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Real Maestranza de Sevilla

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Lunes, 12 de octubre. Corrida de la Cruz Roja

Corrida de toros

FICHA TÉCNICA DEL FESTEJO

Ganadería: Toros de Las Ramblas (desigualmente presentados, con diferente juego; mansos; los mejores, 5º y 6º).

Diestros:

Antonio Nazaré: Estocada tendida (silencio); dos pinchazos, estocada tendida (silencio).

Miguel Ángel Delgado: Estocada caída (ovación); estocada en su sitio (oreja).

Esaú Fernández: Estocada, dos descabellos (silencio); pinchazo, media estocada, descabello (ovación).

Banderilleros que saludaron: Raúl Ruiz y Fernándo Sánchez, de la cuadrilla de Miguel Ángel Delgado, en el 2º.

Presidente: José Luque Teruel.

Tiempo: inestable y soleado; temperatura agradable.

Entrada: menos de media plaza.

Incidencias: entre los toros tercero y cuarto, un grupo de unos diez chavales de entre 9 ó 10 años desplegaron una pancarta con el lema 'Jóvenes Ecologistas Taurinos', recibiendo el aplauso del respetable.

<iframe src="https://player.vimeo.com/video/142180867" width="500" height="275" frameborder="0" webkitallowfullscreen mozallowfullscreen allowfullscreen></iframe> <p><a href="https://vimeo.com/142180867">Resumen Corrida 12 Octubre Sevilla</a> from <a href="https://vimeo.com/maestranzapages">Maestranza Pag&eacute;s</a> on <a href="https://vimeo.com">Vimeo</a>.</p>

Galería de fotos: http://www.plazadetorosdelamaestranza.com/index.php/galerias

Crónicas de la prensa:

Puerta de Arrastre

Por Santiago Sánchez Traver

Se acabó lo que se daba. Con una entrada pobrísima, que anticipé hace dos semanas, que a ver lo que les queda a la Cruz Roja, se supone que una ruina para la empresa y el exiguo piso plaza para la organización de voluntarios. Los toros, también previsible, no dieron mucho juego, y los toreros tuvieron que poner todo de su cuenta. Nazaré, que no está conforme con su carrera y acaba de romper con los que siempre lo han llevado, los Moreno, tiene un complicado futuro en la temporada que viene. El ecijano Miguel Ángel Delgado demostró que es justo que se le ponga en más carteles, y ha dado dos aldabonazos importantes en este final de campaña para que así sea la próxima temporada. Buena actuación y merecida oreja la última del año 2015 en la Maestranza. El camero Esaú volvió a dejarse la pelúa en la espada, como en San Miguel. Y esas oportunidades que pasan no vuelven. Lo lamentará este invierno, sin duda. Y ahora a pensar en el año que viene: sin más presiones, sin plantes, con menos crisis…A ver quién se merece venir. Y, sobre todo, por cuánto, que es el quid de la cuestión. Y a ver quién trae más gente, porque ese es el dilema, no otro, en estos tiempos.

Lo mejor, lo peor

Por Sandra Carbonero

Lo mejor: No hay quinto malo. La tarde de hoy era de esas en las que la suerte debía de acompañar. Esaú repetía tras su éxito en la Feria de San Miguel, Delgado por fin se veía anunciado en Sevilla tras pedir durante mucho tiempo una oportunidad y Nazaré, tras una temporada dura, buscaba volver a triunfar. Una corrida en la que además se celebraba el 50 Aniversario desde que Rafael Astola indultó a Laborioso del Marqués de Albaserrada. Pero al final es el toro el que manda y la corrida de Las Ramblas salió mansa y peligrosa en líneas generales. Miguel Ángel Delgado aprovechó la situación y le cortó una oreja al quinto. El de Écija salió a por todas y comenzó la faena en los medios con la zurda en una serie con mucha emoción, que hizo sonar la música. La siguiente fue aún mejor, llevándolo cosido en la muleta y con un bellísimo cambio de mano. Pero el de Las Ramblas se apagó pronto y Delgado tiró de la valentía hasta el punto que fue volteado. Tenía el trofeo en la mano y dejó un gran espadazo. Eso fue lo que faltó, otra vez, a Esaú Fernández para conseguir la oreja del sexto. Un animal que salió con mucho motor. El de Camas le dejó puesta la muleta, toreándolo largo y por abajo. Fue otro animal que duró poco y las embestidas cada vez eran más cortas. Esaú acabó entre los pitones. Nazaré tampoco tuvo muchas opciones con un lote con el que esto por muy por encima y muy firme. Mención aparte merece la gran actuación toda la tarde de Fernando Sánchez con los palos, junto a Raúl Ortíz y Antonio Osuna.

