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toledo_temporada_2022 [2022/06/17 00:19] paco |
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El sexto, fue de largo el mejor de la corrida: embistió franco en la muleta del toledano, iba largo por ambos pitones con extraordinario tranco y de movilidad encastada. Faena a placer y con el público metido en el bolsillo, cuando todo el mundo cantaba ya la puerta grande la espada lo estropeó hasta en dos ocasiones pero el público le pidió la oreja. Menos mal, que el presidente no claudicó a semejante escarnio que de haberla concedido hubiese puesto a la plaza de Toledo a la altura de Benidorm. | El sexto, fue de largo el mejor de la corrida: embistió franco en la muleta del toledano, iba largo por ambos pitones con extraordinario tranco y de movilidad encastada. Faena a placer y con el público metido en el bolsillo, cuando todo el mundo cantaba ya la puerta grande la espada lo estropeó hasta en dos ocasiones pero el público le pidió la oreja. Menos mal, que el presidente no claudicó a semejante escarnio que de haberla concedido hubiese puesto a la plaza de Toledo a la altura de Benidorm. | ||
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Talavante ofreció dos versiones: la de figura entregada, mágica y cautivadora en el segundo y la del torero acabado en el aire del recién concluido San Isidro: apático y sin ideas. Ni qué decir tiene que preferimos quedarnos con la imagen ofrecida en su primero de un torero muy irregular en esta última etapa. La firmeza ofrecida en el segundo de la tarde del que paseó una oreja gracias al estatismo y la quietud combinada con el juego de muñecas en una labor plácida ante un toro manejable con transmisión, contrarrestó con la mantenida en el muy deslucido quinto en actuación plomiza como la temperatura… arrecieron los males isidriles con la espada. Un mero espejismo de realidad y otra cura de humildad para el ¿mago?. | Talavante ofreció dos versiones: la de figura entregada, mágica y cautivadora en el segundo y la del torero acabado en el aire del recién concluido San Isidro: apático y sin ideas. Ni qué decir tiene que preferimos quedarnos con la imagen ofrecida en su primero de un torero muy irregular en esta última etapa. La firmeza ofrecida en el segundo de la tarde del que paseó una oreja gracias al estatismo y la quietud combinada con el juego de muñecas en una labor plácida ante un toro manejable con transmisión, contrarrestó con la mantenida en el muy deslucido quinto en actuación plomiza como la temperatura… arrecieron los males isidriles con la espada. Un mero espejismo de realidad y otra cura de humildad para el ¿mago?. | ||