La película Tardes de soledad, Concha de Oro en el Festival de San Sebastián
Dirigida por Albert Serra, narra la vida del torero Andrés Roca Rey durante un día de corrida. “Esta es una película taurina, eso seguro«.
Entrevista de RTVE a Alberte Serra: «¿Es una película taurina o antitaurina? “Esta es una película taurina, eso seguro –nos comenta Serra-. Porque pone en valor muchas cosas de las que suceden en la plaza y de lo que hay detrás. Aparte de eso, la película está hecha con una honestidad extrema y no rehúye ningún elemento de los que forman parte de este ritual o de esta tradición. En ese sentido cada uno sacará las conclusiones que quiera”.
“Pero yo creo –añade, que es una película más necesaria que nunca. Porque es necesario que ciertos temas, ciertos valores que convoca la tauromaquia, se pongan encima de la mesa y se expliquen de una manera que, modestamente, no se habían visto antes por varios motivos. Primero, sobre todo por la tecnología. Antes no había micros inalámbricos que pudieran llevar los toreros durante cinco horas. Y con ello podemos escuchar cosas que hasta ahora nunca habíamos oído”.
“Y segundo –añade-, porque gracias a la tecnología digital se puede tener todo el metraje junto, combinar las cosas, qué momento de cada corrida es mejor… Eso no se podía hacer antes. Y todo eso lo he combinado a mi manera, modestamente y con toda la cautela y sensibilidad con la que he podido. Creo, honestamente, que hay algo único en la película”.
Planos cortos que no evitan la agonía de los toros
Estamos acostumbrados a la realización televisiva de las corridas, en la que abundan los planos generales. Pero Serra opta por los planos cortos, a veces hasta detalles. “No quería repetir esa realización televisiva –asegura Serra-. Cuando te acercas un poco, cuando estás en el callejón… ves las cosas con una intensidad y una expresividad apasionantes. Creo que nunca antes se había visto así una corrida de toros. Y esa proximidad, pienso que nos hace sentir y vivir la experiencia de una corrida de una forma completamente nueva”.
Serra nos muestra hasta la agonía de los toros: “Creo que era necesario ver esa agonía –asegura el director-. Es la trascendencia de la tauromaquia. Siento que si no mostrara eso, la visión que quería dar estaría incompleta y no afectaría al espectador de la misma manera. Creo que la belleza y la autenticidad de la tauromaquia pasa por aquí. En Portugal no se mata a los toros y ¿Quién prefiere la tauromaquia como se hace en Portugal respecto a España? Nadie”.
“Creo que hay belleza en la agonía de los toros –añade-. No sé si belleza sería la palabra indicada, porque parece provocativa, pero creo que sí que hay algo… como un recuerdo eterno de cosas. Y creo la gente lo exagera un poco. Porque el toro no sabe que va a morir, no sabe que existe la muerte, no es consciente de nada de esto. Es, sobre todo, un proceso lento, más lento que en la vida real. Y por eso el cine hace muestra cosas que no se pueden ver en la vida real: ves como la vida se le escapa o abandona al toro. Y hay algo profundamente humano en ese pequeño movimiento de la vida que ligeramente se aparta. Por eso hay un subalterno que exclama: “la vida no vale nada”, casi queriendo decir que la vida, la conservación de la vida en sí misma, no tiene ningún valor. Su valor es utilizarla para hacer algo más. Utilizarla y jugársela o despreciarla en el sentido de que la vida sirve para hacer más, para hacer gestas. Yo creo que la película lo ilustra y la tauromaquia nos recuerda esto”.
“Pero si la gente se pone en plan la vida, la vida… ni se solucionan los problemas del mundo ni se hace nada” –añade el director-.
El peruano Roca Rey es el protagonista del documental
El miedo es otro de los temas del film: “Sobre todo la superación del miedo -asegura el director-. Yo puedo tener miedo de lo que pensará la gente. Pero si fuera así no había hecho esta película, porque no tenía ninguna necesidad de hacerla. De hecho, no gano nada con esto, todo son problemas Ya soy suficientemente conocido. Y no solo esto. Para mí, son problemas. Por eso insisto en que la vida es para utilizarla para luchar por causas, en mi caso por causas artísticas y en el caso del torero por el arte de la tauromaquia. Creo que la vida es una lección permanente de lo efímero de las cosas, incluida la misma vida. Por eso insisto en que hay que aprovechar la vida para hacer algo”.
Preguntamos a Albert Serra por qué eligió al torero peruano Andrés Roca Rey como protagonista de la película: “Empezamos el rodaje con él y con Pablo Aguado –nos explica-. Pero enseguida vimos que iba a ser demasiado. Porque para la película hemos rodado más de 800 horas de metraje. Además, Andrés tenía esta cosa del compromiso, que significa que puede torear donde quiera y cuando quiera. Y, además, como dicen en la película “se va a inmolar” en cada corrida, va a darlo todo siempre. Muchas veces en las corridas pasan pocas cosas destacables, pero sabías que con él siempre iban a pasar cosas, nos iba a ofrecer constantemente imágenes potentes”.
La película es un prodigio técnico con una música, una fotografía y un montaje insuperables. Y gracias a esos planos cortos tenemos la impresión de estar asistiendo a una danza entre Roca Rey y los toros. “Lo bueno de Roca Rey es que es muy exigente y se acerca mucho a los toros. Nos ofrece planos que no podrían soportar otros toreros. Hay que estar al máximo nivel para mostrar esa sinuosidad del movimiento, que es casi como abrazar al animal. Conjuga el movimiento con los toros casi como un baile, como si fueran dos personajes en un salón de baile. Pero con el riesgo añadido del peligro del encuentro de ese choque entre la civilización del ser humano y la brutalidad del animal”.
¿Qué lleva a un torero a jugarse la vida?
En cuanto a qué cree que lleva a un torero a jugarse la vida, Albert Serra nos comenta: “Nunca lo hablé con Roca Rey. Me limité a filmarle para intentar descubrirlo. Y todavía no lo he descubierto. Es algo que va más allá de nuestra comprensión. Creo que, si no estás ahí, cuesta entenderlo. De hecho, casi los únicos que le pueden entender, como se ve en la película, son los de la cuadrilla”.
“Ahí, en ese respeto que la tiene la cuadrilla es donde comprendemos que ellos sí que ha llegado a un nivel, en el sentido espiritual y de entrega, al que otros toreros nunca llegarán. Y por eso le tienen, digamos, tanta adoración. Pero el motivo último de esa pasión por los toros, si tu no lo has descubierto viendo la película, confieso que yo tampoco lo descubrí haciéndola”.
La película también muestra los ritos de los toreros (como ponerse y quitarse el traje o rezar antes de las corridas) “Simplemente filmo lo que ellos hacen. Evidentemente, tienen que para enfrentarse al miedo , sobre todo en las grandes plazas importantes y con toros peligrosos. Creo que la presión y el miedo es constante, incluso diría brutal y muy exigente en algunos momentos. Y yo, como digo, me he limitado a rodar todos esos momentos con la cámara”.