Lo peor: Te echaremos de menos. Un 12 de octubre más nos toca despedirnos de ti hasta el Domingo de Resurrección. Qué duro es largo invierno sin pisar tus tendidos. Sin ver un paseíllo bajo los sones de “Plaza de la Maestranza”. Sin una faena en tu albero que nos emocione. Sin tus silencios y tus oles. Mientras, tú seguirás ahí tan bella como siempre y nosotros, contando los días para verte y con un único deseo: poder disfrutar contigo la próxima temporada, querida Maestranza.

ABC

<img src="http://www.portaltaurino.com/images/criticos/fdo_carrasco.jpg"/>Por Fernando Carrasco. El «aquí estoy yo» de delgado

Miguel Ángel Delgado es un muy buen torero pero, como tantos otros, no ha tenido suerte desde que tomó la alternativa. Hasta este lunes en Sevilla, donde mostró sus cartas y gritó un «aquí estoy yo» en el peligroso y manso —como todas la corrida— de Las Ramblas, feísima voltereta incluida. Yme parece que ese grito ha sido escuchado y que el próximo año lo veremos mejor colocado en el coso del Baratillo.

El astigitano fue el más destacado de la corrida que puso punto final a la temporada 2015 en Sevilla. También pudo haber obtenido algo más que una ovación Esaú Fernández en el quinto pero de nuevo la espada se interpuso entre él y el triunfo.

Mala, sin paliativos, la corrida de Las Ramblas. Muy seria de hechuras y de pitones pero mansa hasta decir basta y peligrosa. Vamos, para que pasen algunas temporadas sin aparecer por Sevilla.

Antonio Nazaré abría plaza. Su primero, un tío, fue muy bruto y embistió siempre con todo. Oficio en el de Dos Hermanas, que tiró de su enemigo a pesar de las pésimas condiciones de éste.se rajó en cuanto se vio podido.

Dos leños de espanto lució el cuarto, que siempre se quedó a mitad del viaje, defendiéndose y sin pasar. Y cuando lo hacía llevaba tela de peligro. Nazaré lo intentó por ambos pitones. Vaya lote… Por cierto, este lunes concluía su relación profesional, tras nueve años, con Emilio Moreno. Suerte a ambos en sus respectivas nuevas andaduras.

Suelto de salida y sin romper se mostró el segundo, al que Raúl Ruiz y Fernando Sánchez dejaron un gran tercio de banderillas. El de Las Ramblas (que brindó al público Delgado) fue en los primeros compases en dos pases cambiados por la espalda. Luego, cabeza arriba, topando y sin humillar. Un manso dando gañafones al que le plantó batalla en los terrenos de sol. Las ganas del torero se estrellaron con las condiciones del animal.

Todo cambió en el quinto. Lances genuflexos de buen porte. Brindis a El Cid y comienzo de faena vibrante, en los medios, citando de lejos con la zurda, adelantando el engaño y templando en muletazos de mano baja. Rompió la plaza, que vio una segunda serie de ese porte para que estallara la música. Fue quedándose corto el toro pero no el torero, que dejó una serie diestra también de mano baja. Otra más y al rematar con un trincherazo el toro que se revuelve y lo prende. Voltereta seca, muy fea. Se levantó sin mirarse Miguel Ángel y fue capaz de dejar otra serie más y un estocadón de premio en cualquier feria. Oreja ganada a ley. Esperemos que también contratos.

Esaú Fernández venía de haber cuajado una muy buena actuación en la segunda de la Feria de San Miguel. Un regalito —manso y con peligro— fue su primero, que además estaba siempre al acecho, buscando hacer presa. El camero siempre le dejó la muleta en la cara. Pero era imposible.

