrente novillos para lucirse.

El mejicano Arturo Saldívar le dio pases por fuera, sin ningún ajuste, al primero. El novillo era soso, probablemente contagiado de su lidiador. Con el sobrero cuarto no se entendió. El de Guardiola le enganchó la muleta con la diestra y con la zurda. Saldívar torea con la suerte descargada, dejando atrasada la pierna de salida, y eso, aunque lo hagan las figuras, en uno que empieza es señal de ventajismo.

El francés Duffau tropezó con un novillo rajado en primero lugar. El animal quedó lastimado en una costalada de salida y se fue de la muleta del francés. El problema llegó en el sexto. Lo lidiaron de forma pésima, recibió capotazos de todo tipo por todos los lados, y todavía metió bien la cara el de Guardiola, sobre todo por el lado izquierdo. Duffau no fue capaz de aprovecharlo. No se quedó para ligar ni el temple fue su gran virtud. Si se añade un componente estético dudoso, se llega a la conclusión de que su presentación en Sevilla no dejado ninguna huella.

El único de la terna de mostró cosas de novillero fue Manuel Fernández. Los lances del saludo al segundo fueron buenos. El utrero era pegajoso y Fernández dejó entrever una buena zurda en muletazos de largo recorrido y corte muy estimable. Se llevó una voltereta en su afán de intentar quedarse colocado para torear. Con el parado quinto estuvo como tiene estar un chaval de debuta en la Maestranza. Si el de Guardiola era un marmolillo, Fernández le echó casta y arrestos para robar algunos pases. Lo malo fue que la espada le jugó una mala pasada y le costó un mundo liquidarlo.

Por tanto, dos novilleros con el freno echado y uno, el nazareno Fernández, que quiso buscar los resortes para dejar algún eco de su paso por la plaza sevillana. La novillada fue cansina, aunque estuvo animada por dos buenos picadores, Iturralde y Pimpi, que torearon a caballo. Y un banderillero, Jesús Robledo “Tito”, le hizo un enorme quite de peligro. Son detalles de una tarde de poco contenido en la Maestranza


El Correo de Andalucía

Por Álvaro Rodríguez del Moral. Tres nacionalidades para una novillada exenta de argumento

Como en aquellos chistes de otro tiempo, la terna de novilleros reunía a un francés, un español y un mexicano que brindaban un escalímetro de la universalidad de una fiesta que, entre unas cosas y otras, anda en la cresta de la actualidad. Pero el caso es que la particular sociedad de naciones torera acartelada ayer en la Maestranza no fue capaz de dar ni una sola vuelta al ruedo con un encierro de guardiolas encastados en Villamarta que desnudó la escasez de recursos y la precaria ambición de la terna.

El mexicano Arturo Saldívar fue el encargado de abrir fuego con un novillo un pelín soso pero cargado de nobleza para andar por allí con mucho más compromiso. El chico navega por allí con afectamiento, tan pendiente de su propio espejo como alejado del verdadero sitio de torear. Y se dedicó a describir órbitas sin perder los papeles, sí, pero certificando que anda muy corto de ganas de ser. Nuestro cuate del otro lado del charco iba a repetir la misma canción con el cuarto, un astado con sus cositas y sus problemas que se acabó moviendo detrás de la muleta sin que el lidiador azteca acertara a comprometerse de verdad.

Algo más cercano en la distancia, el novillero de Dos Hermanas Manuel Fernández las pasó moradas con el segundo de la tarde, un ejemplar tan importante como complicado con el que no cabía ni una sola duda; que exigía mando y un poderío más allá de la simple gestualidad. Fernández llegó a enjaretarle algún natural largo pero el novillo no pasaba una y aunque tomaba la muleta con profundidad y recorrido sabía perfectamente lo que se dejaba atrás. Y así, cazó al novillero nazareno, falto de agilidad por su enorme corpulencia. Con el quinto de la tarde, que se aplomó absolutamente, Fernández llegaría a escenificar una faena en la que hubo más planteamiento que resolución. Aunque llegó a enseñar su mejor versión en dos o tres muletazos de aire macizo, la verdad es que el novillo era una estatua inanimada y no había faena posible.

El francés Thomas Duffau dejó una impresión muy desdibujada en su debut maestrante. Inexpresivo con el distraído tercero, mostró demasiada desconfianza con el sexto de la tarde, un novillo correosillo y muy corto de viajes que tampoco se comía a nadie. El novillero galo anduvo muy falto de recursos y se hartó de dar pases sin ningún hilo.


Sevilla Temporada 2010

sevilla_020510.txt · Última modificación: 2020/03/26 12:12 (editor externo)