Salió espoleado en el sexto. Animoso con el capote —buen quite por chicuelinas de Nazaré—, su enemigo se desplazó mejor y lo aprovechó en series en las que toreó de largo, tirando y ligando. Lo hizo prácticamente todo Esaú porque el astado se iba viniendo abajo a cada muletazo. Muy puesto y por encima el torero, volvió a pinchar como el 27 de septiembre. Una pena.

Diario de Sevilla

Por Luis Nieto. Un Delgado con fibra y estilo torero

Con fibra –como dicen algunos en el argot–, ese mordiente necesario para calar en el público, y con estilo, el ecijano Miguel Ángel Delgado ganó a ley el único trofeo del festejo por una faena medida y rematada contundentemente con la espada. Todo sucedía en el quinto, cuando se marchaban un puñado de nubes y se abría el cielo sevillano en una tarde en la que Esaú Fernández estuvo a punto de conseguir otro trofeo, que no logró por el desacierto con la espada –el camero, debido al fallo con los aceros, se ha dejado tres orejas en dos tardes consecutivas en la Maestranza–. Antonio Nazaré, que abrió cartel, cumplió ante un lote pésimo.

Ayuno de sol y con escaso ambiente en el último festejo de la temporada, se lidió un encierro de la ganadería de Las Ramblas, con tres cinqueños (primero, quinto y sexto), destacando positivamente los lidiados en quinto y sexto lugares.

El espectáculo iba cuesta abajo y sin frenos, marcado por el mal juego de los toros de la ganadería salmantina, cuando saltó el quinto, serio, astifino, de pinta negra, Tajante, que haciendo honor a su nombre, acometió con contundencia en el primer tercio, derribando en dos encuentros al picador, Juan Carlos Fernández, y a su cabalgadura. Tras ser picado, el toro galopó con pies en banderillas, con un par soberbio de Fernando Sánchez, que entró andando, expuso mucho y salió de la cara gallardamente. Osuna también estuvo a buena altura, siendo arrollado peligrosamente. Delgado, que había lanceado, genuflexo, con bellas verónicas, brindó su faena a El Cid. Una obra marcada por la quietud y la calidad. En los medios, de largo, con la izquierda, dibujó buenos naturales. Estalló una fuerte ovación y se arrancó la música. La siguiente serie, con esa mano, por ligazón, cobró más altura. Con la derecha, el diestro aguantó mucho, intercalando un fallero –muletazo por la espalda– que asustó al público. En otra serie bajó la mano, entre tanto el toro salía con la cara alta. En un remate, el astado se revolvió y le lanzó por los aires. Ya en la arena, Delgado hizo la croqueta –giró sobre si mismo– y se zafó de una cornada cantada. El toro, rajado, se refugió en tablas. Una estocada entera contundente fue el pasaporte para la concesión del trofeo.

El segundo, un ejemplar bien armado, también derribó a jinete y caballo en dos encuentros. Luego, gazapón, salía con la cara por las nubes y se rajó pronto. Delgado expuso en el comienzo del trasteo, con un muletazo por la espalda. El animal buscó tablas de inmediato y allí le robó pases. También mató al primer envite.

Esaú Fernández tuvo en suerte en el cierre del festejo al sexto, el mejor del encierro. Un cinqueño, alto y largo, de nombre Coliblanco, que hizo una buena pelea en varas y con el que se lució en banderillas Curro Robles. Embistió con transmisión. Esaú Fernández consiguió un par de tandas meritorias por el pitón derecho y por el izquierdo una buena serie y naturales sueltos de calidad. Pero no acertó con la rúbrica exacta –pinchazo, casi entera y descabello– y se quedó sin premio.

Esaú Fernández se esforzó ante el tercero, bien presentado y que se frenó constantemente con peligro en una labor que brindó a varios toreros cameros retirados.

Antonio Nazaré cumplió ante el que abrió plaza, otro cinqueño. Ganó terreno a la verónica y estuvo voluntarioso con la franela ante un animal áspero y sin entrega.

El cuarto, bajo, largo, de perchas muy astifinas, se lo puso más difícil al nazareno. En las afueras, se peleó con un astado parado y que medía, cerrando la labor con un arrimón.

Miguel Ángel Delgado, en tarde de claroscuro, como el cielo sevillano, consiguió lo más límpido en la faena al quinto gracias a la fibra de la que tiró, a su quietud y a su buen estilo torero.

Cadena Ser

Por Paco García. Miguel Ángel Delgado corta la única oreja en el cierre de la temporada

La cosa apuntaba a desastre ganadero del hierro de Las Ramblas en el cierre de la temporada sevillana con la tradicional corrida del 12 de octubre a beneficio de la Cruz Roja, pero los toros quinto y sexto cambiaron el panorama, propiciando el triunfo del ecijano Miguel Ángel Delgado, que cortó la única oreja de la tarde, y el casi triunfo de Esaú Fernández, que, como ocurriera hace quince días en la Feria de San Miguel, perdió con la espada el trofeo que le tenía cortado al ejemplar que cerró plaza.

Antonio Nazaré se llevó el lote malo de la tarde. Su primero, cinqueño y una mole de enorme alzada, ya embistió muy sosito en el capote y solo permitió brillar en el quite de tres chicuelinas y media a Miguel Ángel Delgado. Esa movilidad sin entrega la aprovechó el de Dos Hermanas para estar muy por encima de su oponente antes de que se rajara. El cuarto lució dos perchas de auténtico infarto, esperó un mundo en banderillas y con esas mismas dudas llegó al último tercio, con lo que bastante hizo Nazaré con ponerse delante de esos dos garfios.

Un toro malo y otro bueno se llevó Miguel Ángel Delgado. El malo, el primero de su lote, que ya de salida no quiso embestir y siempre sacó la cara por encima de las telas. La cosa se animó un poquito con el gran tercio de banderillas que brindaron Raúl Ruiz y Fernando Sánchez e incluso Delgado brindó al respetable para comenzar muy quieto en los medios con dos pases cambiados por la espalda. Pero hasta ahí, porque el de Las Ramblas se rajó, tiró continuos cabezazos y solo dio para algunos muletazos sueltos. La cara de la moneda fue el quinto. Ya tuvieron sabor los cuatro lances de recibo rodilla en tierra y emoción las dos veces que el toro derribó al caballo yéndose a los pechos. También vibrante, el gran par de banderillas que de nuevo puso Fernando Sánchez, gustándose en la preparación y ejecución de la suerte al grito de “va por Sevilla”. Otro brindis, esta vez a Manuel Jesús 'El Cid', y faena de pronto y en la mano con una vibrante serie al natural aprovechando la acometividad del toro. Se mantuvo el tono en las siguientes series, aunque quizás pecó el joven torero de encimista, tanto que, en las postrimerías del trasteo, se llevó un volteretón por fortuna sin consecuencias. El toro quedó ahí más parado, pero la certera estocada puso en manos del astigitano la única oreja de la tarde.

Igual premio pudo conseguir Esaú Fernández en el sexto, pero otra vez la espada le privó del trofeo. Antes, el tercero de la tarde le dio pocas opciones. Toro acochinado, ya salió frenándose en los capotes y, con la muleta, tras una serie inicial por el pitón derecho, siempre anduvo marcando al torero. El sexto fue otro cantar. Cinqueño de largo, hubiera cumplido seis años en dos meses, se desplazó con cierta clase en el capote del camero, que remató la serie con media de rodillas y revolera. También fue bueno el breve quite por chicuelinas de Nazaré y vibrante el comienzo de faena de muleta con la mano derecha. Sonó el pasodoble, se mantuvo el interés en las siguientes series y acertó Esaú en la medida de la faena ya con el toro a menos, pero lo dicho, otra vez la espada dejó el premio en una fuerte ovación.

El Mundo

Por Carlos Crivell. Miguel Ángel Delgado corta una meritoria oreja

La temporada acabó en Sevilla con un cartel de oportunidades con tres toreros sevillanos y una corrida de Las Ramblas. Seis toros grandes y aparatosos, tres de ellos cinqueños largos, uno de ellos -el sexto- a falta de dos meses para los seis. Es decir, un lote muy desigual donde abundó la mansedumbre y la falta de casta, aunque hubo dos toros que tuvieron mejor nota, el quinto y el sexto, ambos ya con cinco años y que por su aspecto podían presagiar su mejor condición. Los toros primero y tercero eran muy bastos de hechuras. No había mucho de Salvador Domecq, de donde proceden los de Las Ramblas, en todo caso tenían ramalazos del Marqués de Domecq, como lo atestiguaban sus anchas sienes y cornamentas desarrolladas. Embistieron el quinto, que acabó de manso, y el sexto, un toro muy emocionante y encastado, que por su comportamiento salvó el encierro del ganadero albaceteño. Dentro de su aparatosidad y peso exagerado, estos dos toros tenían más largura de cuello. No falló este detalle. La lidia de estos dos toros quinto y sexto le dio contenido a un festejo que fue deslizándose por la atonía y el aburrimiento justo hasta los dos que remataron un año de escaso contenido en plaza de toros de Sevilla.

Miguel Ángel Delgado, que se había tropezado con un animal imposible en primer lugar y con el que no pudo más que sortear gañafones de pésimo estilo, dejó crudo al quinto, toro que derribó en las dos varas al permitir el picador que el animal atacara a la cabalgadura por los pechos. Parecía poco picado, pero fue buen material para un torero muy decidido, templado y solvente. En banderillas, Fernando Sánchez colocó dos pares de categoría, el segundo sensacional, animando al de Las Ramblas al grito de “vamos toro, que estamos en Sevilla”.

Delgado se lo brindó a El Cid y lo citó desde los medios con la izquierda. Con el temple por bandera, los muletazos surgieron limpios y completos. La ligazón brilló al encadenar los de pecho forzados de manera preciosa. Por la derecha se afianzó su labor tras sacarse el toro en uno por la espada muy original. El toro perdió ritmo y ganó en mansedumbre y así llegó una voltereta que puso el punto final a la faena. El toro se arrinconó en las tablas y Delgado estuvo siempre seguro. Lo mató y la oreja cayó por su peso.

El otro toro fue el sexto, de cinco años y diez meses, que dentro de su anatomía aparatosa y sus astas cornivueltas, tenía cuello para humillar. Además, el toro tenía motor y emoción. Se entregó en la primera vara y se escapó en la segunda, pero exhibió prontitud, fijeza así como humillación. También tuvo algo de pegajosidad, pero era un detalle menor al lado de sus virtudes. Esaú Fernández le dio cinco tandas, dos con la derecha, dos con la izquierda y otra más con la diestra. Hubo vibración y disposición, la emoción se apoderó de la plaza como siempre ocurre cuando un toro embiste por abajo y repite con celo. El ambiente le fue propicio al de Camas, que pudo cortar la oreja pero de nuevo se le mostró esquiva la espada. El toro fue muy vistoso y se fue con las orejas al desolladero.

La actuación de Nazaré tuvo como nota alta un buen quite por chicuelinas al sexto. Antes, el que abrió plaza no le permitió más que dar muletazos sin color a un toro muy descastado, basto de hechuras y carente del menor atisbo de calidad. El enorme cuarto, con dos velas pavorosas, lo desarmó a las primeras de cambio. Desparramó la vista y se paró. Nazaré apareció desanimado y no era para menos.

El otro toro de feas hechuras fue el tercero, manso, que no se desplazó en ninguna de sus arrancadas. Esaú se lo brindó a los toreros de Camas presentes en la plaza. Allí salieron Antonio Chacón, Antonio Cobos, El Almendro, Javier Andana y el picador Lolo Espinosa. Buen detalle. El toro fue una prenda. Cuando acabó con su vida, unos chavales sacaron una pancarta donde se leía: 'Jóvenes ecologistas y taurinos'. Fueron muy aplaudidos. En los corrales le quedaba el sexto, que tenía mucho que torear. Fue el toro que firmó el fin del año en Sevilla. Es una esperanza que el último toro haya tenido tantas virtudes.

El Correo de Andalucía

Por Álvaro Rodríguez del Moral. Delgado toma aire en su reencuentro con la Maestranza

El diestro ecijano Miguel Ángel Delgado ha cortado la única oreja del festejo que cerraba la temporada en la plaza de la Maestranza, organizado para la Cruz Roja. El joven matador destacó con el único toro potable –con el sexto- de un manso y deslucido encierro de Las Ramblas con el que Nazaré y Esaú no volvieron la cara

La temporada 2015 en la plaza de la Maestranza de Sevilla ya es historia. Una dura, mansa y correosa corrida de Las Ramblas sirvió para despedir un año taurino que iba camino del sumidero cuando salió el quinto, un animal que como casi todos sus hermanos derribó con estrépito al picador provocando un largo y absurdo corte en el hilo natural de la lidia por la negativa a picarlo en el caballo de la puerta.

No sabemos si en otras circunstancias habría resultado mejor en el último tercio. El caso es que el asunto se animó después de un notable par –también efectista y bien vendido- de Fernando Sánchez. Pero la cosa empezó a tomar color cuando Miguel Ángel Delgado –que ya había instrumentado unos sabrosos capotazos rodilla en tierra- lo recibió con la muleta en la mano izquierda y en la larga distancia.

Fue el momento más intenso de la faena y seguramente también de la tarde. En tres muletazos había logrado arrancar la música. Hubo otra tanta de idéntico planteamiento, trufada de un airoso molinete, que mantuvo la tensión del público. El caso es que la faena, a la que nunca le faltó la sincera entrega del diestro ecijano, entró en cierto bache argumental cuando cambió la muleta al lado diestro y acortó los terrenos.

Delgado intercaló ambos lados en el cuerpo central de su trasteo que, a pesar de todo, supo mantener un hilo argumental que rozó la tragedia cuando el torero fue alcanzado en una aparatosa voltereta de la que salió indemne. Había alcanzado méritos para arranca una oreja que ya no se podía escapar después de la fulminante estocada. La paseó feliz. Ojalá le sirva.

Toromedia

Miguel Ángel Delgado corta la última oreja de la temporada

El cierre de la temporada 2015 en la plaza de toros de Sevilla fue triunfal gracias a la oreja que cortó Miguel Ángel Delgado al quinto de la tarde, uno de los dos toros de la corrida de Las Ramblas que más colaboraron. El otro fue para Esaú Fernández, quien también se acercó al triunfo en el sexto de la tarde.

Antonio Nazaré estuvo muy dispuesto de capa con el toro te abrió plaza. En la faena de muleta comenzó doblándose bien y sacó partido por el lado derecho de un astado que tendía a meterse y a quedarse corto. Faena de superioridad y mérito hasta que el de Las Ramblas se rajó. Mató de estocada y su labor fue silenciada.

Nazaré fue efectivo con el capote ante el serio cuarto de la tarde. El toro derribó en el primer puyazo y quedó complicado para la muleta por el pitón derecho. El torero de Dos Hermanas planteó la faena por el izquierdo y sacó algunos muletazos estimables. Después también lo intentó con la derecha y su disposición fue buena ante un animal que no dio muchas opciones. Pinchó dos veces antes de dejar una estocada. Silencio.

El segundo de la tarde no permitió lucimiento a Miguel Ángel Delgado con el capote. Derribó al caballo en el primer puyazo y se desmonteraron en banderillas Raúl Ruiz y Fernando Sánchez. Delgado comenzó muy entonado la faena de muleta con dos pases cambiados por la espalda y buenos remates por bajo. El toro pegaba tornillazos y descomponía los intentos del torero por el lado derecho. Le plantó cara con la zurda al hilo de las tablas y pudo sacar algunos muletazos a un animal muy rajado que acabó en la misma puerta de chiqueros. Mató de estocada desprendida y fue ovacionado.

Miguel Ángel delgado hizo el mejor toreo de capa de la tarde en el quinto, con bonitos lances rodilla en tierra. El toro derribó dos veces en el caballo al irse al pecho. En banderillas se lució Fernando Sánchez y en la muleta el torero de Écija brindó a El Cid y cogió la zurda ligando dos buenas series que conectaron mucho con el público e hicieron sonar la música. Con la derecha acortó distancia y bajó la intensidad de la faena. Insistió por ese lado y sufrió una fea voltereta de la que salió ileso, rajándose el toro a partir de ese momento. Mató de buena estocada y cortó una oreja.

El tercero se frenó mucho en el capote y no dejó a Esaú Fernández lucirse. Brindó a veteranos toreros de Camas que asistían a la corrida y en la muleta al toro le costó ir hacia delante y se orientó por el derecho. Esaú estuvo dispuesto con un animal deslucido y complicado al que mató de estocada y dos descabellos.

El torero de Camas estuvo entonado con el capote en el sexto. En banderillas destacó Curro Robles. La faena comenzó con dos buenas series con la derecha que hicieron sonar la música. Al natural dio dos tandas que fueron a más, sobresaliendo la segunda serie. Hubo una más con la derecha y pinchó en el primer intento para a continuación dejar media estocada. De no haber fallado con la espada podría haberse sumado al triunfo en este último festejo de la temporada en Sevilla.

EFE

Una sola oreja y demasiados toros mansos

La temporada 2015 en la plaza de la Maestranza de Sevilla ya es historia.

Una dura, mansa y correosa corrida de Las Ramblas sirvió para despedir un año taurino que iba camino del sumidero cuando salió el quinto, un animal que como casi todos sus hermanos derribó con estrépito al picador provocando un largo y absurdo corte en el hilo natural de la lidia por la negativa a picarlo en el caballo de la puerta.

No se sabe si en otras circunstancias habría resultado mejor en el último tercio. El caso es que el asunto se animó después de un notable par -también efectista y bien vendido- de Fernando Sánchez. Pero la cosa empezó a tomar color cuando Miguel Ángel Delgado -que ya había instrumentado unos sabrosos capotazos rodilla en tierra- lo recibió con la muleta en la mano izquierda y en la larga distancia.

Fue el momento más intenso de la faena y seguramente también de la tarde. En tres muletazos había logrado arrancar la música. Hubo otra tanda de idéntico planteamiento, trufada de un airoso molinete, que mantuvo la tensión del público.

Pero a la faena, a la que nunca le faltó la sincera entrega del diestro ecijano, entró en cierto bache cuando cambió la muleta al lado diestro y acortó los terrenos.

Delgado intercaló ambos lados en el cuerpo central de su trasteo que, a pesar de todo, supo mantener un hilo argumental que rozó la tragedia cuando el torero fue alcanzado en una aparatosa voltereta de la que salió indemne.

Había alcanzado méritos para arrancar una oreja que ya no se podía escapar después de la fulminante estocada. La paseó feliz. Ojalá le sirva.

La corrida había tenido muy poco que contar hasta entonces. El propio Delgado se había estrellado con un imposible segundo al que le expuso más de lo que merecía. El animal se quitaba la muleta a pitonazos, como si se sacudiera las moscas de la cara. A pesar de todo lo quiso exprimir “en el sol” y lo mató de un espadazo solvente.

Mucha peor suerte manejó Antonio Nazaré, que tuvo delante un primero de embestidas cortas y tendencia a apretar mucho hacia adentro en los embroques, con el que llegó a imponerse en una labor sorda hasta que el “bicho” amagó con rajarse. La espada funcionó bien.

Más difícil todavía se lo iba a poner el cuarto, que le arrancó la muleta de las manos a las primeras de cambio. No había nada que hacer.

El tercero, primero del lote de Esaú Fernández, esperó, probó y midió al torero en el último tercio. El diestro camero se mostró animoso y entregado pero era imposible meter en la canasta a un oponente que siempre navegó a la defensiva.

El sexto iba a ser otra canción. Después de venirse con vibración en el inicio de la faena de muleta, Esaú descubrió lo mucho y bueno que el toro podía tener por el pitón izquierdo. Primero lo pasó en una serie templada pero un punto desajustada para ir acoplándose progresivamente hasta que el de Las Ramblas dijo basta. La espada, una vez más, le aguó la fiesta.


® Imagen: Miguel Ángel Delgado con la oreja que cortó al quinto toro en el último festejo del año en Sevilla/JULIO MUÑOZ/EFE.

Sevilla Temporada 2015.

sevilla_121015.txt · Última modificación: 2020/03/26 12:26 (editor externo)